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Madmaxista
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Syriza y la UE planean décadas de medidas de austeridad y privatizaciones
Katerina Selin, wsws
En una reunión de ministros de finanzas de países de la UE el 21 de junio, los Estados de la UE llegaron a un acuerdo sobre la retirada formal de Grecia de los llamados “programas de rescate” de la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE), también conocida como la Troika.
Desde 2010, Grecia ha firmado tres programas de crédito, conocidos como el “Memorando de Entendimiento”, que estaban vinculados a drásticas medidas de austeridad y una ola de privatizaciones sin precedentes. Esto ha provocado una depresión económica y una crisis social devastadora que ningún otro país europeo ha experimentado en tiempos de paz.
Solo una semana antes de la última reunión del grupo del euro, el gobierno del pseudoizquierdista Syriza (la “Coalición de la Izquierda Radical”) adoptó otro paquete integral de austeridad para cumplir con los requisitos de los prestamistas internacionales.
Después de la larga sesión en Luxemburgo, que tuvo lugar a última hora de la tarde del jueves, el comisionado de Asuntos Económicos y Financieros de la UE, Pierre Moscovici, declaró un “momento histórico” y anunció pomposamente: “La crisis griega ha terminado esta noche”. El ministro griego de finanzas Euclid Tsakalotos (Syriza) también habló del “fin de la crisis griega”.
Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea y uno de los principales arquitectos de los mandatos de austeridad, tuiteó cínicamente: “Aplaudo a los griegos por su resistencia y su apoyo a Europa. Sus esfuerzos no han sido en vano”.
El mismo día, la Comisión de la UE publicó un vídeo promocional en Twitter que fue considerado por los comentaristas de Twitter como una burla a la población griega. En un palabrerío orwelliano, el vídeo se entusiasmó con una economía en crecimiento y afirmó que “había comenzado un nuevo capítulo para Grecia”. Gracias a las “reformas” y el “apoyo de los socios de la UE” —que significa brutales medidas de austeridad y silenciamiento por mandato de la UE— el país se había vuelto “más capaz de competir”.
El primer ministro griego y líder del partido Syriza, Alexis Tsipras, hablaba de lo mismo cuando dio una conferencia el día siguiente durante una ceremonia gubernamental en el edificio Zappeion en Atenas. En medio del frenético aplauso de los compañeros del partido y los socios de la coalición ultraderechista Anel (Griegos Independientes), fanfarroneó que “nuestro país está abriendo un nuevo capítulo” y está pasando a un período en el que “justicia social”, “democracia”, y estabilidad y dignidad” reemplazará a la austeridad y la incertidumbre. “Grecia regresará completamente a los griegos”, declaró Tsipras, enfatizando su estrecha unidad con el líder ultraderechista de Anel, Panos Kammenos.
El espectáculo grotesco en el Zappeion, que no ha despertado más que desprecio entre los trabajadores griegos, tiene su propia lógica. Syriza y la burguesía europea están celebrando ocho años de contrarrevolución social llevada a cabo en interés de la oligarquía financiera internacional. Han llevado a toda una sociedad al suelo para pagar miles de millones a los bancos y corporaciones. Este ataque a la clase trabajadora griega es parte de una redistribución mundial de la riqueza social de abajo hacia arriba, que está teniendo lugar desde el comienzo de la crisis financiera en 2008.
Según la información proporcionada por la Comisión de la UE, 450 medidas individuales fueron implementadas bajo los auspicios de Syriza en los últimos tres años, incluyendo innumerables recortes de pensiones, recortes salariales, despidos, aumentos de impuestos y recortes a sectores sociales, educativos y de salud.
Grecia ha atravesado una recesión catastrófica que ha visto una contracción del 25 por ciento de su producción económica. Una persona de cada cinco está desempleada. Según las nuevas encuestas publicadas por el servicio estadístico griego Elstat el 22 de junio, durante el año calendario 2016 en Grecia, el 34,8 por ciento de la población estaba amenazada por la pobreza o la marginación social. Entre los que no tenían ciudadanía griega, el número aumentó al 62,9 por ciento.
Más del 21 por ciento de los griegos sufren privaciones materiales. Comparado con otros estados de la UE, eso coloca al país en el segundo lugar, detrás de Bulgaria. Casi la mitad de todos los hogares de bajos ingresos han indicado que no tienen suficiente calefacción; el 78 por ciento de ellos no puede soportar gastos inesperados de 475 euros. Más de la mitad de todos los hogares —y el 80 por ciento de las familias más pobres— no pueden permitirse unas vacaciones de una semana.
Este es el legado de tres años de Syriza y de más de 8 años de políticas de austeridad.
