Cazarr
Madmaxista
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Resumen: en Sentmenat (BCN) echan atrás la compraventa de un piso porque les dicen que les falta pagar el "censo enfitéutico", un tributo de 3.500€ al marqués de Sentmenat.
Como, además, hace un mes murió el marqués a los 90 años (Joaquim Sagnier de Sentmenat), no hay a quién pagarle, y por tanto nadie -ni los bancos- aceptan pagar ese canon a la familia y que se lo lleve calentito quienquiera que sea designado heredero. A principios de año murió también la hermana del marqués a los 95, quien era la propietaria de las tierras. La familia no se pone de acuerdo para repartirse las propiedades.
El tributo fue "reactivado" por el Parlament en 1990 (Ley 6/1990, de los Censos).
Supe de este tributo hace ya quince años porque le pasó algo parecido a un familiar. Pero flipo con que a estas alturas todavía existan privilegios de este tipo.
Josep Vives lleva ocho meses intentando vender un piso de su propiedad en Sabadell pero la fin de una hermana del marqués de Sentmenat ha paralizado la operación. Lo tenía todo listo. Un comprador, cuyo banco le daba la hipoteca, y una paga y señal en concepto de arras, que deberá devolver si finalmente la compraventa no se lleva a cabo. Pero cuando se disponían a sellar la tras*acción saltó la sorpresa: el piso no estaba libre de cargas sino que el Registro de la Propiedad indicaba que faltaba por pagar un censo. “¿Un censo, cómo que un censo?”, se preguntó Vives. Cuando adquirió la finca en 1981 no había ningún censo ni ninguna deuda oculta. Lo que debe pagar Vives es lo que se conoce como un censo enfitéutico, una especie de tributo de origen feudal, que en su caso tiene que pagar directamente al marqués de Sentmenat o a alguno de sus herederos como antiguos propietarios de los terrenos donde se acabó levantando su finca. El tributo, según los expertos, data del siglo XVI, fue reactivado gracias a una ley catalana aprobada por el Parlament en 1990 y a día de hoy aún sigue vigente .
“El censo es una reliquia histórica, una figura medieval en la que los señores terratenientes no podían explotar todas sus tierras y las cedían a los campesinos para que las cultivasen mediante la figura del censo. A cambio de la utilización de las tierras pagaban un canon, que era una gallina, un saco de trigo o una docena de bemoles”, aclara Albert Domingo, miembro de la Junta del Col·legi de Notaris de Catalunya.
Pero Vives no debe abonar gallinas ni una docena de bemoles sino 3.500 euros, que es a lo que corresponde el tributo establecido por una de las hermanas del marqués de Sentmenat, titular del censo de su finca. Los problemas, sin embargo, no acaban aquí. Vives no puede pagar el censo porque no tiene a quién pagárselo. Doña Pilar Sagnier de Sentmenat, hermana del marqués, falleció el pasado mes de enero a la edad de 95 años y desde entonces sus herederos están inmersos en un complicado proceso para repartirse sus propiedades. Hasta que no se designe un heredero, Vives no tiene a quién pagarle el censo y no puede ejecutar la venta de su vivienda. Por si el embrollo no fuera suficientemente complicado, al inventario de las propiedades de la hermana de la marquesa hay que sumarle la distribución del patrimonio del marqués de Sentmenat, Joaquín Sagnier de Sentmenat, que también falleció el pasado mes de octubre a los
90 años.
En el 2015, una vecina de Sentmenat llevó al Parlament una iniciativa para cancelar los censos
Ante esta situación llena de obstáculos, Vives propuso depositar los 3.500 euros del censo ante un notario para que cuando la familia del marqués designe un heredero pueda cobrarlo sin que se paralice la operación de venta de su vivienda. Pero de nuevo topó contra un muro. El banco, como es habitual, se niega a conceder una hipoteca para adquirir un piso que no esté libre de cargas con lo que todo sigue parado.
El marqués de Sentmenat y sus familiares poseen aproximadamente unos 800 censos repartidos por varios municipios del Vallès, como Sentmenat, Sabadell, Terrassa y también en Barcelona, según reconocen fuentes de la familia, pero la tardanza con la que se está gestionando el reparto de las propiedades está paralizando las operaciones de compraventa de fincas situadas en su antiguo marquesado, no solo las del señor Vives.
Un representante de la familia del marqués asegura que hay cuatro casos de operaciones paralizadas a las que solo les falta el pago del censo para culminarse. “Voluntad de cancelar los censos la hay, pero las cosas son como son”, reconoce. En la inmobiliaria de Sentmenat están acostumbrados a que algunos de los inmuebles que ponen a la venda estén gravados con un censo propiedad del marqués. “Ahora tenemos una venta parada porque está afectada por este censo y no hay a quién pagarle y también tenemos otra en la que hemos pactado el importe pero estamos pendiente del inventario de la familia del marqués para zanjarlo”, cuenta Joan Sánchez Sellés, abogado de Juspro Consulting, asesoría ubicada en Sentmenat.
