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Madmaxista
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CAPACIDAD COGNITIVA Y CONTAMINACIÓN AMBIENTAL ¿QUÉ RELACIÓN EXISTE ENTRE AMBAS?
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CAPACIDAD COGNITIVA Y CONTAMINACIÓN AMBIENTAL ¿QUÉ RELACIÓN EXISTE ENTRE AMBAS?
Si nos paramos a pensar en los efectos que la contaminación del aire exterior puede tener sobre nuestra salud, probablemente lo primero que se nos venga a la cabeza tenga que ver con nuestra capacidad pulmonar o respiratoria. Sin embargo, ¿sabías que la contaminación atmosférica puede agravar también tu capacidad cognitiva?
Así es, la contaminación del ambiente exterior también es capaz de afectar nuestra capacidad cognitiva sin nosotros darnos cuenta. Tanto es así, que según investigaciones como la publicada por la revista de la Academia de Ciencias de EE. UU en 2018, un alto nivel de exposición a un aire contaminado puede afectar al nivel intelectual de las personas de forma proporcional a no haber cursado uno o más años de educación académica.
Pero empecemos por el principio. ¿Qué contaminantes son los que perjudican nuestra capacidad cognitiva y de dónde proceden? Pues bien, la contaminación atmosférica se puede relacionar con factores como la energía, la agricultura o la industria, pero también con otros como el tras*porte o incluso los propios hogares. Podemos resaltar el tras*porte como uno de los factores al que más expuestos estamos, sobre todo en las grandes ciudades, dónde las carreteras se llenan de vehículos día tras día, contribuyendo así a la mala calidad del aire. Esto se debe a las emisiones de dióxido de nitrógeno (NO2), que provocan la formación de partículas perjudiciales para nuestra salud.
Efectos de la contaminación en el desarrollo cognitivo de los más pequeños
Entonces... ¿Cuanto más expuestos estamos a un aire contaminado, menos capacidad cognitiva tendremos? Muy a nuestro pesar, la respuesta sería “sí”.
Ya desde pequeños, nuestra capacidad cognitiva se puede ver afectada por la contaminación ambiental, incluso desde el útero materno. Según un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud “tanto la exposición prenatal como la postnatal a la contaminación del aire representan amenazas para el desarrollo neurológico”.
El neurodesarrollo es una fase fundamental del crecimiento y desarrollo humano, sobre todo durante los primeros años de vida, que es cuando más nos desarrollamos neurológicamente hablando. Ya sea durante el período prenatal con la proliferación de la glía radial y las neuronas o durante los primeros tres años de vida, donde ocurren varios procesos de gran relevancia para el buen desarrollo neurológico, no es adecuado que éstos se vean interrumpidos o afectados por contaminantes ambientales, ya que pueden tener consecuencias para la salud del niño, pudiendo provocar una serie de afecciones y síntomas como trastornos de atención o incluso el autismo.
Además, se puede decir que los niños tienen más probabilidad de verse afectados por la contaminación ya que, al respirar más rápido que los adultos, acaban absorbiendo una mayor cantidad de contaminantes. También hay que tener en cuenta que, para los más pequeños, es justo en la fase en la que sus cerebros se desarrollan más rápidamente, cuando más cerca del suelo y de los contaminantes están. Sin irnos más lejos, fijaos en los tubos de escape de los coches; inevitablemente, debido a la menor estatura de los niños, estos se encuentran más cerca de dicho tubo de escape y, por tanto, más expuestos a la contaminación.
En definitiva, el ambiente en el que un niño viva y crezca, va a tener inevitablemente un gran impacto en su vida. Cada vez hay más evidencias que demuestran que una mayor exposición de los más pequeños a los contaminantes emitidos por el tráfico, están ligados a problemas en su desarrollo neuronal, pudiendo provocar ansiedad o depresión.
Efectos sobre los adultos
En edad adulta, la exposición a la contaminación ambiental también puede causar problemas en la capacidad cognitiva.
