Testigos revelan en un juicio la identidad de los miembros de la secta secreta El Yunque

Denyuri

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Pues eso, que me extraña que no se haya tratado el tema en absoluto por aquí, igual es porque en vez de masones son de extrema derecha. Primero, la noticia (conste que no lo pongo en Conspiraciones porque está en los juzgados):

Antiguos integrantes de El Yunque y familiares de miembros activos de esta secta secreta ultraderechista revelaron en sendos juicios celebrados el pasado mes de abril la identidad de las personas y plataformas civiles que sirven de tapadera a esa organización integrista católica, entre ellas Hazte Oír y el Instituto de Política Familiar, dos de las asociaciones más activas en las masivas movilizaciones ciudadanas de los últimos años contra la ley del aborto, el matrimonio gays y la asignatura de Educación para la Ciudadanía.

La juez María Belén López Castrillo, titular del Juzgado de 1ª Instancia número 48 de Madrid, considera probada y "esencialmente veraz" la relación entre El Yunque y Hazte Oír, como informó ayer El Confidencial. La plataforma que preside Ignacio Arsuaga presentó una demanda de protección del derecho al honor contra Fernando López Luengos, vicepresidente de la asociación de cristianos laicos Educación y Persona, que en un demoledor y exhaustivo informe denunció cómo la secta secreta se ha infiltrado en el PP, la cúpula de la Iglesia, el grupo Intereconomía o la universidad San Pablo-CEU.

López Castrillo, en una sentencia dictada el pasado día 19, rechaza la demanda de Arsuaga y señala que es "un hecho contrastado y acreditado, a tenor de la prueba documental y testifical, la relación de miembros de Hazte Oír con El Yunque". El informe de López Luengos avalado por la juez revela que los objetivos de la secta ultracatólica son "la ocupación de parcelas de poder político y de influencia mediática cada vez mayores" y la creación de "redes de captación de jóvenes y adolescentes para la organización". El credo de El Yunque es "defender la religión católica y luchar contra las fuerzas de Satanás", incluso mediante el empleo de la violencia.

Durante el juicio, según las fuentes consultadas por este diario, al menos siete testigos revelaron con nombres y apellidos la identidad de los principales dirigentes de El Yunque en España. Entre ellos, Eduardo Hertzfelder, presidente del Instituto de Política Familiar; Jaime Urcelay, de Profesionales por la Ética; Liberto Senderos, de la Organización del Bien Común; Leonor Tamayo, del Grupo de Montaña Contracorriente; los miembros de Hazte Oír Álvaro Zulueta, su esposa Olga Cuquerella (hermana de la que fue secretaria personal de Iñaki Urdangarin, Julia Cuquerella), Marcial Cuquerella -hermano de los anteriores- o Luis Losada, subdirector del diario La Gaceta, del Grupo Intereconomía, y actual colaborador de 13 TV, la cadena de los obispos.

Jaime Urcelay. (Profesionales por la Ética)Jaime Urcelay. (Profesionales por la Ética)

Varios de esos testigos prestaron también declaración en contra de El Yunque y sus organizaciones satélite en la vista oral celebrada en el Juzgado de 1ª Instancia número 45 de Madrid el pasado 29 de abril por la demanda presentada por el abogado Pedro Leblic contra las cinco plataformas citadas anteriormente. Durante el juicio, la ex esposa de Losada, María Victoria Uroz, aseguró: "Conocí El Yunque siendo socia de Hazte Oír, en 2003. La persona que me reveló la existencia [de la secta secreta] es mi marido, que era directivo de El Yunque y me lo explicó. En 2012 me comentó que se estaba filtrando información a los medios de comunicación [en alusión a las noticias publicadas entonces por El Confidencial], y me dijo que lo iba a desmentir".

