sabroson
Lonchafinista
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- 25 Dic 2018
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Mi nombre es Javier. Tengo 26 años y trabajo en una compañía de import-export como responsable del la área informática. Mido 1,70 de altura por 68 Kg de peso, tengo un cuerpo bastante atlético, practico varios deportes y me considero heterosexual. He tenido varias novias pero desde hace dos años llevo vida de single, sin renunciar a una que si otra aventuras que se me presentan, sobre todo en el ambiente de mi trabajo.
Hace algunos meses atrás me decidí a inscribirme en un gym que se encuentra cerca del trabajo y que es uno de los más modernos de mi ciudad. Tiene horarios muy cómodos por lo que puedo frecuentarlo a según de mis necesidades.
Un día que salí del trabajo tarde porque tuve que terminar algunas configuraciones decidí irme al gym y aprovechar para hacer un poco de ejercicio y darme una sauna para relajarme.
Cuando llegue al gym note que estaba prácticamente vacio (había 3 o 4 personas solamente entrenándose). Por lo general yo iba por las tardes y esta era la primera vez que lo hacía a esa hora.
Siendo el gym muy grande daba la impresión que estuviese desierto. Me fui a cambiar y hice unas sesiones de ejercicios. Al terminar me fui a la ducha y después de ducharme me dirigí hacia el local de la sauna que lógicamente estaba vacío. Me introduje en una de las cabinas y me senté después de haberme quitado la toalla. Estaba con los ojos cerrados y ya empezaba a sudar cuando sentí la puerta que se abría y disimuladamente abrí apenas los ojos y vi que estaba entrando un hombre de unos 45 o 50 años, alto y bien parecido. Después de cerrar la puerta el hombre dijo:
-“Buenas, disculpe…”
A lo que abriendo completamente los ojos conteste:
-“Buenas, ninguna molestia”.
El hombre se sentó casi en frente de mí y se quito la toalla. Una de las cosas que los hombres no podemos evitar de hacer es el de mirar los penes de los otros hombres, disimuladamente, obvio, pero necesitamos hacerlo para satisfacer nuestra escondida necesidad de comparar la medida de nuestro miembro viril con el de los otros y así poder sentirnos bien si el nuestro es más grande, consolarnos si es de igual medida y ojala que no, frustrarnos en el caso que el nuestro sea más pequeño!
Mientras fingía tener los ojos cerrados mire hacia el hombre y note que a pesar de tener su miembro viril flácido era literalmente enorme! Era grueso y media por lo menos unos 12 cm lo que me hacia presagiar que cuando se le ponía erecto como mínimo se ponía de unos 25 cm o mas de largo.
El estaba con los ojos cerrados (o por lo menos eso aparentaba…) y note que de vez en cuando se tocaba el miembro viril con su mano con toda naturalidad como si se estuviera tocando cualquier parte de su cuerpo.
-“Me llamo Carlos” dijo el hombre, “mucho gusto”.
-“Encantado, yo soy Javier” le conteste bastante sorprendido por la improvisa conversación.
Mientras le contestaba, note que tenía su miembro viril en la mano y lo estaba acariciando. La cosa me puso un poco incomodo pero disimule mi perplejidad y de manera natural lo seguí mirando como si nada estuviera pasando.
-“Vienes a menudo?” me pregunto Carlos, “es la primera vez que te veo”.
