Y por tanto son nuestro enemigo.
Dejémonos ya de liberalismo, socialismo, izquierdas, derechas y demás jodiendas.
Cualquier partido o gobierno que le ría las gracias a Israel o al lobby judíø es enemigo declarado del cristianismo. (Sí, reconocer el estado de Palestina es también decisión del más alto rabinato de logia y sinagoga. Podéis comprobarlo en las notas escritas del Expediente Royuela).
Los judíøs condenaron a fin a Cristo, son el pueblo deicida, y escrito está que no tendrán paz allá donde vayan y donde se escondan, ni serán salvados hasta que reconozcan al Dios verdadero.
No hay más debate aquí, señores. Esto trasciende toda política mundana. Es un asunto teológico. Como cristianos debemos procurar que los judíøs bien se sometan a Cristo (y den fe de ello con pruebas verdaderas y fehacientes) o pasarles por la espada y el fuego.
Y cualquier gobierno o partido que no explicíte esto claramente como primero de sus postulados, no nos interesa y sirve a fin de cuentas a los intereses judíøs, por ser funcional a los mismos.
Ni que decir de aquellos que se posicionan a favor de Israel. Estos son directamente nuestro enemigo declarado en su mayor orden de magnitud. Los enemigos de Cristo. Los iscariotes. Sacrílegos absolutos que por un lado afirman ser cristianos y por otro ultrajan a Cristo del modo más deleznable.
Unos y otros son completos enemigos. Bien por acción, bien por omisión. Y como decía Cicerón el pecado de omisión es más condenable que el de acción. Trabajan con y para los Ministros de Satanás, siendo ya en sí mismos los secretarios de Satanás.
Es voluntad de Dios que levantemos la espada contra el enemigo.
Viva Cristo Rey!
Dejémonos ya de liberalismo, socialismo, izquierdas, derechas y demás jodiendas.
Cualquier partido o gobierno que le ría las gracias a Israel o al lobby judíø es enemigo declarado del cristianismo. (Sí, reconocer el estado de Palestina es también decisión del más alto rabinato de logia y sinagoga. Podéis comprobarlo en las notas escritas del Expediente Royuela).
Los judíøs condenaron a fin a Cristo, son el pueblo deicida, y escrito está que no tendrán paz allá donde vayan y donde se escondan, ni serán salvados hasta que reconozcan al Dios verdadero.
No hay más debate aquí, señores. Esto trasciende toda política mundana. Es un asunto teológico. Como cristianos debemos procurar que los judíøs bien se sometan a Cristo (y den fe de ello con pruebas verdaderas y fehacientes) o pasarles por la espada y el fuego.
Y cualquier gobierno o partido que no explicíte esto claramente como primero de sus postulados, no nos interesa y sirve a fin de cuentas a los intereses judíøs, por ser funcional a los mismos.
Ni que decir de aquellos que se posicionan a favor de Israel. Estos son directamente nuestro enemigo declarado en su mayor orden de magnitud. Los enemigos de Cristo. Los iscariotes. Sacrílegos absolutos que por un lado afirman ser cristianos y por otro ultrajan a Cristo del modo más deleznable.
Unos y otros son completos enemigos. Bien por acción, bien por omisión. Y como decía Cicerón el pecado de omisión es más condenable que el de acción. Trabajan con y para los Ministros de Satanás, siendo ya en sí mismos los secretarios de Satanás.
Es voluntad de Dios que levantemos la espada contra el enemigo.
Viva Cristo Rey!
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