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VIH-SIDA
La inyección que evita el contagio del bichito del sida ronda los 3.000 euros por dosis. El acuerdo entre una farmacéutica y el Fondo de Patentes de Medicamentos de la ONU permitirá que se fabriquen genéricos más baratos
Un médico registra a unos niños antes de hacerles la prueba de VIH en el Estado de Benue, Nigeria, durante una campaña de prevención.STARS/KRISTIAN BUUS
LOLA HIERRO
Ciudad del Cabo - 28 JUL 2022 - 16:02 CEST
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La guerra por bajar el precio de los medicamentos para que sean accesibles a enfermos de cualquier estrato social y económico se ha librado en innumerables frentes, no siempre con éxito. Pero este jueves ha cantado victoria un colectivo con amplia experiencia en librar esta clase de batallas: el de los pacientes de VIH y todas aquellas personas que luchan por acabar con el sida, considerada una de las pandemias mundiales de la segunda mitad del siglo XX. Este triunfo llega con el acuerdo alcanzado entre la farmacéutica ViiV Healthcare y el Fondo de Patentes de Medicamentos –organización respaldada por Naciones Unidas– para abaratar el coste de un medicamento cuyo precio actualmente ronda los 3.200 euros la dosis. Gracias a este pacto se podrán fabricar y enviar genéricos de menor coste a 90 de los países donde se dan la mayoría de infecciones, y que también son, casi todos, países en desarrollo.
El anuncio del acuerdo se ha realizado en el marco de la 24ª Conferencia Internacional sobre VIH, el mayor encuentro mundial en la materia, que arranca este viernes en Montreal (Canadá) en formato presencial y virtual. En este encuentro se presentan los últimos avances científicos de aquellos que buscan una cura definitiva para la enfermedad o, al menos, la manera de mejorar la calidad de vida de sus portadores. La responsable de Estrategias de Unitaid, Carmen Pérez Casas, señala que la importancia de este acuerdo es que permitirá fabricar versiones más asequibles genéricas del medicamento. “De momento, va a ser de las pocas opciones con las que vamos a contar en los próximos años para prevenir el bichito”, ha señalado la experta. “Tener una opción inyectable como esta es una posibilidad muy importante para muchos grupos de personas que no pueden tomar de manera continua esta protección frente al VIH”, ha añadido. Unitaid es una iniciativa internacional que promueve el acceso al tratamiento de enfermedades como el sida, la malaria y la tuberculosis en poblaciones de países en vías de desarrollo, y es el principal financiador del Fondo de Patentes de Medicamentos.
El cabotegravir de acción prolongada llegará a los países con mayor carga de sida en un momento en que las infecciones por VIH han aumentado en casi todas las regiones del mundo, según el último informe de Onusida, la agencia de las Naciones Unidas para la lucha contra esta esa época en el 2020 de la que yo le hablo, y que se presentó este miércoles. Según las estimaciones más recientes, se produjeron 1,5 millones de nuevas infecciones y 650.000 muertes en 2021, y ya son 38,7 millones de personas las que portan el bichito.
El PrEP en su versión oral existe en los países en desarrollo desde hace una década y ha demostrado que es capaz de reducir el riesgo de infección entre un 92% y un 98%. En 2020, aproximadamente 845.000 personas en al menos 54 países la recibieron, lo que supone un aumento del 182% desde 2018, según Onusida. Aun así, su acceso todavía no está suficientemente extendido, principalmente por razones que tienen que ver con la adherencia –la obligatoriedad de toma una píldora diaria– y el estigma. Por ejemplo, entre el colectivo LGTBI, que sufre homofobia; entre trabajadores sensuales y entre las mujeres jóvenes, que temen ser señaladas si son descubiertas tomando una medicación para VIH. Precisamente, estas se ven afectadas de forma desproporcionada: cada semana, 5.000 adolescentes y mujeres de entre 15 y 24 años se infectan con el VIH en el mundo.