-“No a esta hora, vengo por lo general por las tardes” le conteste notando como se había dirigido a mi tuteándome sin habérmelo pedido. Seguimos conversando de varios temas, durante el cual Carlos seguía sobándose el miembro viril en forma cada vez más descarada y a pesar que la cosa me tenía un poco nervioso, yo no lograba evitar de fijar mi mirada de vez en cuando en su miembro que estaba ya creciendo de tamaño. De repente Carlos fijándome en los ojos me dijo:
-“Te molesta que me lo toque?” La pregunta me dejo desplazado completamente y después de algunos segundos le conteste:
-“No porque debería?” Pero sin pensarlo mucho y no sabiendo que decir añadí:
-“Tienes tremenda herramienta amigo, tus mujeres deben estar muy contentas contigo…” y me eche a reír, mas por nerviosismo que por otra cosa. Carlos me miro por varios segundos y me dijo:
-“A seguro que si, y no solo las mujeres!” echándose a reír también. En ese momento me di cuenta que Carlos estaba mandándome mensajes subliminales, o por lo menos eso me pareció. Pasaron veinte minutos y no sabiendo que decir o hacer decidí levantarme y con voz natural dije: “Bueno por hoy está bien de sudar, me voy para la ducha” con la intención de despedirme y así evitar que la conversación continuara pero Carlos no me dio tiempo y agrego levantándose: “Si yo también voy a ducharme, te acompaño…” Me cubrí con la toalla y abrí la puerta sin evitar de notar que la platano de Carlos estaba casi completamente erecta y mientras se cubría nuestras miradas se cruzaron.
Lo que me estaba sorprendiendo era que yo también me estaba excitando y también mi platano estaba bastante erecta!
Cuando llegamos a las duchas me di cuenta que no había nadie, probablemente éramos los últimos en el gym. Con una actitud de seguridad me dirigí hacia una de las duchas y empecé a ducharme. Carlos entró en la ducha de al lado y empezó a ducharse también. Yo estaba con los ojos cerrados mientras me enjabonaba el cabello con el champo cuando de repente sentí que alguien estaba detrás mío. Era Carlos que sin decir nada había entrado en mi box. Estaba por voltearme cuando Carlos me sujeto con firmeza y acerco su cuerpo al mío rozándome con el miembro viril en mi ojo ciego. “Tranquilo, quiero solo enjabonarte la espalda, para que tu lo hagas conmigo también” me dijo con voz amable acercando sus labios a mi oído. Pero al mismo tiempo con sus brazos fuertes me tenia sujetado haciéndome entender que no tenía ninguna intención de soltarme. “Y además, tengo ganas de cogerte, y de abrirte ese ojo ciego precioso que tienes” susurro sin ninguna vergüenza. A ese punto yo estaba por reaccionar con la intención de demostrarle que yo no era lgtb y no tenía ninguna intención de seguir soportando esa insinuación de su parte pero al mismo tiempo estaba excitado y en realidad no sabía qué hacer. Entonces tratando de poner una voz firme dije: “Mira que te estas equivocando conmigo yo no soy lgtb, no me gustan los hombres y quiero que me sueltes inmediatamente si no…” No termine di completar la frase cuando sentí que Carlos me empujaba hacia la pared. Con un movimiento rápido puso mis brazos en mi espalda y pegando su cuerpo al mío me dijo con tono de amenaza: “Mira que no te estoy pidiendo nada, te lo estoy ordenando y para que entiendas bien…” no termino que sentí un fuerte dolor al brazo derecho. Me lo estaba torciendo y yo aparte de estar inmovilizado sentía un dolor terrible. “Para, para que me vas a partir el brazo…” le suplique con tono casi a punto de llorar. “Bueno entonces pórtate bien y vamos a empezar a disfrutar nuestra nueva amistad” Me dio vueltas y mirándome fijamente con actitud de amenaza me dijo: “Ahora empieza a hacerme una manola, que se que no vez la hora de tocarme la platano, puñetero!” No sé porque lo hice con mi mano agarre el miembro viril de Carlos que estaba duro como una piedra y empecé a pajearlo. “Siéntelo como esta duro, siente lo que te va a tocar…” al terminar estas palabras Carlos me agarro por el cuello y me obligo a arrodillarme en tal modo que mi cara quedo exactamente enfrente a su platano! Sin que pudiera ni siquiera darme cuenta de lo que estaba pasando mi boca está completamente llena de ese inmenso pedazo de carne caliente, húmedo y duro que empezaba a entrarme hasta la garganta. A mis primeras arcadas Carlos ni se preocupo, siguió empujando hasta que de mi boca salió un líquido viscoso mesclado a saliva y acompañado de arcadas y una tos fuerte que apenas me dejaba respirar. “Vamos cortesana, no te pongas delicada, abre esa boca fruta!” a lo que siguió