M. Priede
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Marc Fortuño
En el momento se devolver la riqueza a los accionistas, una empresa tiene diversas opciones: a través de la apreciación del precio de las acciones , dividendos o, quizás la menos conocida, mediante las recompras de acciones.
Si bien en el pasado las empresas trataban de remunerar al accionista vía dividendos, con la implantación de tipos de interés bajos y la amplia liquidez existente, se han modificado este comportamiento.
En lugar de los pagos de dividendos tradicionales, las recompras se han visto como una práctica flexible para devolver el exceso de flujo de caja. Las recompras pueden verse como una forma eficiente de devolver dinero a los bolsillos de sus accionistas. [Se agradece la franqueza: lo importante son los accionistas, no la empresa, a pesar de que los accionistas tengan hoy esas acciones y mañana otras. Importa un rábano la continuidad de la empresa, de los trabajadores y de la riqueza que los bienes producidos por esa empresa añaden a la economía. Lo importante es el capital accionarial. Luego veremos lo de "exceso de flujo de caja"]
Una recompra de acciones significa que una empresa utiliza su efectivo disponible para comprar y retirar algunas de sus acciones en el mercado abierto.
Los beneficios para los accionistas
Una recompra beneficia a los accionistas al aumentar el porcentaje de propiedad de cada inversor porque reduce el número total de acciones en circulación. En el caso de una recompra, la empresa concentra su valor para el accionista en lugar de diluirlo. [Así es. Esa práctica estaba prohibida, o muy limitada, porque altera el valor de la empresa de manera artificial, fraudulenta. Tras la llegada de Clinton (que también eliminó la ley Glass-Stegall, que separaba los bancos comerciales de los bancos de inversión) se extendió a todo el mercado gracias al poder financiero, que fue el gran beneficiado, ya que los fondos de inversión están participados por los bancos, salvo los fondos de pensiones, que les endosan toda la sarama, de ahí el empeño en privatizarlos en aquellos países donde no lo están, para que hagan de papelera de todo aquello que les sobra a los bancos]
Supongamos que posee una acción de la empresa X que tiene un total de 10 acciones en circulación. La capitalización de mercado de la empresa ABC es de un millón de euros. En consecuencia, cada acción vale 100.000 euros.
A partir de aquí, la empresa gasta de su caja para recomprar una acción y la retirada del mercado. Entonces esa misma capitalización de mercado ahora hay que dividirla entre 9, lo que aumenta su valor a 111.111 euros por acción, un incremento del 11%.
No nos equivoquemos, que la empresa decida recomprar sus acciones no se traduce en una mejor situación para el accionista per se. Si la empresa decide llevar a cabo un plan de recompra destinando la liquidez necesaria para su negocio, se tratará de toda una irresponsabilidad por parte de la dirección. [Justamente lo que ha ocurrido, desde Enron hasta Boeing o últimamente Delta. En realidad todos los magnates bursátiles sin excepción lo han hecho]
Por ello hay que analizar cada caso aunque, en términos generales, lo que si nos muestra es una actitud positiva hacia la creación de valor para los accionistas por parte de la administración de la empresa y una capacidad para generar excesos de caja que pueden usarse para recomprar acciones. [La recompra de acciones no genera excesos de caja sino todo lo contrario, los absorbe, puesto que se usa el exceso de caja para recomprar acciones. El problema es que nunca habría exceso de caja si la empresa dedicara sus beneficios a invertir en investigación y desarrollo o en expandir su negocio, que es lo propio de toda empresa. Pero como lo importante son las acciones, no importa que la empresa esté perdiendo competitividad y sus productos sean malos, caso de Boeing y sus 737, que se le cayeron dos por haber despedido a 1.300 ingenieros, precisamente para reducir costes, tener más beneficios y reinvertir los beneficios en recomprar acciones, las cuales también benefician a los ejecutivos puestos en la dirección por los accionistas, ya que parte de sus ingresos los reciben precisamente en acciones, de ahí el interés en que suban de precio aunque la empresa se vaya a la cosa. El director de Delta reinvirtió 13.000 millones en recomprar acciones; llegó la covidianoia por escasez de oferta de petróleo y tuvo que ser rescatada la empresa con 20.000 millones del banco central (los ricos entienden muy bien el socialismo, pero sólo para ellos, por supuesto), lo cual no impidió que este mismo año ese director se subiese el salario hasta los 150 millones]
Se ha demostrado que una cartera diversificada de acciones que realizan recompras tiende a reducir la volatilidad del mercado fruto de las compras periodicas por parte de la empresa y aumenta la rentabilidad a largo plazo en comparación con índices de mercado de gran capitalización como la bolsa estadounidense liderada por el S&P 500.
