Da Grappla Reloaded
Madmaxista
- Desde
- 19 May 2012
- Mensajes
- 28.007
- Reputación
- 55.877
Continuamos con nuestro análisis de Donald Trump desde una perspectiva Disidente
Trump en cuatro claves - Amigos y enemigos (II)
¿Qué pasa con los temas polémicos?
Hay muchos asuntos largamente olvidados por el mainstream político en contraste con su importancia entre los votantes. Es una constante leer noticias y notar el contraste con sus comentarios. La opinión pública y la publicada diferían mucho, la primera es inaceptable para lo politicamente correcto. La segunda, es dogma de fe que busca perpetuar una situación. Cualquier desviación es señalada. Debates silenciados sobre la identidad, la etnia, la raza, el sesso/género, los valores, la cultura, la gaysidad politizada...
Las piedras angulares que sostienen una sociedad son los que surgen de forma espontanea, orgánica y coherente. Son los que no necesitan tolerarse por parte de los espíritus libres, normales...Son cosas buenas en sí mismas que dan origen, mantienen y regeneran una civilización. Familia, ahorro, iglesia, hombre y mujer, patria o comunidad son conceptos que no precisan de fomento o inversión en ellos por parte de las autoridades; los humanos ya nos vemos reconocidos en ellos, son nuestra casa. Es suficiente con que no se les ataque sin descanso como viene sucediendo desde hace décadas por parte de la progresía organizada.
La Internacional Progresista se ha puesto histérica con la victoria de Trump...perciben peligro. ¿Lo hay? Sí, pero no esperemos que Trump coja el toro racial o sensual/feminista por los cuernos de buenas a primeras. Trump está muy por encima de esas cosas personalmente, no es capaz de ver en realidad como afectan al ciudadano de a pie o a la sociedad en su conjunto. No es falta de empatía, en principio, es que a lo alto de la Trump Tower esas cosas no llegan. No se sabe a qué huelen ni a qué saben. Eso por ahora es cosa de los Disidentes de todo tipo.
¿Qué podemos esperar entonces?
El mayor cambio es tener en el poder a alguien que no está en tu contra. Es como si supieras que si alguna vez llamaras a la Casa Blanca, habría alguien afín a ti al otro lado. Ni más, ni menos. Un nuevo entorno bajo el cual vamos a tener más libertad para trabajar y hacer nuestro camino con menos obstáculos. Un cambio enorme en nuestra opinión
En política exterior Trump ha manifestado ser aislacionista. No estamos del todo seguros.
Se llevará bien con líderes mundiales afines, ejemplo pilinguin en Rusia y tampoco se alterarán equilibrios delicados como en Siria o Libia. Al mismo tiempo ha sostenido que ya que se va a la guerra, se debe de rapiñar lo que él considera el justo botín del triunfador. La Administración Trump va a ser pragmática, si ve beneficio en alguna intervención exterior, se hará. Si no lo ve, Afganistán sería un claro ejemplo de guerra no rentable, no se hará. Es la apuesta que hacemos aquí y ahora.
El asunto Islam es otra cosa. Trump tiene claro que son El Enemigo. Lo ha visto en USA, lo ha visto en Europa y fichó como asesor a un libanés cristiano bastante belicoso. No quiere Islam en los USA, tampoco en Europa aunque no sea su país. Se acabó promover la aceptación del Islam en Europa con dinero del contribuyente americano. Cuando nos decidamos a luchar contra ellos aunque no recibamos ayuda trasatlántica, al menos recibiremos simpatías y no lo contrario. No nos pasará como le sucedió a Ratko Mladic
Respecto de Israel, Sionismo y judíos la cosa está en el aire. Trump va a valorar y pulsar el verdadero poder de los judíos como comunidad organizada. En un nivel personal no tiene nada en su contra, su propia hija se ha convertido al Judaismo y casado con un judío. Respecto de Israel ya hemos dicho que quiere reconocer Jerusalén como su capital, pues apuntemos también que si es pro Israel y anti Islam, los palestinos y demás lo van a tener mal a menos que sean buenos negociadores. Cabe esperar al menos que impida que los lobbies judíos continúen detendando el poder desmesurado del que gozan en América hoy por hoy.
Vamos a una época menos llena de fantasías delirantes de multiculturalidad, religiones opuestas que se llevan de maravilla y convivencias multicolores. Vamos a una época de más realismo. Trump es una persona inteligente e intuitiva. Sabe que lo que no le afecta a él puede hacerlo a otros. Sabe lo que funciona, desde su punto de vista, y lo que no. Su propia mujer dio un discurso cuando él fue proclamado candidato en el que se valoraba positivamente la asunción de roles sensuales tradicionales. Sabe lo que se cuece en asuntos como Black Lives Matter o que los neցros y demás no blancos, no le votan. Trump no se autoengaña al respecto, sabe a quién tiene en contra y por qué.