"Mi marido reconocía que sus actividades eran secretas e ilegales", añadió Uroz, "por eso me exigía guardar secreto y decía que estaba obligada a mentir. He tenido que mentir a sus padres, a su hermano, a mis padres. Él aplicaba la reserva mental, afirmando que como la gente no tiene derecho a saber quiénes estamos detrás de El Yunque, y perseguimos un fin que es que Cristo reine en la tierra, estamos autorizados a mentir".

Otro testigo, Inmaculada García, afirmó durante el juicio: "Los espantosos cursos preliminares, exclusivos y obligatorios para miembros de El Yunque, consistían en tres días de formación intensiva intelectual, física y psicológica. Lo único interesante de aquellas nefastas experiencias era la curiosidad de si conocería al siguiente conferenciante, porque todos eran miembros de El Yunque y aparecían vestidos con el uniforme de la organización. Entre los que vinieron, conocía bien a Arsuaga, Zulueta, su mujer Olga, Ondina Vélez y su marido, Pablo Gutiérrez...".

Una jueza destapa los vínculos entre la secta secreta El Yunque y 'ultras' de Hazte Oír

Un juzgado de Madrid ha admitido a trámite la demanda interpuesta por el abogado Pedro Leblic, en representación de un grupo de padres católicos, contra la secta El Yunque y sus presuntos líderes, entre ellos Ignacio Arsuaga, presidente de la plataforma Hazte Oír, y Eduardo Hertfelder, del Instituto de Política Familiar, dos de las asociaciones que supuestamente sirven de tapadera a la sociedad secreta.

La demanda, presentada el pasado 29 de febrero, exige la disolución de El Yunque y de las plataformas que la secta utiliza como pantalla de sus actividades clandestinas: Hazte Oír, Instituto de Política de Familiar, Profesionales por la Ética, Organización del Bien Común y Asociación de Montaña a Contracorriente. En ella, además, se pide al juez que declare la pertenencia a El Yunque de Arsuaga, Hertfelder, Jaime Urcelay, Liberto Senderos y Leonor Tamayo.

El Yunque es una secta de carácter paramilitar vinculada al integrismo católico de ultraderecha, nacida en México en 1952, que capta a menores y adolescentes con el objetivo de infiltrarse en las estructuras del poder político para "instaurar el reinado de Cristo en la tierra". Sus miembros consagran sus vidas a "preparar una aristocracia del espíritu que debe gobernar España según los dictados evangélicos".

Leblic argumenta que la Constitución prohíbe en su artículo 22.5 las asociaciones secretas y de carácter paramilitar. Y asegura que su objetivo es poner al descubierto "unos hechos de enorme gravedad que atentan contra la convivencia y las normas civiles y constitucionales que regulan la sociedad española". Entre la exhaustiva documentación que acompaña la demanda se incluye un detallado informe sobre el modus operandi de El Yunque elaborado por el profesor Fernando López Luengos, vicepresidente de la asociación católica Educación y Persona, que fue entregado en 2010 al presidente de la Conferencia Episcopal, el cardenal Antonio Rouco Varela.

La vista previa, en verano

El Juzgado de Primera Instancia número 45 de Madrid admitió a trámite la demanda el 12 de marzo, y el pasado viernes notificó su decisión a la Fiscalía y a las partes. Los demandados tienen ahora un plazo de 20 días para presentar sus alegaciones. Y el juez les advierte de que, de no hacerlo, se les declarará en situación de rebeldía procesal. La vista previa se celebrará, probablemente, en el verano, y el juicio no antes de final de año.

El juez debe también decidir cuántos testigos podrán prestar declaración en el juicio. Leblic ha asegurado a El Confidencial que cuenta con el testimonio de cerca de tres docenas de testigos, entre ellos varios ex miembros de El Yunque, jóvenes que fueron captados en su día por la secta y personas a las que los líderes de la sociedad secreta confesaron en privado su pertenencia a la misma.

