hasta los hueVOX
Himbersor
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Violaciones en Reino Unido #120db #RapeRefugee - Disidencias
pues estaba hechando un ojo al tema violaciones en UK y tal a raiz de un post que he visto antes.. y me encuentro con esto. No se si alguno conocía de esta notícia pero yo es la primera vez que oigo algo al respecto y es brutal. Que lastima que estas cosas no salgan en los medios, sino la gente iba a ver la cosa asquerosa que es el islam en realidad. Son peores que los animales, no se porque la gente tiene tantos reparos en admitirlo.
Es bastante tocho pero os animo a leerla porque no tiene desperdicio, se lee bastante amena además.
En 2012, Reino Unido se estremeció con el juicio contra cinco *******astas que habían secuestrado, forzado y torturado a dos niñas británicas, de 15 y 16 años, durante 36 horas, como parte de la celebración de Eid al Adha (la fiesta del cordero fiel a la religión del amora). Shamrez Rashid, Adil Saleem, Islam Choudhrey Amer, de 20 años, Amar Hussarin, de 22 y Jahbar Rafiq, de 28, fueron condenados por ello a 10 años, 8 años, 15 meses, 10 años y 8 años, respectivamente.
Habiendo obligado a las niñas a consumir alcohol, para así manipularlas con mayor facilidad; durante el juicio tuvieron la desfachatez de usarlo en su defensa, alegando: “Les tratamos como a nuestros huéspedes. Ellas nos dieron sesso y nosotros les pagamos con alimentos y bebidas. Lo disfrutaron. Creo que fue un trato justo”. Cuando se referían a ellas, lo hacían llamándolas “guano”; atreviéndose a justificar sus actos con excusas como:
“Violar a una infiel no debería estar castigado”.
Sus risas, durante la narración de los hechos, por parte del fiscal, fueron continuas. Otros fiel a la religión del amores, presentes en la sala, les aplaudían, y abuchearon al juez durante la lectura de las condenas, gritándole que era “un abuso”. Shamrez Rashid, quien ya había cumplido 2 años de condena anteriormente por dos violaciones e intento de secuestro de una menor, llegó a simular que disparaba al juez… No era el primer caso así en Reino Unido, ni sería el último. Pero he decido enumerar sólo tres más, porque mi intención no es morbosa; y creo q con estos casos se entiende perfectamente lo que quiero mostrar:
En agosto de 2017, se reabrió el caso de Charlene Downes, desaparecida en 2003, cuando contaba 14 años de edad.
La menor fue víctima de una banda de *******astas. Secuestrada, amada sin consentimiento grupalmente por once hombres hasta la fin, descuartizada y SERVIDA COMO COMIDA en el restaurante de kebabs Funny Boyz, que regentaba una banda de *******astas, en Blackpool.
En 2007, se celebró un primer juicio donde los dos principales acusados, y dueños del establecimiento, el jordano Ilyad Albattikh, de 29 años, y el iraní Mohammed Reveshi, de 50, fueron puestos en libertad gracias a una serie de “errores policiales” tales como no presentar las grabaciones de las cámaras del establecimiento como prueba, porque la policía se negó a revisarlas si quiera. Es más, fueron indemnizados con 286.470€ cada uno (250.000 libras).
Durante el juicio, Mohammed llegó a bromear sobre como realizó el descuartizamiento y la venta de los restos de la niña, como carne de kebab, a sus clientes. Este caso, destapó el secuestro y violación de otras 60 menores, en el sótano del local, que, al igual que Charlene, fueron usadas como esclavas sensuales.
Ilyad Albattikh. Posteriormente al juicio de Charlene, del que (repito) fue liberado sin cargos, fue condenado a 20 semanas de prisión por abusar de otra menor en el sótano del mismo local.
En 2017, se desmantela también una red de *******astas con 165 sospechosos (algunos relacionados con la banda anterior) y más de 100 víctimas, en Keighley y Bradford. El portavoz de la policía de Yorkshire admitió que, si bien en varios de los casos están involucrados un sospechoso y una víctima, en muchos de ellos son varios los sospechosos en relación a una única víctima.