Katerina Selin, wsws
En una reunión de ministros de finanzas de países de la UE el 21 de junio, los Estados de la UE llegaron a un acuerdo sobre la retirada formal de Grecia de los llamados “programas de rescate” de la Comisión Europea, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE), también conocida como la Troika.
Desde 2010, Grecia ha firmado tres programas de crédito, conocidos como el “Memorando de Entendimiento”, que estaban vinculados a drásticas medidas de austeridad y una ola de privatizaciones sin precedentes. Esto ha provocado una depresión económica y una crisis social devastadora que ningún otro país europeo ha experimentado en tiempos de paz.
Solo una semana antes de la última reunión del grupo del euro, el gobierno del pseudoizquierdista Syriza (la “Coalición de la Izquierda Radical”) adoptó otro paquete integral de austeridad para cumplir con los requisitos de los prestamistas internacionales.
Después de la larga sesión en Luxemburgo, que tuvo lugar a última hora de la tarde del jueves, el comisionado de Asuntos Económicos y Financieros de la UE, Pierre Moscovici, declaró un “momento histórico” y anunció pomposamente: “La crisis griega ha terminado esta noche”. El ministro griego de finanzas Euclid Tsakalotos (Syriza) también habló del “fin de la crisis griega”.
Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea y uno de los principales arquitectos de los mandatos de austeridad, tuiteó cínicamente: “Aplaudo a los griegos por su resistencia y su apoyo a Europa. Sus esfuerzos no han sido en vano”.
El mismo día, la Comisión de la UE publicó un vídeo promocional en Twitter que fue considerado por los comentaristas de Twitter como una burla a la población griega. En un palabrerío orwelliano, el vídeo se entusiasmó con una economía en crecimiento y afirmó que “había comenzado un nuevo capítulo para Grecia”. Gracias a las “reformas” y el “apoyo de los socios de la UE” —que significa brutales medidas de austeridad y silenciamiento por mandato de la UE— el país se había vuelto “más capaz de competir”.
El primer ministro griego y líder del partido Syriza, Alexis Tsipras, hablaba de lo mismo cuando dio una conferencia el día siguiente durante una ceremonia gubernamental en el edificio Zappeion en Atenas. En medio del frenético aplauso de los compañeros del partido y los socios de la coalición ultraderechista Anel (Griegos Independientes), fanfarroneó que “nuestro país está abriendo un nuevo capítulo” y está pasando a un período en el que “justicia social”, “democracia”, y estabilidad y dignidad” reemplazará a la austeridad y la incertidumbre. “Grecia regresará completamente a los griegos”, declaró Tsipras, enfatizando su estrecha unidad con el líder ultraderechista de Anel, Panos Kammenos.
El espectáculo grotesco en el Zappeion, que no ha despertado más que desprecio entre los trabajadores griegos, tiene su propia lógica. Syriza y la burguesía europea están celebrando ocho años de contrarrevolución social llevada a cabo en interés de la oligarquía financiera internacional. Han llevado a toda una sociedad al suelo para pagar miles de millones a los bancos y corporaciones. Este ataque a la clase trabajadora griega es parte de una redistribución mundial de la riqueza social de abajo hacia arriba, que está teniendo lugar desde el comienzo de la crisis financiera en 2008.
Según la información proporcionada por la Comisión de la UE, 450 medidas individuales fueron implementadas bajo los auspicios de Syriza en los últimos tres años, incluyendo innumerables recortes de pensiones, recortes salariales, despidos, aumentos de impuestos y recortes a sectores sociales, educativos y de salud.
Grecia ha atravesado una recesión catastrófica que ha visto una contracción del 25 por ciento de su producción económica. Una persona de cada cinco está desempleada. Según las nuevas encuestas publicadas por el servicio estadístico griego Elstat el 22 de junio, durante el año calendario 2016 en Grecia, el 34,8 por ciento de la población estaba amenazada por la pobreza o la marginación social. Entre los que no tenían ciudadanía griega, el número aumentó al 62,9 por ciento.
Más del 21 por ciento de los griegos sufren privaciones materiales. Comparado con otros estados de la UE, eso coloca al país en el segundo lugar, detrás de Bulgaria. Casi la mitad de todos los hogares de bajos ingresos han indicado que no tienen suficiente calefacción; el 78 por ciento de ellos no puede soportar gastos inesperados de 475 euros. Más de la mitad de todos los hogares —y el 80 por ciento de las familias más pobres— no pueden permitirse unas vacaciones de una semana.
Este es el legado de tres años de Syriza y de más de 8 años de políticas de austeridad.