Un ejemplillo de cómo están de la cabeza los zagales que se integran:


y testimonio de uno de los chavales captados

TESTIMONIO DE UN ADOLESCENTE QUE FUE CAPTADO POR LA SECTA INTEGRISTA CATÓLICA

"El Yunque me lavó el cerebro; incluso llegué a espiar a mis propios padres"




"Yo tenía 16 años y llevaba una vida bastante rutinaria. Hasta que entré en El Yunque. Me lavaron el cerebro y violentaron mi conciencia, pero entonces ni siquiera fui consciente de ello. ¿Qué importaba mentir a mi familia, a mis amigos, a todo el mundo, si a cambio podía sentirme una especie de James Bond, un líder, un elegido, un salvador? Miraba a mis compañeros del instituto por encima del hombro; todos me parecían estúpidos, unos borregos. Llegué a traicionar a mis propios padres, a espiarlos, pero la organización era lo primero. Imagínese: había una conspiración satánica contra la religión católica y yo, mitad monje, mitad soldado, iba a combatirla y acabar con ella".

Alberto (el nombre es ficticio; han pasado más de ocho años desde entonces, pero el miedo sigue siendo libre) está a punto de cumplir los 25 y, como tantos jóvenes de su edad, mira al futuro con la falta de arrogancia de quienes intuyen que ya no van a comerse el mundo. Sentado en un discreto rincón de un bar pijo de Madrid, con su carita-de niño-bueno-y-bien-educado, sólo un profundo rencor parece alimentar sus recuerdos. Uno diría que no hay repruebo en sus palabras, y de haberlo es tan sutil como los pequeños sorbos que da a su café con leche. "Cuando me fui, o mejor dicho, me echaron, sentí un vacío tremendo. Aún estaba ciego: pensaba que, después de habérselo dado todo a El Yunque, ahora me daban la patada".

El de Alberto no es, ni mucho menos, un caso aislado. Como él, decenas, tal vez cientos de adolescentes, muchos de ellos menores de edad, han caído en las redes de El Yunque, una secta secreta vinculada al integrismo católico de ultraderecha que se sirve de asociaciones tapadera -entre ellas Hazte Oír y el Instituto de Política Familiar- para encubrir sus actividades clandestinas, encaminadas a infiltrarse en las estructuras del poder político y mediático para "instaurar el reinado de Cristo en la tierra" y "gobernar España según los dictados evangélicos". Tenía el perfil idóneo: era un chico creyente, de buena familia y misa dominical, y sus padres militaban activamente en la lucha contra la ley del aborto y la asignatura de Educación para la Ciudadanía. Este es su relato.

El caladero

"Conocí a Jorge durante la visita de Juan Pablo II a Madrid en 2003. Él era bastante mayor que yo y estaba metido en El Yunque, pero entonces no lo sabía. Yo era un chaval, lleno de fervor y muy maleable, y ellos siempre tiran la caña en esos actos católicos multitudinarios. Es muy fácil pescar ahí, es su gran caladero. Para Jorge debió ser tan fácil atraparme como ganarle al ajedrez a un crío de Primaria. Después me invitaron a hacer el Camino de Santiago, y fue una experiencia brutal. Rezábamos, íbamos a misa todos los días, leíamos la Biblia... Aquello fue un revulsivo espiritual y religioso para mí".

"Después de aquello me propusieron crear un grupo de acción y oración. Su argumento era que la religión católica estaba en peligro, y que si nos cruzábamos de brazos seríamos cómplices. Nos reuníamos todas las semanas para rezar, practicar deporte, hacer sentadas delante de clínicas abortistas o pegar carteles contra el matrimonio gays. Era todo muy excitante. Pero me advirtieron que no podía contárselo a nadie, ni siquiera a mis padres. El grupo era lo primero, estaba por encima de cualquier otra cosa. Y si faltabas a una reunión o te saltabas las lecturas obligatorias, te imponían pequeños correctivos: dar varias vueltas al Retiro, hacer 50 flexiones o enterrarte en barro".