La versión inyectable es una novedad, pues su primera aprobación reglamentaria en el mundo se produjo hace solo siete meses, y vino por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA). Contar con una alternativa que tan solo obliga a pincharse una inyección cada dos meses puede ayudar a acabar con la tras*misión del VIH, pero siempre y cuando esta fórmula sea accesible.
Ahora, en virtud del acuerdo que se acaba de anunciar, los fabricantes de medicamentos genéricos seleccionados podrán desarrollar, fabricar y suministrar versiones de CAB-LA en los 90 países que acumulan el 70% de las infecciones por VIH y que están, sobre todo, en África subsahariana, una región que alberga a dos tercios de los seropositivos del mundo.
Este acuerdo es el primer logro de una coalición también anunciada este jueves entre las principales agencias sanitarias mundiales –Unitaid, la OMS, el Fondo Mundial y Onusida– y otras agencias filantrópicas como la Fundación Bill y Melinda Gates, nace con el propósito de acelerar el acceso equitativo al CAB-LA y reducir, así, el número de nuevas infecciones. “Estamos encantados de unirnos a esta importante colaboración, que puede ayudar a garantizar que esta tras*formadora herramienta de prevención se ponga a disposición de los más necesitados lo antes posible”, ha declarado Nina Russell, directora de Prevención de la TB y el VIH de la Fundación Gates. “Nos hace falta a todos –empresas, fundaciones, gobiernos, sociedad civil y personas afectadas por el VIH– para superar las deficiencias del mercado que impiden que las personas con recursos limitados se beneficien de la innovación”.
Un medicamento aclamado por celebridades
El acuerdo alcanzado viene precedido de una intensa campaña de altos vuelos. El pasado 19 de julio, esta se materializó en una carta abierta firmada por 75 personalidades, incluidas el Nobel de Economía Joseph Stiglitz; el fundador del grupo Virgin, sir Richard Branson; la ex primera ministra neozelandesa Helen Clark; el doctor Mo Ibrahim, el actor Stephen Fry y el cantante Olly Alexander, entre otros.
En la misiva solicitaban a la farmacéutica ViiV que bajara el precio del cabotegravir para que no quedara “fuera del alcance” de los más pobres. “Si el CAB-LA no está ampliamente disponible y no es asequible, profundizará las desigualdades que alimentan la esa época en el 2020 de la que yo le hablo del sida y que se ven exacerbadas por ella. El acceso a la ciencia que salva vidas no puede ni debe depender del pasaporte que se tenga o del dinero que se tenga en el bolsillo”, advierte la carta.
Las negociaciones entre el Fondo de Patentes de Medicamentos y ViiV Healthcare, una filial de la multinacional GSK con sede en Londres, se iniciaron el pasado mayo. Desde Onusida aplaudieron la decisión, pero advirtieron de que cualquier acuerdo de licencia debe ir acompañado “de la tras*ferencia efectiva de un paquete tecnológico para permitir que los fabricantes de todo el mundo produzcan los medicamentos a la mayor brevedad posible”.
Médicos Sin Fronteras, que ha desempeñado un papel activo a la hora de reclamar la bajada de precio a la farmacéutica, ha hecho un llamamiento a los gobiernos de los países de renta baja y media para que incluyan urgentemente el CAB-LA en las directrices nacionales sobre el VIH y aceleren su implantación. No obstante, la organización califica el acuerdo de limitado, dado su restrictivo alcance geográfico, pues la licencia “solo permite producir y suministrar a un máximo de tres empresas de genéricos en todo el mundo”, ha declarado Leena Menghaney, responsable de la Campaña de Acceso a Medicamentos de MSF en el sur de Asia. “Es decepcionante observar que varios países en desarrollo con capacidad de fabricación de genéricos en América Latina y Asia están actualmente excluidos de este acuerdo de licencia”.