Esto sucede porque las recompras a impulsan los precios de las acciones a corto plazo, ya que la compra reduce la oferta de acciones en circulación y la compra en sí aumenta la oferta en el mercado. [Reimpulsar los precios a corto plazo y de manera periódica no conlleva un aumento de rentabilidad a largo plazo. ¿Qué es largo plazo? Aquí queda en evidencia que para los accionistas especuladores y para los verdaderos empresarios el tiempo tras*curre de forma muy diferente. Un empresario de verdad se mantiene firme en su empresa y da pasos grandes o cortos incluso hacia atrás atendiendo al mercado; no tiene su empresa como un medio de especular con ella y cerrarla para invertir como accionista en otra, incluso de la competencia. Al menos así era antes, hasta que apareció la financiarización de la economía en los años 80 y pasamos del empresario que se devanaba los sesos para mantener la fábrica, al chuleta vacilón que presumía de haber ganado diez veces más por levantar el teléfono y vender acciones de cosa a precio de oro. Ahí está el 'Lobo de Wall Street', o 'Wall Street', de Oliver Stone, del año 1987, donde se explicaba muy bien el choque de intereses entre empresarios y trabajadores por un lado, frente a especuladores por otro, que lo único que buscaban eran conseguir la mayoría de las acciones para controlar la empresa y así ordeñarla hasta dejarla seca. Gracias a esta gente estamos como estamos. La prueba es que la información económica se centra en las bolsas y en política monetaria y fiscal. Hasta los años 80 no era así, se hablaba de producción de acero, automóviles, expansión de las áreas de regadío, industria alimentaria, naval. Lo mismo que ahora en China ]
Además se ofrece una señal de salud corporativa (existe un exceso de liquidez) y una visión por parte de los administradores de la empresa de que sus acciones se encuentran infravaloradas. [Para el accionista, claro, que viene a decir: "mis acciones subirán porque ha habido beneficios que se van a invertir recomprando acciones". Hasta que un año el accionista mira el balance de la empresa y se da cuenta de que no resistirá tres años más frente a la empresa de la competencia, que ha invertido en investigación y está sacando al mercado productos mejores y más baratos que los de la empresa en la que tiene su dinero invertido. Entonces deduce: venderé estas acciones ahora que todos ven que van a subir gracias al hijomio que hemos puesto en la dirección y compraré en las de la competencia. Y por si fuera poco, como buen liberal cantamañas que cree que la sociedad no es otra cosa que una suma de individuos y de intereses individuales, se convence a sí mismo de que ir exclusivamente en interés propio moderniza la economía y acaba por beneficiar a todos, si no a corto plazo sí a largo. Y el día que compre acciones de la nueva empresa dirá que cree en los valores y productos de esa empresa y que la anterior no ha sabido acomodarse a una competencia exigente. Y vuelta a empezar, así, entre él y otros como él, colocarán a otro hijomio en la dirección de la nueva empresa, se la cargarán como hicieron con la anterior, y luego a por otra. Y ése es el ciclo de la economía financiera y especulativa, pensar en el beneficio a corto plazo y que del largo se encargue 'la mano invisible del mercado', mercado que ellos han alterado y hundido. Y se entiende perfectamente que los rusos los hayan echado y los chinos no los dejen entrar si no es con condiciones durísimas, de ahí el repruebo que se siembra contra ellos. Tampoco se permitía en España hasta la entrada en la CEE, y ya puestos hablemos del libre mercado europeo, donde no nos permitieron comprar ninguna empresa extranjera (que le pregunten a Florentino cuando quiso comprar Eiffage, y las que pasó para hacerse con Hochtief) ni siquiera asentar en esos países algunas que teníamos muy buenas, pero tuvimos que dejar que ellos se hicieran con todo en España, y lo demás lo cerráramos. Y así seguimos. ¿Cuántos supermercados tiene Mercadona en Francia o Alemania? ¿Cuántos supermercados tienen Alemania y Francia en España? ¿Puede abrir Amancio Ortega cuantas tiendas desee en esos países? Pero esto es algo que nos sacaría fuera del asunto]