"Un día, cuando creyeron que ya estaba maduro, Jorge me citó en un piso del barrio de Salamanca. Lo único que me dijo fue que ya estaba preparado para saber qué había detrás de todo esto, que debía subir otro peldaño, y que acudiese a la reunión con una camisa blanca y pantalón, corbata y zapatos neցros. Llegué a la cita muy nervioso, asustado, llegué a pensar que me iban a secuestrar. Me hicieron pasar a una habitación oscura y me pidieron que me vistiese con la ropa que había traído. Luego me llevaron a un salón en penumbra y me quedé impresionado: había ocho personas formando dos filas, todas en posición de firmes y vestidas de neցro y blanco, y de la pared colgaba una gran bandera de color con el símbolo de El Yunque. Entonces reconocí a Jorge".

"¡Dios, Patria, Yunque!"

"Dio tres golpes sobre la mesa con la mano derecha y gritó: '¡Dios, Patria, Yunque!'. Había comenzado la ceremonia de ingreso de un nuevo miembro... y ese nuevo miembro era yo. Luego todos empezaron a recitar la oración: 'Nuestra lucha es la de los cruzados, la de los cristeros, la de muchos otros caballeros cristianos que a lo largo de la historia han consagrado sus vidas a instaurar el reinado de Cristo en la tierra. Somos una milicia y luchamos contra los perversos enemigos de Dios y de la patria'. A continuación me dieron la bienvenida a la sociedad secreta, advirtiéndome de que, si les traicionaba, encontraría en cada uno de ellos a 'un juez justiciero'. Yo estaba temblando y empapado en sudor".

"La tensión en el ambiente era brutal. Me dieron entonces un papel para que leyera mi juramento en voz alta: 'Acepto integrarme en El Yunque como actividad primordial de mi vida. Juro guardar la más absoluta reserva sobre la existencia de la organización, sus integrantes, acciones y estrategias. Juro como caballero cristiano defender, aún a costa de mi vida, este instrumento que Dios nos ha dado para instaurar su reinado en la tierra'. Jorge dio otros tres golpes sobre la mesa y volvió a gritar: '¡Dios, Patria, Yunque!'. Luego añadió: 'Declaro clausurada esta ceremonia. ¡Rompan la formación!'. Desde ese momento ya pertenecía a El Yunque".

"A partir de entonces empezó la etapa de formación. Hacíamos entrenamiento militar y prácticas de supervivencia en la montaña. Físicamente era muy duro, pasabas hambre, sueño... Todas las semanas teníamos reuniones con algún orco [la cúpula de la secta] para impartirnos cursos de liderazgo, de agitación política... No comulgaban en absoluto con el PP, lo despreciaban, y nos decían que algún día formaríamos nuestro propio partido. Y, por supuesto, nos recordaban que el deber de reserva era absoluto: nadie podía saber de la existencia de El Yunque. No sólo mentía a mis padres, sino que llegué a espiarlos por orden de mis superiores. Y en los informes que hacía incluía todos los detalles sobre sus actividades y quiénes colaboraban con ellos".

"Pronto apareció el desencanto. La religión era el banderín de enganche para captarte, pero llega un momento en que la religión se abandona y todo se centra en la política. Ya no se reza, sólo hay adoctrinamiento. A mí la política no me interesaba demasiado, y me di cuenta de que ellos sólo querían conquistar el poder, el poder político. Mis padres acababan de abandonar la asociación a la que pertenecían, precisamente porque El Yunque se había infiltrado en ella y despreciaban sus métodos, y desde ese momento yo empecé a ser un apestado. Hasta que un día mi jefe, un orco, me comunicó que la organización había decidido expulsarme. Sentí un vacío tremendo, porque mi vida había sido El Yunque, pero yo ya me sentía fuera desde mucho antes".
 
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Última edición:
Muy fuerte su infiltración en el PP, allí hacen todo a favor del gaymonio una vez llegados al poder, dejan la ley del aborto como estaba(si es que la cambian al final) antes de ZP, que era un verdadero coladero y 0 en políticas familiares a niños y dependientes, menudo fracaso si es que esto es cierto.
 
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