Sota_de_espadas
Vampiro blanco
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Hoy he estado en el huerto de mi padre y a parte del huerto tiene al lado una zona ajardinada, con sus árboles, con su muro de piedras blancas y decorativas, su césped verde frondoso, etc, todo muy idílico bucólico y los vecinos cuando pasan por el camino flipan todos. Pues el caso es que yo ese sitio lo tengo ya muy visto, muy visitado, ya no me produce nada. Lo mismo pasa con las tías, puede que te encapriches de alguna y te haga perder el oremus, pero en cuanto te la hayas amado unas cuantas veces y se te pase la locura de los primeros meses empezará a estorbarte y el cuerpo te pedirá conejas nuevas y frescas. En general el principio de que "lo que posees te acaba aburriendo" se podría aplicar a todo en la vida, si tienes una casa de querida progenitora, un yate, un PC y hardware pepino, todo deviene en costumbre, repetición, tedio, falta de novedades y hastío.
Leí no sé dónde que el ser humano llevaba una vida más feliz y plena cuando era cazador-recolector. Uno se levantaba y no sabía qué iba a comer, dónde iba a cazar, qué se iba a encontrar ni dónde iba a dormir. Cada día era nuevo, una aventura distinta, un destino que se abría y surgía de forma imprevista, una sorpresa constante. La vida de un ciudadano actual es pura rutina, un continuo y constante día de la marmota.
Llego pues a la conclusión de que no debemos ser poseedores, sino "alquiladores". Degustar las cosas y los momentos de forma fugaz, temporal, pasajera y momentánea. Desde el momento en que repetimos algo muchas veces y muy a menudo se joroba todo, necesitamos varianza, complejidad, cambio.
Leí no sé dónde que el ser humano llevaba una vida más feliz y plena cuando era cazador-recolector. Uno se levantaba y no sabía qué iba a comer, dónde iba a cazar, qué se iba a encontrar ni dónde iba a dormir. Cada día era nuevo, una aventura distinta, un destino que se abría y surgía de forma imprevista, una sorpresa constante. La vida de un ciudadano actual es pura rutina, un continuo y constante día de la marmota.
Llego pues a la conclusión de que no debemos ser poseedores, sino "alquiladores". Degustar las cosas y los momentos de forma fugaz, temporal, pasajera y momentánea. Desde el momento en que repetimos algo muchas veces y muy a menudo se joroba todo, necesitamos varianza, complejidad, cambio.