La PrEP de vía oral cuesta unos 5,35 euros en Sudáfrica, uno de los países más endémicos del mundo, según su Ministerio de Sanidad. “Hemos hecho modelos para ver cuándo empieza a ser coste efectivo, y lo ideal es que pudiera ser equiparable o cercano al precio de la PrEP actual”, ha señalado Pérez Casa. La gran incógnita, según la experta, es la demanda. “Esperamos que con la PrEP inyectable más personas puedan empezar a prevenir la infección. Por tanto, puede que estemos hablando de volúmenes mayores. Cuanto mayores sean los volúmenes, más fácil será alcanzar el precio más bajo”, ha razonado.
Desde MSF han solicitado a ViiV que tome medidas inmediatas para anunciar públicamente el precio de este medicamento para todos los países de ingresos bajos y medios, así como garantizar un suministro suficiente en todas partesm permitiendo la adquisición sin condiciones a los proveedores de tratamiento y a los países, hasta que los genéricos estén disponibles.
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La inyección que evita el contagio del bichito del sida ronda los 3.000 euros por dosis. El acuerdo entre una farmacéutica y el Fondo de Patentes de Medicamentos de la ONU permitirá que se fabriquen genéricos más baratos
LOLA HIERRO
Ciudad del Cabo - 28 JUL 2022 - 16:02 CEST
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La guerra por bajar el precio de los medicamentos para que sean accesibles a enfermos de cualquier estrato social y económico se ha librado en innumerables frentes, no siempre con éxito. Pero este jueves ha cantado victoria un colectivo con amplia experiencia en librar esta clase de batallas: el de los pacientes de VIH y todas aquellas personas que luchan por acabar con el sida, considerada una de las pandemias mundiales de la segunda mitad del siglo XX. Este triunfo llega con el acuerdo alcanzado entre la farmacéutica ViiV Healthcare y el Fondo de Patentes de Medicamentos –organización respaldada por Naciones Unidas– para abaratar el coste de un medicamento cuyo precio actualmente ronda los 3.200 euros la dosis. Gracias a este pacto se podrán fabricar y enviar genéricos de menor coste a 90 de los países donde se dan la mayoría de infecciones, y que también son, casi todos, países en desarrollo.
El anuncio del acuerdo se ha realizado en el marco de la 24ª Conferencia Internacional sobre VIH, el mayor encuentro mundial en la materia, que arranca este viernes en Montreal (Canadá) en formato presencial y virtual. En este encuentro se presentan los últimos avances científicos de aquellos que buscan una cura definitiva para la enfermedad o, al menos, la manera de mejorar la calidad de vida de sus portadores. La responsable de Estrategias de Unitaid, Carmen Pérez Casas, señala que la importancia de este acuerdo es que permitirá fabricar versiones más asequibles genéricas del medicamento. “De momento, va a ser de las pocas opciones con las que vamos a contar en los próximos años para prevenir el bichito”, ha señalado la experta. “Tener una opción inyectable como esta es una posibilidad muy importante para muchos grupos de personas que no pueden tomar de manera continua esta protección frente al VIH”, ha añadido. Unitaid es una iniciativa internacional que promueve el acceso al tratamiento de enfermedades como el sida, la malaria y la tuberculosis en poblaciones de países en vías de desarrollo, y es el principal financiador del Fondo de Patentes de Medicamentos.
El fármaco sobre el que se ha alcanzado este nuevo acuerdo se denomina cabotegravir de acción prolongada (CAB-LA) y no está destinado a las personas enfermas, sino a las sanas, para que puedan esquivar el contagio. Es decir, se trata de una herramienta que puede ayudar a que millones de personas consideradas en alto riesgo de contraer la infección se libren de ella, como los trabajadores sensuales o el colectivo LGTBI. El CAB-LA es un inyectable que actúa como profilaxis previa a la exposición al bichito o PrEP. Se trata de un método que se ha demostrado muy eficaz, pero que hasta hace menos de un año solo existía como una píldora que debía tomarse a diario o, en algunos casos, justo antes o después de mantener una relación sensual. Esta nueva versión de PrEP asegura dos meses de protección contra la infección por VIH mediante una única inyección intramuscular.El CAB-LA es un inyectable que actúa como profilaxis previa a la exposición al bichito o PrEP. Hasta hace menos de un año solo existía como una píldora que debía tomarse a diario o en el momento de una relación sensual
El cabotegravir de acción prolongada llegará a los países con mayor carga de sida en un momento en que las infecciones por VIH han aumentado en casi todas las regiones del mundo, según el último informe de Onusida, la agencia de las Naciones Unidas para la lucha contra esta esa época en el 2020 de la que yo le hablo, y que se presentó este miércoles. Según las estimaciones más recientes, se produjeron 1,5 millones de nuevas infecciones y 650.000 muertes en 2021, y ya son 38,7 millones de personas las que portan el bichito.