Otro enfoque importante es que los dividendos reducen instantáneamente el precio de las acciones cuando se pagan, mientras que las recompras no. Y esta junto a muchas otras razones explican los motivos por los que las acciones de las empresas europeas, que principalmente devuelven efectivo a los tenedores a través de dividendos, han quedado por detrás de sus pares estadounidenses, que tienden a recompensar a los inversores por recompra de acciones. [Son unos anticuados, hombre, con lo bien que nos va a los accionistas que nuestras acciones suban de precio, venderlas y comprar otras de aquellas empresas que aun se puedan ordeñar con más rendimiento. Somos como dioses, creamos riqueza gracias a nuestra visión del mundo y a nuestra osadía comprando y vendiendo. ¿Que hay demasiados perdedores? Bueno, que espabilen y hagan lo que yo. Si no saben, pues lo siento, es la ley de la oferta y la demanda, del libre mercado. En el mundo no hay sitio para los perdedores]
Recompras y las crisis
Las recompras tienden a marcar el pulso del mercado. Si las empresas van mal no existirá un exceso de liquidez que les permita atesorar acciones propias y retirarlas del mercado, por lo que tienden a incrementarse en etapas de mejora económica. [Naturalmente jamás pondrá como explicación que muchas de esas empresas van mal precisamente porque sus directivos no han invertido en la empresa sino en sus propias acciones, de tal manera que las acciones suben de precio cuando en realidad la empresa se está yendo a la cosa]
Con la crisis vimos una combinación de los instintos de supervivencia de las empresas y la presión política que estranguló las distribuciones de efectivo se agotaron casi por completo durante la esa época en el 2020 de la que yo le hablo. Los problemas de efectivo también perjudicaron a las recompras de acciones que sufrieron una severa contracción.
Si miramos a Europa, los miedos por parte de los directivos de las grandes empresas pueden estar desvanécidose, ya que un repunte en las recompras muestra una creciente confianza en que se puede devolver más efectivo a los accionistas en lugar de apuntalar los balances. [O sea, que sigan engordando mi cartera aunque las tiendas se estén llenando de productos fabricados en Asia. ¿Cómo no voy a ser partidario del libre mercado?, porque además, si todo saliera mal, ahí tenemos al banco central para que sostenga el valor de las acciones extendiendo cheques por el valor nominal de esas acciones e incluso continúen aumentando su precio]
Grandes empresas como LVMH y L'Oreal ya ha anunciado grandes recompras, y las estimaciones existentes proyectan que en las empresas europeas gastarán 150.000 millones de euros para la compra de sus propias acciones el próximo año. Eso es un salto del 25% desde el promedio de 120.000 millones de euros en los cinco años antes de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo.
[Pues nada, que siga. Eso sí, seguramente que no diría lo mismo si ese dinero del BCE se destinase a ayudas de quienes se quedan fuera de su liberalismo; si son colectivistas o socialistas bolivarianos, que se joroben, ellos lo han querido, que de ellos y de nadie más es la culpa]
En el momento se devolver la riqueza a los accionistas, una empresa tiene diversas opciones: a través de la apreciación del precio de las acciones , dividendos o, quizás la menos conocida, mediante las recompras de acciones.