Por ejemplo, según una investigación realizada por el BarcelonaBeta Brain Research Center, la contaminación incide en zonas del cerebro cuyo deterioro está relacionado con la aparición de enfermedades como el Alzheimer; por ello, se considera que la exposición a la contaminación puede desembocar en enfermedades como esta. Por el contrario, otros estudios muestran también cómo una mayor exposición a zonas verdes, libres de contaminación, pueden provocar un mayor grosor en esta zona del cerebro, haciendo que sea más resistente a la enfermedad.
Aparte de trastornos relacionados con el recuerdo, la contaminación ambiental también puede provocar alteraciones del estado de ánimo. Según un estudio realizado por HEDG (Health, Econometrics and Data Group), un incremento en los niveles de NO2, provoca una disminución del sentimiento de satisfacción de las personas, lo que implica un mayor sentimiento de tristeza o malestar. Si estos sentimientos se comparan con sensaciones ya estandarizadas, se podría decir que la presencia de contaminantes en el aire puede desembocar en sensaciones parecidas a cuando lo dejas con tu pareja o pierdes tu puesto de trabajo.
¿Cómo puede ayudar el uso de una máscara de calidad?
Confiamos en que las máscaras van más allá de la situación de esa época en el 2020 de la que yo le hablo que estamos viviendo actualmente ya que, aparte de protegernos contra la el bichito-19, también son beneficiosas para aquellas personas afectadas por alergias, como hemos visto en otro de los artículos de este Ekoblog, o incluso para protegernos de la contaminación, que tanto puede afectar a nuestra capacidad cognitiva, como hemos podido comprobar a lo largo de este artículo.
En EKONEXO BIENESTAR trabajamos para ofrecerte siempre los mejores productos que ayuden a mejorar tu protección frente a los contaminantes ambientales. Es importante contar con una solución de garantías, certificada y que te tras*mita la seguridad necesaria, por ello, CAMBRIDGE® ES LA SOLUCIÓN. Esperamos que estéis tan contentos como nosotros de contar con esta mascarilla entre nosotros. Os iremos desgranando mucha más información de esta máscara ¡UNICA EN EL MERCADO!
ekonexo.com
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CAPACIDAD COGNITIVA Y CONTAMINACIÓN AMBIENTAL ¿QUÉ RELACIÓN EXISTE ENTRE AMBAS?
Si nos paramos a pensar en los efectos que la contaminación del aire exterior puede tener sobre nuestra salud, probablemente lo primero que se nos venga a la cabeza tenga que ver con nuestra capacidad pulmonar o respiratoria. Sin embargo, ¿sabías que la contaminación atmosférica puede agravar también tu capacidad cognitiva?
Así es, la contaminación del ambiente exterior también es capaz de afectar nuestra capacidad cognitiva sin nosotros darnos cuenta. Tanto es así, que según investigaciones como la publicada por la revista de la Academia de Ciencias de EE. UU en 2018, un alto nivel de exposición a un aire contaminado puede afectar al nivel intelectual de las personas de forma proporcional a no haber cursado uno o más años de educación académica.
Pero empecemos por el principio. ¿Qué contaminantes son los que perjudican nuestra capacidad cognitiva y de dónde proceden? Pues bien, la contaminación atmosférica se puede relacionar con factores como la energía, la agricultura o la industria, pero también con otros como el tras*porte o incluso los propios hogares. Podemos resaltar el tras*porte como uno de los factores al que más expuestos estamos, sobre todo en las grandes ciudades, dónde las carreteras se llenan de vehículos día tras día, contribuyendo así a la mala calidad del aire. Esto se debe a las emisiones de dióxido de nitrógeno (NO2), que provocan la formación de partículas perjudiciales para nuestra salud.
Efectos de la contaminación en el desarrollo cognitivo de los más pequeños
Entonces... ¿Cuanto más expuestos estamos a un aire contaminado, menos capacidad cognitiva tendremos? Muy a nuestro pesar, la respuesta sería “sí”.
