Uno de los mejores relatos eróticos que he leído

Desde
1 Sep 2019
Mensajes
649
Reputación
574
Lugar
Original Gangster Tool
Es mítico; tiene más años que burbuja; muchos ya lo conoceréis. Para los que no: gustará tanto a tíos como a tías, a homos como a heteros, a canis como a cucks. Está lleno de faltas de ortografía, pero se le perdonan:



ATRAPADA EN EL CONCIERTO


Casi por casualidad, mi novio y yo habíamos acudido a un concierto de rock, nos habían regalado las entradas a través de un amigo. El caso es que allí nos presentamos los dos sin ser muy seguidores de ese tipo de música.


El concierto se celebraba en un pabellón de baloncesto, no muy grande por cierto, pero nos quedamos muy sorprendidos cuando al llegar a las puertas había una fila enorme de gente esperando para entrar, desde luego había más expectación de la cabría esperar...


Tanto Cesar (mi novio) como yo, no habíamos acertado en los pronósticos del tipo de música y mucho menos con el tipo de gente que allí se congregaba, casi todos chicos más jóvenes que nosotros y muy distintos a nosotros en todos los sentidos, amantes de las motos, el rock, las litronas, alguna pastilla y seguro que bastante más violentos de lo que podíamos imaginar.


Nada más llegar a la cola uno de ellos hizo un comentario sobre mí


- Mira que rubita ¿está buena eh?


Me agarré fuertemente del brazo de Cesar, sabía que se podía irritar por eso, pero muchas veces he intentado convencerle de que no se metiera en un lío por culpa de un simple comentario sobre mí, pero lejos de hacerme caso, se enfrentó a aquel chico que no debía tener más de 17 años.


- ¿Qué te pasa a ti iluso? -le dijo en tono amenazante muy propio de su chulería.


El chaval y los que estaban alrededor se rieron. Parecía inevitable que aquello acabase en bronca y volviendo a tomar a Cesar por el brazo tiré de él hacia dentro del pabellón intentando poner fin a lo que se avecinaba. Aún podían oírse las risas de aquellos chavales cuando desaparecíamos entre la gente, afortunadamente no pasó nada más.


Yo le dije a Cesar que no hiciera tonterías, que sabía lo hombre que era y que no tenía que demostrármelo, que enfrentarse a esa gente traería problemas para él y nada más, así que sería mejor divertirnos y disfrutar del concierto.


Al final pudimos entrar en el abarrotado pabellón en el que no cabía ni un alma más, estábamos tan apretados que podía olerse la humanidad y el calor se cortaba con cuchillo.


Desde luego no encajábamos para nada en ese tumulto y yo ni siquiera iba vestida acorde a las circunstancias ya que llevaba un vestido blanco corto en vez de haberme puesto unos vaqueros mucho más apropiados para ese tipo de eventos.


Total que el concierto comenzó entre ensordecedores gritos del líder del primer grupo que saltó al escenario para goce de todos los jóvenes que allí se congregaban y que vitoreaban y saltaban al ritmo de la batería.


No paraba de entrar más y más gente en aquel abarrotado local y cada vez estábamos más apretujados, podía notar como a mis espaldas alguno se apretaba a mí más de la cuenta aprovechando la situación, pero lejos de decirle nada a Cesar intenté concentrarme en el concierto y disfrutar dentro de lo posible.


El calor era sofocante y apenas se podía respirar entre el gentío. Para colmo los chavales que estaban detrás nuestro se quitaron las camisas y cuando volví mi cabeza estaba rodeada de torsos desnudos y sudorosos. El grupo, formado por seis o siete chicos me miraban y se reían por mi cara de susto. El más cercano a mi me sonrió y me ofreció dar un trago a su botella de cerveza que con una forzada sonrisa rechacé. Cesar estaba a mi lado y no me soltaba la mano pero era ajeno a lo que pasaba a mi alrededor.


Cada vez me adaptaba mejor a la ensordecedora música cuando uno de los chicos del grupo me dijo al oído:


- Oye tienes un polvazo...


Yo me hice la desentendida, no quería problemas, sabía lo celoso que se pondría Cesar y no le contesté. Pero él insistió:


- Digo que estás muy buena...


