Heteropatriarca
Madmaxista
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El feminismo histórico denuncia que Montero intenta ahora anularle como interlocutor
Tras la guerra desatada por el feminismo histórico contra el Ministerio de Igualdad a cuenta de la Ley tras* y el borrado de las mujeres, las activistas más veteranas denuncian ahora lo que consideran un intento de Irene Montero de desalojarlas de organismos como el Observatorio contra la Violencia de Género o el Consejo de Participación de la Mujer, e incluso de las que son sus sedes desde hace décadas. “Quiere sustituirnos por otras organizaciones y feministas afines a Podemos”, sostienen diversas fuentes a Vozpópuli.
La primera señal de alarma les llegó tras el verano, durante una reunión de la directora del Instituto de la Mujer, Antonia Morillas, con varias de esas asociaciones: juristas Themis -que había alertado a la ministra de la rebaja de condena a cientos de forzadores antes de que se aprobara la Ley del solo sí es sí-, Federación de Mujeres Jóvenes -fundada en los primeros años 80 por la exnúmero dos del PSOE Elena Valenciano-, Asociación de Madres Solteras, Fórum de Política Feminista o Comisión de Investigación de malos tratos; todas ellas históricamente muy vinculadas al PSOE y a los sucesivos gobiernos de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero.
Durante esa reunión, Morillas les anunció por sorpresa que tendrán que desalojar en breve los locales que Patrimonio Nacional puso a disposición del colectivo hace décadas -“algunos en tiempo de los gobiernos de UCD al inicio de la tras*ición, allá por finales de los años 70”, señala una fuente- porque el Ministerio de Igualdad va a proceder a efectuar un nuevo reparto teniendo en cuenta a las ONG de nueva creación.
Las asociaciones históricas sostienen que lo que pretenden Irene Montero y su equipo es diluir la contestación del feminismo tradicional a la teoría queer y la autodeterminación de género, ”que vulnera claramente derechos de las mujeres y la lucha histórica contra la desigualdad”, y apartarlas del reconocimiento institucional del que gozan hace décadas con gobiernos tanto del PSOE como del PP. ”Han anulado la experiencia y la antigüedad de las organizaciones como requisito para meter a los suyos”.
En concreto, lo que más teme de esa renovación el feminismo histórico es el siguiente paso sea que el observatorio equipare la violencia machista con la violencia que sufren personas que han cambiado de sesso.
Tras la guerra desatada por el feminismo histórico contra el Ministerio de Igualdad a cuenta de la Ley tras* y el borrado de las mujeres, las activistas más veteranas denuncian ahora lo que consideran un intento de Irene Montero de desalojarlas de organismos como el Observatorio contra la Violencia de Género o el Consejo de Participación de la Mujer, e incluso de las que son sus sedes desde hace décadas. “Quiere sustituirnos por otras organizaciones y feministas afines a Podemos”, sostienen diversas fuentes a Vozpópuli.
La primera señal de alarma les llegó tras el verano, durante una reunión de la directora del Instituto de la Mujer, Antonia Morillas, con varias de esas asociaciones: juristas Themis -que había alertado a la ministra de la rebaja de condena a cientos de forzadores antes de que se aprobara la Ley del solo sí es sí-, Federación de Mujeres Jóvenes -fundada en los primeros años 80 por la exnúmero dos del PSOE Elena Valenciano-, Asociación de Madres Solteras, Fórum de Política Feminista o Comisión de Investigación de malos tratos; todas ellas históricamente muy vinculadas al PSOE y a los sucesivos gobiernos de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero.
Durante esa reunión, Morillas les anunció por sorpresa que tendrán que desalojar en breve los locales que Patrimonio Nacional puso a disposición del colectivo hace décadas -“algunos en tiempo de los gobiernos de UCD al inicio de la tras*ición, allá por finales de los años 70”, señala una fuente- porque el Ministerio de Igualdad va a proceder a efectuar un nuevo reparto teniendo en cuenta a las ONG de nueva creación.
Las asociaciones históricas sostienen que lo que pretenden Irene Montero y su equipo es diluir la contestación del feminismo tradicional a la teoría queer y la autodeterminación de género, ”que vulnera claramente derechos de las mujeres y la lucha histórica contra la desigualdad”, y apartarlas del reconocimiento institucional del que gozan hace décadas con gobiernos tanto del PSOE como del PP. ”Han anulado la experiencia y la antigüedad de las organizaciones como requisito para meter a los suyos”.
En concreto, lo que más teme de esa renovación el feminismo histórico es el siguiente paso sea que el observatorio equipare la violencia machista con la violencia que sufren personas que han cambiado de sesso.