Un vecino no puede desencallar la venta de su inmueble porque antes debe pagar un canon del siglo XIV
A Gemma Fruitós le sucedió algo parecido. En el año 2007 puso a la venta la casa familiar que heredó de sus padres y que estos previamente también habían recibido de sus progenitores. Y de nuevo la sorpresa: la finca debía someterse a un censo. Cuando descubrió que su propiedad tenía esta carga pensó que le pedirían dos gallinas o dos bemoles para cancelarlo como ocurría en el pasado, pero tuvo que pagar 7.000 euros a la marquesa, cantidad correspondiente a un 4% del valor de tasación del inmueble”, recuerda. “A mí lo que me molestó es que resultase que la marquesa era la propietaria de mi piso y nunca había ayudado a pagar las reparaciones de la finca”, protesta con ironía.
Desde aquel momento, Gemma lideró un movimiento vecinal para lograr la cancelación de los censos enfitéuticos de varios marquesados que aún siguen vigentes. Montó protestas en Sentmenat, organizó una fiesta medieval reivindicativa y llevó una propuesta al Parlament que fue aceptada por ERC pero que quedó en nada. “Esperemos que a alguien le interese resolver esta cuestión. Estamos dando dinero a alguien que no consta en las escrituras y cuyos pagos se hacen con total oscuridad”, denuncia.
En el año 1990, el Parlament aprobó una ley para cancelar todos los censos existentes pero incluyó una excepción: los propietarios de estos derechos feudales tenían un plazo de cinco años para reactivarlos. Los grandes marquesados que ostentaban centenares de censos decidieron hacerlo y por eso siguen vigentes. Esta es la razón por la que Josep Vives, cuando compró su casa en 1981, no vio que estuviera sujeta a ninguna carga, ya que el censo fue reactivado después, en 1995, justo cuando se extinguía el plazo concedido por el Govern.
La operación no prosperó porque el pago debe hacerse a la hermana del noble, que falleció en enero
El libro V del Código Civil de Catalunya regula los censos y establece que como máximo se puede pagar un 10% del valor de tasación del inmueble, aunque lo normal es que pagar entre un 2% y un 4% del valor del inmueble.
Fuente: La Vanguardia
Como, además, hace un mes murió el marqués a los 90 años (Joaquim Sagnier de Sentmenat), no hay a quién pagarle, y por tanto nadie -ni los bancos- aceptan pagar ese canon a la familia y que se lo lleve calentito quienquiera que sea designado heredero. A principios de año murió también la hermana del marqués a los 95, quien era la propietaria de las tierras. La familia no se pone de acuerdo para repartirse las propiedades.
El tributo fue "reactivado" por el Parlament en 1990 (Ley 6/1990, de los Censos).
Supe de este tributo hace ya quince años porque le pasó algo parecido a un familiar. Pero flipo con que a estas alturas todavía existan privilegios de este tipo.
Josep Vives lleva ocho meses intentando vender un piso de su propiedad en Sabadell pero la fin de una hermana del marqués de Sentmenat ha paralizado la operación. Lo tenía todo listo. Un comprador, cuyo banco le daba la hipoteca, y una paga y señal en concepto de arras, que deberá devolver si finalmente la compraventa no se lleva a cabo. Pero cuando se disponían a sellar la tras*acción saltó la sorpresa: el piso no estaba libre de cargas sino que el Registro de la Propiedad indicaba que faltaba por pagar un censo. “¿Un censo, cómo que un censo?”, se preguntó Vives. Cuando adquirió la finca en 1981 no había ningún censo ni ninguna deuda oculta. Lo que debe pagar Vives es lo que se conoce como un censo enfitéutico, una especie de tributo de origen feudal, que en su caso tiene que pagar directamente al marqués de Sentmenat o a alguno de sus herederos como antiguos propietarios de los terrenos donde se acabó levantando su finca. El tributo, según los expertos, data del siglo XVI, fue reactivado gracias a una ley catalana aprobada por el Parlament en 1990 y a día de hoy aún sigue vigente .
“El censo es una reliquia histórica, una figura medieval en la que los señores terratenientes no podían explotar todas sus tierras y las cedían a los campesinos para que las cultivasen mediante la figura del censo. A cambio de la utilización de las tierras pagaban un canon, que era una gallina, un saco de trigo o una docena de bemoles”, aclara Albert Domingo, miembro de la Junta del Col·legi de Notaris de Catalunya.
