Bubble Boy
Madmaxista
Un parado consigue abastecer su piso de Delicias con energía solar
Sus paneles solares, colocados en la ventana de la cocina que da al final de la avenida de Segovia, llaman la atención desde hace meses de sus vecinos de Delicias. Detrás de este invento se encuentra un obrero de la construcción que a sus 56 años se encuentra en paro desde hace tiempo y que por eso decidió hacer buen uso de un manual de instalaciones solares que cayó en sus manos. «Por ahora es solo un experimento, pero estoy consiguiendo generar la electricidad que necesito para ahorrar un buen dinero en la factura de la luz», explica orgulloso este inquilino de la barriada del Grupo Aramburu.
Ángel Aragón, que así se llama este oficial de segunda, asegura que las posibilidades son infinitas. «En esta primera fase» ha invertido apenas 300 euros para adquirir «dos placas solares muy modestas que generan unos 50 vatios» y que coloca por las mañanas en la ventana de la cocina para trasladarlas por la tarde a una habitación. «Hay que aprovechar toda la energía que se pueda, ya que lo suyo sería tener una instalación en condiciones en el tejado, pero para eso hace falta una inversión inicial muy fuerte y a un especialista», explica.
Pero este trabajador en paro, un damnificado más de la acuciante crisis económica y del ladrillo, es optimista. «Ahora mismo apenas consigo generar los 50 vatios, pero tengo la electricidad que necesito para utilizar el ordenador, cargar el móvil y encender alguna luz», asegura mientras hace una demostración con la lámpara del salón de su modesta vivienda del número 96 de la avenida de Segovia. Por eso maquina ya ampliar la instalación en las próximas semanas. «Tengo ya pensados dos proyectos para intentar alcanzar los 400 vatios y conseguir dar suministro al frigorífico y la lavadora, aunque el problema está en que los electrodomésticos hay que adaptarlos y eso cuesta».
Por eso experimenta con lo que tiene, dos modestos reguladores con los que carga otras tantas baterías. «Está claro que el ahorro existe, la tecnología es cada vez más asequible y a la larga te sale rentable», añade el obrero en paro, que ha visto en el sol una salida a su situación económica mientras continúa buscando una salida laboral que le devuelva al mercado activo.
Entre tanto, y dado que «tiempo» no le falta, continúa acumulando revistas e información sobre la energía solar: «Tengo muchísimas revistas, tablas de radiación solar, el manual y todo lo que puedo conseguir para seguir investigando».
Nuevos experimentos
La instalación que ya tiene montada es aún un poco rústica y le obliga a cambiar a mano los paneles para seguir el recorrido del sol de este a oeste cada día. «Octubre, noviembre y diciembre son los peores meses», lamenta Ángel, aunque tiene previsto mejorar el sistema de captación de la energía solar precisamente el próximo mes. «Voy a mejorar la inclinación para conseguir la máxima energía», anuncia.
Habrá quien piense que se trata de una locura. Allá él. Ángel Aragón tiene claro que su apuesta ya es rentable y augura que lo será mucho más. «La instalación completa costaría unos 4.000 euros sin los electrodomésticos, pero creo que una placa de 400 vatios se puede conseguir por 400», aclara el vecino de la avenida de Segovia, que 'amenaza' con seguir experimentando hasta conseguir su ansiada casa solar. De momento, concluye, «tengo casi todo lo que necesito para el día a día».
Sus paneles solares, colocados en la ventana de la cocina que da al final de la avenida de Segovia, llaman la atención desde hace meses de sus vecinos de Delicias. Detrás de este invento se encuentra un obrero de la construcción que a sus 56 años se encuentra en paro desde hace tiempo y que por eso decidió hacer buen uso de un manual de instalaciones solares que cayó en sus manos. «Por ahora es solo un experimento, pero estoy consiguiendo generar la electricidad que necesito para ahorrar un buen dinero en la factura de la luz», explica orgulloso este inquilino de la barriada del Grupo Aramburu.
Ángel Aragón, que así se llama este oficial de segunda, asegura que las posibilidades son infinitas. «En esta primera fase» ha invertido apenas 300 euros para adquirir «dos placas solares muy modestas que generan unos 50 vatios» y que coloca por las mañanas en la ventana de la cocina para trasladarlas por la tarde a una habitación. «Hay que aprovechar toda la energía que se pueda, ya que lo suyo sería tener una instalación en condiciones en el tejado, pero para eso hace falta una inversión inicial muy fuerte y a un especialista», explica.
Pero este trabajador en paro, un damnificado más de la acuciante crisis económica y del ladrillo, es optimista. «Ahora mismo apenas consigo generar los 50 vatios, pero tengo la electricidad que necesito para utilizar el ordenador, cargar el móvil y encender alguna luz», asegura mientras hace una demostración con la lámpara del salón de su modesta vivienda del número 96 de la avenida de Segovia. Por eso maquina ya ampliar la instalación en las próximas semanas. «Tengo ya pensados dos proyectos para intentar alcanzar los 400 vatios y conseguir dar suministro al frigorífico y la lavadora, aunque el problema está en que los electrodomésticos hay que adaptarlos y eso cuesta».
Por eso experimenta con lo que tiene, dos modestos reguladores con los que carga otras tantas baterías. «Está claro que el ahorro existe, la tecnología es cada vez más asequible y a la larga te sale rentable», añade el obrero en paro, que ha visto en el sol una salida a su situación económica mientras continúa buscando una salida laboral que le devuelva al mercado activo.
Entre tanto, y dado que «tiempo» no le falta, continúa acumulando revistas e información sobre la energía solar: «Tengo muchísimas revistas, tablas de radiación solar, el manual y todo lo que puedo conseguir para seguir investigando».
Nuevos experimentos
La instalación que ya tiene montada es aún un poco rústica y le obliga a cambiar a mano los paneles para seguir el recorrido del sol de este a oeste cada día. «Octubre, noviembre y diciembre son los peores meses», lamenta Ángel, aunque tiene previsto mejorar el sistema de captación de la energía solar precisamente el próximo mes. «Voy a mejorar la inclinación para conseguir la máxima energía», anuncia.
Habrá quien piense que se trata de una locura. Allá él. Ángel Aragón tiene claro que su apuesta ya es rentable y augura que lo será mucho más. «La instalación completa costaría unos 4.000 euros sin los electrodomésticos, pero creo que una placa de 400 vatios se puede conseguir por 400», aclara el vecino de la avenida de Segovia, que 'amenaza' con seguir experimentando hasta conseguir su ansiada casa solar. De momento, concluye, «tengo casi todo lo que necesito para el día a día».