The economist: de cómo compañías enteras de ucranianos son aniquiladas en donbás

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Y LA INFORMACIÓN ES PROUCRANIANA. CÓMO SERÁ EL ASUNTO.​

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Peligro en el Donbás: la línea del frente de Ucrania se tambalea​

Los cazas rusos intentan rodear a los defensores.​

Fotografía: Reuters
8 de septiembre de 2024| Kurakhove
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ISi imagina que las líneas del frente en el Donbas están bien definidas, debería pensarlo de nuevo. Oleksandr, un oficial de la 79.ª brigada ucraniana, observa todos los días el campo de batalla cerca de la ciudad de Kurakhove, en la línea del frente, en las pantallas de la sala de control. Los rusos están en su mayoría al frente de las posiciones ucranianas, dice, pero a veces causan estragos a kilómetros de ellas. Para las perversoss parejas de soldados en posiciones dispersas en el borde de lo que él llama la zona de fin, es más a menudo una misión de ida que no. Hasta 18 soldados rusos podrían morir para desalojar a dos ucranianos cansados y hambrientos. Pero tarde o temprano, lo harán. "Estamos intercambiando vidas y territorio por tiempo y los recursos del oponente".

Durante los últimos dos meses, Rusia ha destinado la mayor parte de esos recursos a atacar el centro logístico de Pokrovsk , al noroeste de Kurakhove. El avance avanzó a un ritmo alarmante, e incluso se aceleró después de que Ucrania lanzara una operación dentro de Rusia que aparentemente estaba diseñada para reducir la presión. Una respuesta ucraniana en la última semana ha estabilizado las líneas más occidentales. Pero los soldados informan que los rusos se están reagrupando a lo largo de un frente más amplio al norte y al sur de Kurakhove, en un aparente esfuerzo por rodear a las fuerzas ucranianas allí. El centro de los combates se ha trasladado a las ciudades de Ukrainsk y Halytsynivka, a unos 15 kilómetros al norte de Kurakhove, ambas visibles desde la distancia por las columnas de humo oscuro.
Mapa: The Economist
Yury, un soldado asignado a la 59ª brigada con base cerca de Ukrainisk, dice que las pérdidas ucranianas han sido significativas. Un refuerzo de infantería inexperto enviado desde la 71ª brigada de Ucrania fue aniquilado. “En tres días, 100 se convirtieron en cero. Algunos corrieron, otros cayeron”. No todo es tráfico en un solo sentido. Un contraataque ucraniano el viernes, utilizando tanques e infantería, hizo retroceder un poco a los rusos. Ya han salido de los distritos meridionales de la cercana Selydove. Pero la situación sigue siendo precaria. Los rusos todavía están concentrados en el control de las carreteras que llevan a Pokrovsk. “Hemos estado luchando con nuestra última guardia y hemos arrojado a nuestros hombres de logística a las trincheras”.
Para los soldados que se encuentran más al sur, la posibilidad de un cerco sigue siendo una preocupación, aunque por ahora sólo hay indicios de ello. Las carreteras que antes eran tras*itables ya no lo son. Las tiendas y los cafés han cerrado sus puertas. “Las dificultades para conseguir una taza de café pueden no parecer nuestro mayor problema”, dice un comandante de la 21.ª brigada, “pero es un indicio de que las cosas están empeorando”.
Para quienes viven cerca de Kurakhove, cuya población de antes de la guerra era de 21.000 habitantes se ha reducido a 5.000, el cambio más evidente es en la logística. Los camiones de combustible, los vehículos de suministro y los cuarteles generales han retrocedido, escondiéndose del cerco ruso cada vez más apretado. El reabastecimiento ya no es rápido: conseguir minas o cohetes antitanque Javelin lleva medio día en el mejor de los casos. Evacuar a los heridos es más complicado. Hay hospitales de campaña cerca para estabilizar a los más necesitados, pero como la carretera principal a Pokrovsk está cortada, son menos los que llegan a tiempo a un hospital de pleno derecho.