Volví a hacerme la sorda y dejar pasar aquellos comentarios como si no fueran conmigo. Pero como aquel chico no tenía bastante colocó una de sus manos en mi ojo ciego y empezó a sobármelo descaradamente, di un bote y Cesar me preguntó:


- ¿Que pasa?


- Nada, nada....


En buena hora nos metimos en aquel lugar, pero ¿cómo no nos habíamos marchado cuando llegamos a la puerta?


La mano del chaval volvió al ataque, me puse de costado y le dije con cara seria que se parase si no quería problemas.... Aquello pareció divertirle aún más y se lo comentaba a sus amigos que reían a carcajadas...


Volvió a comentarme al oído:


- Te voy a amar bonita, te la voy a meter hasta el fondo....


Me volví, puse mi cara lo más seria que pude y le contesté:


- Párate ya, si no quieres que se lo diga a mi novio... ¿vale?


A todo esto Cesar seguía de mi mano pero sin percatarse de nada, seguía mirando tranquilamente el concierto.


- Díselo a tu novio, así aprenderá como se ama a una rubia como tú. - insistió mi acosador.


Volví mi mirada hacia delante, más asustada que otra cosa, ya que imaginaba que como Cesar se diera cuenta de todo, aquello podía terminar en algo muy desagradable para nosotros, pues los chicos eran seis o siete...


- Oye ¿el culito lo tienes virgen?


Otra vez hice oídos sordos....


- Me gustaría metértela por ese culito y que vieras como entra una platano de verdad....


Sus palabras cada vez más fuertes estaban empezando a ponerme cachonda de verdad, yo quería concentrarme en el concierto y olvidarme todo, pero el chico continuaba una y otra vez, para colmo su mano volvía a sobarme el ojo ciego pero esta vez apretujando mis posaderas con toda la cara del mundo, le daba igual todo, seguramente de lo medio borracho que andaba ya. Yo no entendía muy bien que pasaba dentro de mi cuerpo, pero lejos de rechazar a aquel extraño, sentía cierta sensación de gusto por sus palabras, por su atrevimiento, por sus caricias....


- Muñeca, debes tener el shishi bien mojadito ¿a qué sí?


Cesar me miraba de vez en cuando y me sonreía, ajeno totalmente a la situación, ¡ si tu supieras ! - pensaba yo...


El chico se apretujó contra mi cuerpo y podía notar su abultado paquete contra mi ojo ciego, sus manos fueron subiendo de mi ojo ciego por mi cintura para llegar a mis pechos que comenzó a acariciar por los costados, para luego tocarme las berzas a placer, primero suavemente y luego con más fuerza hasta pellizcarme los galletaes por encima de la tela del vestido. Como yo no llevaba sujetador el contacto de sus manos contra mis berzas era delicioso para él y también, aunque me pesara, era delicioso para mí..


Intenté por todos los medios separarme de él:


- Párate ya, cabrón.. - le corté quitándole las manos de encima bruscamente.


Entre todo el lío Cesar al fin se dio cuenta que algo sucedía:


- ¿Que pasa?


- No, nada, que me han empujado... - contesté quitando importancia al asunto para evitar males mayores.


Cesar se volvió hacia los chicos:


- Oye tener cuidado, no molestéis ¿eh?


El chico que estaba detrás de mi se envalentonó y también se encaró con mi novio.


- ¿Que dices lactante de cosa? ¿quieres ver como te pego dos palos?


Agarré fuertemente la mano de Cesar, porque sabía que iba a empezar un ***ón que se iba a descontrolar.


A ver, venga, empieza ¿a que esperas? - se ponía todo gallito Cesar.


- Déjalo cariño, por favor... solo me han empujado, sigamos viendo el concierto, no les hagas caso, por favor no te metas en líos. - me interpuse entre él y los chicos porque sabía que saldría mal parado, si es que siempre se lo digo que tiene la boca muy grande y luego no es consciente del peligro que corre.


Las aguas se calmaron, al menos momentáneamente, ya que el tipo volvió al ataque volviendo a susurrarme cosas al oído.