una embestida con el miembro viril de Carlos que casi me atraganta nuevamente! Luego sin decir nada lo saco por la mitad y empezó despacio a entrar y salir de mi boca. Yo estaba como drojado, por el morbo y la excitación, por la sorpresa, por la vergüenza, pero la verdad es que no lograba zafarme de esa situación inesperada y que me estaba llevando a comportarme como nunca había hecho en mi vida. Los fuertes brazos de Carlos me tomaron con decisión, hizo que me parare, me volteo y mientras con un brazo en la barriga presionaba hacia atrás con el otro en el cuello me empujaba hacia adelante. Hizo que me doblara y empezó a ponerme jabón en el agujero de mi ojo ciego metiéndome primero un dedo y después dos hasta llegar a tres. Actuaba como si yo no estuviera presente. Empujaba sus dedos y cada vez mas presionaba hacia el exterior de las paredes para lograr alargar mi agujero. Ninguna advertencia, ni palabra, ningún forro, solo un poco de jabón y de repente sentí que el pimpollo de su miembro viril estaba entrando en mi ojo ciego. Trate instintivamente de retraerme y resistir pero cuando lo intente, Carlos maestralmente presiono mi vientre y mientras distraído por esa acción el me hundió su platano sin compasión! Sentí que algo me estaba quemando por dentro, sentí un dolor que no puedo describir, grite, pero el único resultado que obtuve fue que el presiono con más fuerza! Las piernas me temblaban, mi miembro viril había perdido su rigidez*, el dolor en mi ano era terrible, pero mi excitación era increíblemente alta y aumentaba cada vez más. Me dejo insertado sin moverse por algunos minutos y de repente saco el miembro viril de mi ojo ciego. Sentí una sensación de alivio, como si me hubiesen vaciado las entrañas, pero mientras yo creía que era el final de aquella experiencia, fue suficiente para que Carlos enjabonara su miembro viril nuevamente y antes que pudiera ni siquiera pensar lo tenía nuevamente dentro de mi ojo ciego. Carlos hizo que me doblara aun mas y sentí como su platano me llenaba y parecía llegarme hasta la garganta! La presión de su embestida me hacía sentir la cabeza como que fuese a estallar. Sentía que todo mi cuerpo estaba como hinchado. Carlos empezó un mete y saca que debe haber durado unos 10 minutos. Yo estaba súper extasiado, el dolor había dejado su puesto al placer y un liquido caliente escurría por mis piernas. Era el líquido de mis entrañas unido a sangre. Si porque mi ojo ciego virgen había pagado su precio! Carlos empezaba a dar algunos empujones cada vez más fuertes y sin decir palabras, saco la platano de mi ojo ciego, me volteo nuevamente y me obligo a meterme el miembro viril en la boca. Hacia como lo saco de mi ojo ciego, con todo el liquido que lo mojaba directamente en mi boca! Antes que pudiera asquearme empezó a acabar dentro de mi boca. Me tenía la cabeza sujeta con sus manos y cuando trataba de alejarme hacia presión y me obligaba a tragar toda esa cantidad de esperma que parecía no terminar nunca! Seguía saliendo a chorros, nunca había visto una eyaculación tan abundante! “Trágate todo, astuta, trágate todo, absorbe y limpia todo!” Fueron sus palabras mientras extasiado continuaba a empujar el miembro viril dentro de mi boca. Yo tenía en mi boca ese enorme miembro viril que siguió erecto por casi otros 5 minutos! Trague todo, y al ardor de estomago inicial siguió una sensación de resignación y casi de placer. Cuando por fin Carlos saco su miembro viril de mi boca, volvió a abrir la ducha y se enjabono todo el cuerpo. Yo estaba en el rincón con la mirada llena de vergüenza hacia el piso. Carlos salió de la ducha y empezó a secarse y cambiarse. Yo estaba como paralizado con el agua que me mojaba y no lograba moverme. Carlos se acerco a la ducha y me dijo: “Te deje mi numero encima de tu bolso. Mañana llámame porque la fiesta va a seguir… Y a propósito, por si a caso tienes ganas de llamar a la policía, ahórrate el trabajo, porque soy yo la policía!, Hasta mañana fruta!” Esas palabras acabaron de helarme. Carlos, lo supe después, era un agente de las fuerzas especiales con privilegios fuera de lo común. Desde ese día mi vida y sobre todo mi ojo ciego no fueron más los mismos. Yo sigo siendo heterosexual, sigo teniendo relaciones con mujeres, pero cuando Carlos me llama, debo estar preparado a que me cojan por el ojo ciego, por la boca, a hacer cositas platanos y tragar leche, a sacar brillo culos y cualquier otra cosa me ordenen. Si porque Carlos a menudo trae amigos y amigas, juegan conmigo y hacen lo que les da la gana con mi cuerpo. Y yo?