Si bien en el pasado las empresas trataban de remunerar al accionista vía dividendos, con la implantación de tipos de interés bajos y la amplia liquidez existente, se han modificado este comportamiento.
En lugar de los pagos de dividendos tradicionales, las recompras se han visto como una práctica flexible para devolver el exceso de flujo de caja. Las recompras pueden verse como una forma eficiente de devolver dinero a los bolsillos de sus accionistas. [Se agradece la franqueza: lo importante son los accionistas, no la empresa, a pesar de que los accionistas tengan hoy esas acciones y mañana otras. Importa un rábano la continuidad de la empresa, de los trabajadores y de la riqueza que los bienes producidos por esa empresa añaden a la economía. Lo importante es el capital accionarial. Luego veremos lo de "exceso de flujo de caja"]
Una recompra de acciones significa que una empresa utiliza su efectivo disponible para comprar y retirar algunas de sus acciones en el mercado abierto.
Los beneficios para los accionistas
Una recompra beneficia a los accionistas al aumentar el porcentaje de propiedad de cada inversor porque reduce el número total de acciones en circulación. En el caso de una recompra, la empresa concentra su valor para el accionista en lugar de diluirlo. [Así es. Esa práctica estaba prohibida, o muy limitada, porque altera el valor de la empresa de manera artificial, fraudulenta. Tras la llegada de Clinton (que también eliminó la ley Glass-Stegall, que separaba los bancos comerciales de los bancos de inversión) se extendió a todo el mercado gracias al poder financiero, que fue el gran beneficiado, ya que los fondos de inversión están participados por los bancos, salvo los fondos de pensiones, que les endosan toda la sarama, de ahí el empeño en privatizarlos en aquellos países donde no lo están, para que hagan de papelera de todo aquello que les sobra a los bancos]
Supongamos que posee una acción de la empresa X que tiene un total de 10 acciones en circulación. La capitalización de mercado de la empresa ABC es de un millón de euros. En consecuencia, cada acción vale 100.000 euros.
A partir de aquí, la empresa gasta de su caja para recomprar una acción y la retirada del mercado. Entonces esa misma capitalización de mercado ahora hay que dividirla entre 9, lo que aumenta su valor a 111.111 euros por acción, un incremento del 11%.
No nos equivoquemos, que la empresa decida recomprar sus acciones no se traduce en una mejor situación para el accionista per se. Si la empresa decide llevar a cabo un plan de recompra destinando la liquidez necesaria para su negocio, se tratará de toda una irresponsabilidad por parte de la dirección. [Justamente lo que ha ocurrido, desde Enron hasta Boeing o últimamente Delta. En realidad todos los magnates bursátiles sin excepción lo han hecho]
Por ello hay que analizar cada caso aunque, en términos generales, lo que si nos muestra es una actitud positiva hacia la creación de valor para los accionistas por parte de la administración de la empresa y una capacidad para generar excesos de caja que pueden usarse para recomprar acciones. [La recompra de acciones no genera excesos de caja sino todo lo contrario, los absorbe, puesto que se usa el exceso de caja para recomprar acciones. El problema es que nunca habría exceso de caja si la empresa dedicara sus beneficios a invertir en investigación y desarrollo o en expandir su negocio, que es lo propio de toda empresa. Pero como lo importante son las acciones, no importa que la empresa esté perdiendo competitividad y sus productos sean malos, caso de Boeing y sus 737, que se le cayeron dos por haber despedido a 1.300 ingenieros, precisamente para reducir costes, tener más beneficios y reinvertir los beneficios en recomprar acciones, las cuales también benefician a los ejecutivos puestos en la dirección por los accionistas, ya que parte de sus ingresos los reciben precisamente en acciones, de ahí el interés en que suban de precio aunque la empresa se vaya a la cosa. El director de Delta reinvirtió 13.000 millones en recomprar acciones; llegó la covidianoia por escasez de oferta de petróleo y tuvo que ser rescatada la empresa con 20.000 millones del banco central (los ricos entienden muy bien el socialismo, pero sólo para ellos, por supuesto), lo cual no impidió que este mismo año ese director se subiese el salario hasta los 150 millones]
Se ha demostrado que una cartera diversificada de acciones que realizan recompras tiende a reducir la volatilidad del mercado fruto de las compras periodicas por parte de la empresa y aumenta la rentabilidad a largo plazo en comparación con índices de mercado de gran capitalización como la bolsa estadounidense liderada por el S&P 500.