- Lo que le pasa a tu novio es que no se le pina, por eso te tiene desatendida, lo que tu necesitas es un buen regazo.... tenías que ver que pedazo de platano tengo yo para darte...


Yo tragaba saliva y esta vez ya no me volví para evitar que la cosa acabase en pelea. Yo ya no sabía que hacer, si se lo decía a Cesar se podía armar un buen ***ón, si me callaba estaba a expensas de lo que me hiciera a aquel tipo... Era mejor no hacerles caso, así depondrían su actitud, pero.... ¡qué equivocada estaba!


Otra vez mis berzas fueron rodeadas por sus potentes brazos, mientras seguía susurrándome al oído.


- Verás que polvo te voy a echar, vas a ver las estrellas, bomboncito....


Me volví hacia Cesar y le pedí que nos fuéramos de allí.


Ahora no cariño - me contestó - va a salir un grupo muy bueno y cuando acabe nos vamos ¿vale?


Estaba metida en un buen lío del que seguro no podría salir bien parada, hice de nuevo oídos sordos a todo lo que me decía aquel chico pero él insistía una y otra vez.


- Me gustas mucho rubita, tengo el regazo como una piedra, verás que polvo te voy a echar...


Entre sus frases y sus sobeteos a mis berzas, que cuando me las acarician como él lo estaba haciendo, toco fondo, ya no podía evitar sentirme cachonda y como mis galletaes se ponían cada vez más duros.


- Vaya berzas que tienes nena, casi no me caben en la mano, duras, redondas, como a mí me gustan...mmmmmm, vaya galletaes más duros....


Cerré los ojos, pues el gusto me iba en aumento, los latidos de mi corazón se aceleraban y mi cachopín empezaba a humedecerse, no podía evitarlo, quería que todo aquello acabase pero por otro lado deseaba que no tuviera fin.


Tan abarrotado estaba aquel pabellón, que aunque Cesar mirase de vez en cuando, estabamos muy pegados y no podía ver nada de lo que sucedía. De vez en cuando yo le apretaba la mano ya que no podía tenerme casi en pie debido a las caricias que me estaba proporcionando aquel extraño.


Las manos de aquel tipo volvieron a mi ojo ciego y siguieron con su labor de sobar y sobar sin cortarse un pelo, pero más allá llegó su atrevimiento cuando una de sus manos se introdujo por debajo de mi vestido y comenzó a acariciar la parte interna de mis muslos. Se me escapó un suspiro...


- Mmmmm, que muslos tienes, suaves, como terciopelo.... verás que bien lo vamos a pasar... - volvió a susurrarme el muchacho.


De pronto noté como hurgaba en mis braguitas, desde luego que se proponía quitármelas el muy cabrón, yo intentaba moverme para separarme de él, pero lo hacía con movimientos no muy descarados para que Cesar no se percatara de nada, si en algún momento les pillaba, la cosa acabaría en pelea.


- Déjame quedarme con tus ropa interior bonita, al menos tendré un recuerdo tuyo ¿no? - me decía el tipo mientras seguía intentando bajármelas.


Yo me resistía y me sostenía mis braguitas por encima del vestido con la mano que tenía libre, pues la otra estaba de la mano de mi chico.


- Para ya, por favor... - suplicaba yo y poniéndole cara de pena.


El tío seguía en su intento cada vez con más voluntad, metió sus dedos en mis caderas bajo mi vestido y tiraba de mis ropa interior hacia abajo mientras todos sus amigos parecía divertirse y se reían sin parar... La situación les debía parecer muy cómica, pero yo estaba asustada, aunque al mismo tiempo esa situación me provocaba un gusto tremendo, me odiaba a mi misma porque el placer me invadiese, pero era inevitable, ¡ estaba atrapada !


