Un profesor de la UPV tras la paliza al alumno constitucionalista: "No sorprende, el rectorado no hace nada"
Pintadas contrarias a la asociación que el alumno constitucionalista impulsaba en la UPV.
- Txema Portillo, profesor de la Universidad del País Vasco, denuncia la actitud "contemplativa" frente a la escalada de violencia en el campus de Álava.
- 15 encapuchados dan una paliza a un estudiante en Vitoria por defender la unidad de España.
“El actual rectorado y el anterior optan por la contemplación. Ven lo que pasa, lo sienten mucho y no hacen nada. No me sorprende que hayan dado una paliza a un estudiante porque el rectorado no ha tomado ninguna medida proactiva para acabar con la escalada de violencia que sufre el campus de Álava”. Quien así se expresa es un profesor de la Facultad de Letras de la Universidad del País Vasco (UPV), noticia en las últimas horas por la brutal paliza recibida por uno de sus estudiantes a manos de un grupo de encapuchados.
Los agresores le golpearon y le mandaron al hospital porque promovía la constitución de una Asociación Estudiantil en Defensa de España (AEDE). Promovía, porque la violenta agresión ha desinflado los ánimos de quienes acudían a una reunión, quizás constituyente. El temor les ha hecho aparcar su intento y rehuir los medios de comunicación.
Quien denuncia la situación del campus alavés, en conversación con EL ESPAÑOL, no es un profesor más. Se trata de Txema Portillo, titular de la asignatura de Historia Contemporánea, con un largo pasado público conocido, indisociablemente unido a la violencia que ha asolado el País Vasco durante las últimas cuatro décadas. Amenazado y acosado por ETA, y víctima de dos atentados, tuvo que exiliarse en el año 2000 y no pudo regresar hasta 2013, cuando la banda terrorista enfilaba ya la recta de su desaparición.
Desde la perspectiva de lo vivido la actual situación no tiene comparación con la anterior: “La Universidad está infinitamente mejor, ya no ponen bombas ni dan el pasaporte a nadie y los de aquí no tienen a los de las pistolas detrás”.
Portillo se refiere a los estudiantes radicales afines a la izquierda abertzale, comúnmente identificados con el sindicato Ikasle Abertzaleak, muy implantado en los campus vascos. A ese sector se le vincula con los hechos violentos sucedidos en la Universidad vasca durante los últimos años.
"Nota indignante"
“El ataque a la biblioteca, el destrozo del mobiliario en la Escuela de Ingenieros, el arrojo de excrementos y basuras en la Facultad de Letras… Ha habido una serie de hechos violentos y el rectorado no ha tomado ninguna medida proactiva para acabar con esta situación y asegurar los derechos y libertades de los miembros de la comunidad universitaria”, señala Portillo.
Asegura que la paliza propinada el viernes es “un acto gravísimo, en el que se vulnera tanto el derecho a la integridad física de la víctima como el derecho a la constitución de una asociación estudiantil respetuosa con el marco legal vigente”.
La reacción de la UPV, representada por su rectora, Nekane Balluerka, ha sido expresada mediante un escueto comunicado en el que se condena “con absoluta firmeza” el ataque y se expresa “apoyo y solidaridad” a la víctima, mientras se mantiene que la violencia “no tiene cabida alguna” en nuestra sociedad.
Portillo considera insuficiente la nota y hasta “indignante”. “Parece que a este muchacho le han pegado una paliza cuatro quinquis y no que venía de una reunión para promover una asociación en defensa de España. La rectora tenía que haber hecho referencia expresa al motivo del ataque y haberse comprometido a darles facilidades para que puedan constituir esa asociación. Esa sería una actitud democrática y coherente con la defensa de los derechos y libertades”, apunta el profesor.
La crítica de Portillo se extiende al día día del campus donde practica la docencia, donde proliferan las pintadas y pancartas a favor de los presos de ETA y otros temas objeto de reivindicación de la izquierda abertzale y donde al día siguiente de la paliza apareció un grafiti con la expresión “AEDE, joróbate”.
Consecuencias de la agresión
“No soy partidario de retirar todas las pancartas pero sí aquellas que hacen apología del terrorismo y que ofenden a sus víctimas. Retirarlas me parecen de primero de democracia”, expone en alusión a la escenografía que exhibe el recinto universitario.
Su denuncia se enmarca en ese contexto, que él considera de tolerancia y permisividad hacia los estudiantes radicalizados. Ellos copan la representatividad y los espacios cedidos al alumnado, donde la Ertzaintza ha decomisado en ocasiones material pirotécnico y otros artículos empleados en ataques.
