Una víctima exculpa en un juicio al acusado de secuestrarla, violarla e intentar matarla

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ACNNOTICIA09.06.2022 - 20:02H

  • La fiscalía mantiene la petición de 49 años de guandoca al considerar que la mujer está amenazada.

El acusado durante la jornada del juicio por la violación e intento de asesinato de su expareja en la Audiencia de Girona.
El acusado durante la jornada del juicio por la violación e intento de asesinato de su expareja en la Audiencia de Girona.ACN
Una víctima ha exculpado durante el juicio al acusado de secuestarla, violarla e intentar matarla en Les Gavarres (Girona) en julio de 2019. Durante su declaración, la mujer ha negado que el acusado la retuviese por la fuerza y la violase en dos ocasiones como había asegurado inicialmente.
Ha dicho que no recordaba algunos detalles, aunque ha admitido que discutieron, que le roció la cara con espray irritante y que se lanzó del coche en marcha mientras el acusado conducía hacia una zona boscosa.


Este ha negado los hechos, ha dicho que las relaciones que mantuvieron fueron consentidas y que la puñalada que recibió la víctima fue fruto de un forcejeo.
El caso que ha llegado a juicio a la Sección Cuarta de la Audiencia de Girona se remonta al 28 de julio de 2019. Aquel día, víctima y acusado llevaban unos 15 días separados tras una relación de 12 años y quedaron en el piso de él para recoger las llaves de un coche que compartían.
A partir de aquí, los relatos difieren. La fiscalía considera probado que aquella noche, cuando la víctima llegó al piso, el acusado le roció la cara con un espray irritante, la ató para evitar que huyese y la presionó insistentemente para retomar la relación.