Bueno la verdad es que a pesar de saber que no tengo alternativa, a pesar de saber que no puedo negarme, la verdad es que descubrí que ahora me gusta todo lo que me hacen. En manera particular cuando es Carlos que me coge y me penetra. A si es una sensación que no logro describir. Me recuerda ese primer día cuando todo empezó mirando de reojo su platano, y termino partiéndome el ojo ciego. A mi ojo ciego! Ahora ya no teme ninguna platano. Me las han metido de todos los tamaños y medidas. El anillo de mi ojo ciego, mi esfínter es súper elástico y adaptable a cualquier miembro viril natural o artificial, manos abiertas o puños cerrados. Si ya no soy virgen y sobre todo ahora me gusta que me den por el ojo ciego. Y cuando me cojo una mujer, el ojo ciego no se lo salva nadie. Hasta con gritos y rebeldía no puedo evitar de enterrarle mi platano por el ojo ciego, que a pesar de no ser grande como la de Carlos deja su huella y sabor adonde entra. Algunas de las mujeres no vuelven mas nunca a tener sesso conmigo otras en cambio no ven la hora de volver a darme el ojo ciego para que me lo coja… Es lo mismo que me pasa a mí con Carlos y sus amigos, no veo la hora que vuelva a pasar…
Hace algunos meses atrás me decidí a inscribirme en un gym que se encuentra cerca del trabajo y que es uno de los más modernos de mi ciudad. Tiene horarios muy cómodos por lo que puedo frecuentarlo a según de mis necesidades.
Un día que salí del trabajo tarde porque tuve que terminar algunas configuraciones decidí irme al gym y aprovechar para hacer un poco de ejercicio y darme una sauna para relajarme.
Cuando llegue al gym note que estaba prácticamente vacio (había 3 o 4 personas solamente entrenándose). Por lo general yo iba por las tardes y esta era la primera vez que lo hacía a esa hora.
Siendo el gym muy grande daba la impresión que estuviese desierto. Me fui a cambiar y hice unas sesiones de ejercicios. Al terminar me fui a la ducha y después de ducharme me dirigí hacia el local de la sauna que lógicamente estaba vacío. Me introduje en una de las cabinas y me senté después de haberme quitado la toalla. Estaba con los ojos cerrados y ya empezaba a sudar cuando sentí la puerta que se abría y disimuladamente abrí apenas los ojos y vi que estaba entrando un hombre de unos 45 o 50 años, alto y bien parecido. Después de cerrar la puerta el hombre dijo:
-“Buenas, disculpe…”
A lo que abriendo completamente los ojos conteste:
-“Buenas, ninguna molestia”.
El hombre se sentó casi en frente de mí y se quito la toalla. Una de las cosas que los hombres no podemos evitar de hacer es el de mirar los penes de los otros hombres, disimuladamente, obvio, pero necesitamos hacerlo para satisfacer nuestra escondida necesidad de comparar la medida de nuestro miembro viril con el de los otros y así poder sentirnos bien si el nuestro es más grande, consolarnos si es de igual medida y ojala que no, frustrarnos en el caso que el nuestro sea más pequeño!
