Una noche de agosto

Era una noche de agosto. El último amigo, ya borracho, terminó por irse y al fin nos quedamos solos. Ella sonrió.

Era una noche de agosto cuando la brisa de la naciente madrugada agitó a los árboles para que al menos soñaran.

Era una noche de agosto de hace mucho tiempo.


- ¿La última?
- jorobar, Kufisto, no...

Le serví media copa.

- Creo que Héroes -le dije- es la banda más grande de España.

Acabé la noche de ayer viendo su documental oficial. Antes había tenido tiempo para tragarme "Donnie Darko" y los conejos de Lynch.

- ¿Sabes qué es lo mejor de "Apocalipsis now"?
- ¿Qué?
- Cuando Brando le cuenta a Sheen lo de los brazos de los niños.

- Me voy, Kufisto.
- Espera un momento que acabe de recoger, cierro y te llevo a casa.

Le di una botella de agua y yo me llevé la que tenía mediada.

El coche estaba a 50 grados. Nos subimos a él.

- jorobar
- jorobar

Mi amigo iba bien tocado. De ninguna manera hubiera llegado a su casa lejana sin antes pegarse mil palos por el camino.

- Qué fuego, Kufisto.
- Bebe agua.

- ¿Y ahora qué? ¿Mulholland drive?
- No -respondí riendo también- Es demasiado pronto. Esa peli sólo la veo cuando oscurece.

Esperé hasta verlo alcanzar la puerta de su casa. Vi que abría la puerta y entraba tras ella.

- ¿Y si...?

Miré entre la hecatombe de cedés muertos en mi coche. Y lo encontré.

Sólo faltaba que el reproductor funcionara. Y funcionó.


Y no fue la primera que sonó.