Doctor Nunca
Santiago de Compostela
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La idolatría a la juventud es un auténtico cáncer. Me lo parecía entonces y me lo sigue pareciendo ahora.
Es obvio que todo va para abajo físicamente, pero este hecho biológico tiene muchas interpretaciones. Si la sociedad interpreta que juventud= plenitud física y mental tenemos un problema, porque realmente es la madurez la que nos da verdadera plenitud física y mental (hemos alcanzado nuestros propios límites).
Es más joven un chaval sin un puro duro, ignorante, desempleado, carne de cañón y angustiado que una persona sabia, autónoma y asentada, que ya sabe perfectamente de que van las cosas y ha trazado su propio camino?
A muchos les falla la perspectiva y piensan que ser joven es como ser viejo, pero con 30 años menos, y no es así. Estás a los pies de los caballos y no te enteras de la misa a la mitad.
Por no hablar del sesso. Cada año que pasa refinas más tus gustos, ganas experiencia, sabes cómo manejarte...
El culto a la juventud es una imposición consumista, sin más. La sociedad, por supuesto, dice amén y se cree el relato. Así, a los 30+ muchos salen de escena y se empiezan a comportar como señores por creencias previamente asumidas, y por la quemazón físico emocional que les ha supuesto "vivir a tope y dejar un bonito cadáver", que la propia cultura jovencéntrica les ha metido en la cabeza.
Es obvio que todo va para abajo físicamente, pero este hecho biológico tiene muchas interpretaciones. Si la sociedad interpreta que juventud= plenitud física y mental tenemos un problema, porque realmente es la madurez la que nos da verdadera plenitud física y mental (hemos alcanzado nuestros propios límites).
Es más joven un chaval sin un puro duro, ignorante, desempleado, carne de cañón y angustiado que una persona sabia, autónoma y asentada, que ya sabe perfectamente de que van las cosas y ha trazado su propio camino?
A muchos les falla la perspectiva y piensan que ser joven es como ser viejo, pero con 30 años menos, y no es así. Estás a los pies de los caballos y no te enteras de la misa a la mitad.
Por no hablar del sesso. Cada año que pasa refinas más tus gustos, ganas experiencia, sabes cómo manejarte...
El culto a la juventud es una imposición consumista, sin más. La sociedad, por supuesto, dice amén y se cree el relato. Así, a los 30+ muchos salen de escena y se empiezan a comportar como señores por creencias previamente asumidas, y por la quemazón físico emocional que les ha supuesto "vivir a tope y dejar un bonito cadáver", que la propia cultura jovencéntrica les ha metido en la cabeza.