Ya, en 2016, en Keighley, se investigó a 261 personas por *******astia en un total de 220 casos. El único que trascendió en los medios de comunicación fue el de 12 condenados por abusar de la misma menor, de 13 años, durante más de un año. Los culpables: Khalid Raja Mahmood, 34; Tauqeer Hussain, 23; Yasser Kabir, 25; Sufyan Ziarab, 23; Bilal Ziarab, 21; Israr Ali, 19; Nasis Khan, 24; Faisal Khan, 27; Zain Ali, 20; Saqib Younis, 29; Hussain Sardar, 19; Mohammed Akram, 63.
Las condenas más trascendentales fueron:
Tauqeer Hussain fue condenado a 18 años por ser encontrado culpable de haber forzado a otra niña en 2009. Khalid Raja Mahmood, se encontraba ya en prisión, cuando salió el juicio, cumpliendo una condena de 8 años por violar a una mujer e intentar secuestrar a una niña de 10 años. Se le añadieron 17 años de condena. Yasser Kabir, fue condenado a un total de 20 años por la suma de otra condena por abusos sensuales de otras dos menores.
Pero, sin duda, el peor caso de explotación sensual infantil que ha vivido Reino Unido fue el escándalo de Rotherham, destapado en 2012 por el periodista Andrew Norfolk, del Times y en 2014, por la profesora Alexis Jay. Cuando se descubrió que, durante décadas, policías, jueces, agentes de protección al menor, ONGs, ayuntamientos y medios de comunicación habían mirado para otro lado mientras más de 1.400 niños blancos, de entre 11 y 17 años, habían sido sometidos a abusos sensuales, vejaciones y torturas, durante 16 años, por una red de *******astas fiel a la religión del amores, en su mayoría paquistaníes. La mayoría de las víctimas eran niñas, aunque también hubo un pequeño número de niños.
Algunas de las pequeñas resultaron embarazadas, otras asesinadas… Como Laura Wilson, cuyo cadáver apareció en el Támesis, con 40 tortas. Abusada desde los 11 hasta los 17, hacía 4 meses que había dado a luz a una pequeña nacida fruto de una de las violaciones.
Alexis Jay comenzaba su informe diciendo: “Es difícil describir la naturaleza atroz de los abusos que sufrieron los niños. Fueron forzados en grupo, víctimas de la trata a otros pueblos y ciudades de Inglaterra, secuestrados, golpeados e intimidados”.
Niñas de 11 años fueron amenazadas con armas de fuego, rociadas con gasolina, forzadas de forma individual y grupal (grabando las violaciones), y obligadas a presenciar brutales violaciones a otras niñas. Andrew Norfolk destapó casos como el de una niña de 15 años, cuyos padres habían entregado a los asuntos sociales para protegerla de estos forzadores, y que el propio centro donde residía continuó entregándosela a uno de los agresores, llamado Arshid Hussain, cada vez que él la solicitaba. El de otra pequeña de 15 años, que atendieron los servicios sanitarios, con una botella de cristal rota dentro de su vagina. El de una criatura de 14 años, que la propia policía encontró en una vivienda, atada y alcoholizada, con cinco hombres abusando de ella, después de que un vecino los alertara, ante los gritos de la niña. La pequeña fue detenida por desorden público y por estar borracha. A los hombres, ni se les preguntó.
La razón para ignorarlo y taparlo… ¡miedo a ser acusados de racistas! ¡Las autoridades llegaron a decir que las relaciones eran consentidas para excusar su inacción!
Incluso en la actualidad, durante los juicios de 2010, 2016 y 2017, después de descubrir la magnitud de la salvajada que estas bestias han cometido, siguen refiriéndose a los condenados con el término políticamente correcto: “asiáticos”.