En el tras*curso de la noche, según sostiene el ministerio fiscal, la violó en el domicilio y de madrugada la volvió a atar y se la llevó en coche. Durante el trayecto, la víctima abrió la puerta para escapar, pero el acusado la volvió a rociar con espray y la acabó conduciendo hasta una zona boscosa de Les Gavarres donde, según la fiscalía, la volvió a violar.
Posteriormente, retomó la marcha hasta el santuario de los Àngels, donde la golpeó con una botella de cerveza vacía y, después, la apuñaló con un cuchillo por debajo del pecho izquierdo. También le tapó la boca y la nariz presionando con fuerza para intentar asfixiarla, según recoge el ministerio público.
La mujer consiguió escapar y huyó campo a través hasta que llegó, sobre la una de la tarde del 29 de julio, a un masía de Sant Mateu del Montnegre, donde pidió auxilio a la familia que vivía allí. La fiscalía solicita una pena de 49 años de prisión para el acusado.
A pesar de que en diversas declaraciones en sede judicial y ante la policía, la víctima mantuvo esta versión, durante el juicio de este jueves ha exculpado al acusado. Según su relato, el día de los hechos fue a buscar las llaves para coger el coche e ir a trabajar. Había dejado a sus dos hijas (una de ellas fruto de la relación con el acusado) en casa con su hermana y no había avisado a nadie de a donde iba.
La víctima ha explicado que el acusado le pidió que hablasen y que ella llegó enfadada porque debajo de su casa había visto a la expareja del acusado y se lo recriminó. "Yo estaba enfadada y le di una bofetada, perdí el control, y él me tiró el espray", ha dicho. La víctima también ha negado que el procesado la atase y ha asegurado que solo la "contuvo". También ha relatado que discutieron y que acabaron en la cama, pero que ella no consiguió dormirse. Ha negado que mantuviesen relaciones sensuales aquel día, pero ha dicho que sí las tuvieron el día anterior en casa de la progenitora del acusado.
Por la noche, ha relatado que se levantó para ir al baño y que le avisó. Entonces, iniciaron un nueva discusión en la que el acusado le "insistió" en ir a la iglesia para prometerle que dejaría la bebida. La víctima ha relatado que habían planeado casarse. "Yo le dije que antes quería ver a las niñas porque mi hermana me había dicho que se tenía que ir antes y de camino vi que no íbamos hacia allí y abrí la puerta del coche", ha explicado. Ha detallado que, para evitar que huyese, él la volvió a rociar con espray y que después se trasladaron a la iglesia de los Àngels. "Allí estuvimos un rato, después nos fuimos por otro camino oscuro y me quedé en la parte de atrás, él insistía y nos quedamos dormidos hasta la mañana siguiente", ha relatado.
El fiscal ha sido especialmente duro con el acusado y ha dicho que no solo hay indicios sino "pruebas" de los hechos y que el procesado perpetró todos los delitos aprovechándose de la vulnerabilidad que presentaba la víctima
La víctima ha negado de nuevo que la forzase y ha explicado que fueron a buscar agua a un establecimiento de Monells porque ella le dijo que tenía sed. Ha negado que fuese atada, a pesar de que la trabajadora que se la vendió al acusado haya asegurado en el juicio que la vio en el asiento trastero en una posición "extraña" y que el hombre estaba visiblemente nervioso.
Después, ha dicho, volvieron a una zona boscosa y volvieron a discutir. "Le di una bofetada y él me cogió del cuello. Me enfadé, me cogió con fuerza de los brazos y creo que le mordí", ha declarado.
Una cuchillada "fortuita"
Entonces, ha explicado que va puso una mano en la bolsa en la que llevaba la comida para la jornada de trabajo para "buscar cómo defenderse", pero que él le cogió un cuchillo y que, no sabe cómo, de golpe tenía las manos llenas de sangre y le dolía "una parte del cuerpo" que no supo identificar. "Cuando él volvió al coche salí corriendo", ha dicho. Preguntada sobre por qué huyó si el acusado no la había retenido contra su voluntad, ha dicho que lo hizo porque estaba "asustada porque tenía sangre". "Fue mi reacción", ha añadido.
El relato del acusado ha coincidido casi totalmente con el de la víctima. También ha negado que mantuviesen relaciones sensuales la noche de los hechos, que los restos de ADN hallados en el coche se remontarían a unos días antes y que nunca la ató ni la retuvo contra su voluntad. En relación al apuñalamiento, ha dicho que fue fruto de un forcejeo y que intentó limpiarle la cara y buscar ayuda, pero que la víctima huyó.
Su relato, no obstante, contrasta con el de su hermano, que ha declarado en el juicio como testigo. Este ha dicho que el acusado le explicó que habían mantenido relaciones sensuales "dos o tres veces". También ha dicho que estuvo dos días desaparecido porque se "perdió" en el bosque.
Versiones opuestas
Estas versiones, sin embargo, chocan frontalmente con la de los Mossos que le tomaron declaración y con la de una agente del servicio de atención a la víctima. Los policías que le tomaron declaración han corroborado las primeras versiones que dio la mujer, como también lo ha hecho la hija de la propietaria de la masía a la que acudió a buscar ayuda. Ha dicho que les dijo que la habían "apuñalado" y que tenía mucho miedo por sus hijas. Una patrulla de los Mossos fue a su casa para comprobar que las dos menores estuviesen bien.
La víctima envió una carta al acusado a prisión en diciembre de 2019 pidiéndole perdón, diciendo que estaba "muy confundida" y que a lo mejor había dicho "cosas inciertas"
El agente del servicio de atención a la víctima que la atendió por teléfono ha asegurado que ella le explicó que el acusado la amenazaba mediante su familia y que padecía por las hijas. "Me dijo que le habían remarcado que tenía que tener cuidado a la hora de declarar y que él solo reconocería el 'navajazo'. Incluso, me dijo que pensaba hacer testamento", ha explicado. En este sentido, ha dicho que durante el seguimiento que le hicieron detectaron que la víctima estaba atemorizada y que se veía que tenía "miedo" de explicar cosas.
De hecho, la víctima envió una carta al acusado a prisión en diciembre de 2019 pidiéndole perdón, diciendo que estaba "muy confundida" y que a lo mejor había dicho "cosas inciertas". Además, en julio de 2020 renunció a la acción penal y civil retirándose del caso como acusación particular.
El fiscal, però, ha mantingut la petició de 49 anys de presó malgrat el relat exculpatori de la víctima. Considera que hi ha indicis suficients dels delictes de detenció il·legal, violació i d'intent d'homicidi i que la víctima hauria actuat així perquè l'han coaccionada. De fet, ha assegurat que la carta, que "la defensa va utilitzar per excarcerar l'acusat", es va fer per les amenaces rebudes.
En su informe final, el fiscal ha sido especialmente duro con el acusado y ha dicho que no solo hay indicios sino "pruebas" de los hechos y que el procesado perpetró todos estos delitos aprovechando la vulnerabilidad de la víctima y la relación sentimental.
La acusación pública no pide una indemnización para la mujer porque ha renunciado expresamente. Sí que quiere que el acusado abone 19.156,50 euros al Institut Català de la Salut (ICS) por los gastos de asistencia sanitaria.
La defensa, en cambio, mantiene la absolución, pero entiende que los hechos podrían ser constitutivos de un delito de lesiones por imprudencia grave y propone una pena de 5 meses de prisión.
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