En el tira y afloja de bajarme las ropa interior, el tío lo hizo por ultima vez de un tirón que en el forcejeo llegó a rasgar parte de la tela de la prenda, eso pareció gustarle, así que en vista de que bajarlas le resultaba difícil, lo que intentaba ahora era arrancármelas, tiraba una y otra vez hacia él y mis braguitas iban rajándose cada vez más, las costuras iban cediendo y las braguitas se pegaban a mi piel, al mismo tiempo la tela se metía en mi coñito y eso me proporcionaba más gusto todavía, siguió tirando y tirando, hasta que las rasgó por completo llegando a hacerme daño, quedando prácticamente en una tira pegada a uno de mis muslos, pero el chico dio un último tirón y al fin me las arrancó de cuajo, haciéndome tambalear hasta llegar a empujar al que tenía delante.


Cesar volvió a percatarse de algo, pero no entendía muy bien de que iba todo aquello:


- ¿Que te pasa? - volvió a preguntarme...


- Nada, nada, que he tropezado.- contesté azarosamente.


Aquel tipo había conseguido arrancarme las ropa interior y ahora se las iban pasando entre todos y olisqueándolas como gatos en celo.


Yo sentía como el aire fresquito se colaba por debajo de mi vestido, que era la única prenda que llevaba sobre mi piel.


De nuevo aquel muchacho introdujo sus manos bajo mi vestido subiendo por la parte exterior de mis muslos.


- Mmmmmm, qué caderitas, que ojo ciego tan suave....


Yo cerraba los ojos y aquella sensación me tenía confundida, parecía todo un sueño, pero era real, demasiado real como para poderlo evitar.


Cesar, por favor, vámonos - le supliqué de nuevo a mi novio.


Espera un poco, media hora y nos vamos ¿vale?


Es que tengo mucho calor....


No me hacía caso, estaba destinada a caer en las manos de aquellos desconocidos sin desearlo ¿o realmente lo deseaba?


- ¿Tienes calor preciosa? - me decía el tío - Yo voy a apagar ese fuego, verás...


Esta vez sus manos se metieron por la cara interna de mis muslos y comenzó a subir su mano, notaba su calor y su sudorosa mano ascendiendo centímetro a centímetro en mi piel. De pronto noté como uno de sus dedos llegó a mi sesso. Se detuvo, acarició mis ingles lentamente, hasta que su dedo acarició mi húmeda rajita pudiendo captar mi calor. Volvió a mi oído y me dió un pequeño mordisco en el lóbulo de la oreja mientras me susurraba:


- Vaya.... estas caliente, bien caliente y mojada, verás que bien te entra mi dedo....


Se volvió a sus amigos:


- Esta zorrita esta que se funde....


Su dedo siguió jugando con mis ingles, con mis pelitos y de pronto se introdujo en mi vagina sin apenas dificultad, debía ser su dedo corazón, muy largo por cierto.


Fue inevitable que yo soltara un nuevo suspiro y un gemido casi inaudible.


El vestido se me pegaba por el sudor y con su mano libre seguía palpando mi ojo ciego, mi cintura y a continuación volver a restregar sus dedazos entre mis berzas. Yo miraba de reojo a Cesar pero no se daba cuenta de nada, pobrecillo... me estaban metiendo mano de lo lindo y él mirando al tendido como si nada.


El habilidoso dedo de aquel desconocido se introducía una y otra vez en mi coñito, proporcionándome un gusto tremendo.


- Vaya coñito tan estrecho, que rico, que rico... -me repetía una y otra vez al oído.


El tío dejó de tocarme de repente, por un momento creía que todo había terminado, pero no era así, estaba hablando con sus amigos y preparando alguna otra estratagema. Efectivamente, hizo colocar a sus amigos tapando a Cesar para asegurarse de que no veía nada, además como la gente bailaba y saltaba, tropezábamos una y otra vez y aquello parecía formar parte del tumulto de gente.


El chaval volvió al ataque pero esta vez no era su mano la que estaba entre mis muslos, era su aliento el que notaba en mi ojo ciego, al principio cerré las piernas, pensaba que aquello había ido demasiado lejos y quería detenerlo, al menos en parte, ya que cuando su lengua rozó mis glúteos creí morirme, pero más aún cuando con sus manos separaba mi ojo ciego y esa misma lengua exploraba mi agujerito posterior, entonces si que había perdido totalmente los papeles, estaba totalmente entregada. En un abrir y cerrar de ojos aquel chico estaba bajo mis piernas chupándome lo más intimo de mi cuerpo, iba del ojo ciego a mi shishi una y otra vez, cuando su lengua rozó mi clítoris, un pequeño grito se escapó de mi garganta, afortunadamente parecía sordo, pues en el griterío de la gente apenas nadie lo oyó y mucho menos Cesar que seguía agarrado de mi mano y moviendose al ritmo de la música.