Mientras fingía tener los ojos cerrados mire hacia el hombre y note que a pesar de tener su miembro viril flácido era literalmente enorme! Era grueso y media por lo menos unos 12 cm lo que me hacia presagiar que cuando se le ponía erecto como mínimo se ponía de unos 25 cm o mas de largo.
El estaba con los ojos cerrados (o por lo menos eso aparentaba…) y note que de vez en cuando se tocaba el miembro viril con su mano con toda naturalidad como si se estuviera tocando cualquier parte de su cuerpo.
-“Me llamo Carlos” dijo el hombre, “mucho gusto”.
-“Encantado, yo soy Javier” le conteste bastante sorprendido por la improvisa conversación.
Mientras le contestaba, note que tenía su miembro viril en la mano y lo estaba acariciando. La cosa me puso un poco incomodo pero disimule mi perplejidad y de manera natural lo seguí mirando como si nada estuviera pasando.
-“Vienes a menudo?” me pregunto Carlos, “es la primera vez que te veo”.
-“No a esta hora, vengo por lo general por las tardes” le conteste notando como se había dirigido a mi tuteándome sin habérmelo pedido. Seguimos conversando de varios temas, durante el cual Carlos seguía sobándose el miembro viril en forma cada vez más descarada y a pesar que la cosa me tenía un poco nervioso, yo no lograba evitar de fijar mi mirada de vez en cuando en su miembro que estaba ya creciendo de tamaño. De repente Carlos fijándome en los ojos me dijo:
-“Te molesta que me lo toque?” La pregunta me dejo desplazado completamente y después de algunos segundos le conteste:
-“No porque debería?” Pero sin pensarlo mucho y no sabiendo que decir añadí:
-“Tienes tremenda herramienta amigo, tus mujeres deben estar muy contentas contigo…” y me eche a reír, mas por nerviosismo que por otra cosa. Carlos me miro por varios segundos y me dijo:
-“A seguro que si, y no solo las mujeres!” echándose a reír también. En ese momento me di cuenta que Carlos estaba mandándome mensajes subliminales, o por lo menos eso me pareció. Pasaron veinte minutos y no sabiendo que decir o hacer decidí levantarme y con voz natural dije: “Bueno por hoy está bien de sudar, me voy para la ducha” con la intención de despedirme y así evitar que la conversación continuara pero Carlos no me dio tiempo y agrego levantándose: “Si yo también voy a ducharme, te acompaño…” Me cubrí con la toalla y abrí la puerta sin evitar de notar que la platano de Carlos estaba casi completamente erecta y mientras se cubría nuestras miradas se cruzaron.
Lo que me estaba sorprendiendo era que yo también me estaba excitando y también mi platano estaba bastante erecta!
Cuando llegamos a las duchas me di cuenta que no había nadie, probablemente éramos los últimos en el gym. Con una actitud de seguridad me dirigí hacia una de las duchas y empecé a ducharme. Carlos entró en la ducha de al lado y empezó a ducharse también. Yo estaba con los ojos cerrados mientras me enjabonaba el cabello con el champo cuando de repente sentí que alguien estaba detrás mío. Era Carlos que sin decir nada había entrado en mi box. Estaba por voltearme cuando Carlos me sujeto con firmeza y acerco su cuerpo al mío rozándome con el miembro viril en mi ojo ciego. “Tranquilo, quiero solo enjabonarte la espalda, para que tu lo hagas conmigo también” me dijo con voz amable acercando sus labios a mi oído. Pero al mismo tiempo con sus brazos fuertes me tenia sujetado haciéndome entender que no tenía ninguna intención de soltarme. “Y además, tengo ganas de cogerte, y de abrirte ese ojo ciego precioso que tienes” susurro sin ninguna vergüenza. A ese punto yo estaba por reaccionar con la intención de demostrarle que yo no era lgtb y no tenía ninguna intención de seguir soportando esa insinuación de su parte pero al mismo tiempo estaba excitado y en realidad