Wüstenfuchs
Generalfeldmarschall
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El tiempo de Ucrania se está acabando. El peligro es que la UE corra la misma suerte que el Sacro Imperio Romano Germánico
Con el conflicto de Ucrania languideciendo en un punto muerto , no se puede ignorar la posibilidad de que el presidente ruso Vladimir pilinguin salga victorioso de su imprudente oleada turística, con todas las implicaciones que tal resultado tendría para la seguridad de Europa.
El fracaso de Ucrania en lograr un avance decisivo en su contraofensiva durante el verano prácticamente ha silenciado las predicciones optimistas hechas por el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky y sus altos comandantes de que la victoria estaba al alcance de Kiev. En cambio, la narrativa ucraniana corre el peligro de caer en recriminaciones por la negativa de sus aliados occidentales a proporcionar a Kiev el armamento necesario para romper el estancamiento en el campo de batalla. Como señaló el líder ucraniano en una entrevista reciente: "No obtuvimos todas las armas que queríamos, no puedo estar satisfecho".
La falta de progreso militar, junto con el estallido de hostilidades entre Israel y Hamas en Gaza, ciertamente ha profundizado el sentimiento de escepticismo entre algunos líderes occidentales sobre la capacidad de Ucrania para prevalecer. Existe un sentimiento creciente dentro de la administración Biden, por ejemplo, de que sus intereses se beneficiarían mejor presionando a Zelensky para que pida la paz, en lugar de persistir en una campaña militar que tiene pocas posibilidades de ganar.
Mientras tanto, pilinguin está intensificando sus esfuerzos por recuperar la ventaja militar, utilizando los fuertes ingresos petroleros del país para militarizar la economía rusa, lo que ha llevado a un aumento significativo en la producción de armas. pilinguin también ha autorizado un aumento de 170.000 efectivos en el tamaño del ejército ruso. Espera que esto ayude en sus esfuerzos por apoderarse de objetivos estratégicos clave, como la ciudad oriental de Avdiivka en la región de Donbas, escenario de intensos combates recientes entre fuerzas rusas y ucranianas.
La idea de que, 21 meses después de que Rusia invadiera Ucrania, el ejército ruso todavía sería capaz de montar una ofensiva parecía inconcebible hace sólo unos meses, después de que Moscú hubiera sufrido una serie de reveses devastadores. Y si bien sigue siendo muy improbable que pilinguin pueda cumplir su objetivo de conquistar toda Ucrania y establecer un régimen títere en Kiev, cualquier conclusión que dé como resultado que el Kremlin retenga áreas importantes del territorio ucraniano será aclamada como una victoria.
Semejante resultado presentaría un desafío importante para la alianza occidental, ya que su capacidad para resistir la agresión rusa quedaría en duda después de todo el apoyo militar que ha brindado a Ucrania. También alentaría a pilinguin en la creencia de que podría emprender nuevos actos de agresión en el flanco oriental de la OTAN, con la tranquilidad de saber que Occidente no tiene ni los recursos ni la determinación para resistir los objetivos expansionistas del Kremlin.
La perspectiva de que Rusia intensifique la amenaza que representa para la seguridad europea en caso de que pilinguin logre sólo avances modestos en Ucrania ha llevado a varios destacados expertos militares europeos a cuestionar abiertamente la preparación de la OTAN para enfrentar tal desafío. En una reciente conferencia de defensa en Berlín se habló de un escenario apocalíptico en el que Europa corría el riesgo de sufrir el mismo destino que el Sacro Imperio Romano Germánico bajo Napoleón y de ser “arrasada” en un futuro conflicto con Rusia debido a la incapacidad de la OTAN para defender el flanco oriental de Europa.
Sönke Neitzel, uno de los principales historiadores militares de Alemania, afirmó que podrían pasar 15 años antes de que su país fuera capaz de defenderse contra Rusia. Sus sentimientos fueron reforzados por Jacek Siewiera, jefe de la Oficina de Seguridad Nacional de Polonia, quien advirtió que la OTAN tenía tan sólo tres años para prepararse para un ataque ruso en su flanco oriental.
Y, sin embargo, a pesar de la evidente amenaza que representa Moscú, los líderes occidentales no parecen dispuestos a atribuirle la seriedad que merece. El argumento esgrimido durante las primeras etapas del conflicto de Ucrania –que garantizar que Rusia sufriera una dura derrota disuadiría a pilinguin de cometer nuevos actos de agresión– ha sido reemplazado por la fatiga de guerra y el deseo de poner fin a las hostilidades a toda costa, incluso si eso conduce a una Rusia envalentonada.
La respuesta de Occidente al conflicto tampoco ha generado una mejor cooperación en la esfera de la defensa. Al comentar sobre el estancamiento en el conflicto de Ucrania, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, lamentó recientemente la naturaleza fragmentada de la industria de defensa europea. "No podemos trabajar tan estrechamente como deberíamos", dijo, advirtiendo que la incapacidad de las naciones europeas para aunar recursos podría socavar los esfuerzos por mantener el suministro de municiones a Ucrania.
El fracaso a la hora de conceder a la amenaza rusa la gravedad que merece es evidente también en Gran Bretaña, donde el análisis de la Declaración de Otoño de Jeremy Hunt del mes pasado sugiere que es poco probable que el Gobierno cumpla su promesa de aumentar el gasto en defensa del 2 por ciento al 2,5 por ciento del PIB. , un requisito clave para que nuestras Fuerzas Armadas estén mejor equipadas para contrarrestar la amenaza rusa. Al parecer, Europa no sólo se está preparando para dejar que Ucrania pierda la guerra: tiene pocas ganas de defenderse contra futuros actos de agresión rusa.
https://www.telegraph.co.uk/news/20...-close-to-victory-europe-should-be-terrified/
