Un mercedes w123, un land rover y un seat 600 arrancan a la primera tras casi dos semanas bajo el agua y el barro

Anónimo222

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Los cerca de 300 fallecidos y las decenas de personas que aún permanecen desaparecidas, son la consecuencia más trágica de la peor gota fría del siglo, que asoló la comarca valenciana de Huerta Sur la tarde del pasado 29 de octubre. Los supervivientes tienen que lidiar con la pérdida de sus familiares y vecinos y asumir ahora el coste económico de la catástrofe. Pocos son los negocios que no han sufrido daños, muchas las viviendas que tienen que ser reparadas y se cuentan por decenas de miles los vehículos afectados. Se estima que alrededor de 100.000 coches hayan resultado afectados por la riada y las inundaciones en calles y carreteras de las zonas más afectadas por el temporal.

Este lunes, el Consorcio de Compensación de Seguros, el ente encargado de pagar las indemnizaciones en los casos de desastres naturales como el que ha asolado la costa levantina, ha cifrado en cerca de 85.000 las solicitudes de propietarios que ya han reclamado ser indemnizados por los daños en sus coches. En 9 de cada 10 casos, los vehículos no podrán ser reparados e irán al desguace. Sus dueños, en función del seguro que tuvieran, recibirán un pago más o menos generoso. En el peor de los casos, si solo se indemniza por el valor venal, por un coche de más de diez años, por muy buen servicio y estado de conservación que tuviera, se paga menos de un 20 % del valor que tuviera nuevo. Si nuestra póliza contempla un valor venal mejorado, o de reposición, se recibiría un mayor importe, pero nunca equivalente a lo que desembolsamos cuando lo compramos, a no ser que se así se estipule, algo muy poco habitual.

En este amasijo de hierros, neumáticos y plástico hay, en todo caso, excepciones, y están representadas curiosamente por los coches más antiguos y con menos carga tecnológica. Su menor dependencia de componentes electrónicos y centralitas, prácticamente irrecuperables en caso de dañarse con agua por la corrosión de sus componentes, los han hecho resistir mucho mejor las consecuencias de la dana.

Mercedes W123, el incombustible alemán

Uno de esos ejemplos, compartido en las últimas horas por Club Hojalata en Instagram, que aglutina a miles de seguidores de coches clásicos en todo el país, es el de un Mercedes W123, propiedad de Iván Felisi, un albañil de Algemesí, localidad en la que la dana anegó un sinfín de garajes, incluido el que albergaba una unidad de este elegante sedán, un modelo fabricado en Alemania entre 1976 y 1986. Cuatro décadas después y aunque estuvo cubierto de barro hasta el techo, el coche sube la rampa sin inmutarse, incluso con las luces encendidas y los parabrisas funcionando.

Este vehículo, al que el fotógrafo de La Voz José Pardo dedicó un libro, por ser muchas las unidades que aún circulan por Galicia de emigrantes que a su vuelta a la comunidad se hacían con uno tras hacer fortuna fuera, honra la fiabilidad que en tiempos estuvo ligada a la marca germana de la estrella.

En total se fabricaron más de 2,5 millones de unidades, con diferentes tipos de carrocería y motorizaciones. Unas decenas de estos «Mercedes del emigrante» salieron de Garza Automoción, concesionario en Ourense que comercializó con éxito el modelo. En la capital provincial y en comarcas próximas como las de Carballiño u O Ribeiro, sobreviven aún muchos por el buen hacer a finales de los 70 y comienzos de los 80 de este concesionario.

SEAT 600, el clásico popular español

Carlet, municipio de 15.000 habitantes al sur de la ciudad de Valencia, también ha sufrido cuantiosos daños materiales tras la dana. El río Magro se desbordó a su paso por esta localidad, anegando varias zonas. Pepe Arenes, fanático de los vehículos clásicos, temía tener que despedirse de un parque móvil que le ha costado años atesorar. En su garaje, el agua alcanzó su SEAT 600, un Mini y una Vespa. Pero parece que no será así. Toca una profunda labor de lavado y engrase, pero el propio Arenes confirmaba que el viernes el icónico utilitario que motorizó España en los 60 estaba en plena forma: «Ayer 20km con el 600, ¡y como si nada!»

Fabricado en la Zona Franca de Barcelona entre 1957 y 1973 sobre la base del modelo italiano Fiat 600, este SEAT es uno de los coches clásicos preferido por muchos coleccionistas. A su reducido tamaño y escasos costes de mantenimiento suma un diseño redondeado, obra del italiano Dante Giacosa, que ha sobrevivido durante décadas, inspirando incluso utilitarios más recientes como el Fiat 500. Su escaso precio en el momento de su lanzamiento, de 72.000 pesetas, permitió el lujo de tener coche a muchos españoles, llegando a fabricarse casi 800.000 unidades en apenas 15 años.

El Land Rover jienense de Paiporta que «tiene reparación»

Basta con haber cogido un periódico o puesto un telediario en los últimos días para saber que Paiporta es la zona cero de las inundaciones. Ni una sola de sus calles, ni tampoco ningún garaje ubicado en ellas se libró del lodo y de metros de agua en su interior. Y si hay una marca de coches que sabe cómo moverse en el barro, esa es la inglesa Land Rover. Al menos hasta que fue adquirida por la india Tata Motors en 2008, momento en el que su fiabilidad cayó en picado. No es el caso de la unidad que nos ocupa, que podrá volver a circular tras la dana. De tonalidad verde inglés fue fabricada en España, fruto de un acuerdo industrial al que llegó Santana Motor en Linares (Jaén) con la casa inglesa Rover. Se basa en el Defender, uno de los todoterrenos más duros jamás comercializados desde su nacimiento, en 1948. Siete décadas después aún algunos se mantienen en funcionamiento.

El dueño de este coche, ante el temor de que alguien pensase que estaba averiado y lo sacase de su ubicación con una grúa, avisó colocando carteles en el parabrisas que el coche «tiene reparación» y que no se lo llevasen. «No retirar» escribió en mayúsculas a modo de advertencia. La imagen se ha convertido en viral en las últimas horas.
 
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