El alcalde del ayuntamiento de Rotherham, Martin Kimber, dimitió. Así como el concejal de empleo, Roger Stone, siendo expulsado del Partido Laboralista. No así Shaun Wright, concejal de los Servicios de Menores, que dimitió del cargo sólo cuando la propia Theresa May (entonces, Secretaria de Estado) se lo exigió, así como del Partido Laborista.
Otros concejales expulsados del cargo y partido fueron Gwendoline Russell y Shaukat Ali. Tambien el diputado Jahangirb Akhtar. Los casos no se limitaron sólo a la localidad de Rotherham. Poco a poco emergieron similares en múltiples zonas del país, desvelándose la magnitud de la red y aumentando el número de víctimas.Foto: mapa de las zonas de ataque de la banda de *******astas de Rotherham.
Foto: mapa de las zonas de ataque de la banda de *******astas de Rotherham.
La primera vez que llegó a los tribunales fue en 1989, pero el acusado no era ningún *******asta, sino un sij que intentó vengar los abusos sufridos por sus hijas. En la investigación, aparecen testimonios de padres que trataron de liberar a sus pequeñas y fueron amenazados por la policía con levantar cargos contra ellos de “racismo”.
A principios de 1990, varios gerentes de centros de acogida empezaron a investigar informes acerca de niños que, siendo sus internos, eran recogidos en las puertas de los centros por taxistas. En 2002, 2003 y 2006, se presentaron informes ante la policía y la Consejería de Rotherham, donde se daban nombres de presuntos autores (muchos de la misma familia), describiendo con crudeza la situación. Las autoridades desestimaron el primer informe y rechazaron los otros dos, tratando con gran indiferencia a las víctimas:
“Fui a las autoridades con mis padres. Me senté y fui interrogada por la policía, tenía la voluntad de trabajar con ellos. Sin embargo, en el momento de decir los nombres de los agresores, me hicieron sentir como si fuera racista y como si fuera yo la que estaba en problemas”.
Es el testimonio de Emma, usada como esclava sensual desde los 13 años.
“Me dijeron específicamente que no comentase la etnia de mis forzadores. Tanto los agentes como los trabajadores sociales me dijeron en numerosas ocasiones que no mencionara su raza”.
“Mis agresores me hicieron sentir que yo era la culpable y ellos (policías y trabajadores sociales) alimentaron ese sentimiento”.
“En ese momento pensé que posiblemente los atacantes tenían razón, que ellos no tenían el problema y lo tenía yo”.
Emma concedió una entrevista a la cadena de radio LBC donde explicó que era virgen cuando fue amada sin consentimiento la primera vez. Detalló que las violaciones ocurrieron con regularidad e incluso describió una ocasión en la que, estando encerrada en una propiedad, fue amada sin consentimiento por múltiples hombres. Tras ello, sus agresores la chantajearon, amenazándola con hacerle lo mismo a su progenitora si se iba de la lengua. Las violaciones continuaron incluso después de acudir a las autoridades, que le dijeron “es tu palabra contra la suya”.
Curiosamente, la policía perdió las prendas que les entregó en el momento de la denuncia, dejándola sin pruebas para el juicio.
Cuando tenía 14 años, volvió a denunciar una violación en manada. La policía volvió a ignorarla.
Fue entonces cuando la familia abandonó el país.
La entrevistadora confirmó que muchas familias de víctimas de estas agresiones, optaron por mudarse al extranjero, ya que estaban desamparadas por las autoridades y mudarse a otra ciudad no servía de nada, dado que estas bandas tenían conexiones en varias localidades.
Pocas son las víctimas que se atreven a hablar públicamente sobre ello aún hoy, bajo amenazas de perder toda opción en un juicio.
Sammy Woodhouse, fue víctima de Arshid Hussain, el supuesto líder de esta red. A los 14 años dio a luz a un hijo suyo. Ahora cuenta lo horrible que es que tu hijo te pregunte: “Mamá, ¿soy producto de una violación?”
