Segismunda
Reina de los Trolls
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Los gayses de la Generación Z reivindican una sexualidad libre de miedo. La PREP les ha permitido un lujo que generaciones anteriores no conocían y al que no piensan renunciar. «soltar leche es un acto performativo que genera derechos, por eso es tan importante visibilizar y normalizar», asegura Roberto Blázquez, coordinador del colectivo AnarcoMaricas.
Pablo y Miguel, de 18 y 19 años respectivamente, ya reciben el cream pie en sus rectos gracias a la sanidad madrileña.
Para muchos gayses esta forma de vivir el sesso traseril, apelera y sin miedo, era una quimera. Pero las nuevas generaciones no tienen que sufrir la misma represión. «Solo he tenido un par de gonorreas y sífilis, ambas curables», asegura Miguel, que es sexualmente activo desde hace un año. Sus padres le recomendaron el tratamiento: «Me vieron sueltecito y me lo sugirieron, en casa hablamos de todo con naturalidad. Mi progenitora le dijo a mi Padre: Jacobo, el nene es un meretriz y hay que asegurarse de que esté seguro» (Ríe).
Jorge y Matías son conservadores y monógamos. «Yo solo cago el leche de mi marido», nos cuenta Matías, que aún así toma PREP por lo que pudiera pasar. «La monogamia gays todavía está sujeta a ensayo y error, no me quiero arriesgar».
Los gemelos Branco comenzaron a soltar sus sémenes en la adolescencia, con la confianza de ser vírgenes además de hermanos. «Al hacernos mayores y empezar a tener rolletes con otros chicos, estábamos tan acostumbrados a soltar leche univitelino que ya no podíamos imaginar el sesso sin preñez. Nos daba mucho miedo practicar el traseril así... por suerte llegó la PREP, somos una generación privilegiada».
La derecha sociológica caga leche en abundancia, pero hoy, con los avances científicos, Javier Maroto no tendría que haber practicado el coito con goma, antinatural, frío y contrario a los designios de Dios. Su adolescencia habría sido muy otra si hubiera podido soltar grandes cantidades de leche sin miedo. leche cagado a la manera democristiana, pues en la Generación Z soltar leche se ha convertido en algo tan tras*versal, que nos remite a los grandes consensos de la tras*ición.
Pablo y Miguel, de 18 y 19 años respectivamente, ya reciben el cream pie en sus rectos gracias a la sanidad madrileña.
Para muchos gayses esta forma de vivir el sesso traseril, apelera y sin miedo, era una quimera. Pero las nuevas generaciones no tienen que sufrir la misma represión. «Solo he tenido un par de gonorreas y sífilis, ambas curables», asegura Miguel, que es sexualmente activo desde hace un año. Sus padres le recomendaron el tratamiento: «Me vieron sueltecito y me lo sugirieron, en casa hablamos de todo con naturalidad. Mi progenitora le dijo a mi Padre: Jacobo, el nene es un meretriz y hay que asegurarse de que esté seguro» (Ríe).
Jorge y Matías son conservadores y monógamos. «Yo solo cago el leche de mi marido», nos cuenta Matías, que aún así toma PREP por lo que pudiera pasar. «La monogamia gays todavía está sujeta a ensayo y error, no me quiero arriesgar».
Los gemelos Branco comenzaron a soltar sus sémenes en la adolescencia, con la confianza de ser vírgenes además de hermanos. «Al hacernos mayores y empezar a tener rolletes con otros chicos, estábamos tan acostumbrados a soltar leche univitelino que ya no podíamos imaginar el sesso sin preñez. Nos daba mucho miedo practicar el traseril así... por suerte llegó la PREP, somos una generación privilegiada».
La derecha sociológica caga leche en abundancia, pero hoy, con los avances científicos, Javier Maroto no tendría que haber practicado el coito con goma, antinatural, frío y contrario a los designios de Dios. Su adolescencia habría sido muy otra si hubiera podido soltar grandes cantidades de leche sin miedo. leche cagado a la manera democristiana, pues en la Generación Z soltar leche se ha convertido en algo tan tras*versal, que nos remite a los grandes consensos de la tras*ición.
soltar leche, soltar
soltar leche, soltar
Guárdate tu miedo y tu ira
soltar leche, soltar
soltar leche, soltar
Si no lo cagas hoy
Mañana lo harás