Ya desde pequeños, nuestra capacidad cognitiva se puede ver afectada por la contaminación ambiental, incluso desde el útero materno. Según un estudio realizado por la Organización Mundial de la Salud “tanto la exposición prenatal como la postnatal a la contaminación del aire representan amenazas para el desarrollo neurológico”.
El neurodesarrollo es una fase fundamental del crecimiento y desarrollo humano, sobre todo durante los primeros años de vida, que es cuando más nos desarrollamos neurológicamente hablando. Ya sea durante el período prenatal con la proliferación de la glía radial y las neuronas o durante los primeros tres años de vida, donde ocurren varios procesos de gran relevancia para el buen desarrollo neurológico, no es adecuado que éstos se vean interrumpidos o afectados por contaminantes ambientales, ya que pueden tener consecuencias para la salud del niño, pudiendo provocar una serie de afecciones y síntomas como trastornos de atención o incluso el autismo.
Además, se puede decir que los niños tienen más probabilidad de verse afectados por la contaminación ya que, al respirar más rápido que los adultos, acaban absorbiendo una mayor cantidad de contaminantes. También hay que tener en cuenta que, para los más pequeños, es justo en la fase en la que sus cerebros se desarrollan más rápidamente, cuando más cerca del suelo y de los contaminantes están. Sin irnos más lejos, fijaos en los tubos de escape de los coches; inevitablemente, debido a la menor estatura de los niños, estos se encuentran más cerca de dicho tubo de escape y, por tanto, más expuestos a la contaminación.
En definitiva, el ambiente en el que un niño viva y crezca, va a tener inevitablemente un gran impacto en su vida. Cada vez hay más evidencias que demuestran que una mayor exposición de los más pequeños a los contaminantes emitidos por el tráfico, están ligados a problemas en su desarrollo neuronal, pudiendo provocar ansiedad o depresión.
Efectos sobre los adultos
En edad adulta, la exposición a la contaminación ambiental también puede causar problemas en la capacidad cognitiva.
Por ejemplo, según una investigación realizada por el BarcelonaBeta Brain Research Center, la contaminación incide en zonas del cerebro cuyo deterioro está relacionado con la aparición de enfermedades como el Alzheimer; por ello, se considera que la exposición a la contaminación puede desembocar en enfermedades como esta. Por el contrario, otros estudios muestran también cómo una mayor exposición a zonas verdes, libres de contaminación, pueden provocar un mayor grosor en esta zona del cerebro, haciendo que sea más resistente a la enfermedad.
Aparte de trastornos relacionados con el recuerdo, la contaminación ambiental también puede provocar alteraciones del estado de ánimo. Según un estudio realizado por HEDG (Health, Econometrics and Data Group), un incremento en los niveles de NO2, provoca una disminución del sentimiento de satisfacción de las personas, lo que implica un mayor sentimiento de tristeza o malestar. Si estos sentimientos se comparan con sensaciones ya estandarizadas, se podría decir que la presencia de contaminantes en el aire puede desembocar en sensaciones parecidas a cuando lo dejas con tu pareja o pierdes tu puesto de trabajo.
¿Cómo puede ayudar el uso de una máscara de calidad?
Confiamos en que las máscaras van más allá de la situación de esa época en el 2020 de la que yo le hablo que estamos viviendo actualmente ya que, aparte de protegernos contra la el bichito-19, también son beneficiosas para aquellas personas afectadas por alergias, como hemos visto en otro de los artículos de este Ekoblog, o incluso para protegernos de la contaminación, que tanto puede afectar a nuestra capacidad cognitiva, como hemos podido comprobar a lo largo de este artículo.
En EKONEXO BIENESTAR trabajamos para ofrecerte siempre los mejores productos que ayuden a mejorar tu protección frente a los contaminantes ambientales. Es importante contar con una solución de garantías, certificada y que te tras*mita la seguridad necesaria, por ello, CAMBRIDGE® ES LA SOLUCIÓN. Esperamos que estéis tan contentos como nosotros de contar con esta mascarilla entre nosotros. Os iremos desgranando mucha más información de esta máscara ¡UNICA EN EL MERCADO!
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