Pero Vives no debe abonar gallinas ni una docena de bemoles sino 3.500 euros, que es a lo que corresponde el tributo establecido por una de las hermanas del marqués de Sentmenat, titular del censo de su finca. Los problemas, sin embargo, no acaban aquí. Vives no puede pagar el censo porque no tiene a quién pagárselo. Doña Pilar Sagnier de Sentmenat, hermana del marqués, falleció el pasado mes de enero a la edad de 95 años y desde entonces sus herederos están inmersos en un complicado proceso para repartirse sus propiedades. Hasta que no se designe un heredero, Vives no tiene a quién pagarle el censo y no puede ejecutar la venta de su vivienda. Por si el embrollo no fuera suficientemente complicado, al inventario de las propiedades de la hermana de la marquesa hay que sumarle la distribución del patrimonio del marqués de Sentmenat, Joaquín Sagnier de Sentmenat, que también falleció el pasado mes de octubre a los
90 años.
En el 2015, una vecina de Sentmenat llevó al Parlament una iniciativa para cancelar los censos
Ante esta situación llena de obstáculos, Vives propuso depositar los 3.500 euros del censo ante un notario para que cuando la familia del marqués designe un heredero pueda cobrarlo sin que se paralice la operación de venta de su vivienda. Pero de nuevo topó contra un muro. El banco, como es habitual, se niega a conceder una hipoteca para adquirir un piso que no esté libre de cargas con lo que todo sigue parado.
El marqués de Sentmenat y sus familiares poseen aproximadamente unos 800 censos repartidos por varios municipios del Vallès, como Sentmenat, Sabadell, Terrassa y también en Barcelona, según reconocen fuentes de la familia, pero la tardanza con la que se está gestionando el reparto de las propiedades está paralizando las operaciones de compraventa de fincas situadas en su antiguo marquesado, no solo las del señor Vives.
Un representante de la familia del marqués asegura que hay cuatro casos de operaciones paralizadas a las que solo les falta el pago del censo para culminarse. “Voluntad de cancelar los censos la hay, pero las cosas son como son”, reconoce. En la inmobiliaria de Sentmenat están acostumbrados a que algunos de los inmuebles que ponen a la venda estén gravados con un censo propiedad del marqués. “Ahora tenemos una venta parada porque está afectada por este censo y no hay a quién pagarle y también tenemos otra en la que hemos pactado el importe pero estamos pendiente del inventario de la familia del marqués para zanjarlo”, cuenta Joan Sánchez Sellés, abogado de Juspro Consulting, asesoría ubicada en Sentmenat.
Un vecino no puede desencallar la venta de su inmueble porque antes debe pagar un canon del siglo XIV
A Gemma Fruitós le sucedió algo parecido. En el año 2007 puso a la venta la casa familiar que heredó de sus padres y que estos previamente también habían recibido de sus progenitores. Y de nuevo la sorpresa: la finca debía someterse a un censo. Cuando descubrió que su propiedad tenía esta carga pensó que le pedirían dos gallinas o dos bemoles para cancelarlo como ocurría en el pasado, pero tuvo que pagar 7.000 euros a la marquesa, cantidad correspondiente a un 4% del valor de tasación del inmueble”, recuerda. “A mí lo que me molestó es que resultase que la marquesa era la propietaria de mi piso y nunca había ayudado a pagar las reparaciones de la finca”, protesta con ironía.
Desde aquel momento, Gemma lideró un movimiento vecinal para lograr la cancelación de los censos enfitéuticos de varios marquesados que aún siguen vigentes. Montó protestas en Sentmenat, organizó una fiesta medieval reivindicativa y llevó una propuesta al Parlament que fue aceptada por ERC pero que quedó en nada. “Esperemos que a alguien le interese resolver esta cuestión. Estamos dando dinero a alguien que no consta en las escrituras y cuyos pagos se hacen con total oscuridad”, denuncia.
En el año 1990, el Parlament aprobó una ley para cancelar todos los censos existentes pero incluyó una excepción: los propietarios de estos derechos feudales tenían un plazo de cinco años para reactivarlos. Los grandes marquesados que ostentaban centenares de censos decidieron hacerlo y por eso siguen vigentes. Esta es la razón por la que Josep Vives, cuando compró su casa en 1981, no vio que estuviera sujeta a ninguna carga, ya que el censo fue reactivado después, en 1995, justo cuando se extinguía el plazo concedido por el Govern.
La operación no prosperó porque el pago debe hacerse a la hermana del noble, que falleció en enero
El libro V del Código Civil de Catalunya regula los censos y establece que como máximo se puede pagar un 10% del valor de tasación del inmueble, aunque lo normal es que pagar entre un 2% y un 4% del valor del inmueble.
Fuente: La Vanguardia