Sarah Wilson fue agredida la primera vez en un parque infantil cercano a su casa. Tenía 11 años. Otra niña, Nadine, de 15 años, se le acercó para invitarla a ir a jugar allí. Su agresor la esperaba. Nadine resultó ser otra víctima a la que habían usado para atraerla. Sarah aprendería después que cuando las esclavas sensuales se “hacen mayores”, pierden el interés y el valor, así que las obligan a que les traigan niñas más jóvenes. A partir de ahí, fue convertida en esclava sensual, trasladándola a distintas ciudades del país, para ser amada sin consentimiento por múltiples hombres en la misma noche. Sarah y su progenitora también pidieron ayuda a la policía… Sarah tenía en su móvil el teléfono de 177 hombres que habían abusado de ella. La policía les contestó que la ley de privacidad de datos les impedía investigar esos números y que lo que le estaba pasando era “consecuencia de sus elecciones en la vida”.
Sarah denuncia ahora que la policía llegó a detener varias veces los coches en los que era trasladada por grupos de hombres paquistaníes, y que nunca ninguno preguntó que hacía con ellos esa niña. Una vez, tras una violación brutal, ella misma llamó a la policía: se rieron de ella en el teléfono y le dijeron que no iban a investigar nada. Su progenitora decidió ingresarla en un centro de menores para protegerla… los trabajadores estaban tan involucrados en la red de abusos que incluso le preguntaban: “¿Con quién duermes hoy, Sarah?” Los taxis que la llevaban y traían de las casas donde la forzaban eran pagados con dinero del centro.
Sarah logró escapar de ellos con 17 años, cuando se cansaron de ella porque ya no aparentaba ser una niña pequeña.
Hoy, a sus 23, dice reprobar más a la policía y las asistentes sociales que la dejaron desamparada y la hicieron sentir una cortesana que merecía todo aquello, que a los que la violaron: “Deseo que se mueran”.
Su hermana era Laura Wilson. La niña que apareció cosida a tortas en el Támesis.
Ahora ha escrito un libro donde cuenta su historia: Violated.
(sigo en el primer mensaje)
pues estaba hechando un ojo al tema violaciones en UK y tal a raiz de un post que he visto antes.. y me encuentro con esto. No se si alguno conocía de esta notícia pero yo es la primera vez que oigo algo al respecto y es brutal. Que lastima que estas cosas no salgan en los medios, sino la gente iba a ver la cosa asquerosa que es el islam en realidad. Son peores que los animales, no se porque la gente tiene tantos reparos en admitirlo.
Es bastante tocho pero os animo a leerla porque no tiene desperdicio, se lee bastante amena además.
En 2012, Reino Unido se estremeció con el juicio contra cinco *******astas que habían secuestrado, forzado y torturado a dos niñas británicas, de 15 y 16 años, durante 36 horas, como parte de la celebración de Eid al Adha (la fiesta del cordero fiel a la religión del amora). Shamrez Rashid, Adil Saleem, Islam Choudhrey Amer, de 20 años, Amar Hussarin, de 22 y Jahbar Rafiq, de 28, fueron condenados por ello a 10 años, 8 años, 15 meses, 10 años y 8 años, respectivamente.
Habiendo obligado a las niñas a consumir alcohol, para así manipularlas con mayor facilidad; durante el juicio tuvieron la desfachatez de usarlo en su defensa, alegando: “Les tratamos como a nuestros huéspedes. Ellas nos dieron sesso y nosotros les pagamos con alimentos y bebidas. Lo disfrutaron. Creo que fue un trato justo”. Cuando se referían a ellas, lo hacían llamándolas “guano”; atreviéndose a justificar sus actos con excusas como:
“Violar a una infiel no debería estar castigado”.