Otra vez aquella maravillosa lengua exploraba mi conejito, instintivamente yo abría más mis piernas y la desconocida lengua continuaba jugando con mi clitoris hasta que inevitablemente me vino un orgasmo intenso y maravilloso. Tuve que apoyarme en el de delante que tampoco se enteraba de nada.


El tipo salió de debajo de mi falda y volvió a chuparme en la oreja al tiempo que me decía.


- Mmmmm, que shishi más delicioso tienes.... ¿Que tal ? Lo has pasado genial ¿no?, ahora verás que tengo una platano como una piedra, no como la de tu novio.


Levantó la parte de atras de mi vestido y noté como algo duro y húmedo se metía entre mis muslos, sin duda que el aparato era descomunal. Bajé mi mano libre y le agarré de la punta con mis dedos, comencé a jugar con esa maravilla de platano y la restregaba una y otra vez contra mi sesso. Nuestros jugos se mezclaban y él no dejaba de chuparme y morderme en el cuello. ¿Qué me estaba pasando? ¿Por qué había llegado hasta allí..? No podía parar, estaba como una moto.... Estaba cachondísima y deseosa de que aquel potente miembro se introdujera dentro de mi, comencé a querersele con mi mano por debajo de mis piernas, notaba como su pimpollo sobresalía de mis dedos, él hacía movimientos hacia atrás y hacia delante para favorecer la maniobra.


Yo no aguantaba más y él parecía que tampoco.


- Quiero metértela, quiero amarte, vas a ver como entra un hierro candente en ese agujerito....


La posición casi no lo permitía, ya que los dos estábamos de pie y yo tampoco podía inclinarme mucho hacia delante pues ni había espacio y podía resultar sospechoso para Cesar, en cambio deseaba con todas mis fuerzas que me amaran, lo necesitaba....


Seguimos jugando, yo con mis dedos acariciaba su glande y los pliegues de la piel de su impresionante platano, él me mordía en el cuello y apretaba su pelvis contra mi ojo ciego, el contacto de su piel contra la mía era impresionante. Nuestras respiraciones iban en aumento y nuestro gusto también.


El tío volvió a susurrarme.


- Te la tengo que meter, te tengo que amar, aunque sea lo último que haga en mi vida...


Eso me encendía aún más y se me ocurrió la brillante idea de decirle a Cesar:


- Cariño, tengo que ir al lavabo, no me aguanto...


- ¿Ahora?, pero si no vas a poder llegar, esto está a tope - me contestó.


- Es que no me aguanto...


- Vale, te acompaño.


- No, no, ya voy yo sola, sigue viendo el concierto, así iré corriendo, no te preocupes.


- ¿Sola?


- Si, si, no te preocupes...


Asi fue como me pude librar por un momento de él, estaba fuera de mis cabales, me estaba comportando como una chiquilla pero no me importaba nada ni nadie, quería sentir aquella platano dentro de mí, así que me di la vuelta, tomé de la mano a aquel tío que me había puesto tan caliente y salimos corriendo entre el gentío hacia los baños. Sus amigos nos acompañaron, pues no querían perdérselo.
 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Solo los usuarios registrados pueden ver el contenido de este tema, mientras tanto puedes ver el primer y el último mensaje de cada página.

Regístrate gratuitamente aquí para poder ver los mensajes y participar en el foro. No utilizaremos tu email para fines comerciales.

Únete al mayor foro de economía de España

 
Buena forma de usar la psicología inversa, a pesar de evidenciar que necesitas de zankitos para ser un posicionadito. Has quedado completamente derroido y preñado en el núcleo del ser.
Gotcha, haha.

Cuando dije que estaba usando la psicología inversa, estaba usando la psicología inversa. ¿Lo pillas? -he de asegurarme; estoy en burbuja.info.
 
Volver