LoriRarita
Cuñado nija
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- 4 Mar 2020
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Desde 2018 he roto 7 parejas. Poca cosa, comparada con mis tiempos de instituto y universidad. Estoy diagnosticada desde los 19 años como "narcisista". No bebo alcohol, llevo una dieta sana, nunca he tomado drojas, considero las apuestas y el juego como impuesto para petulantes, y dejé de fumar. Mi único vicio / adicción es la dopamina de los dramas de pareja, y especialmente el morbo de los primeros meses en pareja cuando dicha pareja, se la has arrebatado a alguien. Soy bisexual y no me importa demasiado en realidad el tema, valoro a mis posibles parejas por el interés que sus actuales parejas tienen en ellos.
Si veo al típico treinteañero derroido con una subida de peso gritándole, mi interés es cero. Me río de esa gente. Pero si veo una pareja que se quiere, que parecen a gusto, que manifiestan afecto físico en público... me puede dar la neura.
Una psicóloga a la que fui (y a la que dejé de ir por que se me insinuaba cada vez menos disimuladamente) incluso llegó a hacer un gráfico de mi ciclo de adicta.
En primer lugar, el enganche. Veo a alguien, y él o ella, tienen que ser míos. Empiezo los acercamientos, me meto en sus grupos sociales, y pronto me hago indispensable mientras trabajo en separarlos. Si el que me engancha es hombre, es fácil. El 90% de los hombres responden ante una simple posibilidad, implícita y velada, de tener sesso. Si es una mujer, es más difícil y requiere muchos más rodeos, sobre todo si es, o pretende ser, heterosexual.
Una vez rota la pareja y conseguida para mí la parte de la pareja que quería, viene una etapa de euforia que no debe ser distinta a meterse algún estimulante artificial. Me siento enamorada, feliz, viva. La relación es plena. Él o ella, se sienten cómodos tanto de cara al público como en la intimidad, y viceversa. Siento un gran bienestar, físico, emocional, y no solo lo siento, deseo que la otra parte también lo sienta.
Pero tras un periodo, que suele ser de 6 a 8 meses, pierdo el interés. Necesito más "de lo mío", más emoción, más drama. A veces, mantengo un tiempo de aclimatación antes de la ruptura, pero cuanto más desesperada está mi pareja cuando ve que yo no estoy ya interesada, más me disgusto. Al final, suele terminar todo cuando siento el "clic" con otra persona. Puedo llegar a pasar por una depresión en esa última fase.
No soy orate (según los psicólogos que me han tratado) en el sentido de que tengo emociones, incluso positivas. Siento deleite, placer, afecto, incluso el deseo de complacer a la pareja y que se sienta bien, pero sí tengo algo de psicopatía en que acabo usando a las personas como objetos. Se me calificó como "trastorno de la personalidad narcisista con baja calidad de empatía".
Pues eso. Respondo preguntas, si las hay.
Si veo al típico treinteañero derroido con una subida de peso gritándole, mi interés es cero. Me río de esa gente. Pero si veo una pareja que se quiere, que parecen a gusto, que manifiestan afecto físico en público... me puede dar la neura.
Una psicóloga a la que fui (y a la que dejé de ir por que se me insinuaba cada vez menos disimuladamente) incluso llegó a hacer un gráfico de mi ciclo de adicta.
En primer lugar, el enganche. Veo a alguien, y él o ella, tienen que ser míos. Empiezo los acercamientos, me meto en sus grupos sociales, y pronto me hago indispensable mientras trabajo en separarlos. Si el que me engancha es hombre, es fácil. El 90% de los hombres responden ante una simple posibilidad, implícita y velada, de tener sesso. Si es una mujer, es más difícil y requiere muchos más rodeos, sobre todo si es, o pretende ser, heterosexual.
Una vez rota la pareja y conseguida para mí la parte de la pareja que quería, viene una etapa de euforia que no debe ser distinta a meterse algún estimulante artificial. Me siento enamorada, feliz, viva. La relación es plena. Él o ella, se sienten cómodos tanto de cara al público como en la intimidad, y viceversa. Siento un gran bienestar, físico, emocional, y no solo lo siento, deseo que la otra parte también lo sienta.
Pero tras un periodo, que suele ser de 6 a 8 meses, pierdo el interés. Necesito más "de lo mío", más emoción, más drama. A veces, mantengo un tiempo de aclimatación antes de la ruptura, pero cuanto más desesperada está mi pareja cuando ve que yo no estoy ya interesada, más me disgusto. Al final, suele terminar todo cuando siento el "clic" con otra persona. Puedo llegar a pasar por una depresión en esa última fase.
No soy orate (según los psicólogos que me han tratado) en el sentido de que tengo emociones, incluso positivas. Siento deleite, placer, afecto, incluso el deseo de complacer a la pareja y que se sienta bien, pero sí tengo algo de psicopatía en que acabo usando a las personas como objetos. Se me calificó como "trastorno de la personalidad narcisista con baja calidad de empatía".
Pues eso. Respondo preguntas, si las hay.