Sus risas, durante la narración de los hechos, por parte del fiscal, fueron continuas. Otros fiel a la religión del amores, presentes en la sala, les aplaudían, y abuchearon al juez durante la lectura de las condenas, gritándole que era “un abuso”. Shamrez Rashid, quien ya había cumplido 2 años de condena anteriormente por dos violaciones e intento de secuestro de una menor, llegó a simular que disparaba al juez… No era el primer caso así en Reino Unido, ni sería el último. Pero he decido enumerar sólo tres más, porque mi intención no es morbosa; y creo q con estos casos se entiende perfectamente lo que quiero mostrar:
En agosto de 2017, se reabrió el caso de Charlene Downes, desaparecida en 2003, cuando contaba 14 años de edad.
La menor fue víctima de una banda de *******astas. Secuestrada, amada sin consentimiento grupalmente por once hombres hasta la fin, descuartizada y SERVIDA COMO COMIDA en el restaurante de kebabs Funny Boyz, que regentaba una banda de *******astas, en Blackpool.
En 2007, se celebró un primer juicio donde los dos principales acusados, y dueños del establecimiento, el jordano Ilyad Albattikh, de 29 años, y el iraní Mohammed Reveshi, de 50, fueron puestos en libertad gracias a una serie de “errores policiales” tales como no presentar las grabaciones de las cámaras del establecimiento como prueba, porque la policía se negó a revisarlas si quiera. Es más, fueron indemnizados con 286.470€ cada uno (250.000 libras).
Durante el juicio, Mohammed llegó a bromear sobre como realizó el descuartizamiento y la venta de los restos de la niña, como carne de kebab, a sus clientes. Este caso, destapó el secuestro y violación de otras 60 menores, en el sótano del local, que, al igual que Charlene, fueron usadas como esclavas sensuales.
Ilyad Albattikh. Posteriormente al juicio de Charlene, del que (repito) fue liberado sin cargos, fue condenado a 20 semanas de prisión por abusar de otra menor en el sótano del mismo local.
En 2017, se desmantela también una red de *******astas con 165 sospechosos (algunos relacionados con la banda anterior) y más de 100 víctimas, en Keighley y Bradford. El portavoz de la policía de Yorkshire admitió que, si bien en varios de los casos están involucrados un sospechoso y una víctima, en muchos de ellos son varios los sospechosos en relación a una única víctima.
Ya, en 2016, en Keighley, se investigó a 261 personas por *******astia en un total de 220 casos. El único que trascendió en los medios de comunicación fue el de 12 condenados por abusar de la misma menor, de 13 años, durante más de un año. Los culpables: Khalid Raja Mahmood, 34; Tauqeer Hussain, 23; Yasser Kabir, 25; Sufyan Ziarab, 23; Bilal Ziarab, 21; Israr Ali, 19; Nasis Khan, 24; Faisal Khan, 27; Zain Ali, 20; Saqib Younis, 29; Hussain Sardar, 19; Mohammed Akram, 63.
Las condenas más trascendentales fueron:
Tauqeer Hussain fue condenado a 18 años por ser encontrado culpable de haber forzado a otra niña en 2009. Khalid Raja Mahmood, se encontraba ya en prisión, cuando salió el juicio, cumpliendo una condena de 8 años por violar a una mujer e intentar secuestrar a una niña de 10 años. Se le añadieron 17 años de condena. Yasser Kabir, fue condenado a un total de 20 años por la suma de otra condena por abusos sensuales de otras dos menores.
Pero, sin duda, el peor caso de explotación sensual infantil que ha vivido Reino Unido fue el escándalo de Rotherham, destapado en 2012 por el periodista Andrew Norfolk, del Times y en 2014, por la profesora Alexis Jay. Cuando se descubrió que, durante décadas, policías, jueces, agentes de protección al menor, ONGs, ayuntamientos y medios de comunicación habían mirado para otro lado mientras más de 1.400 niños blancos, de entre 11 y 17 años, habían sido sometidos a abusos sensuales, vejaciones y torturas, durante 16 años, por una red de *******astas fiel a la religión del amores, en su mayoría paquistaníes. La mayoría de las víctimas eran niñas, aunque también hubo un pequeño número de niños.