Las tácticas rusas no han cambiado sustancialmente desde la caída de Avdiivka en febrero. Entonces, como ahora, dependen de las bombas planeadoras y de una superioridad de artillería que todavía oscila entre al menos 3:1 y 10:1 en algunas secciones. Las operaciones suelen estar dirigidas por grupos de dos o tres soldados de infantería, normalmente desmontados, aunque recientemente se ha observado a algunos utilizando sedanes Lada con las puertas quitadas para una salida rápida, al estilo Mad Max . Los grupos avanzan al acecho en cualquier oportunidad. Andriy, un oficial de la 79.ª brigada, calcula que el 80% de los rusos no lo consigue. Pero el otro 20% encuentra formas de entrar por detrás de las posiciones ucranianas y, a veces, se pierden a los ojos de los ucranianos. "Saben que no vamos a contraatacar porque no tenemos los hombres para hacerlo, así que se arrastran por donde pueden".
Recientemente, la presión rusa se ha vuelto más insistente y amplia, abarcando un frente desde Pokrovsk hasta Vuhledar en el sur. Los soldados ucranianos creen que esto es una prueba de que su enemigo se ha reforzado con nuevas reservas. El frente amplio da a los rusos más opciones para atacar, dice Mike Temper, el nombre de guerra de un comandante de la batería de morteros del 21º batallón de la Brigada Presidencial Independiente de Ucrania. “Están utilizando su ventaja numérica para ver las brechas en nuestra defensa y desarrollarse donde pueden”.
Los rusos también están aprovechando sus ventajas en materia de drones y guerra electrónica. Esto es especialmente evidente en su sistema de búsqueda y ataque, que combina drones de reconocimiento avanzados con drones de ataque, artillería y aviación. “Physicist”, un comandante de tanques del 68.º, dice que la fuerza aérea y la artillería rusas pueden reaccionar casi en tiempo real; todo lo que se mueve y no está protegido es destruido. Por eso, sus conductores de tanques ahora trabajan principalmente como unidades de artillería estáticas, operando desde posiciones cerradas y mucho más atrás.
El físico, cuyo nombre de guerra proviene de un trabajo en tiempos de paz como profesor de ciencias en Kherson, dice que la debilidad de Ucrania se debe a una ecuación simple: poca mano de obra más poca munición. Las dos, dice, están relacionadas de maneras que podrían no parecer inmediatamente obvias. Cuando el Congreso de Estados Unidos retuvo el suministro de armas durante seis meses a partir de octubre de 2023, Ucrania tuvo que enviar hombres al problema. "Cuando no teníamos proyectiles, usábamos más infantería en el frente para detener un avance, lo que significaba perder muchos soldados capacitados". El fracaso del programa de movilización de Ucrania exacerbó los problemas. Oleksandr, del 79.º, calcula que su brigada ya ha perdido más soldados en 2024 que en los 18 meses anteriores.
El retroceso en torno a Pokrovsk (el primero que los ucranianos llevan meses en la zona) ha dado a los soldados la esperanza de que podrán resistir un cerco. Tal vez los rusos incluso se hayan excedido, pero la mayoría sigue siendo cautelosa. La clave de Ucrania para mantenerse en el juego es cuidar de sus hombres, dice Mike Temper, y eso significa un enfoque flexible para mantener el territorio. No puede ganar compitiendo en carnicerías, dice. Oleksandr se pregunta si el momento ya ha pasado o si Ucrania ya no está luchando en los términos de Rusia. "Lo peor es que todos nos hemos acostumbrado a la fin", dice. "Eso es todo: el concepto de vida humana, pérdidas humanas, sangre humana. Ya no son tragedias, sólo estadísticas".

Dos se aniquilan mutuamente y el tercero se ríe mientras se lo mira desde la barrera.

Todos sabemos quién es el tercero.