Vlad_Empalador
Será en Octubre
«Tuve que vivir con mis hijos en un garaje. Soy etniana y no me alquilan»
TONI SILVACAMBRE / LA VOZ
CAMBRE · Exclusivo suscriptores
María y Gema viven en Cambre y han recibido la ayuda del proyecto Amarí CESAR QUIAN
Gema cuenta cómo salió adelante gracias al proyecto Amarí de Cambre
23 abr 2023. Actualizado a las 05:00 h.
Comentar · 12
Cuando Gema habla le saca los colores a una sociedad incapaz de sacudirse el racismo. Gema es etniana, viuda, sin trabajo, con tres niños pequeños a su cargo. Y con estos mimbres ha recibido continuos portazos cada vez que buscaba una vivienda digna. Tras una larga etapa en A Coruña, probó fortuna en municipios de los alrededores. Pero su piel despertaba recelo entre los arrendadores. Una vez estuvo a punto de conseguir un piso en O Burgo (Culleredo). «La mujer me dijo que sí, que le enviara las nóminas que me avalaban (un hermano y un primo), pero cuando leyó los apellidos ya no me volvió a coger el teléfono. Ante mi insistencia me bloqueó», recuerda Gema, oriunda de Verín y de 41 años, progenitora de otros dos jóvenes ya emancipados de su primer matrimonio que acabó en divorcio. «Aunque presentes tres nóminas de 3.000 euros cada una, si eres etniana no te alquilan», indica Gema. «Veía los pisos en Fotocasa y ya iba a visitarlos sin ganas, sabía que me los iban a negar».
—¿Y dónde vivió todo ese tiempo con sus hijos?
—En un garaje.
Cuando Gema responde, los interlocutores abren los ojos como platos. Una progenitora y tres niños, de 11 y 8 años, viviendo en un garaje. «Estaba en el sótano de una casa de Bergondo, teníamos una habitación y un baño para los cuatro y pagaba 600 euros al mes», relata Gema. Ante su habitación había aparatos de gimnasia del chalé de uso exclusivo para los propietarios que vivían en la parte superior. Y por todo el inmueble se desplazaban 16 perros. «Nosotros salíamos por la puerta del garaje, y el olor a perro era infernal, no podía abrir los ventanucos para ventilar».
Y así pasó ocho meses, llevando y trayendo a sus hijos a un colegio de Cambre. Hasta que la Fundación Secretariado do etniano contactó con Carla Sánchez, quien desarrolla en el municipio cambrés el proyecto Amarí, financiado con el Fondo Social Europeo (49.000 euros) para promover la igualdad, salud e inclusión social de las familias etnianas. Gema es una de las 21 con las que ha trabajado Carla desde mayo del año pasado. Así, de la mano de esta profesional, la mujer dejó su vida en un garaje para incorporarse a un piso en Cambre en julio del 2022. «También di con unas personas maravillosas, no me pidieron nómina, nada, les tengo nombrados en el WhatsApp como ‘Mi Ángel'». Hoy sigue buscando trabajo pero tiene un hogar como punto de partida, mientras la responsable del proyecto Amarí (Hogar, en caló), le ayuda en todas las gestiones con la Administración, incluso para mediar con el colegio al que acuden sus hijos cuando surgen problemas.
María y Gema con Carla Sánchez, la persona que les ayuda en su día a día desde el Concello de Cambre CESAR QUIAN
María busca empleo
María lleva dos años en Cambre. Su desembarco fue más fácil porque ya tenía parientes en este municipio que le ayudaron a instalarse. Con 34 años, tiene un hijo de 12 y una niña de 6. Está separada y busca trabajo. «Fui camarera de pisos, limpié en el cuartel de Lonzas, en una mueblería, en bancos… pero ahora no encuentro nada», se queja. Carla explica por qué no es fácil: «¿Quién va a encontrar un trabajo de mañanas para poder atender a los hijos por las tardes cuando no tienes estudios? Es complicado».
El programa Amarí es poliédrico y abarca problemas muy diferentes. «El racismo a la hora de buscar vivienda es un horror, a nivel administrativo y sanitario hay problemas de entendimiento que tratamos de resolver, pero hemos hecho muchos progresos», señala Sánchez, que dirige un programa que expira el próximo 30 de abril. De momento, ella sigue siendo el puente entre estas 21 familias y todas los organismos a los que deben acudir. «Ellas tienen mi contacto para todo lo que necesiten».