Esto sucede porque las recompras a impulsan los precios de las acciones a corto plazo, ya que la compra reduce la oferta de acciones en circulación y la compra en sí aumenta la oferta en el mercado. [Reimpulsar los precios a corto plazo y de manera periódica no conlleva un aumento de rentabilidad a largo plazo. ¿Qué es largo plazo? Aquí queda en evidencia que para los accionistas especuladores y para los verdaderos empresarios el tiempo tras*curre de forma muy diferente. Un empresario de verdad se mantiene firme en su empresa y da pasos grandes o cortos incluso hacia atrás atendiendo al mercado; no tiene su empresa como un medio de especular con ella y cerrarla para invertir como accionista en otra, incluso de la competencia. Al menos así era antes, hasta que apareció la financiarización de la economía en los años 80 y pasamos del empresario que se devanaba los sesos para mantener la fábrica, al chuleta vacilón que presumía de haber ganado diez veces más por levantar el teléfono y vender acciones de cosa a precio de oro. Ahí está el 'Lobo de Wall Street', o 'Wall Street', de Oliver Stone, del año 1987, donde se explicaba muy bien el choque de intereses entre empresarios y trabajadores por un lado, frente a especuladores por otro, que lo único que buscaban eran conseguir la mayoría de las acciones para controlar la empresa y así ordeñarla hasta dejarla seca. Gracias a esta gente estamos como estamos. La prueba es que la información económica se centra en las bolsas y en política monetaria y fiscal. Hasta los años 80 no era así, se hablaba de producción de acero, automóviles, expansión de las áreas de regadío, industria alimentaria, naval. Lo mismo que ahora en China ]
Además se ofrece una señal de salud corporativa (existe un exceso de liquidez) y una visión por parte de los administradores de la empresa de que sus acciones se encuentran infravaloradas. [Para el accionista, claro, que viene a decir: "mis acciones subirán porque ha habido beneficios que se van a invertir recomprando acciones". Hasta que un año el accionista mira el balance de la empresa y se da cuenta de que no resistirá tres años más frente a la empresa de la competencia, que ha invertido en investigación y está sacando al mercado productos mejores y más baratos que los de la empresa en la que tiene su dinero invertido. Entonces deduce: venderé estas acciones ahora que todos ven que van a subir gracias al hijomio que hemos puesto en la dirección y compraré en las de la competencia. Y por si fuera poco, como buen liberal cantamañas que cree que la sociedad no es otra cosa que una suma de individuos y de intereses individuales, se convence a sí mismo de que ir exclusivamente en interés propio moderniza la economía y acaba por beneficiar a todos, si no a corto plazo sí a largo. Y el día que compre acciones de la nueva empresa dirá que cree en los valores y productos de esa empresa y que la anterior no ha sabido acomodarse a una competencia exigente. Y vuelta a empezar, así, entre él y otros como él, colocarán a otro hijomio en la dirección de la nueva empresa, se la cargarán como hicieron con la anterior, y luego a por otra. Y ése es el ciclo de la economía financiera y especulativa, pensar en el beneficio a corto plazo y que del largo se encargue 'la mano invisible del mercado', mercado que ellos han alterado y hundido. Y se entiende perfectamente que los rusos los hayan echado y los chinos no los dejen entrar si no es con condiciones durísimas, de ahí el repruebo que se siembra contra ellos. Tampoco se permitía en España hasta la entrada en la CEE, y ya puestos hablemos del libre mercado europeo, donde no nos permitieron comprar ninguna empresa extranjera (que le pregunten a Florentino cuando quiso comprar Eiffage, y las que pasó para hacerse con Hochtief) ni siquiera asentar en esos países algunas que teníamos muy buenas, pero tuvimos que dejar que ellos se hicieran con todo en España, y lo demás lo cerráramos. Y así seguimos. ¿Cuántos supermercados tiene Mercadona en Francia o Alemania? ¿Cuántos supermercados tienen Alemania y Francia en España? ¿Puede abrir Amancio Ortega cuantas tiendas desee en esos países? Pero esto es algo que nos sacaría fuera del asunto]
