Anónimo222
Madmaxista
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El drama de los ganaderos: la nueva enfermedad que transmite un mosquito y fulmina las vacas
Andrés Caballero (38 años) es uno de los últimos ganaderos en padecer las secuelas de la picadura de un mosquito con una alta carga viral en sus animales que está poniendo en jaque
amp.elmundo.es
Andrés Caballero (38 años) es uno de los últimos ganaderos en padecer las secuelas de la picadura de un mosquito con una alta carga viral en sus animales que está poniendo en jaque durante todo este verano a miles de explotaciones, también en el sector de caza, de toda España. Se trata de la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) que produce la fin agónica de las vacas. Antes del verano estaba afectaba sólo a los ciervos.
El último caso es el de este ganadero de Talavera de la Reina (Toledo), que comprobó el pasado viernes cómo una de sus vacas (tiene una explotación de 78 cabezas y varias de ellas tienen los síntomas) apareció muerta junto a un charco de sangre en el suelo después de un sufrir "una de las muertes más horrorosas que puede tener un animal", explica Andrés. Una fuerte hemorragia interna "por todo el ano" junto úlceras en la boca, después de varios días en un estado "depresivo, apartada de los demás, como sin ganas de hacer nada", terminaron con su vida tras una esa época en el 2020 de la que yo le hablo que tiene a los ganaderos españoles en estado de alerta y, lo que es peor, "sin saber qué protocolos aplicar porque administraciones no nos dicen nada, se lavan las manos, y parece que les da igual".
La EHE es una infección vírica no contagiosa, tras*mitida por mosquitos culicoides, una especie autóctona de la Europa mediterránea, sin antecedentes en España, y sin banderillas autorizadas para luchar contra ella, por lo que las medidas que se recomiendan se centran hasta el momento, sin éxito, en combatir el mosquito mediante empleo de insecticidas, según apuntan desde COAG. El caso es que los casos se multiplican día a día. Sólo en las últimas dos semanas, según apunta esta organización, en España se han confirmado 19 nuevos casos de esta enfermedad en el ganado y se mantienen restringidos los movimientos procedentes de explotaciones ubicadas en Andalucía, Extremadura, Castilla-La Mancha, Madrid, Murcia y en Castilla y León las provincias de Ávila, Salamanca, Segovia, Soria, Valladolid y Zamora. Hasta noviembre de 2022 no se había detectado nunca en la Unión Europea (UE).
"Esta enfermedad tiene graves repercusiones económicas para los ganaderos. Las vacas disminuyen su producción y provoca pérdidas por abortos e infertilidad. Además, supone un significativo aumento de los gastos veterinarios", ha subrayado el responsable del sector vacuno de carne de COAG, Joaquín Gargallo. Lo sabe bien Andrés Caballero en Talavera, que se enfrenta a la enfermedad de sus animales sin ningún tipo de asesoramiento y tirando de consultas en 'Google' para intentar minimizar los casos en su explotación. En los últimos 15 días asegura haberse gastado unos 800 euros en medicamentos, "desde insecticidas que se le echa al tomate a productos antiparásitos, larvicidas...", pero "siempre a ciegas, vas probando a ver si aciertas o al menos ves alguna mejoría en las afectadas con los primeros síntomas". Sí tiene claro, al menos esa es su experiencia, que esta enfermedad está afectando más a sus vacas limusinas puras que a las de mezcla de raza. Lo asegura desde la experiencia en este tipo de amenazas, porque la tuberculosis arrasó con más de su media cabaña ganadera hace unos años.
Andrés no entiende cómo el Ministerio de Agricultura no ha definido desde que saltó la enfermedad un plan de lucha y control contra la misma ante el incontrolado número de focos que va en aumento. "A lo mejor tienen miedo a que este bichito lo declaren esa época en el 2020 de la que yo le hablo y tengan que indemnizar a los ganaderos afectados si nos cierran las explotaciones, quizás porque no tengan dinero porque se lo gastan en otras cosas", critica. "Es incomprensible porque se veía venir desde hace tiempo, pero nos están dejando que se nos muera el ganado, no sé por qué intereses". Así que confiesa que "lleva 15 días sin pegar ojo por las noches y, cuando me levanto, ni pierdo el tiempo en desayunar para irme corriendo a comprobar si me voy a encontrar algunas más muerta". De momento, ha aislado desde este pasado fin de semana a seis ejemplares más que tienen síntomas claros de padecer la enfermedad.
Para Enrique de Muslera, presidente de la Asociación Ganaderos del Reino de Badajoz, "la enfermedad va creciendo de sur a norte del país y ya la mitad de España está calificada como zona de restricción". En este sentido, se queja de que "la falta de conocimiento de un protocolo claro de actuación en el caso específico de fin por esta enfermedad hace que los ganaderos comuniquen la baja del animal afectado por la forma informática habitual, sin mayores detalles sobre la causa de la fin y eso hace difícil que pueda aplicarse una estadística sanitaria real sobre las bajas por esta enfermedad".
De esta manera, las autoridades sitúan aún el número de casos por muy debajo de los que realmente existen, apunta el sector. Lo confirma el ganadero de Talavera de la Reina: "Es obligatorio en estos casos notificar los fallecimientos, pero luego se llevan al animal y lo queman sin analizar las causas, sin abrirlo y comprobar por qué ha fallecido". Un veterinario ha acudido a su explotación y ha extraído sangre de tres de las posibles afectadas "pero aunque yo tenga más, me dicen que ese es el cupo máximo". Este ganadero alerta que junto a la vaca fallecida tenía otra con los mismos síntomas, pero finalmente sobrevivió y encima estos últimos días ha tenido terneros, "pero no puedo saber si han nacido con el bichito o no".
"Hay que dejar bien claro que no es ni tras*misible a humanos, (no es por tanto una zoonosis) y no hay ningún riesgo en el consumo de carne de bovino", matiza Joaquín Margallo, que exige una reunión urgente con el Ministerio de Agricultura para intentar atajar la dramática situación: "Esta enfermedad tiene graves repercusiones económicas para los ganaderos. Las vacas disminuyen su producción y provoca pérdidas por abortos e infertilidad. Además, supone un significativo aumento de los gastos veterinarios", lamenta.