TONI SILVACAMBRE / LA VOZ
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María y Gema viven en Cambre y han recibido la ayuda del proyecto Amarí CESAR QUIAN
Gema cuenta cómo salió adelante gracias al proyecto Amarí de Cambre
23 abr 2023. Actualizado a las 05:00 h.
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Cuando Gema habla le saca los colores a una sociedad incapaz de sacudirse el racismo. Gema es etniana, viuda, sin trabajo, con tres niños pequeños a su cargo. Y con estos mimbres ha recibido continuos portazos cada vez que buscaba una vivienda digna. Tras una larga etapa en A Coruña, probó fortuna en municipios de los alrededores. Pero su piel despertaba recelo entre los arrendadores. Una vez estuvo a punto de conseguir un piso en O Burgo (Culleredo). «La mujer me dijo que sí, que le enviara las nóminas que me avalaban (un hermano y un primo), pero cuando leyó los apellidos ya no me volvió a coger el teléfono. Ante mi insistencia me bloqueó», recuerda Gema, oriunda de Verín y de 41 años, progenitora de otros dos jóvenes ya emancipados de su primer matrimonio que acabó en divorcio. «Aunque presentes tres nóminas de 3.000 euros cada una, si eres etniana no te alquilan», indica Gema. «Veía los pisos en Fotocasa y ya iba a visitarlos sin ganas, sabía que me los iban a negar».
—¿Y dónde vivió todo ese tiempo con sus hijos?
—En un garaje.
Cuando Gema responde, los interlocutores abren los ojos como platos. Una progenitora y tres niños, de 11 y 8 años, viviendo en un garaje. «Estaba en el sótano de una casa de Bergondo, teníamos una habitación y un baño para los cuatro y pagaba 600 euros al mes», relata Gema. Ante su habitación había aparatos de gimnasia del chalé de uso exclusivo para los propietarios que vivían en la parte superior. Y por todo el inmueble se desplazaban 16 perros. «Nosotros salíamos por la puerta del garaje, y el olor a perro era infernal, no podía abrir los ventanucos para ventilar».
Y así pasó ocho meses, llevando y trayendo a sus hijos a un colegio de Cambre. Hasta que la Fundación Secretariado do etniano contactó con Carla Sánchez, quien desarrolla en el municipio cambrés el proyecto Amarí, financiado con el Fondo Social Europeo (49.000 euros) para promover la igualdad, salud e inclusión social de las familias etnianas. Gema es una de las 21 con las que ha trabajado Carla desde mayo del año pasado. Así, de la mano de esta profesional, la mujer dejó su vida en un garaje para incorporarse a un piso en Cambre en julio del 2022. «También di con unas personas maravillosas, no me pidieron nómina, nada, les tengo nombrados en el WhatsApp como ‘Mi Ángel'». Hoy sigue buscando trabajo pero tiene un hogar como punto de partida, mientras la responsable del proyecto Amarí (Hogar, en caló), le ayuda en todas las gestiones con la Administración, incluso para mediar con el colegio al que acuden sus hijos cuando surgen problemas.
María y Gema con Carla Sánchez, la persona que les ayuda en su día a día desde el Concello de Cambre CESAR QUIAN
María busca empleo
María lleva dos años en Cambre. Su desembarco fue más fácil porque ya tenía parientes en este municipio que le ayudaron a instalarse. Con 34 años, tiene un hijo de 12 y una niña de 6. Está separada y busca trabajo. «Fui camarera de pisos, limpié en el cuartel de Lonzas, en una mueblería, en bancos… pero ahora no encuentro nada», se queja. Carla explica por qué no es fácil: «¿Quién va a encontrar un trabajo de mañanas para poder atender a los hijos por las tardes cuando no tienes estudios? Es complicado».
El programa Amarí es poliédrico y abarca problemas muy diferentes. «El racismo a la hora de buscar vivienda es un horror, a nivel administrativo y sanitario hay problemas de entendimiento que tratamos de resolver, pero hemos hecho muchos progresos», señala Sánchez, que dirige un programa que expira el próximo 30 de abril. De momento, ella sigue siendo el puente entre estas 21 familias y todas los organismos a los que deben acudir. «Ellas tienen mi contacto para todo lo que necesiten».