Trump tiene voluntad unificadora, ser el presidente de todos. Unir patria, razas, economía, empresas, trabajadores y hombres y mujeres en pos de un objetivo común. Trump es un empresario. Es una persona orientada a la consecución de objetivos; si cumples con lo que se espera de ti no le importa qué o quién o cómo seas. Podrías ser un marciano de tonalidad verde con 8 patas y seguiría sin importarle mientras rindas de acuerdo a lo prometido. Esto tiene un significado claro; seas de la raza que seas, si estás con America, eres de los buenos.
En resumen, Trump es lo que se llama un Civic Nationalist. No tiene posturas racistas ni supremacistas. Pero tampoco las tiene anti blancas ni anti cristianas ni anti Occidentales.
El alcance de este nacionalismo cívico que abandera Trump y que no distingue entre razas está por ver. Para los blancos más conscientes, que son tan conscientes como los no blancos, Trump era su candidato en el sentido de que no perjudica sus intereses. Con Trump habrá una reversión en este aspecto y cabe esperar que los valores occidentales, los tradicionales y el modo de vida en el que no podemos negar que “la blanquitud” tiene un papel importante, se van a reforzar y quizá vean un nuevo ciclo de prosperidad. Con Trump vamos a vivir un momento menos hostil. No se va a culpar a los blancos de todos los males. No se va a justificar cualquier cosa que haga gente de otras razas con la supuesta opresión a la que les sometemos. No se va a instigar desde el gobierno a los blancos ningún sentimiento de culpa en campañas gubernamentales o el sistema educativo, etc. En poco tiempo vamos a ver divorcio de lo que ofrecían hasta ahora las hordas progresterónicas del Frente Mediático de acuerdo con el Frente Gubernamental con el Mayordomo de la Casa Blanca al ¿mando?...los medios no van a recular ni ofrecerán autocrítica, seguirán insistiendo en el multiculturalismo, el gaysismo, al privilegio blanco, masculino, etc, etc. Veremos un enfrentamiento abierto y otro soterrado entre la Administración Trump y los grandes medios como el NYT o la CNN.
Disfrutemos ir por la calle percibiendo la desazón, el miedo, el desconcierto y la certidumbre de que una época se ha terminado; los progresistas son dinosaurios mirando como el cielo se ilumina por última vez en sus vidas percibiendo que esta vez lo que ven no es la salida del sol, sino un meteorito capaz de extinguir toda la vida reptiliana, escamosa y falta de inteligencia.
Trump en cuatro claves - Amigos y enemigos (II)
¿Qué pasa con los temas polémicos?
Hay muchos asuntos largamente olvidados por el mainstream político en contraste con su importancia entre los votantes. Es una constante leer noticias y notar el contraste con sus comentarios. La opinión pública y la publicada diferían mucho, la primera es inaceptable para lo politicamente correcto. La segunda, es dogma de fe que busca perpetuar una situación. Cualquier desviación es señalada. Debates silenciados sobre la identidad, la etnia, la raza, el sesso/género, los valores, la cultura, la gaysidad politizada...
Las piedras angulares que sostienen una sociedad son los que surgen de forma espontanea, orgánica y coherente. Son los que no necesitan tolerarse por parte de los espíritus libres, normales...Son cosas buenas en sí mismas que dan origen, mantienen y regeneran una civilización. Familia, ahorro, iglesia, hombre y mujer, patria o comunidad son conceptos que no precisan de fomento o inversión en ellos por parte de las autoridades; los humanos ya nos vemos reconocidos en ellos, son nuestra casa. Es suficiente con que no se les ataque sin descanso como viene sucediendo desde hace décadas por parte de la progresía organizada.
La Internacional Progresista se ha puesto histérica con la victoria de Trump...perciben peligro. ¿Lo hay? Sí, pero no esperemos que Trump coja el toro racial o sensual/feminista por los cuernos de buenas a primeras. Trump está muy por encima de esas cosas personalmente, no es capaz de ver en realidad como afectan al ciudadano de a pie o a la sociedad en su conjunto. No es falta de empatía, en principio, es que a lo alto de la Trump Tower esas cosas no llegan. No se sabe a qué huelen ni a qué saben. Eso por ahora es cosa de los Disidentes de todo tipo.
¿Qué podemos esperar entonces?
El mayor cambio es tener en el poder a alguien que no está en tu contra. Es como si supieras que si alguna vez llamaras a la Casa Blanca, habría alguien afín a ti al otro lado. Ni más, ni menos. Un nuevo entorno bajo el cual vamos a tener más libertad para trabajar y hacer nuestro camino con menos obstáculos. Un cambio enorme en nuestra opinión
En política exterior Trump ha manifestado ser aislacionista. No estamos del todo seguros.
