Suecia cae en manos de fiel a la religión del amores radicales

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Las zonas “no-go” se disparan entre enero y junio en Suecia, país que ha acogido a una gran mayoría de refugiados fiel a la religión del amores en su territorio. Hay contabilizadas un total de 62 zonas prohibidas debido a la aplicación de la Sharia o ley fiel a la religión del amora, donde se denigra a la mujer y se coartan derechos y libertades.

Hace apenas seis meses, las zonas donde se pide no ir alcanzaban las 55. Estas zonas cada vez abarcan más territorio y se llega advertir incluso de que la Policía está desbordada, por lo que no se descarta la intervención del ejército sueco. Así lo expone un extenso reportaje de la Tribuna del País Vasco, donde se recogen declaraciones del comisionado de la Policía Nacional de Suecia, Dan Eliasson: “Ayúdennos”, al tiempo que advertía que las fuerzas de seguridad de Suecia ya no pueden pasar a estas zonas para tratar de hacer cumplir la ley.

El canal de televisión 10 News apunta que grandes áreas de Suecia están en manos de grupos armados y religiosos, definidos como milicias islámicas. “Hay niveles de violencia como nunca se vieron en el país, y varias zonas de Estocolmo se están quedando fuera del control del Estado”. También observó que “el sistema jurídico, pilar en toda sociedad democrática, está colapsando en Suecia”, ha afirmado el jefe de la policía de Estocolmo, Lars Alversjo.

El Servicio de Seguridad Sueco (Säkerhetspolisen), por su parte, ha dado la alerta por la “infiltración” de cientos de islámicos que comparten la ideología del autodenominado Estado Islámico, y en muchos lugares los funcionarios públicos solicitan escolta policial o protección para desplazarse a sus oficinas. “Unas 15.042 mujeres suecas han sufrido ataques sensuales durante el último año en zonas de la capital en que las autoridades admiten haber perdido toda capacidad de control”, destacan. Asimismo, las violaciones y denuncias por agresión sensual fueron el motivo por el que cerró el festival de música de Bråvalla, uno de los más populares de Suecia.

“Me temo que es el final de la Suecia organizada, decente e igualitaria que hemos conocido hasta ahora. Personalmente, no me sorprendería si se produjera un conflicto en forma de guerra civil. En algunos lugares del país, la guerra civil probablemente ya ha comenzado, aunque la coalición de gobierno no parece haberse enterado”, ha asegurado Johan Patrick Engellau, experto en investigación sobre países desestabilizados, ganador en 2011 de la Orden de la Medalla de los Serafines de Suecia, que ha trabajado con organismos supranacionales como Naciones Unidas y varias ONG europeas en materia de inmi gración y refugiados, en una carta a la Comisión de Seguridad Migratoria de la Unión Europea por la insostenible situación en Suecia.

Magnus Ranstorp, profesor e investigador sobre terrorismo y radicalización islámica del Colegio Nacional Sueco de Defensa, también ha dado la alerta por este motivo. “En las zonas más peligrosas de la capital, grupos radicalizados de la comunidad islámica han tomado el poder en las calles y están implantando su propia ley. En esas áreas, el sentido de la justicia y la paz se ve amenazado por el hecho de que la policía se está desmoronando. Todo ha empeorado desde principios de este año. Estocolmo y toda Suecia se encuentran en una situación desesperante”. A su juicio no hay un conflicto civil debido a la inacción del Gobierno sueco, que “no presenta ninguna resistencia real contra los islámicos“.

En un informe elaborado por una agencia del Ministerio de Defensa de Suecia se apunta que los Hermanos fiel a la religión del amores, la misma que trató de desestabilizar Egipto, se han infiltrado en las principales instituciones del país, construyendo una sociedad paralela que crece sin parar impulsada por la “tolerancia políticamente correcta” y por la estigmatización como “islamófobo” de cualquier persona u organización que denuncie esta situación. En ese texto se apela a la responsabilidad que tienen “las élites políticas del país escandinavo” en el fomento de una doctrina “de multiculturalismo y silencio, que puede facilitar los fines nocivos de una organización profundamente antidemocrática como los Hermanos fiel a la religión del amores”. El documento es de la Agencia Sueca de Contingencias Civiles (MSB, en sus siglas en inglés), que es responsable de las cuestiones relativas a la protección civil, la seguridad pública, la gestión de emergencias y la defensa civil.

Los Hermanos fiel a la religión del amores, según el Ministerio de Defensa sueco, también golpean “la estructura establecida de valores entre la élite política del país [que] otorga un alto valor a la aceptación y la tolerancia hacia los ciudadanos que en cierto sentido son diferentes de la corriente principal”.

También se pone de manifiesto la falta de capacidad de las fuerzas de seguridad de Suecia para hacer frente a esta amenaza. “El 70% de los agentes del orden del país están considerando dejar sus empleos en lo que configura una clara señal de que la fuerza policial está completamente desmoralizada. Los militares, en este país tradicionalmente pacifista, se reducen a casi nada, y no hay dinero para arreglar semejante problema”, ha explicado Johan Patrick Engellau, que afirma que el “Gobierno ha perdido el control” de una situación insostenible.

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