Por suerte, sólo he conocido a dos tías en toda mi vida que les huelan los pies, pero esas dos tías no se me olvidarán jamás, hicieron que la imagen de la mujer cambiase, fue mucho antes de convertirme al burbujismo, creía que eran seres de luz, y de repente ese olor a pies apestoso con olor a queso roquefort me dejo claro que no son seres de luz.
Fue algo traumático.
Fue algo traumático.