Forman el clan de los Paniora
Los Paniora: España en el corazón - 'El clan español de Nueva Zelanda'
Nacido en 1811 en la localidad de Valverde del Majano, Manuel José de Frutos fue un comerciante de lana que un día lo dejó todo para hacerse a la mar en busca de fortuna. Llegó a Perú, donde se embarcó en el ballenero inglés "Elizabeth", con el que atravesó el océano Pacífico. Arribó a Port Awanui y entabló amistad con las poblaciones Ngati Porou de la zona. Su relación con ellas llegó a ser tan estrecha que desposó a cinco mujeres: Tapita, Kataraina, Mihita Heke, Uruhana y Maraea.
Instalado junto al Cabo Este, Manuel José prosperó y se convirtió en un comerciante reconocido. La familia creció con nueve hijos, 41 nietos y 299 bisnietos. Hoy, casi dos siglos después, sus descendientes son más de 20.000. Ninguno de ellos ha olvidado sus raíces españolas, apegados a esa tradición maorí de culto a la tierra en la que la identidad se construye sobre el recuerdo de los ancestros.
(...)
En los años 2007 y 2012 llegaron a Valverde del Majano dos expediciones procedentes de Nueva Zelanda. Cuentan los habitantes de este pueblo (muchos de ellos descendientes de la hermana de Manuel José y, por tanto, parientes suyos) que lo primero que hicieron los Paniora fue arrodillarse y besar la tierra, llorando desconsoladamente de emoción.
Aquel ansiado momento suponía el final de una larga búsqueda. Los Paniora por fin habían hallado el origen. El lugar donde, según la tradición maorí, poder "clavar la lanza" y cerrar el círculo donde la tribu construye su identidad.
Los Paniora: España en el corazón - 'El clan español de Nueva Zelanda'
Nacido en 1811 en la localidad de Valverde del Majano, Manuel José de Frutos fue un comerciante de lana que un día lo dejó todo para hacerse a la mar en busca de fortuna. Llegó a Perú, donde se embarcó en el ballenero inglés "Elizabeth", con el que atravesó el océano Pacífico. Arribó a Port Awanui y entabló amistad con las poblaciones Ngati Porou de la zona. Su relación con ellas llegó a ser tan estrecha que desposó a cinco mujeres: Tapita, Kataraina, Mihita Heke, Uruhana y Maraea.
Instalado junto al Cabo Este, Manuel José prosperó y se convirtió en un comerciante reconocido. La familia creció con nueve hijos, 41 nietos y 299 bisnietos. Hoy, casi dos siglos después, sus descendientes son más de 20.000. Ninguno de ellos ha olvidado sus raíces españolas, apegados a esa tradición maorí de culto a la tierra en la que la identidad se construye sobre el recuerdo de los ancestros.
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En los años 2007 y 2012 llegaron a Valverde del Majano dos expediciones procedentes de Nueva Zelanda. Cuentan los habitantes de este pueblo (muchos de ellos descendientes de la hermana de Manuel José y, por tanto, parientes suyos) que lo primero que hicieron los Paniora fue arrodillarse y besar la tierra, llorando desconsoladamente de emoción.
Aquel ansiado momento suponía el final de una larga búsqueda. Los Paniora por fin habían hallado el origen. El lugar donde, según la tradición maorí, poder "clavar la lanza" y cerrar el círculo donde la tribu construye su identidad.