El PrEP en su versión oral existe en los países en desarrollo desde hace una década y ha demostrado que es capaz de reducir el riesgo de infección entre un 92% y un 98%. En 2020, aproximadamente 845.000 personas en al menos 54 países la recibieron, lo que supone un aumento del 182% desde 2018, según Onusida. Aun así, su acceso todavía no está suficientemente extendido, principalmente por razones que tienen que ver con la adherencia –la obligatoriedad de toma una píldora diaria– y el estigma. Por ejemplo, entre el colectivo LGTBI, que sufre homofobia; entre trabajadores sensuales y entre las mujeres jóvenes, que temen ser señaladas si son descubiertas tomando una medicación para VIH. Precisamente, estas se ven afectadas de forma desproporcionada: cada semana, 5.000 adolescentes y mujeres de entre 15 y 24 años se infectan con el VIH en el mundo.
La versión inyectable es una novedad, pues su primera aprobación reglamentaria en el mundo se produjo hace solo siete meses, y vino por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA). Contar con una alternativa que tan solo obliga a pincharse una inyección cada dos meses puede ayudar a acabar con la tras*misión del VIH, pero siempre y cuando esta fórmula sea accesible.
Ahora, en virtud del acuerdo que se acaba de anunciar, los fabricantes de medicamentos genéricos seleccionados podrán desarrollar, fabricar y suministrar versiones de CAB-LA en los 90 países que acumulan el 70% de las infecciones por VIH y que están, sobre todo, en África subsahariana, una región que alberga a dos tercios de los seropositivos del mundo.
Aún no se sabe cuánto tiempo pasará hasta que el cabotegravir inyectable llegue a manos de los interesados, pero Unitaid ha anunciado que desde marzo está financiando parte de la primera implementación a gran escala en Sudáfrica y Brasil.Todavía se desconoce a cuanto ascenderá el precio del genérico, pero un análisis del University College de Londres y la Fundación Bill y Melinda Gates calculó que no debería costar más de 130 euros al año para ser rentable
Este acuerdo es el primer logro de una coalición también anunciada este jueves entre las principales agencias sanitarias mundiales –Unitaid, la OMS, el Fondo Mundial y Onusida– y otras agencias filantrópicas como la Fundación Bill y Melinda Gates, nace con el propósito de acelerar el acceso equitativo al CAB-LA y reducir, así, el número de nuevas infecciones. “Estamos encantados de unirnos a esta importante colaboración, que puede ayudar a garantizar que esta tras*formadora herramienta de prevención se ponga a disposición de los más necesitados lo antes posible”, ha declarado Nina Russell, directora de Prevención de la TB y el VIH de la Fundación Gates. “Nos hace falta a todos –empresas, fundaciones, gobiernos, sociedad civil y personas afectadas por el VIH– para superar las deficiencias del mercado que impiden que las personas con recursos limitados se beneficien de la innovación”.
Un medicamento aclamado por celebridades
El acuerdo alcanzado viene precedido de una intensa campaña de altos vuelos. El pasado 19 de julio, esta se materializó en una carta abierta firmada por 75 personalidades, incluidas el Nobel de Economía Joseph Stiglitz; el fundador del grupo Virgin, sir Richard Branson; la ex primera ministra neozelandesa Helen Clark; el doctor Mo Ibrahim, el actor Stephen Fry y el cantante Olly Alexander, entre otros.