Se llevará bien con líderes mundiales afines, ejemplo pilinguin en Rusia y tampoco se alterarán equilibrios delicados como en Siria o Libia. Al mismo tiempo ha sostenido que ya que se va a la guerra, se debe de rapiñar lo que él considera el justo botín del triunfador. La Administración Trump va a ser pragmática, si ve beneficio en alguna intervención exterior, se hará. Si no lo ve, Afganistán sería un claro ejemplo de guerra no rentable, no se hará. Es la apuesta que hacemos aquí y ahora.
El asunto Islam es otra cosa. Trump tiene claro que son El Enemigo. Lo ha visto en USA, lo ha visto en Europa y fichó como asesor a un libanés cristiano bastante belicoso. No quiere Islam en los USA, tampoco en Europa aunque no sea su país. Se acabó promover la aceptación del Islam en Europa con dinero del contribuyente americano. Cuando nos decidamos a luchar contra ellos aunque no recibamos ayuda trasatlántica, al menos recibiremos simpatías y no lo contrario. No nos pasará como le sucedió a Ratko Mladic
Respecto de Israel, Sionismo y judíos la cosa está en el aire. Trump va a valorar y pulsar el verdadero poder de los judíos como comunidad organizada. En un nivel personal no tiene nada en su contra, su propia hija se ha convertido al Judaismo y casado con un judío. Respecto de Israel ya hemos dicho que quiere reconocer Jerusalén como su capital, pues apuntemos también que si es pro Israel y anti Islam, los palestinos y demás lo van a tener mal a menos que sean buenos negociadores. Cabe esperar al menos que impida que los lobbies judíos continúen detendando el poder desmesurado del que gozan en América hoy por hoy.
Vamos a una época menos llena de fantasías delirantes de multiculturalidad, religiones opuestas que se llevan de maravilla y convivencias multicolores. Vamos a una época de más realismo. Trump es una persona inteligente e intuitiva. Sabe que lo que no le afecta a él puede hacerlo a otros. Sabe lo que funciona, desde su punto de vista, y lo que no. Su propia mujer dio un discurso cuando él fue proclamado candidato en el que se valoraba positivamente la asunción de roles sensuales tradicionales. Sabe lo que se cuece en asuntos como Black Lives Matter o que los neցros y demás no blancos, no le votan. Trump no se autoengaña al respecto, sabe a quién tiene en contra y por qué.
Trump tiene voluntad unificadora, ser el presidente de todos. Unir patria, razas, economía, empresas, trabajadores y hombres y mujeres en pos de un objetivo común. Trump es un empresario. Es una persona orientada a la consecución de objetivos; si cumples con lo que se espera de ti no le importa qué o quién o cómo seas. Podrías ser un marciano de tonalidad verde con 8 patas y seguiría sin importarle mientras rindas de acuerdo a lo prometido. Esto tiene un significado claro; seas de la raza que seas, si estás con America, eres de los buenos.
En resumen, Trump es lo que se llama un Civic Nationalist. No tiene posturas racistas ni supremacistas. Pero tampoco las tiene anti blancas ni anti cristianas ni anti Occidentales.
El alcance de este nacionalismo cívico que abandera Trump y que no distingue entre razas está por ver. Para los blancos más conscientes, que son tan conscientes como los no blancos, Trump era su candidato en el sentido de que no perjudica sus intereses. Con Trump habrá una reversión en este aspecto y cabe esperar que los valores occidentales, los tradicionales y el modo de vida en el que no podemos negar que “la blanquitud” tiene un papel importante, se van a reforzar y quizá vean un nuevo ciclo de prosperidad. Con Trump vamos a vivir un momento menos hostil. No se va a culpar a los blancos de todos los males. No se va a justificar cualquier cosa que haga gente de otras razas con la supuesta opresión a la que les sometemos. No se va a instigar desde el gobierno a los blancos ningún sentimiento de culpa en campañas gubernamentales o el sistema educativo, etc. En poco tiempo vamos a ver divorcio de lo que ofrecían hasta ahora las hordas progresterónicas del Frente Mediático de acuerdo con el Frente Gubernamental con el Mayordomo de la Casa Blanca al ¿mando?...los medios no van a recular ni ofrecerán autocrítica, seguirán insistiendo en el multiculturalismo, el gaysismo, al privilegio blanco, masculino, etc, etc. Veremos un enfrentamiento abierto y otro soterrado entre la Administración Trump y los grandes medios como el NYT o la CNN.
Disfrutemos ir por la calle percibiendo la desazón, el miedo, el desconcierto y la certidumbre de que una época se ha terminado; los progresistas son dinosaurios mirando como el cielo se ilumina por última vez en sus vidas percibiendo que esta vez lo que ven no es la salida del sol, sino un meteorito capaz de extinguir toda la vida reptiliana, escamosa y falta de inteligencia.