El Pionero
Alcalde y presidente de Fútbol Paco premium
El descarrilamiento de un tren en el túnel que une las estaciones de Atocha y Chamarín sumió en el caos este fin de semana al sistema ferroviario español. Renfe cifró en 13.700 las personas afectadas por los retrasos y suspensiones y, al tratarse de esta magnitud, han sido muchos los grupos perjudicados con historias reseñables detrás.
Una de esas historias es la que ha protagonizado un grupo de 55 jubilados de Valladolid que estaba de vacaciones en Benidorm cuando el descarrilamiento tuvo lugar en Madrid. Un incidente que provocó la cancelación de su tren de vuelta hacia la capital vallisoletana y que iba a ser Ouigo, operado desde Alicante.
Con los billetes comprados, los jubilados se vieron sin opciones de volver a casa y con la necesidad de dejar sus habitaciones en el hotel en el que estaban a las 12 de la mañana. A situaciones desesperadas, medidas desesperadas: estos jubilados acabaron montando en taxis durante horas y con un coste de nada más y nada menos que 14.000 euros.
Tal y como ha informado la Cadena SER, y recogiendo los testimonios de varios de los afectados, la relaciones públicas del hotel se puso manos a la obra para ayudar al grupo y organizar el viaje de vuelta. Tuvo que encontrar hasta 14 taxis, y no fue tarea fácil: los conductores tenían que estar dispuestos a asumir una carrera muy larga, de más de 12 horas (más de seis de ida y otras tantas de vuelta). El coste de los taxis fue de unos 1.000 euros, sin contar lo pagado en peajes.
El problema al que se asoma este grupo de jubilados es proceder a la reclamación de estos gastos, dado el elevado número de personas que tienen que ponerse de acuerdo para elaborar una demanda conjunta. Y teniendo en cuenta que Ouigo solo se comprometió a devolver el importe exacto de los billetes.
Una de esas historias es la que ha protagonizado un grupo de 55 jubilados de Valladolid que estaba de vacaciones en Benidorm cuando el descarrilamiento tuvo lugar en Madrid. Un incidente que provocó la cancelación de su tren de vuelta hacia la capital vallisoletana y que iba a ser Ouigo, operado desde Alicante.
Con los billetes comprados, los jubilados se vieron sin opciones de volver a casa y con la necesidad de dejar sus habitaciones en el hotel en el que estaban a las 12 de la mañana. A situaciones desesperadas, medidas desesperadas: estos jubilados acabaron montando en taxis durante horas y con un coste de nada más y nada menos que 14.000 euros.
Tal y como ha informado la Cadena SER, y recogiendo los testimonios de varios de los afectados, la relaciones públicas del hotel se puso manos a la obra para ayudar al grupo y organizar el viaje de vuelta. Tuvo que encontrar hasta 14 taxis, y no fue tarea fácil: los conductores tenían que estar dispuestos a asumir una carrera muy larga, de más de 12 horas (más de seis de ida y otras tantas de vuelta). El coste de los taxis fue de unos 1.000 euros, sin contar lo pagado en peajes.
El problema al que se asoma este grupo de jubilados es proceder a la reclamación de estos gastos, dado el elevado número de personas que tienen que ponerse de acuerdo para elaborar una demanda conjunta. Y teniendo en cuenta que Ouigo solo se comprometió a devolver el importe exacto de los billetes.