Algunas de las pequeñas resultaron embarazadas, otras asesinadas… Como Laura Wilson, cuyo cadáver apareció en el Támesis, con 40 tortas. Abusada desde los 11 hasta los 17, hacía 4 meses que había dado a luz a una pequeña nacida fruto de una de las violaciones.
Alexis Jay comenzaba su informe diciendo: “Es difícil describir la naturaleza atroz de los abusos que sufrieron los niños. Fueron forzados en grupo, víctimas de la trata a otros pueblos y ciudades de Inglaterra, secuestrados, golpeados e intimidados”.
Niñas de 11 años fueron amenazadas con armas de fuego, rociadas con gasolina, forzadas de forma individual y grupal (grabando las violaciones), y obligadas a presenciar brutales violaciones a otras niñas. Andrew Norfolk destapó casos como el de una niña de 15 años, cuyos padres habían entregado a los asuntos sociales para protegerla de estos forzadores, y que el propio centro donde residía continuó entregándosela a uno de los agresores, llamado Arshid Hussain, cada vez que él la solicitaba. El de otra pequeña de 15 años, que atendieron los servicios sanitarios, con una botella de cristal rota dentro de su vagina. El de una criatura de 14 años, que la propia policía encontró en una vivienda, atada y alcoholizada, con cinco hombres abusando de ella, después de que un vecino los alertara, ante los gritos de la niña. La pequeña fue detenida por desorden público y por estar borracha. A los hombres, ni se les preguntó.
La razón para ignorarlo y taparlo… ¡miedo a ser acusados de racistas! ¡Las autoridades llegaron a decir que las relaciones eran consentidas para excusar su inacción!
Incluso en la actualidad, durante los juicios de 2010, 2016 y 2017, después de descubrir la magnitud de la salvajada que estas bestias han cometido, siguen refiriéndose a los condenados con el término políticamente correcto: “asiáticos”.
El alcalde del ayuntamiento de Rotherham, Martin Kimber, dimitió. Así como el concejal de empleo, Roger Stone, siendo expulsado del Partido Laboralista. No así Shaun Wright, concejal de los Servicios de Menores, que dimitió del cargo sólo cuando la propia Theresa May (entonces, Secretaria de Estado) se lo exigió, así como del Partido Laborista.
Otros concejales expulsados del cargo y partido fueron Gwendoline Russell y Shaukat Ali. Tambien el diputado Jahangirb Akhtar. Los casos no se limitaron sólo a la localidad de Rotherham. Poco a poco emergieron similares en múltiples zonas del país, desvelándose la magnitud de la red y aumentando el número de víctimas.Foto: mapa de las zonas de ataque de la banda de *******astas de Rotherham.
Foto: mapa de las zonas de ataque de la banda de *******astas de Rotherham.
La primera vez que llegó a los tribunales fue en 1989, pero el acusado no era ningún *******asta, sino un sij que intentó vengar los abusos sufridos por sus hijas. En la investigación, aparecen testimonios de padres que trataron de liberar a sus pequeñas y fueron amenazados por la policía con levantar cargos contra ellos de “racismo”.
A principios de 1990, varios gerentes de centros de acogida empezaron a investigar informes acerca de niños que, siendo sus internos, eran recogidos en las puertas de los centros por taxistas. En 2002, 2003 y 2006, se presentaron informes ante la policía y la Consejería de Rotherham, donde se daban nombres de presuntos autores (muchos de la misma familia), describiendo con crudeza la situación. Las autoridades desestimaron el primer informe y rechazaron los otros dos, tratando con gran indiferencia a las víctimas:
“Fui a las autoridades con mis padres. Me senté y fui interrogada por la policía, tenía la voluntad de trabajar con ellos. Sin embargo, en el momento de decir los nombres de los agresores, me hicieron sentir como si fuera racista y como si fuera yo la que estaba en problemas”.
Es el testimonio de Emma, usada como esclava sensual desde los 13 años.