no sabía qué hacer. Entonces tratando de poner una voz firme dije: “Mira que te estas equivocando conmigo yo no soy lgtb, no me gustan los hombres y quiero que me sueltes inmediatamente si no…” No termine di completar la frase cuando sentí que Carlos me empujaba hacia la pared. Con un movimiento rápido puso mis brazos en mi espalda y pegando su cuerpo al mío me dijo con tono de amenaza: “Mira que no te estoy pidiendo nada, te lo estoy ordenando y para que entiendas bien…” no termino que sentí un fuerte dolor al brazo derecho. Me lo estaba torciendo y yo aparte de estar inmovilizado sentía un dolor terrible. “Para, para que me vas a partir el brazo…” le suplique con tono casi a punto de llorar. “Bueno entonces pórtate bien y vamos a empezar a disfrutar nuestra nueva amistad” Me dio vueltas y mirándome fijamente con actitud de amenaza me dijo: “Ahora empieza a hacerme una manola, que se que no vez la hora de tocarme la platano, puñetero!” No sé porque lo hice con mi mano agarre el miembro viril de Carlos que estaba duro como una piedra y empecé a pajearlo. “Siéntelo como esta duro, siente lo que te va a tocar…” al terminar estas palabras Carlos me agarro por el cuello y me obligo a arrodillarme en tal modo que mi cara quedo exactamente enfrente a su platano! Sin que pudiera ni siquiera darme cuenta de lo que estaba pasando mi boca está completamente llena de ese inmenso pedazo de carne caliente, húmedo y duro que empezaba a entrarme hasta la garganta. A mis primeras arcadas Carlos ni se preocupo, siguió empujando hasta que de mi boca salió un líquido viscoso mesclado a saliva y acompañado de arcadas y una tos fuerte que apenas me dejaba respirar. “Vamos cortesana, no te pongas delicada, abre esa boca fruta!” a lo que siguió una embestida con el miembro viril de Carlos que casi me atraganta nuevamente! Luego sin decir nada lo saco por la mitad y empezó despacio a entrar y salir de mi boca. Yo estaba como drojado, por el morbo y la excitación, por la sorpresa, por la vergüenza, pero la verdad es que no lograba zafarme de esa situación inesperada y que me estaba llevando a comportarme como nunca había hecho en mi vida. Los fuertes brazos de Carlos me tomaron con decisión, hizo que me parare, me volteo y mientras con un brazo en la barriga presionaba hacia atrás con el otro en el cuello me empujaba hacia adelante. Hizo que me doblara y empezó a ponerme jabón en el agujero de mi ojo ciego metiéndome primero un dedo y después dos hasta llegar a tres. Actuaba como si yo no estuviera presente. Empujaba sus dedos y cada vez mas presionaba hacia el exterior de las paredes para lograr alargar mi agujero. Ninguna advertencia, ni palabra, ningún forro, solo un poco de jabón y de repente sentí que el pimpollo de su miembro viril estaba entrando en mi ojo ciego. Trate instintivamente de retraerme y resistir pero cuando lo intente, Carlos maestralmente presiono mi vientre y mientras distraído por esa acción el me hundió su platano sin compasión! Sentí que algo me estaba quemando por dentro, sentí un dolor que no puedo describir, grite, pero el único resultado que obtuve fue que el presiono con más fuerza! Las piernas me temblaban, mi miembro viril había perdido su rigidez*, el dolor en mi ano era terrible, pero mi excitación era increíblemente alta y aumentaba cada vez más. Me dejo insertado sin moverse por algunos minutos y de repente saco el miembro viril de mi ojo ciego. Sentí una sensación de alivio, como si me hubiesen vaciado las entrañas, pero mientras yo creía que era el final de aquella experiencia, fue suficiente para que Carlos enjabonara su miembro viril nuevamente y antes que pudiera ni siquiera pensar lo tenía nuevamente dentro de mi ojo ciego. Carlos hizo que me doblara aun mas y sentí