Galicia Bahamas
Madmaxista
- Desde
- 3 Dic 2015
- Mensajes
- 1.976
- Reputación
- 2.652
EN DIRECTOOriente Próximo | Israel lanza un nuevo bombardeo contra el sur de Beirut
Blas y Ana Luisa, junto a la imagen de la difunta Ana Rodríguez Marco, en la carretera del puente del río Chícamo de Abanilla donde la joven fue atropellada mortalmente en septiembre de 2015. Badía
Reportajes
Jorge García Badía
Abanilla
Publicada15 octubre 202402:30h
Actualizada15 octubre 202407:56h
Ana había comenzado las clases en la autoescuela para sacarse el carné de conducir y se iba a matricular en un centro de formación de Orihuela porque quería montar una peluquería. Tenía 18 años, muchos sueños y podía haberse dedicado a lo que quisiera, como estudiar Magisterio o desarrollar su talento con la pintura, tal y como refleja la carta a título póstumo que le dedicó un profesor del Instituto Pedro Antonio Ruiz Riquelme de Abanilla. Pero un conductor borracho, llamado Elías, atropelló mortalmente a Ana, junto a su novio y sus dos amigas, provocando una herida a su familia que todavía sigue abierta.
De hecho, la Audiencia Provincial ha ordenado repetir el juicio por su atropello, ocurrido la lejana madrugada del 13 de septiembre de 2015, cuando este grupo de adolescentes regresaba a casa, tras salir de marcha a la disco móvil desplegada en un descampado de la pedanía abanillera de Mahoya, con motivo de las Fiestas de la Santa Cruz.
"Han pasado ya nueve años y necesitamos descansar emocionalmente, sintiendo que se hace Justicia por la fin de Ana", según reflexionan al unísono, Ana Luisa Marco, progenitora de la difunta adolescente, y Blas Marco, su padrino, mostrando a EL ESPAÑOL varios álbumes con fotos de Ana Rodríguez Marco: una chica "inteligente", "madura", y "carismática", aficionada a machacarse en el gimnasio, con la bici o jugando al fútbol, y que era conocida en Abanilla porque le arreglaba el pelo a sus amigas y sus vecinas cuando tenían una boda, un bautizo...
"¿Cuántos errores habrá en la sentencia para anularla?", se pregunta indignado Blas. La Audiencia Provincial -en un fallo poco habitual- ha declarado la "nulidad" de la condena dictada por el Juzgado de lo Penal número 1 de Murcia, que establece 2 años y 5 meses de guandoca para Elías Cutillas, por un homicidio imprudente, tres delitos de lesiones, omisión del deber de socorro y conducción etílica.
La Fórmula Widmark que da un giro en el atropello de los menores en patín en Murcia: el conductor iba borracho
"Esa sentencia condenaba en costas a una progenitora a la que atropellaron mortalmente a su hija, es decir, tenía que pagar los abogados al conductor que la mató", tal y como recalca Blas muy dolido. "Hemos conseguido un gol a última hora, al recurrir esta condena porque estábamos hundidos con su contenido: solo el delito de homicidio imprudente ya está castigado con penas de hasta 4 años".
VÍDEO | La familia de Ana, la chica de 18 años que murió atropellada en Abanilla en 2015: "Necesitamos que se dé prioridad a esto y poder descansar" J.G.B.
Luis Miguel Cartagena, abogado de la familia de Ana, junto con el letrado Ignacio Galín, explica la consecuencia práctica de esta decisión de la Audiencia Provincial: "En su día, el juez de lo Penal no practicó la mayoría de testimonios y pruebas propuestas. Tan solo se valió de la declaración del conductor acusado que había reconocido los hechos y le aplicó atenuantes como el retraso en la instrucción, para rebajarle la condena de guandoca. Fue algo increíble".
A raíz de este fallo de la Audiencia, en 2025 se repetirá el juicio por el atropello mortal de Ana, cuando regresaba a casa de las Fiestas de la Santa Cruz, junto a su novio, Ismael, de 20 años, y sus amigas, Laura, de 18 años, y María, de 17. "La Audiencia ha estimado íntegramente nuestro recurso, así que se repite el juicio entero, excepto el interrogatorio al conductor", según prosigue detallando el abogado.
- ¿Piensa recusar al juez para que no sea el mismo cuando el caso vuelva al Juzgado de lo Penal número 1 de Murcia?
