Recientemente, noviembre de 2009, he visitado LIMA, con motivo de asistir a la boda de unos amigos.
Ya conocía muy bien esta encantadora ciudad pues anteriormente y con motivo de mi trabajo había estado allí en numerosas ocasiones; la primera vez en el ya lejano 1983 y la última vez creo que fue en el año 2003.
Lo primero que debo decir es que me sorprendió muy favorablemente cómo ha evolucionado Lima en estos años. Nada más llegar al aeropuerto Jorge Chavez se advierte el cambio; aterrizas en un aeropuerto de categoría internacional que, aunque en dimensión mucho mas reducida, recuerda, por su estructura y distribución al de Frankfurt. El control de pasaportes, recogida de equipajes y demás trámites aduaneros se produce con rapidez y comodidad.
Ya en la ciudad, por todas partes se advierte una gran actividad constructiva de viviendas y edificios en general así como las obras de remodelación en las calles y plazas son casi tan abundantes como las que padecemos en MADRID. El centro de Lima muy cuidado y con calles peatonales muy bien cuidadas, donde antes abundaban los vendedores ambulantes informales.
Se han construido muchos hoteles de categoría 5 estrellas, y 4 estrellas y se advierte un turismo más que incipiente junto con cientos de ejecutivos de empresas extranjeras que están allí ubicadas.
En cuanto a los restaurantes, en Lima siempre se ha comido muy bien, tanto la comida criolla como europea y china (los famosos "chifas" limeños); pero ahora la gastronomía peruana está alcanzando un gran prestigio internacional con chefs de la categoría de Gaston&Astrid ( (recientemente han instalado en Madrid una sucursal con gran exito).
Sin embargo yo tengo un restaurante predilecto que siempre visito porque lo considero el mejor, no solo de Lima, sino, casi me atrevo a decir, del mundo; se trata de LA COSTA VERDE.
Este restaurante añade a su excepcional cocina un escenario privilegiado en la misma playa frente al océano Pacífico y decorado con una lujosa sencillez que hace que ese marco se pueda disfrutar y apreciar en todo su valor.
El ambiente del comedor es variopinto y allí se dan cita desde miembros del gobierno, parlamento, cuerpo diplomático, hasta ejecutivos de las múltiples empresas (peruanas y multinacionales) radicadas en Lima, pasando por turistas bien informados, familias, amigos, como era nuestro caso, gente de la farándula y famoseo del "corazón" etc.
El "buffet" constituye una característica de este restaurante, y en él se pueden degustar toda clase de mariscos, pescados, carnes y asados, sushi, arroces varios, etc. junto con un gran surtido de deliciosos y variados dulces y helados para postre.
El servicio es de primera categoría y tuvieron la atención de colocar en la mesa una banderita de ESPAÑA.
La carta de vinos es muy extensa y en ella figuran además de los peruanos, vinos de Chile, Argentina, Francia, Italia, Australia, California y cómo no, España.
Para empezar, tomamos el clásico pisco-sour peruano, que es un delicioso cocktail con pisco (aguardiente muy fino, destilado del mosto de uva) con zumo de limón, jarabe, clara de huevo, en proporciones casi secretas y una gota de amargo de angostura.
La comida consistió en el citado buffet, pues resulta imposible resistirse ante la variedad de platos que se exhiben de forma casi lujuriosa aunque también disponen de una variada carta de platos criollos e internacionales.
En resumen, un sitio excelente que recomiendo debe conocerse y en el que sin duda se pasará un rato delicioso degustando una comida variada, original y exquisita y contemplando el mar a escasos metros.
Describir el resto de Lima resultaría prolijo para las pretensiones de este modesto artículo.
Ya conocía muy bien esta encantadora ciudad pues anteriormente y con motivo de mi trabajo había estado allí en numerosas ocasiones; la primera vez en el ya lejano 1983 y la última vez creo que fue en el año 2003.
Lo primero que debo decir es que me sorprendió muy favorablemente cómo ha evolucionado Lima en estos años. Nada más llegar al aeropuerto Jorge Chavez se advierte el cambio; aterrizas en un aeropuerto de categoría internacional que, aunque en dimensión mucho mas reducida, recuerda, por su estructura y distribución al de Frankfurt. El control de pasaportes, recogida de equipajes y demás trámites aduaneros se produce con rapidez y comodidad.
Ya en la ciudad, por todas partes se advierte una gran actividad constructiva de viviendas y edificios en general así como las obras de remodelación en las calles y plazas son casi tan abundantes como las que padecemos en MADRID. El centro de Lima muy cuidado y con calles peatonales muy bien cuidadas, donde antes abundaban los vendedores ambulantes informales.
Se han construido muchos hoteles de categoría 5 estrellas, y 4 estrellas y se advierte un turismo más que incipiente junto con cientos de ejecutivos de empresas extranjeras que están allí ubicadas.
En cuanto a los restaurantes, en Lima siempre se ha comido muy bien, tanto la comida criolla como europea y china (los famosos "chifas" limeños); pero ahora la gastronomía peruana está alcanzando un gran prestigio internacional con chefs de la categoría de Gaston&Astrid ( (recientemente han instalado en Madrid una sucursal con gran exito).
Sin embargo yo tengo un restaurante predilecto que siempre visito porque lo considero el mejor, no solo de Lima, sino, casi me atrevo a decir, del mundo; se trata de LA COSTA VERDE.
Este restaurante añade a su excepcional cocina un escenario privilegiado en la misma playa frente al océano Pacífico y decorado con una lujosa sencillez que hace que ese marco se pueda disfrutar y apreciar en todo su valor.
El ambiente del comedor es variopinto y allí se dan cita desde miembros del gobierno, parlamento, cuerpo diplomático, hasta ejecutivos de las múltiples empresas (peruanas y multinacionales) radicadas en Lima, pasando por turistas bien informados, familias, amigos, como era nuestro caso, gente de la farándula y famoseo del "corazón" etc.
El "buffet" constituye una característica de este restaurante, y en él se pueden degustar toda clase de mariscos, pescados, carnes y asados, sushi, arroces varios, etc. junto con un gran surtido de deliciosos y variados dulces y helados para postre.
El servicio es de primera categoría y tuvieron la atención de colocar en la mesa una banderita de ESPAÑA.
La carta de vinos es muy extensa y en ella figuran además de los peruanos, vinos de Chile, Argentina, Francia, Italia, Australia, California y cómo no, España.
Para empezar, tomamos el clásico pisco-sour peruano, que es un delicioso cocktail con pisco (aguardiente muy fino, destilado del mosto de uva) con zumo de limón, jarabe, clara de huevo, en proporciones casi secretas y una gota de amargo de angostura.
La comida consistió en el citado buffet, pues resulta imposible resistirse ante la variedad de platos que se exhiben de forma casi lujuriosa aunque también disponen de una variada carta de platos criollos e internacionales.
En resumen, un sitio excelente que recomiendo debe conocerse y en el que sin duda se pasará un rato delicioso degustando una comida variada, original y exquisita y contemplando el mar a escasos metros.
Describir el resto de Lima resultaría prolijo para las pretensiones de este modesto artículo.