Israel Gracia
Madmaxista
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AbsueltaJuzgadaMujerPamplonaSobrinoViolar
Una prueba más del doble rasero en algunas resoluciones judiciales y de la degradación de la democracia española. Ocurrió en 2017. Una mujer de 24 años juzgada en Pamplona por mantener relaciones sensuales con su sobrino de 15 años fue absuelta de varios delitos de agresión sensual y abuso sensual hacia su sobrino político de 15 años de edad. La sentencia por el momento no es firme y cabría recurso contra ella.
La presunción de inocencia ha prevalecido ya que no se ha podido demostrar que las relaciones sensuales tuvieran lugar por las amenazas de la mujer sobre el menor.
La joven estaba acusada de obligar al menor a tener relaciones sensuales con penetración en varias ocasiones en el domicilio familiar en la cuenca de Pamplona bajo amenazas de que le diría a la familia que era él el que la violaba.
Según sostuvo la acusación, la mujer aprovechaba para violar al menor cuando se quedaban solos o los demás miembros de la familia dormían.
El Ministerio Fiscal solicitaba para la mujer 42 años de prisión, 13 por cada delito de agresión sensual y 3 por otro de abuso sensual, además de una indemnización de 15.000 euros.
LOS HECHOS TUVIERON LUGAR EN LA CASA FAMILIAR
Los hechos de los que se le acusaba tuvieron lugar entre mayo y agosto de 2015 cuando el menor tenía 15 años y la mujer 23. El joven vive desde hace 13 años en una localidad navarra próxima a Pamplona, junto a su padre, sus hermanos y la pareja de su padre de nacionalidad española y con la que mantiene una relación maternofilial.
Durante un breve periodo de tiempo entre mayo y agosto de 2015 fueron a vivir a la vivienda familiar el hermano del padre junto a su novia.
Un día, según el relato del menor, estaba en el salón con la pareja de su tío, a la que consideraba su tía, y ésta comenzó a hacerle cosquillas, se puso sobre él y le besó por el cuello.
El menor le interrumpió «¿Qué haces?» Entonces la mujer le bajó los pantalones diciéndole que si les contaba algo a su padre o a su tío (pareja de la mujer) diría que la él la había forzado.
La mujer, según la acusación, obligó al menor a tener relaciones sensuales con penetración en varias ocasiones. Los padres supieron de lo que estaba ocurriendo cuando, en una ocasión, el hermano pequeño entró en la habitación y los vio en la cama.
El menor, que explicó que había ocultado lo que ocurría por vergüenza y culpabilidad, le contó lo que estaba pasando a su padre. Los peritos que analizaron el testimonio del menor dieron credibilidad al joven al que han descrito como un joven sumiso que no llegaba a puntuar siquiera en las pruebas de agresividad u oposición, por lo que se daba verosimilitud a la versión del joven que no se habría opuesto ante las intimidaciones de su tía.
Los resultados de las pruebas psicológicas daban la razón al testimonio del joven y de su padre en contraposición con lo defendido por la tía, que describió en la vista oral sus meses en la casa como una pesadilla en la que habría sido forzada, amada sin consentimiento por el joven de forma continua y amenazada de fin por toda la familia incluso con un cuchillo.
UNAS FOTOS QUE NO APARECIERON
La mujer, que añadió numerosos acontecimientos a su testimonio inicial durante la vista, aseguró que tenía fotos en su móvil de hematomas y heridas que mostraban que había sido forzada a mantener relaciones sensuales pero que los hermanos pequeños del menor le cogieron el móvil y las borraron.
En su turno de palabra, la joven aprovechó para reincidir en que «había sufrido una agresión, que temía por su vida y que se habían aprovechado de una persona en un país que no conocía a nadie» y que quería » que le devolvieran las cosas que aún no le habían devuelto» que se quedaron en la casa después de que la echaran tras descubrirse los abusos. Por último señaló que «ella era la víctima».
La familia solicitaba 50 años de prisión, 14 por cada delito de agresión sensual y 8 años más por el delito de abuso sensual además de una indemnización de 100.000 euros y una orden de alejamiento.Por su parte, el letrado de la joven solicitaba la libre absolución de su defendida tal y como se ha decretado finalmente.