Otro enfoque importante es que los dividendos reducen instantáneamente el precio de las acciones cuando se pagan, mientras que las recompras no. Y esta junto a muchas otras razones explican los motivos por los que las acciones de las empresas europeas, que principalmente devuelven efectivo a los tenedores a través de dividendos, han quedado por detrás de sus pares estadounidenses, que tienden a recompensar a los inversores por recompra de acciones. [Son unos anticuados, hombre, con lo bien que nos va a los accionistas que nuestras acciones suban de precio, venderlas y comprar otras de aquellas empresas que aun se puedan ordeñar con más rendimiento. Somos como dioses, creamos riqueza gracias a nuestra visión del mundo y a nuestra osadía comprando y vendiendo. ¿Que hay demasiados perdedores? Bueno, que espabilen y hagan lo que yo. Si no saben, pues lo siento, es la ley de la oferta y la demanda, del libre mercado. En el mundo no hay sitio para los perdedores]
Recompras y las crisis
Las recompras tienden a marcar el pulso del mercado. Si las empresas van mal no existirá un exceso de liquidez que les permita atesorar acciones propias y retirarlas del mercado, por lo que tienden a incrementarse en etapas de mejora económica. [Naturalmente jamás pondrá como explicación que muchas de esas empresas van mal precisamente porque sus directivos no han invertido en la empresa sino en sus propias acciones, de tal manera que las acciones suben de precio cuando en realidad la empresa se está yendo a la cosa]
Con la crisis vimos una combinación de los instintos de supervivencia de las empresas y la presión política que estranguló las distribuciones de efectivo se agotaron casi por completo durante la esa época en el 2020 de la que yo le hablo. Los problemas de efectivo también perjudicaron a las recompras de acciones que sufrieron una severa contracción.
Si miramos a Europa, los miedos por parte de los directivos de las grandes empresas pueden estar desvanécidose, ya que un repunte en las recompras muestra una creciente confianza en que se puede devolver más efectivo a los accionistas en lugar de apuntalar los balances. [O sea, que sigan engordando mi cartera aunque las tiendas se estén llenando de productos fabricados en Asia. ¿Cómo no voy a ser partidario del libre mercado?, porque además, si todo saliera mal, ahí tenemos al banco central para que sostenga el valor de las acciones extendiendo cheques por el valor nominal de esas acciones e incluso continúen aumentando su precio]
Grandes empresas como LVMH y L'Oreal ya ha anunciado grandes recompras, y las estimaciones existentes proyectan que en las empresas europeas gastarán 150.000 millones de euros para la compra de sus propias acciones el próximo año. Eso es un salto del 25% desde el promedio de 120.000 millones de euros en los cinco años antes de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo.
[Pues nada, que siga. Eso sí, seguramente que no diría lo mismo si ese dinero del BCE se destinase a ayudas de quienes se quedan fuera de su liberalismo; si son colectivistas o socialistas bolivarianos, que se joroben, ellos lo han querido, que de ellos y de nadie más es la culpa]
¿Qué es la recompra de acciones y por qué es importante a la hora de invertir?
En el momento se devolver la riqueza a los accionistas, una empresa tiene diversas opciones: a través de la apreciación del precio de las acciones ,...
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