DCLXVI
Madmaxista
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El carnero Titán desfila por última vez con la Legión
La mascota dejará de participar en las paradas militares con la entrada en vigor de la Ley de Bienestar Animal
La cabra de la Legión es, en realidad, un carnero. Se llama Titán y este miércoles desfiló por última vez con sus compañeros de andanzas. La parada militar del 12 de octubre volvió al centro de Madrid con todos sus efectivos sobre el asfalto, después de dos años a medio gas por la esa época en el 2020 de la que yo le hablo. 4.000 militares, 150 vehículos y 84 aeronaves participaron en un desfile en el que la mascota de la Legión fue, una vez más, una de las grandes protagonistas.
Dos debates cruciales recorrieron las redes mientras Titán trotaba veloz para seguir el paso de los legionarios por la Castellana. Primero: ¿Es una cabra o una oveja? Y segundo, pero no menos importante: ¿De verdad este es el último año que sale la cabra de la Legión?
Sobre la segunda cuestión, la próxima entrada en vigor de la Ley de Bienestar Animal no deja lugar a grandes esperanzas. La norma prohíbe, en su artículo 73, «el uso de animales en exposiciones de belenes, cabalgatas o procesiones, en las que se mantenga al animal de forma antinatural conforme a las características propias de su especie, o inmovilizado durante la duración del evento».
En cuanto al peliagudo debate de si la cabra de la Legión es cabra, oveja, o allegado, los expertos en la materia consultados por La Voz matizaron que Titán, ya crecido y con cornamenta, no es un borrego (categoría reservada a los ejemplares de hasta dos años), sino carnero.
De hecho, aunque coloquialmente se habla de la cabra de la Legión y a veces estos rumiantes han acompañado a los militares durante sus desfiles, la tradición es que la mascota del cuerpo sea un carnero. Uno de los más populares de los últimos años respondía al nombre de Pepe. La costumbre se remonta, según cuentan los veteranos, a los tiempos en que las tropas llevaban consigo las provisiones en forma de animales vivos. Pero el roce hizo el cariño y este convirtió el menú del día en compañero de fatigas.
La mascota dejará de participar en las paradas militares con la entrada en vigor de la Ley de Bienestar Animal
La cabra de la Legión es, en realidad, un carnero. Se llama Titán y este miércoles desfiló por última vez con sus compañeros de andanzas. La parada militar del 12 de octubre volvió al centro de Madrid con todos sus efectivos sobre el asfalto, después de dos años a medio gas por la esa época en el 2020 de la que yo le hablo. 4.000 militares, 150 vehículos y 84 aeronaves participaron en un desfile en el que la mascota de la Legión fue, una vez más, una de las grandes protagonistas.
Dos debates cruciales recorrieron las redes mientras Titán trotaba veloz para seguir el paso de los legionarios por la Castellana. Primero: ¿Es una cabra o una oveja? Y segundo, pero no menos importante: ¿De verdad este es el último año que sale la cabra de la Legión?
Sobre la segunda cuestión, la próxima entrada en vigor de la Ley de Bienestar Animal no deja lugar a grandes esperanzas. La norma prohíbe, en su artículo 73, «el uso de animales en exposiciones de belenes, cabalgatas o procesiones, en las que se mantenga al animal de forma antinatural conforme a las características propias de su especie, o inmovilizado durante la duración del evento».
En cuanto al peliagudo debate de si la cabra de la Legión es cabra, oveja, o allegado, los expertos en la materia consultados por La Voz matizaron que Titán, ya crecido y con cornamenta, no es un borrego (categoría reservada a los ejemplares de hasta dos años), sino carnero.
De hecho, aunque coloquialmente se habla de la cabra de la Legión y a veces estos rumiantes han acompañado a los militares durante sus desfiles, la tradición es que la mascota del cuerpo sea un carnero. Uno de los más populares de los últimos años respondía al nombre de Pepe. La costumbre se remonta, según cuentan los veteranos, a los tiempos en que las tropas llevaban consigo las provisiones en forma de animales vivos. Pero el roce hizo el cariño y este convirtió el menú del día en compañero de fatigas.