- Luis Miguel Cartagena: Lo que queremos es que se aumente la condena al conductor para que entre en prisión porque hubo una chica fallecida y tres heridos graves. Nos planteamos ejercer otras acciones, respecto a la imparcialidad del juez, por lo sucedido en el juicio. Estamos valorando recusarlo por su actuación en aquella vista oral.
La difunta Ana, en un collage con varias fotos suyas. Cedida
A lo largo de la investigación se produjo un fallo de bulto que afectaba a una cuestión clave del caso: aclarar por dónde iba andando la pandilla de jóvenes, antes de ser arrollada por la espalda, por el Seat Ibiza que conducía Elías. El atropello se produjo en una zona sin acera de la RM-412, por la que iban Ana, su chico, Ismael, y sus amigas, tras marcharse de las Fiestas de Mahoya. Un atestado de la Guardia Civil reflejó que ellos invadían la carretera, pero un informe posterior del Grupo de Investigación y Análisis de Tráfico demostró que los cuatro adolescentes caminaban por dentro del arcén y en fila -dos por delante y dos por detrás-.
"Era la última noche de las Fiestas de Mahoya", tal y como recuerda Ana. "Mi hija había estado en las carrozas y no tenía ganas de salir. Estaba cenando en casa cuando una amiga la llamó para salir. Ella me dijo que me arreglase y que me subiera con ella, pero le contesté que dónde iba yo con sus amigas. Me acuerdo de sus últimas palabras: 'Mamá, me voy a dar una vuelta y mañana bajamos al cementerio a limpiar la sepultura de papá'".
Por desgracia, Ana Rodríguez Marco no regresó a casa porque terminó enterrada con solo 18 años, en el mismo cementerio que su padre, tras ser atropellada por un conductor ebrio que se dio a la fuga. A las 6.30 de la madrugada de aquel domingo 13 de septiembre de 2015, la carretera RM-412 se convirtió en una pista de bolos: Elías primero arrolló por la espalda a Luisa y María, una salió disparada a un bancal y otra terminó sobre el quitamiedos de la carretera que atraviesa el río Chícamo. A continuación, arrastró a Ana por el asfalto y a su novio, Ismael, lo
Blas y Ana Luisa, junto a la imagen de la difunta Ana Rodríguez Marco, en la carretera del puente del río Chícamo de Abanilla donde la joven fue atropellada mortalmente en septiembre de 2015. Badía
Reportajes
- "Quiero que hagan Justicia o que se haga la Justicia divina de Dios. De la guandoca se acaba saliendo, pero mi hija, Ana, nunca saldrá de donde está enterrada", reflexiona la progenitora de la víctima mortal de este atropello.
- Más información: La Fórmula Widmark que da un giro en el atropello de los menores en patín en Murcia: el conductor iba borracho
Jorge García Badía
Abanilla
Publicada15 octubre 202402:30h
Actualizada15 octubre 202407:56h
Ana había comenzado las clases en la autoescuela para sacarse el carné de conducir y se iba a matricular en un centro de formación de Orihuela porque quería montar una peluquería. Tenía 18 años, muchos sueños y podía haberse dedicado a lo que quisiera, como estudiar Magisterio o desarrollar su talento con la pintura, tal y como refleja la carta a título póstumo que le dedicó un profesor del Instituto Pedro Antonio Ruiz Riquelme de Abanilla. Pero un conductor borracho, llamado Elías, atropelló mortalmente a Ana, junto a su novio y sus dos amigas, provocando una herida a su familia que todavía sigue abierta.
De hecho, la Audiencia Provincial ha ordenado repetir el juicio por su atropello, ocurrido la lejana madrugada del 13 de septiembre de 2015, cuando este grupo de adolescentes regresaba a casa, tras salir de marcha a la disco móvil desplegada en un descampado de la pedanía abanillera de Mahoya, con motivo de las Fiestas de la Santa Cruz.
"Han pasado ya nueve años y necesitamos descansar emocionalmente, sintiendo que se hace Justicia por la fin de Ana", según reflexionan al unísono, Ana Luisa Marco, progenitora de la difunta adolescente, y Blas Marco, su padrino, mostrando a EL ESPAÑOL varios álbumes con fotos de Ana Rodríguez Marco: una chica "inteligente", "madura", y "carismática", aficionada a machacarse en el gimnasio, con la bici o jugando al fútbol, y que era conocida en Abanilla porque le arreglaba el pelo a sus amigas y sus vecinas cuando tenían una boda, un bautizo...
