Clavisto
Será en Octubre
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Al ciego le han ingresado en un psiquiátrico; su progenitora ya no podía hacerse con él. Llevaba un tiempo raro, demasiado nervioso, de mala leche, estaba de baja en el trabajo. Tres días antes de su derrumbe mental volvió a sentirse como un hombre, quizá por última vez en su vida.
Eran las 6, estaba anocheciendo, cuando un borracho hijomio entró dando tumbos y voces, con un petate a cuestas, se lío a golpear la barra y a pedir bebida. Salí.
- "A la calle"
- "Pero tíiiio...si no hecho ná..."
- "A la calle. Venga."
Estábamos Pepe, otro tío y yo. El etniano cabrón se puso chulo.
- "Ponme un cubata"
- "No te voy a poner ná. A la calle"
Conseguí echarlo. En la puerta lo empujé y se cayó. Se levantó como pudo y se echó mano dentro de la cazadora.
- "Te voy a rajar"
Me quedé mirándolo. No movía la mano. Me dí cuenta de que no llevaba nada, con el ciego que tenía hubiera urgado bien hasta encontrar la chirla. Era un farol.
- "¡TE VOY A RAJAR!"
En ese momento salió una voz del bar, potente, dura, firme...
- "¿A QUIEN VAS A RAJAR TÚ?"
Nos dimos la vuelta y vimos al ciego de pie, abiertas las piernas, apoyando ambas manos sobre su bastón, mirándonos, parecía como si nos viera...Yo me quedé a cuadros, miré al hijomio y en sus ojos comprobé que también lo estaba.
- "Porque eres un discapacitado (me quedé loco al oír esa palabra en la boca de ese saco de cosa calé)...que si no..."
- "SI NO QUÉ...¡VEN SI TIENES huevonES!"
Yo ya estaba listo a abalanzarme sobre el hijomio en cuanto diera el primer paso. Pero no lo dió. Se quedó observándolo, cogió el petate y se largó. Por si no lo sabéis, los etnianos son los seres más supersticiosos que pisan la Tierra, no sé que se le pasaría por la cabeza pero al ver que el ciego también le hacía frente, un puñetero ciego de cosa, un "discapacitado", algo sintió que le bajó los humos.
- "leche Pepe..."
- "¿A que le he echao un par de huevones, Kufisto?"
- "Puedes jurarlo"
Anda cerca de los cincuenta, se quedó ciego con 18 años, una enfermedad, su padre era guardia civil, ahora es un vegetal, su hermano también es guardia, familia de carácter, lo lleva en la sangre.
Y la sangre no necesita ver para ponerse a hervir.
Ánimo Pepe.
Eran las 6, estaba anocheciendo, cuando un borracho hijomio entró dando tumbos y voces, con un petate a cuestas, se lío a golpear la barra y a pedir bebida. Salí.
- "A la calle"
- "Pero tíiiio...si no hecho ná..."
- "A la calle. Venga."
Estábamos Pepe, otro tío y yo. El etniano cabrón se puso chulo.
- "Ponme un cubata"
- "No te voy a poner ná. A la calle"
Conseguí echarlo. En la puerta lo empujé y se cayó. Se levantó como pudo y se echó mano dentro de la cazadora.
- "Te voy a rajar"
Me quedé mirándolo. No movía la mano. Me dí cuenta de que no llevaba nada, con el ciego que tenía hubiera urgado bien hasta encontrar la chirla. Era un farol.
- "¡TE VOY A RAJAR!"
En ese momento salió una voz del bar, potente, dura, firme...
- "¿A QUIEN VAS A RAJAR TÚ?"
Nos dimos la vuelta y vimos al ciego de pie, abiertas las piernas, apoyando ambas manos sobre su bastón, mirándonos, parecía como si nos viera...Yo me quedé a cuadros, miré al hijomio y en sus ojos comprobé que también lo estaba.
- "Porque eres un discapacitado (me quedé loco al oír esa palabra en la boca de ese saco de cosa calé)...que si no..."
- "SI NO QUÉ...¡VEN SI TIENES huevonES!"
Yo ya estaba listo a abalanzarme sobre el hijomio en cuanto diera el primer paso. Pero no lo dió. Se quedó observándolo, cogió el petate y se largó. Por si no lo sabéis, los etnianos son los seres más supersticiosos que pisan la Tierra, no sé que se le pasaría por la cabeza pero al ver que el ciego también le hacía frente, un puñetero ciego de cosa, un "discapacitado", algo sintió que le bajó los humos.
- "leche Pepe..."
- "¿A que le he echao un par de huevones, Kufisto?"
- "Puedes jurarlo"
Anda cerca de los cincuenta, se quedó ciego con 18 años, una enfermedad, su padre era guardia civil, ahora es un vegetal, su hermano también es guardia, familia de carácter, lo lleva en la sangre.
Y la sangre no necesita ver para ponerse a hervir.
Ánimo Pepe.