Una mujer fue absuelta tras ser juzgada en Pamplona por violar en tres ocasiones a su sobrino de 15 años y para la que pedían 42 años de guandoca
AbsueltaJuzgadaMujerPamplonaSobrinoViolar
Una prueba más del doble rasero en algunas resoluciones judiciales y de la degradación de la democracia española. Ocurrió en 2017. Una mujer de 24 años juzgada en Pamplona por mantener relaciones sensuales con su sobrino de 15 años fue absuelta de varios delitos de agresión sensual y abuso sensual hacia su sobrino político de 15 años de edad. La sentencia por el momento no es firme y cabría recurso contra ella.
La presunción de inocencia ha prevalecido ya que no se ha podido demostrar que las relaciones sensuales tuvieran lugar por las amenazas de la mujer sobre el menor.
La joven estaba acusada de obligar al menor a tener relaciones sensuales con penetración en varias ocasiones en el domicilio familiar en la cuenca de Pamplona bajo amenazas de que le diría a la familia que era él el que la violaba.
Según sostuvo la acusación, la mujer aprovechaba para violar al menor cuando se quedaban solos o los demás miembros de la familia dormían.
El Ministerio Fiscal solicitaba para la mujer 42 años de prisión, 13 por cada delito de agresión sensual y 3 por otro de abuso sensual, además de una indemnización de 15.000 euros.
LOS HECHOS TUVIERON LUGAR EN LA CASA FAMILIAR
Los hechos de los que se le acusaba tuvieron lugar entre mayo y agosto de 2015 cuando el menor tenía 15 años y la mujer 23. El joven vive desde hace 13 años en una localidad navarra próxima a Pamplona, junto a su padre, sus hermanos y la pareja de su padre de nacionalidad española y con la que mantiene una relación maternofilial.
Durante un breve periodo de tiempo entre mayo y agosto de 2015 fueron a vivir a la vivienda familiar el hermano del padre junto a su novia.
Un día, según el relato del menor, estaba en el salón con la pareja de su tío, a la que consideraba su tía, y ésta comenzó a hacerle cosquillas, se puso sobre él y le besó por el cuello.
El menor le interrumpió «¿Qué haces?» Entonces la mujer le bajó los pantalones diciéndole que si les contaba algo a su padre o a su tío (pareja de la mujer) diría que la él la había forzado.
La mujer, según la acusación, obligó al menor a tener relaciones sensuales con penetración en varias ocasiones. Los padres supieron de lo que estaba ocurriendo cuando, en una ocasión, el hermano pequeño entró en la habitación y los vio en la cama.
El menor, que explicó que había ocultado lo que ocurría por vergüenza y culpabilidad, le contó lo que estaba pasando a su padre. Los peritos que analizaron el testimonio del menor dieron credibilidad al joven al que han descrito como un joven sumiso que no llegaba a puntuar siquiera en las pruebas de agresividad u oposición, por lo que se daba verosimilitud a la versión del joven que no se habría opuesto ante las intimidaciones de su tía.
Los resultados de las pruebas psicológicas daban la razón al testimonio del joven y de su padre en contraposición con lo defendido por la tía, que describió en la vista oral sus meses en la casa como una pesadilla en la que habría sido forzada, amada sin consentimiento por el joven de forma continua y amenazada de fin por toda la familia incluso con un cuchillo.
UNAS FOTOS QUE NO APARECIERON
La mujer, que añadió numerosos acontecimientos a su testimonio inicial durante la vista, aseguró que tenía fotos en su móvil de hematomas y heridas que mostraban que había sido forzada a mantener relaciones sensuales pero que los hermanos pequeños del menor le cogieron el móvil y las borraron.
En su turno de palabra, la joven aprovechó para reincidir en que «había sufrido una agresión, que temía por su vida y que se habían aprovechado de una persona en un país que no conocía a nadie» y que quería » que le devolvieran las cosas que aún no le habían devuelto» que se quedaron en la casa después de que la echaran tras descubrirse los abusos. Por último señaló que «ella era la víctima».
La familia solicitaba 50 años de prisión, 14 por cada delito de agresión sensual y 8 años más por el delito de abuso sensual además de una indemnización de 100.000 euros y una orden de alejamiento.Por su parte, el letrado de la joven solicitaba la libre absolución de su defendida tal y como se ha decretado finalmente.
Una mujer fue absuelta tras ser juzgada en Pamplona por violar en tres ocasiones a su sobrino de 15 años y para la que pedían 42 años de guandoca