Palimpsesto.
Madmaxista
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La campaña contra los turistas británicos empieza a parecer personal
En 2023, los destinos vacacionales convirtieron al turista británico en un villano de pantomima, con mensajes de "aléjate" y amenazas de prohibiciones.
Hace cinco años, durante el verano de 2018, viajé a Venecia, Dubrovnik y la Isla de Skye para presentar una serie de vídeos sobre una palabra de moda que parecía zumbar, sin descanso, como uno de esos juguetes giratorios que los vendedores ambulantes europeos lanzan a lo alto. el aire para divertir a nuestros hijos. "Sobreturismo".
Las problemáticas en estos tres destinos fueron variadas, pero hubo temas compartidos. Daño ambiental. Los precios de los locales. Contaminación. Hacinamiento en sitios con cuellos de botella. Al parecer, el turismo no estaba funcionando correctamente.
Pero en todos estos destinos había un respeto generalizado hacia el turista. Recuerdo haber hablado con un hombre llamado Tommaso en la isla veneciana de Sacca Fisola. Su misión era salvar a Venecia del exceso de turismo y, sin embargo, no tenía nada malo que decir sobre los propios turistas.
“No es un problema de respeto si un joven no tiene mucho dinero y come un sándwich en la escalera. Esto”, dijo, señalando un crucero gigante que llegaba, “es una falta de respeto a la ciudad”. Era su problema, no el de los turistas, el que debía resolver.
Pero en 2023, en algunos destinos, el dedo culpable se ha alejado del turismo y se ha dirigido al turista. Y no apunta hacia ningún viejo turista, sino que apunta directamente a la nariz pecosa del gran turista británico.
En Ámsterdam, la campaña “Stay Away” , lanzada a principios de este año, mostró videos en las pantallas de muchachos británicos en el mismo momento en que buscaban viajes libertinos a la ciudad. Mostraban a hombres jóvenes y ebrios siendo arrestados y multados. Fue un mensaje contundente y tras*parente de una nación contundente y tras*parente. Mantente alejado. Una instrucción de dos palabras que parecía un poco menos educada. Las cifras recientes sugieren que no ha funcionado según lo planeado.
Benidorm, España
Dado que los turistas del Reino Unido gastan miles de millones en sus vacaciones cada año, Greg pregunta: ¿es justo pedir a los británicos que "se mantengan alejados"? CRÉDITO : Getty
Por su parte, la presidenta de Lanzarote, María Dolores Corujo, afirmó en marzo que la isla debe reducir su dependencia del mercado británico y buscar “turistas de mayor calidad que gasten más cuando están aquí” . Los alemanes, por ejemplo. El nuevo gobierno de derecha de Baleares también ha revelado planes para multar a los turistas con 36.000 euros (31.000 libras esterlinas) si son declarados culpables del acto altamente peligroso de balconing (saltar desde un balcón a una piscina), y desechará y posiblemente incluso prohibirá Los turistas británicos si se portan mal el próximo verano.
¿Están justificados estos mensajes dirigidos? Supongo que si un invitado viniera a mi casa y mirara de reojo por la ventana antes de orinar en la puerta de entrada, probablemente también le pediría que "se mantuviera alejado". O si los invitados a la cena arruinaron sistemáticamente el ambiente de mi hogar con sus cánticos de fútbol, sus demandas de inglés completo y su afición por los cócteles azules, yo también podría considerar invitar a intelectuales continentales a beber té de menta.
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Pero el punto es que no tengo una trabajadora sensual bailando en mi ventana (Lewes no lo aprobaría), y no tengo un gran cartel afuera de mi puerta ofreciendo un trago gratis de ajenjo con cada porción de frijoles horneados que pidas.
Sé que el turista británico no siempre es el más elegante ni el que mejor se porta, pero parece que el escrutinio debería recaer tanto en el producto como en el cliente. Ámsterdam es uno de los únicos lugares de Europa donde puedes comprar sesso o cannabis de forma informal y sencilla. También puedes pagar 300€ para que alguien “arreste” a tu amigo en su despedida de soltero , si así lo deseas. A pesar de los esfuerzos por suavizarlo, la industria de las fiestas continúa prosperando en el Barrio Rojo.
Playa de Málaga, España
El año pasado, los residentes del Reino Unido realizaron 71 millones de viajes al extranjero, muchos de ellos al Mediterráneo.
Y Lanzarote puede estar centrando su atención en una forma superior de turista, pero todavía tiene franjas enteras (la Avenida de las Playas, por ejemplo) que atienden al turista muy británico a quien ahora, aparentemente, están tratando de mantener alejado. Entré a Street View y en cinco segundos encontré un bar que ofrecía cubos de cerveza y asados dominicales.
Los turistas británicos no son los únicos que causan travesuras durante sus vacaciones. Según nuestro panel de expertos , los alemanes enfurecen a los holandeses al insistir en hablar alemán, los franceses encuentran a los estadounidenses exasperantemente testarudos y los portugueses tienen pocas palabras amables que decir sobre sus vecinos españoles. El comportamiento antisocial se manifiesta de muchas maneras.
Y cualquier conversación sobre los británicos en el extranjero está incompleta sin una palabra sobre el impacto económico sísmico de nuestros turistas que salen de vacaciones. El año pasado, los residentes del Reino Unido realizaron 71 millones de viajes al extranjero (aproximadamente uno por cabeza) y gastaron más de £58 mil millones en sus diversiones. Viajamos, particularmente al Mediterráneo, gastamos, y una pequeña pero muy ruidosa minoría de nosotros causa problemas mientras estamos fuera.
En los últimos años ha habido muchos ejemplos de medidas sensatas y no inflamatorias de control del turismo. El mes pasado, San Sebastián salió a decir que limitaría la cantidad de nuevos hoteles que podrían abrir en la ciudad, para garantizar que la ciudad siga siendo habitable para los locales. En Maya Bay, Tailandia, las autoridades cerraron la playa durante tres años entre 2019 y 2022 (ciertamente, esto se hizo más fácil debido a la esa época en el 2020 de la que yo le hablo) para permitir que el arrecife de coral se recuperara. Florencia prácticamente ha prohibido Airbnb para revertir la crisis inmobiliaria en la ciudad. Sevilla obligó a los alquileres vacacionales a instalar medidores de ruido para frenar las molestias nocturnas. Ninguno ha señalado con el dedo al turista.
He visto de primera mano el impacto que el turismo de masas puede tener en los destinos y entiendo por qué algunas oficinas de turismo se sienten tentadas a adoptar la línea de "mantenerse alejado". Pero al hacerlo se pasa por alto el meollo del problema. Es como plantar unas cuantas flores baratas en tu jardín y enojarte tanto con las abejas que vienen a polinizarlas cada año que rocías "buzz off" en tu propia cerca y dedicas tus días a tratar de aplastarlas. Si quieres colibríes y mariposas, me temo que tendrás que reformar todo el macizo de flores y sembrar las semillas correspondientes.