como su platano me llenaba y parecía llegarme hasta la garganta! La presión de su embestida me hacía sentir la cabeza como que fuese a estallar. Sentía que todo mi cuerpo estaba como hinchado. Carlos empezó un mete y saca que debe haber durado unos 10 minutos. Yo estaba súper extasiado, el dolor había dejado su puesto al placer y un liquido caliente escurría por mis piernas. Era el líquido de mis entrañas unido a sangre. Si porque mi ojo ciego virgen había pagado su precio! Carlos empezaba a dar algunos empujones cada vez más fuertes y sin decir palabras, saco la platano de mi ojo ciego, me volteo nuevamente y me obligo a meterme el miembro viril en la boca. Hacia como lo saco de mi ojo ciego, con todo el liquido que lo mojaba directamente en mi boca! Antes que pudiera asquearme empezó a acabar dentro de mi boca. Me tenía la cabeza sujeta con sus manos y cuando trataba de alejarme hacia presión y me obligaba a tragar toda esa cantidad de esperma que parecía no terminar nunca! Seguía saliendo a chorros, nunca había visto una eyaculación tan abundante! “Trágate todo, astuta, trágate todo, absorbe y limpia todo!” Fueron sus palabras mientras extasiado continuaba a empujar el miembro viril dentro de mi boca. Yo tenía en mi boca ese enorme miembro viril que siguió erecto por casi otros 5 minutos! Trague todo, y al ardor de estomago inicial siguió una sensación de resignación y casi de placer. Cuando por fin Carlos saco su miembro viril de mi boca, volvió a abrir la ducha y se enjabono todo el cuerpo. Yo estaba en el rincón con la mirada llena de vergüenza hacia el piso. Carlos salió de la ducha y empezó a secarse y cambiarse. Yo estaba como paralizado con el agua que me mojaba y no lograba moverme. Carlos se acerco a la ducha y me dijo: “Te deje mi numero encima de tu bolso. Mañana llámame porque la fiesta va a seguir… Y a propósito, por si a caso tienes ganas de llamar a la policía, ahórrate el trabajo, porque soy yo la policía!, Hasta mañana fruta!” Esas palabras acabaron de helarme. Carlos, lo supe después, era un agente de las fuerzas especiales con privilegios fuera de lo común. Desde ese día mi vida y sobre todo mi ojo ciego no fueron más los mismos. Yo sigo siendo heterosexual, sigo teniendo relaciones con mujeres, pero cuando Carlos me llama, debo estar preparado a que me cojan por el ojo ciego, por la boca, a hacer cositas platanos y tragar leche, a sacar brillo culos y cualquier otra cosa me ordenen. Si porque Carlos a menudo trae amigos y amigas, juegan conmigo y hacen lo que les da la gana con mi cuerpo. Y yo?
Bueno la verdad es que a pesar de saber que no tengo alternativa, a pesar de saber que no puedo negarme, la verdad es que descubrí que ahora me gusta todo lo que me hacen. En manera particular cuando es Carlos que me coge y me penetra. A si es una sensación que no logro describir. Me recuerda ese primer día cuando todo empezó mirando de reojo su platano, y termino partiéndome el ojo ciego. A mi ojo ciego! Ahora ya no teme ninguna platano. Me las han metido de todos los tamaños y medidas. El anillo de mi ojo ciego, mi esfínter es súper elástico y adaptable a cualquier miembro viril natural o artificial, manos abiertas o puños cerrados. Si ya no soy virgen y sobre todo ahora me gusta que me den por el ojo ciego. Y cuando me cojo una mujer, el ojo ciego no se lo salva nadie. Hasta con gritos y rebeldía no puedo evitar de enterrarle mi platano por el ojo ciego, que a pesar de no ser grande como la de Carlos deja su huella y sabor adonde entra. Algunas de las mujeres no vuelven mas nunca a tener sesso conmigo otras en cambio no ven la hora de volver a darme el ojo ciego para que me lo coja… Es lo mismo que me pasa a mí con Carlos y sus amigos, no veo la hora que vuelva a pasar…