Clavisto
Será en Octubre
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- 10 Sep 2013
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- "Tienes un coprolito en el intestino..."
- "¿Qué?"
- "cosa seca...aquí...¿lo ves?"
Le he dicho que sí. No he visto una cosa. Y menos seca. Pero él es el profesional y hay que creer a los profesionales.
Mi amigo Enrique estaba enseñándome mi caja torácica a través de su máquina; poco antes me habían hecho unas radiografías (una chavala andaluza, morena, pelo largo y rizado, alta, de buen tipo) y el doctor estaba descubriéndome lo que veía en su bola de silicio, "¡qué radiografía tan bien hecha!", "sí...esa de lado me la ha repetido dos veces". La andaluza de largas piernas. "Tienes el pulmón izquierdo más grande que el derecho...es raro...sólo el 5 % de la población lo tiene". El huevo cuadrado ha pensado que también su cojón izquierdo es más grande que el derecho. ¿Será igual de raro?. No he pedido confirmación.
- "El espirograma...normal...bajo, dentro de lo normal...lo has hecho bien"
Te meten un tubo en la boca y te tapan la nariz con unas pinzas: "respira normal...normal...y ahora coge todo el aire que puedas...¡¡¡SUÉLTALO DE GOLPE!!! ¡¡¡TODO!!! ¡¡¡SIGUE SIGUE SIGUE SIGUE...ya puedes coger aire". me acuerdo de la fruta, casi me estalla la cabeza.
- "El electro...normal...normal..."
Una enfermera feúcha pero agradable: "Súbete la camiseta...túmbate...los brazos junto al cuerpo...no te muevas". Me ha puesto varias ventosas alrededor del corazón, en las muñecas y en los tobillos. Ha tardado poco. Después me las ha quitado del tirón, "te va a doler un poco", se me ha puesto dura.
- "Bueno, Kufisto...pues no tienes nada raro, tranquilo...fuma menos, o mejor déjalo...aunque que eso te lo diga yo...pues bueno...que estás bien, shishi."
- "Gracias Enrique. Como siempre"
- "De nada niño"
Un fuerte apretón de manos y una sonrisa.
He pasado tres días preocupado. El domingo desperté con una resaca espantosa, fukushimera, cuando fuí a trabajar se me puso un dolor punzante bajo el corazón, no muy fuerte pero constante, "qué mala cara tienes Kufis", "déjame en paz". Me acordé de mi tía y su tumor, empezó con un dolor en el pulmón, pasé la tarde como pude y apenas dormí por la noche. El lunes fuí a comer a casa de mis padres, "qué mala cara tienes hijo" me dijo mi progenitora, "he dormido mal". Y no le dije más. Bastante tiene encima.
El dolor no se iba, entonces recordé que hará unos seis años me pasó algo parecido: enganché un fin de semana kamikaze y al amanecer del lunes me sentí igual; aguanté unos días y terminé por ir a Urgencias, me hicieron lo mismo que hoy y no vieron nada raro, "tómate unos ibuprofenos durante unos días y no hagas el fulastre", lo deshice y se me pasó.
Esta vez no han sido tres consecutivas, han bastado dos, con un día de abstinencia entre medias, para llegar al mismo sitio. Seis años más viejo y seis años igual de menso.
Lo menos que podía tener es un trozo de cosa seca en el intestino.
Aunque mejor mi coprolito que un mal bicho hambriento.
¡Dónde va a parar!
- "¿Qué?"
- "cosa seca...aquí...¿lo ves?"
Le he dicho que sí. No he visto una cosa. Y menos seca. Pero él es el profesional y hay que creer a los profesionales.
Mi amigo Enrique estaba enseñándome mi caja torácica a través de su máquina; poco antes me habían hecho unas radiografías (una chavala andaluza, morena, pelo largo y rizado, alta, de buen tipo) y el doctor estaba descubriéndome lo que veía en su bola de silicio, "¡qué radiografía tan bien hecha!", "sí...esa de lado me la ha repetido dos veces". La andaluza de largas piernas. "Tienes el pulmón izquierdo más grande que el derecho...es raro...sólo el 5 % de la población lo tiene". El huevo cuadrado ha pensado que también su cojón izquierdo es más grande que el derecho. ¿Será igual de raro?. No he pedido confirmación.
- "El espirograma...normal...bajo, dentro de lo normal...lo has hecho bien"
Te meten un tubo en la boca y te tapan la nariz con unas pinzas: "respira normal...normal...y ahora coge todo el aire que puedas...¡¡¡SUÉLTALO DE GOLPE!!! ¡¡¡TODO!!! ¡¡¡SIGUE SIGUE SIGUE SIGUE...ya puedes coger aire". me acuerdo de la fruta, casi me estalla la cabeza.
- "El electro...normal...normal..."
Una enfermera feúcha pero agradable: "Súbete la camiseta...túmbate...los brazos junto al cuerpo...no te muevas". Me ha puesto varias ventosas alrededor del corazón, en las muñecas y en los tobillos. Ha tardado poco. Después me las ha quitado del tirón, "te va a doler un poco", se me ha puesto dura.
- "Bueno, Kufisto...pues no tienes nada raro, tranquilo...fuma menos, o mejor déjalo...aunque que eso te lo diga yo...pues bueno...que estás bien, shishi."
- "Gracias Enrique. Como siempre"
- "De nada niño"
Un fuerte apretón de manos y una sonrisa.
He pasado tres días preocupado. El domingo desperté con una resaca espantosa, fukushimera, cuando fuí a trabajar se me puso un dolor punzante bajo el corazón, no muy fuerte pero constante, "qué mala cara tienes Kufis", "déjame en paz". Me acordé de mi tía y su tumor, empezó con un dolor en el pulmón, pasé la tarde como pude y apenas dormí por la noche. El lunes fuí a comer a casa de mis padres, "qué mala cara tienes hijo" me dijo mi progenitora, "he dormido mal". Y no le dije más. Bastante tiene encima.
El dolor no se iba, entonces recordé que hará unos seis años me pasó algo parecido: enganché un fin de semana kamikaze y al amanecer del lunes me sentí igual; aguanté unos días y terminé por ir a Urgencias, me hicieron lo mismo que hoy y no vieron nada raro, "tómate unos ibuprofenos durante unos días y no hagas el fulastre", lo deshice y se me pasó.
Esta vez no han sido tres consecutivas, han bastado dos, con un día de abstinencia entre medias, para llegar al mismo sitio. Seis años más viejo y seis años igual de menso.
Lo menos que podía tener es un trozo de cosa seca en el intestino.
Aunque mejor mi coprolito que un mal bicho hambriento.
¡Dónde va a parar!