"¿Cuántos errores habrá en la sentencia para anularla?", se pregunta indignado Blas. La Audiencia Provincial -en un fallo poco habitual- ha declarado la "nulidad" de la condena dictada por el Juzgado de lo Penal número 1 de Murcia, que establece 2 años y 5 meses de guandoca para Elías Cutillas, por un homicidio imprudente, tres delitos de lesiones, omisión del deber de socorro y conducción etílica.
La Fórmula Widmark que da un giro en el atropello de los menores en patín en Murcia: el conductor iba borracho
"Esa sentencia condenaba en costas a una progenitora a la que atropellaron mortalmente a su hija, es decir, tenía que pagar los abogados al conductor que la mató", tal y como recalca Blas muy dolido. "Hemos conseguido un gol a última hora, al recurrir esta condena porque estábamos hundidos con su contenido: solo el delito de homicidio imprudente ya está castigado con penas de hasta 4 años".
VÍDEO | La familia de Ana, la chica de 18 años que murió atropellada en Abanilla en 2015: "Necesitamos que se dé prioridad a esto y poder descansar" J.G.B.
Luis Miguel Cartagena, abogado de la familia de Ana, junto con el letrado Ignacio Galín, explica la consecuencia práctica de esta decisión de la Audiencia Provincial: "En su día, el juez de lo Penal no practicó la mayoría de testimonios y pruebas propuestas. Tan solo se valió de la declaración del conductor acusado que había reconocido los hechos y le aplicó atenuantes como el retraso en la instrucción, para rebajarle la condena de guandoca. Fue algo increíble".
A raíz de este fallo de la Audiencia, en 2025 se repetirá el juicio por el atropello mortal de Ana, cuando regresaba a casa de las Fiestas de la Santa Cruz, junto a su novio, Ismael, de 20 años, y sus amigas, Laura, de 18 años, y María, de 17. "La Audiencia ha estimado íntegramente nuestro recurso, así que se repite el juicio entero, excepto el interrogatorio al conductor", según prosigue detallando el abogado.
- ¿Piensa recusar al juez para que no sea el mismo cuando el caso vuelva al Juzgado de lo Penal número 1 de Murcia?
- Luis Miguel Cartagena: Lo que queremos es que se aumente la condena al conductor para que entre en prisión porque hubo una chica fallecida y tres heridos graves. Nos planteamos ejercer otras acciones, respecto a la imparcialidad del juez, por lo sucedido en el juicio. Estamos valorando recusarlo por su actuación en aquella vista oral.
La difunta Ana, en un collage con varias fotos suyas. Cedida
A lo largo de la investigación se produjo un fallo de bulto que afectaba a una cuestión clave del caso: aclarar por dónde iba andando la pandilla de jóvenes, antes de ser arrollada por la espalda, por el Seat Ibiza que conducía Elías. El atropello se produjo en una zona sin acera de la RM-412, por la que iban Ana, su chico, Ismael, y sus amigas, tras marcharse de las Fiestas de Mahoya. Un atestado de la Guardia Civil reflejó que ellos invadían la carretera, pero un informe posterior del Grupo de Investigación y Análisis de Tráfico demostró que los cuatro adolescentes caminaban por dentro del arcén y en fila -dos por delante y dos por detrás-.
"Era la última noche de las Fiestas de Mahoya", tal y como recuerda Ana. "Mi hija había estado en las carrozas y no tenía ganas de salir. Estaba cenando en casa cuando una amiga la llamó para salir. Ella me dijo que me arreglase y que me subiera con ella, pero le contesté que dónde iba yo con sus amigas. Me acuerdo de sus últimas palabras: 'Mamá, me voy a dar una vuelta y mañana bajamos al cementerio a limpiar la sepultura de papá'".
Por desgracia, Ana Rodríguez Marco no regresó a casa porque terminó enterrada con solo 18 años, en el mismo cementerio que su padre, tras ser atropellada por un conductor ebrio que se dio a la fuga. A las 6.30 de la madrugada de aquel domingo 13 de septiembre de 2015, la carretera RM-412 se convirtió en una pista de bolos: Elías primero arrolló por la espalda a Luisa y María, una salió disparada a un bancal y otra terminó sobre el quitamiedos de la carretera que atraviesa el río Chícamo. A continuación, arrastró a Ana por el asfalto y a su novio, Ismael, lo