Siempre he visto a la policia como los perros del estado, como mi enemigo. Pero desde esa visita no he hecho mas que reafirmarme en mis convicciones. No pienso tenerles miedo ni vivir con miedo a nadie.
En la policía habrá orates que se lo crean, no digo que no.
En todo caso, los agentes de policía no son el enemigo: no te equivoques, los auténticos enemigos pisan alfombras y moquetas.
Hace unos meses este
funci de medio pelo tuvo que atender a un ucraniano que había salido pitando de su país. pilinguin malo y tal, pero nada de alistarse en el ejército de su país para luchar contra el siempre correoso enemigo ruso.
De acuerdo al procedimiento, a este señor le pedí el pasaporte con el fin de que se identificase. Iba el ucraniano acompañado por un empleado de una ONG, el cual que me montó un pollo: no entendía, hasta le indignaba, que solicitase al primero que se identificase.
La "broma" degeneró hasta el punto de que tuve que llamar a mi jefe para que zanjase el asunto.
Unas horas después le eché un ojo a la ley de extranjería, -
la ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social -, aprobada siendo presidente Aznar.
De forma muy resumida esta ley nos dice a ti, a mí, a todos que los extranjeros tienen muchos derechos y casi ninguna obligación; y que los nativos sólo tenemos obligaciones. De hecho, en esa primera lectura rápida y en diagonal sólo identifiqué una obligación impuesta a los extranjeros: en el artículo 4 se dice que deben portar documentación que los identifique.
Y acerca de identificarse, por lo que veo en la práctica tampoco. De ahí la indignación del
oenegero, que me decía enfadado que era la primera vez que veía tal exigencia.
El enemigo son actores como políticos, instituciones y grandes fortunas. Enemigo peligroso, ya que es capaz de poner a su servicio, entre otros, a la justicia y a la policía para utilizarlos en contra del disidente.
Por cierto, me he cruzado con ese "amigo"
ucra en unas cuantas ocasiones. Aparca un Lexus nada modesto cerca de la puerta de cierto sitio que frecuento y donde coincido con él. Supongo que a estas alturas lo habrá vendido para, así, con el dinero obtenido contribuir al pago parte del coste que supone para las arcas públicas acondicionar y enviar a Ucrania los viejos tanques Leopard del ejército español.
Un saludo a los telemáticos, y tal. Tenéis mi compasión por la enorme cantidad de pastillas que os tenéis que meter entre pecho y espalda para dormir: quitando los casos de los más orates y más amaestrados, la conciencia tranquila no la debéis tener.