¡Talón, talón!

Clavisto

Será en Octubre
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10 Sep 2013
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- Hola, buenas -digo deslizando el papel.
- D5, en la primera planta" contesta una enfermera todavía joven pero demasiado rubia y un tanto bigotuda.

"D5 -pienso mientras subo las escaleras-, ese es el movimiento típico de las blancas para cerrar el centro en la India de Rey..." Me gustaba jugar esa línea cuando llevaba las negras, tan elástica, tan al filo...un tiempo perdido y estabas frito; después (tras una mala racha) me pasé a la Ben-Oni, todavía más movediza. Y allí sigo a pesar de que agarré otra que me condujo a mis catacumbas; en la vida he estado tan abajo de rating. Pero voy remontando y ahora estoy un poco mejor que al principio, aunque lejos de mi mejor momento. Creo que voy a regresar a la India de Rey.

Suele decirse que uno juega al ajedrez como es, y es verdad. Yo, de puertas para afuera, no debería sino abrir de dama con blancas y hacer el espejo con negras hasta donde me fuera posible; pero, sin embargo, hago todo lo contrario: abro de rey y respondo como un vaso roto. Es tan fácil cuando se trata de ajedrez...

Casi nadie responde a mi saludo.

No ha tardado en salir una muchacha alta, con gafas, antiestética y corpulenta, aunque no repulsiva.

- A ver...¿Luis Nosecuantos?
- Yo
- Pues ahora pasas...¿Antonia Nosequé?
- ¿Sí?
- Detrás...¿Pepe Palotes?
- ¿Uh?
- Detrás de Antonia...¿María Martillo?...

Y así siete u ocho.

- ¿Kufisto Benoni?
- Yep
- Detrás de Mari Carmen

Ya casi que me había olvidado...

- Ehhh...perdón, ¿Mari Carmen...? -he dicho al acabar el recuento.
- Sí, yo
- Ah, vale

"me acuerdo de la fruta...y yo sin el teléfono" me he dicho al ver a los demás hurgando en los suyos.

Deberían ofrecer uno desechable cuando pasas a esos sitios. Aunque fuera de juguete:

"- Perdone, señor...¿lleva su teléfono?
- ¡Anda la leche!...Lo he dejado cargando en casa...Como iba a llegar justo a la hora de la cita...
- Ya, pero vamos con retraso. Siéntese e intente no llamar la atención"

Bueno, soy de esa clase de personas que puede mirar una pared durante media hora aunque no estoy acostumbrado en hacerlo rodeado de gente...pero al quitarme el abrigo he visto El Aleph. Literal.

No recordaba que mientras había estado buscando la tarjeta sanitaria me había encontrado en su lugar aquel libro de Borges que saqué de la Biblioteca hace unas semanas, y oye, lo uno por lo otro, que seguro ya estaba a punto de sanción, que es cosa curiosa como buscando algo te encuentras otra parecida, y los dientes sanos son para cuando los tuyos también lo están, y en fin...

Sin dudarlo un segundo me he ido al primero, al Inmortal, el que más me gusta.

Al principio no sabía ni como ponerme, no estoy hecho para los ambulatorios; tampoco a leer sentado y menos aún en público. En verdad no sé si lo estoy para algo que no sea poner cervezas, vinos y copas, y esto también es cosa que jamás pensé pudiera hacer cuando todavía tenía esperanzas de ser otra cosa ..."Kufisto Benoni a los quince años leyendo a Hesse en la cocina del bar de su padre mientras espera las comandas"

- ¡UNA DE CALAMARES! - voceaba mi padre desde la barra- ¿has oído, Kufisto?, pasaba el viejo para asegurarse.
- Ehhh...sí - y entonces Siddharta tenía que esperar cinco minutejos. Aunque algún ojo le echaba durante el tiempo en el que se freían. Me traía loco lo de la apertura del tercero. El de la frente, claro.


Y esta tarde de reloj (que ya era noche de luz) un escritor ha conseguido que olvidara donde estaba hasta el punto de hacerle daño a la rubia embutida en cuero que junto a su marido (o lo que fuera) esperaba turno un par de butacas más allá sin dejar de atusarse la melena y estirar sus ajustados pantalones; quizá, seguro, esperando una mirada deseosa de ese tío raro con un libro en las manos que entró saludando y al que no le hice ni puñetero caso.

Que te joroben. Sólo durante un rato serías mejor que Borges.

¿El talón?

Bien.

Chapa y pintura.
 
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