Portillo insta a la UPV a actuar para frenar la escalada de violencia y propone como medidas la intervención policial –ahora sólo se permite la entrada de la Ertzaintza previa autorización de la rectora– y la adopción de sanciones contra los agresores una vez identificados. Que vayan desde la expulsión de la Universidad hasta el cierre de las salas que ocupan quienes ejercen o amparan los ataques o comportamientos violentos. En definitiva, un “cambio de política”.
A ese giro político se han referido también en distintos comunicados tanto el PP como el colectivo de víctimas Covite, que han denunciado la “falta de control” de la Universidad sobre la “deriva radical en las instalaciones universitarias”.
La agresión sufrida por el alumno de Historia ha sido condenada unánimemente por los partidos vascos y distintas instituciones en redes sociales y a través de comunicados públicos. Lo ha hecho el lehendakari Iñigo Urkullu y también el coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi. Este último ha señalado el derecho a defender la unidad de España siempre que no se utilice para ello la violencia y ha añadido que “esa violencia interesa a los sectores más reaccionarios del Estado”, según recoge Efe.
Una quincena de agresores
El alumno que sufrió y denunció la paliza se ha dirigido a sus profesores para comunicarles que retomará las clases tras el puente festivo. En el email enviado refiere que le han intervenido quirúrgicamente por rotura de nariz y el pómulo y que se encuentra con múltiples contusiones y problemas psicológicos tras la agresión.
En ella refiere que fueron “unos quince individuos” quienes le propinaron la paliza por la que perdió el conocimiento. Y que lo hicieron tras esperarle a la salida de una reunión en la que se debatía “sobre la situación del campus”, que había sido promovida por un grupo de estudiantes que llevaba semanas condenando las pintadas, destrozos y referencias a ETA en sus instalaciones.
El ataque al universitario dará lugar en los próximos días a diferentes iniciativas institucionales, que se debatirán en las distintas asambleas legislativas del País Vasco. Nuevas Generaciones del PP ha convocado este jueves una concentración a las 12:00 en la Facultad de Letras para denunciar la falta de seguridad en la UPV y reclamar más vigilancia. Por su parte, la comunidad universitaria se concentrará el próximo lunes, 10, a las 13:00 horas en el mismo sitio, convocada por el equipo decanal de la Facultad.
Pintadas contrarias a la asociación que el alumno constitucionalista impulsaba en la UPV.
- Txema Portillo, profesor de la Universidad del País Vasco, denuncia la actitud "contemplativa" frente a la escalada de violencia en el campus de Álava.
- 15 encapuchados dan una paliza a un estudiante en Vitoria por defender la unidad de España.
“El actual rectorado y el anterior optan por la contemplación. Ven lo que pasa, lo sienten mucho y no hacen nada. No me sorprende que hayan dado una paliza a un estudiante porque el rectorado no ha tomado ninguna medida proactiva para acabar con la escalada de violencia que sufre el campus de Álava”. Quien así se expresa es un profesor de la Facultad de Letras de la Universidad del País Vasco (UPV), noticia en las últimas horas por la brutal paliza recibida por uno de sus estudiantes a manos de un grupo de encapuchados.
Los agresores le golpearon y le mandaron al hospital porque promovía la constitución de una Asociación Estudiantil en Defensa de España (AEDE). Promovía, porque la violenta agresión ha desinflado los ánimos de quienes acudían a una reunión, quizás constituyente. El temor les ha hecho aparcar su intento y rehuir los medios de comunicación.
Quien denuncia la situación del campus alavés, en conversación con EL ESPAÑOL, no es un profesor más. Se trata de Txema Portillo, titular de la asignatura de Historia Contemporánea, con un largo pasado público conocido, indisociablemente unido a la violencia que ha asolado el País Vasco durante las últimas cuatro décadas. Amenazado y acosado por ETA, y víctima de dos atentados, tuvo que exiliarse en el año 2000 y no pudo regresar hasta 2013, cuando la banda terrorista enfilaba ya la recta de su desaparición.
Desde la perspectiva de lo vivido la actual situación no tiene comparación con la anterior: “La Universidad está infinitamente mejor, ya no ponen bombas ni dan el pasaporte a nadie y los de aquí no tienen a los de las pistolas detrás”.
Portillo se refiere a los estudiantes radicales afines a la izquierda abertzale, comúnmente identificados con el sindicato Ikasle Abertzaleak, muy implantado en los campus vascos. A ese sector se le vincula con los hechos violentos sucedidos en la Universidad vasca durante los últimos años.