En la misiva solicitaban a la farmacéutica ViiV que bajara el precio del cabotegravir para que no quedara “fuera del alcance” de los más pobres. “Si el CAB-LA no está ampliamente disponible y no es asequible, profundizará las desigualdades que alimentan la esa época en el 2020 de la que yo le hablo del sida y que se ven exacerbadas por ella. El acceso a la ciencia que salva vidas no puede ni debe depender del pasaporte que se tenga o del dinero que se tenga en el bolsillo”, advierte la carta.
Las negociaciones entre el Fondo de Patentes de Medicamentos y ViiV Healthcare, una filial de la multinacional GSK con sede en Londres, se iniciaron el pasado mayo. Desde Onusida aplaudieron la decisión, pero advirtieron de que cualquier acuerdo de licencia debe ir acompañado “de la tras*ferencia efectiva de un paquete tecnológico para permitir que los fabricantes de todo el mundo produzcan los medicamentos a la mayor brevedad posible”.
Médicos Sin Fronteras, que ha desempeñado un papel activo a la hora de reclamar la bajada de precio a la farmacéutica, ha hecho un llamamiento a los gobiernos de los países de renta baja y media para que incluyan urgentemente el CAB-LA en las directrices nacionales sobre el VIH y aceleren su implantación. No obstante, la organización califica el acuerdo de limitado, dado su restrictivo alcance geográfico, pues la licencia “solo permite producir y suministrar a un máximo de tres empresas de genéricos en todo el mundo”, ha declarado Leena Menghaney, responsable de la Campaña de Acceso a Medicamentos de MSF en el sur de Asia. “Es decepcionante observar que varios países en desarrollo con capacidad de fabricación de genéricos en América Latina y Asia están actualmente excluidos de este acuerdo de licencia”.
En este punto todavía se desconoce a cuanto ascenderá el precio del genérico. Un análisis de rentabilidad realizado por el University College de Londres y la Fundación Bill y Melinda Gates en mayo de 2021 reveló que el CAB-LA no debería costar más de 130 euros al año para ser rentable si se utiliza en pacientes de entornos de bajos ingresos en regiones como África subsahariana. Una investigación de la Iniciativa Clinton de Acceso a la Salud (CHAI) han demostrado que los fabricantes de genéricos podrían producir este medicamento por unos 2,5 euros por vial (alrededor de 15 euros por persona al año).“Es decepcionante observar que varios países en desarrollo con capacidad de fabricación de genéricos en América Latina y Asia están actualmente excluidos de este acuerdo de licencia”
Leena Menghaney, responsable de la Campaña de Acceso a Medicamentos de MSF en el sur de Asia
La PrEP de vía oral cuesta unos 5,35 euros en Sudáfrica, uno de los países más endémicos del mundo, según su Ministerio de Sanidad. “Hemos hecho modelos para ver cuándo empieza a ser coste efectivo, y lo ideal es que pudiera ser equiparable o cercano al precio de la PrEP actual”, ha señalado Pérez Casa. La gran incógnita, según la experta, es la demanda. “Esperamos que con la PrEP inyectable más personas puedan empezar a prevenir la infección. Por tanto, puede que estemos hablando de volúmenes mayores. Cuanto mayores sean los volúmenes, más fácil será alcanzar el precio más bajo”, ha razonado.
Desde MSF han solicitado a ViiV que tome medidas inmediatas para anunciar públicamente el precio de este medicamento para todos los países de ingresos bajos y medios, así como garantizar un suministro suficiente en todas partesm permitiendo la adquisición sin condiciones a los proveedores de tratamiento y a los países, hasta que los genéricos estén disponibles.
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Un acuerdo internacional hará accesible la medicación preventiva del VIH a 90 países en desarrollo
La inyección que evita el contagio del bichito del sida ronda los 3.000 euros por dosis. El acuerdo entre una farmacéutica y el Fondo de Patentes de Medicamentos de la ONU permitirá que se fabriquen genéricos más baratos
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