El texto es muy valioso, pero debe leerse con sumo cuidado y ver para qué se lo puede aplicar o usar.
Ante todo, aclaremos, Tácito nunca estuvo entre los germanos, debió apoyarse en escritos anteriores y seguramente en el testimonio de personas que estuvieron en la región para desarrollar una narración que incluye inexactitudes y especulaciones diversas..
Hoy se reconoce que su ensayo se trata de una especie de etnografía política con el interés de presentar vicios y virtudes de dichos pueblos, de modo que estas últimas permitieran establecer un contraste jovenlandesal con las tiranías y la corrupción existentes en el imperio en los años anteriores a la época de los Antoninos.
Aunque su visión de los territorios descritos no siempre es favorable, pasajes de “Germania” como los siguientes serían cruciales para entender la historia subsiguiente:
“Por mi parte, estoy de acuerdo con quienes piensan que las tribus de Germania están libres de las malas trazas de los matrimonios mixtos con naciones extranjeras y que se manifiestan como una raza distinta y sin mezclas… Todos tienen fieros ojos azules, cabello rojo y gran corpulencia… Los reyes se escogen por el esplendor de su raza y los generales por su valentía…”
Se refiere asimismo a su amor por la libertad y su fortaleza para la guerra, su lealtad y obediencia hacia sus jefes, y la democrática participación del pueblo en decisiones importantes.
Una copia del libro descubierta en el siglo XV fue vista por una sucesión de humanistas, filósofos y políticos como base de identidad nacional para un disperso conjunto de pueblos que carecían de unidad y de Estado.
Con la aparición de la imprenta en Europa, el texto fue publicado en múltiples ediciones, traducido, interpretado, comentado y tergiversado para exaltar el origen, historia, lengua, cultura, territorio, sangre y pureza de una “raza de arios” con brillante herencia y superior predestinación.
Al criticar los vicios de Alemania provenientes de Roma, Lutero se lamentaba de la pérdida de valores como constancia, lealtad y fidelidad encomiados por Tácito. Montesquieu quiso ver en ciertos aspectos democráticos mencionados por “Germania” el origen del balance de poderes y la monarquía constitucional de Inglaterra, lo cual mereció una réplica sarcástica de Voltaire con la consabida alusión a los “bárbaros del norte”. Y ante la precaria situación alemana de su tiempo, el filósofo Fichte vio la posibilidad de una nueva cultura originada en los ancestros descritos por Tácito.
No es de extrañar entonces que ese discurso de casi cinco siglos abonara el terreno para que germinaran las ideas del nacionalsocialismo que condujeron a las leyes de Núremberg, “La pureza de la sangre alemana es el prerrequisito para la supervivencia del pueblo alemán… Se prohíben los matrimonios entre judíos y ciudadanos alemanes…” etc. etc.
“Germania” sería acogida como una biblia del nancysmo.
El más fanático de todos, Himmler, reforzaría las SS a partir de los supuestos valores de los antiguos germanos y enviaría un comando de aquellas a Italia auscar infructuosamente la copia manuscrita del libro.
Hitler y Goebbels ridiculizaban en privado el mito de los ancestros pero aceptaban su aprovechamiento público.
Cuidado, pues...