"Nota indignante"
“El ataque a la biblioteca, el destrozo del mobiliario en la Escuela de Ingenieros, el arrojo de excrementos y basuras en la Facultad de Letras… Ha habido una serie de hechos violentos y el rectorado no ha tomado ninguna medida proactiva para acabar con esta situación y asegurar los derechos y libertades de los miembros de la comunidad universitaria”, señala Portillo.
Asegura que la paliza propinada el viernes es “un acto gravísimo, en el que se vulnera tanto el derecho a la integridad física de la víctima como el derecho a la constitución de una asociación estudiantil respetuosa con el marco legal vigente”.
La reacción de la UPV, representada por su rectora, Nekane Balluerka, ha sido expresada mediante un escueto comunicado en el que se condena “con absoluta firmeza” el ataque y se expresa “apoyo y solidaridad” a la víctima, mientras se mantiene que la violencia “no tiene cabida alguna” en nuestra sociedad.
Portillo considera insuficiente la nota y hasta “indignante”. “Parece que a este muchacho le han pegado una paliza cuatro quinquis y no que venía de una reunión para promover una asociación en defensa de España. La rectora tenía que haber hecho referencia expresa al motivo del ataque y haberse comprometido a darles facilidades para que puedan constituir esa asociación. Esa sería una actitud democrática y coherente con la defensa de los derechos y libertades”, apunta el profesor.
La crítica de Portillo se extiende al día día del campus donde practica la docencia, donde proliferan las pintadas y pancartas a favor de los presos de ETA y otros temas objeto de reivindicación de la izquierda abertzale y donde al día siguiente de la paliza apareció un grafiti con la expresión “AEDE, joróbate”.
Consecuencias de la agresión
“No soy partidario de retirar todas las pancartas pero sí aquellas que hacen apología del terrorismo y que ofenden a sus víctimas. Retirarlas me parecen de primero de democracia”, expone en alusión a la escenografía que exhibe el recinto universitario.
Su denuncia se enmarca en ese contexto, que él considera de tolerancia y permisividad hacia los estudiantes radicalizados. Ellos copan la representatividad y los espacios cedidos al alumnado, donde la Ertzaintza ha decomisado en ocasiones material pirotécnico y otros artículos empleados en ataques.
Portillo insta a la UPV a actuar para frenar la escalada de violencia y propone como medidas la intervención policial –ahora sólo se permite la entrada de la Ertzaintza previa autorización de la rectora– y la adopción de sanciones contra los agresores una vez identificados. Que vayan desde la expulsión de la Universidad hasta el cierre de las salas que ocupan quienes ejercen o amparan los ataques o comportamientos violentos. En definitiva, un “cambio de política”.
A ese giro político se han referido también en distintos comunicados tanto el PP como el colectivo de víctimas Covite, que han denunciado la “falta de control” de la Universidad sobre la “deriva radical en las instalaciones universitarias”.
La agresión sufrida por el alumno de Historia ha sido condenada unánimemente por los partidos vascos y distintas instituciones en redes sociales y a través de comunicados públicos. Lo ha hecho el lehendakari Iñigo Urkullu y también el coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi. Este último ha señalado el derecho a defender la unidad de España siempre que no se utilice para ello la violencia y ha añadido que “esa violencia interesa a los sectores más reaccionarios del Estado”, según recoge Efe.
Una quincena de agresores
El alumno que sufrió y denunció la paliza se ha dirigido a sus profesores para comunicarles que retomará las clases tras el puente festivo. En el email enviado refiere que le han intervenido quirúrgicamente por rotura de nariz y el pómulo y que se encuentra con múltiples contusiones y problemas psicológicos tras la agresión.
En ella refiere que fueron “unos quince individuos” quienes le propinaron la paliza por la que perdió el conocimiento. Y que lo hicieron tras esperarle a la salida de una reunión en la que se debatía “sobre la situación del campus”, que había sido promovida por un grupo de estudiantes que llevaba semanas condenando las pintadas, destrozos y referencias a ETA en sus instalaciones.
El ataque al universitario dará lugar en los próximos días a diferentes iniciativas institucionales, que se debatirán en las distintas asambleas legislativas del País Vasco. Nuevas Generaciones del PP ha convocado este jueves una concentración a las 12:00 en la Facultad de Letras para denunciar la falta de seguridad en la UPV y reclamar más vigilancia. Por su parte, la comunidad universitaria se concentrará el próximo lunes, 10, a las 13:00 horas en el mismo sitio, convocada por el equipo decanal de la Facultad.