“Me dijeron específicamente que no comentase la etnia de mis forzadores. Tanto los agentes como los trabajadores sociales me dijeron en numerosas ocasiones que no mencionara su raza”.
“Mis agresores me hicieron sentir que yo era la culpable y ellos (policías y trabajadores sociales) alimentaron ese sentimiento”.
“En ese momento pensé que posiblemente los atacantes tenían razón, que ellos no tenían el problema y lo tenía yo”.
Emma concedió una entrevista a la cadena de radio LBC donde explicó que era virgen cuando fue amada sin consentimiento la primera vez. Detalló que las violaciones ocurrieron con regularidad e incluso describió una ocasión en la que, estando encerrada en una propiedad, fue amada sin consentimiento por múltiples hombres. Tras ello, sus agresores la chantajearon, amenazándola con hacerle lo mismo a su progenitora si se iba de la lengua. Las violaciones continuaron incluso después de acudir a las autoridades, que le dijeron “es tu palabra contra la suya”.
Curiosamente, la policía perdió las prendas que les entregó en el momento de la denuncia, dejándola sin pruebas para el juicio.
Cuando tenía 14 años, volvió a denunciar una violación en manada. La policía volvió a ignorarla.
Fue entonces cuando la familia abandonó el país.
La entrevistadora confirmó que muchas familias de víctimas de estas agresiones, optaron por mudarse al extranjero, ya que estaban desamparadas por las autoridades y mudarse a otra ciudad no servía de nada, dado que estas bandas tenían conexiones en varias localidades.
Pocas son las víctimas que se atreven a hablar públicamente sobre ello aún hoy, bajo amenazas de perder toda opción en un juicio.
Sammy Woodhouse, fue víctima de Arshid Hussain, el supuesto líder de esta red. A los 14 años dio a luz a un hijo suyo. Ahora cuenta lo horrible que es que tu hijo te pregunte: “Mamá, ¿soy producto de una violación?”
Sarah Wilson fue agredida la primera vez en un parque infantil cercano a su casa. Tenía 11 años. Otra niña, Nadine, de 15 años, se le acercó para invitarla a ir a jugar allí. Su agresor la esperaba. Nadine resultó ser otra víctima a la que habían usado para atraerla. Sarah aprendería después que cuando las esclavas sensuales se “hacen mayores”, pierden el interés y el valor, así que las obligan a que les traigan niñas más jóvenes. A partir de ahí, fue convertida en esclava sensual, trasladándola a distintas ciudades del país, para ser amada sin consentimiento por múltiples hombres en la misma noche. Sarah y su progenitora también pidieron ayuda a la policía… Sarah tenía en su móvil el teléfono de 177 hombres que habían abusado de ella. La policía les contestó que la ley de privacidad de datos les impedía investigar esos números y que lo que le estaba pasando era “consecuencia de sus elecciones en la vida”.
Sarah denuncia ahora que la policía llegó a detener varias veces los coches en los que era trasladada por grupos de hombres paquistaníes, y que nunca ninguno preguntó que hacía con ellos esa niña. Una vez, tras una violación brutal, ella misma llamó a la policía: se rieron de ella en el teléfono y le dijeron que no iban a investigar nada. Su progenitora decidió ingresarla en un centro de menores para protegerla… los trabajadores estaban tan involucrados en la red de abusos que incluso le preguntaban: “¿Con quién duermes hoy, Sarah?” Los taxis que la llevaban y traían de las casas donde la forzaban eran pagados con dinero del centro.
Sarah logró escapar de ellos con 17 años, cuando se cansaron de ella porque ya no aparentaba ser una niña pequeña.
Hoy, a sus 23, dice reprobar más a la policía y las asistentes sociales que la dejaron desamparada y la hicieron sentir una cortesana que merecía todo aquello, que a los que la violaron: “Deseo que se mueran”.
Su hermana era Laura Wilson. La niña que apareció cosida a tortas en el Támesis.
Ahora ha escrito un libro donde cuenta su historia: Violated.
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