Solidario García
Madmaxista
- Desde
- 7 Sep 2015
- Mensajes
- 1.119
- Reputación
- 996
https://www.lavanguardia.com/politi... la que yo le hablo-banderilla-madrid-4m.html
En Aluche, la Asociación Vecinal y la Red de Apoyo Mutuo; en San Blas y Canillejas, la Plataforma de Trabajadores en Paro; en Puente de Vallecas, la parroquia San Ramón Nonato; en Getafe, el Hospitalillo de San José; para los más pequeños, el Banco del Bebé de la Fundación Madrina... Los nombres varían de un barrio a otro, pero lo que no cambian son las colas del hambre que se repiten a diario por toda la Comunidad de Madrid.
“Creíamos que a estas alturas habrían tenido tiempo suficiente para ponerse al día, pero no ha sido así. El Gobierno no ha acelerado el pago de los ERTE ni la Comunidad la Renta Mínima de Inserción. A los barrios apenas han llegado unas pocas Tarjetas Familias con las ayudas anunciadas en agosto por el Ayuntamiento y las despensas solidarias no damos abasto”, se lamenta Javier Cuenca, vicepresidente de la Federación Regional de Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM).
Y los datos lo corroboran. Desde marzo del 2020, Cáritas y la Fundación Madrina han pasado de atender a 400 personas al mes a proveer a 4.000 al día. La FRAVM proporcionó en el 2020 productos de primera necesidad a 14.278 familias. Y el Banco de Alimentos, como muchas asociaciones vecinales, ha duplicado su distribución con una media de 95.000 kilos diarios.
Pero no es suficiente. El Ayuntamiento apenas ha tramitado el 39% de las ayudas directas solicitadas por las familias, que siguen afrontando a diario un panorama desesperante.
El colapso generalizado ha llegado a unos niveles que incluso el mediático, y sosegado, padre Ángel decidió aprovechar su intervención en una reciente entrevista en La Sexta al alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, para tratar de resetear y empezar por el principio: “¿Cómo se pueden reducir las colas del hambre provocadas por la esa época en el 2020 de la que yo le hablo?” le preguntó el fundador de Mensajeros de la Paz al regidor cumplido ya el primer año de crisis social derivada por la esa época en el 2020 de la que yo le hablo.
Del otro lado, la desesperación empieza a ser un obstáculo insalvable. “Somos más las familias asfixiadas ahora que durante la crisis del 2008”, reconoce Juan, nombre ficticio de un padre de familia que no se acostumbra a tener que recurrir a este tipo de ayudas al encadenar, en el mejor de los casos, trabajos mal pagados o cobrados directamente en B. “Las colas son tan largas que muchas veces tenemos que guardar turno en la calle. Pero el hambre aprieta más que la estigmatización”, concluye bajando la mirada al suelo.
Y por si esto fuera poco, las instituciones también han colocado más de un palo en las ruedas. Algunas de las asociaciones a las que los trabajadores sociales del Ayuntamiento han derivado a decenas de demandantes para sortear el embudo burocrático han sido, paradójicamente, desalojadas de sus espacios. Todo por la batalla emprendida por el PP contra lo que califica de “chiringuitos de Carmena” por dar solución a las colas del hambre que, según ha sostenido este pasado fin de semana la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, conforman “mantenidos subvencionados”.
Muchas agrupaciones contaban con contratos de cesión que se han extinguido en esa época en el 2020 de la que yo le hablo y para los que no han recibido prórrogas o aplazamientos desde el Ayuntamiento Y han tenido que cerrar.
Es el caso de la casa del cura de Chamberí o del Espacio Vecinal Arganzuela, que en febrero fue desahuciado del local que autogestionaba en un ala del antiguo Mercado de frutas de Legazpi y que ahora languidece a la espera de que se concrete alguno de los proyectos barajados por el Ayuntamiento para dicha localización.
Así lo ha denunciado esta misma semana el PSOE quien, por boca de su concejal de Familias, Igualdad y Bienestar Social, Emilia Martínez, recuerda que el alcalde se ha negado a aceptar la propuesta de los socialistas de crear “mesas de coordinación en los distritos” para gestionar “adecuadamente” los recursos, así como crear una línea extraordinaria de subvenciones. De esta manera, el Consistorio trata de “invisibilizar el trabajo asociativo” y “negar las colas del hambre”, reprocha la edil.
A ellas se suman las asociaciones que han tirado la toalla ante la imposibilidad de prolongar en el tiempo los programas de ayuda de alimentos. Es el caso de La Incolora, la Asociación Vecinal que dirige Javier Cuenca en el barrio de Villaverde Alto, quien confiesa que, “tras más de 35 años colaborando con el activismo de barrio, nunca había visto unas colas tan largas y unas despensas vecinales tan solicitadas”.
“Al inicio de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo nos fue relativamente fácil organizarnos, porque contábamos con una experiencia previa y en pocos días ya habíamos tejido una pequeña red de ayudas por grupos de whatsapp, pero el problema se ha ido cronificando. Llevamos muchos meses dándolo todo, pero vivimos de donativos de los vecinos. Y los ingresos y las reservas de las familias también disminuyen”, admite con desazón. Un revés que, sin embargo, no ha doblegado el compromiso de este operario de la limpieza del Ayuntamiento de Madrid que ha decidido abrir una nueva vía de colaboración.
Tras derivar a las familias a las que ayudaba con la cesta de la compra a otras asociaciones con más músculo, e identificar las necesidades médicas de muchos de sus vecinos, ha montado Incofarmacia . Una iniciativa con la que dar respuesta a las carencias existentes para el acceso a fármacos.
Conectados con una trabajadora social del ambulatorio que realiza el cribado de los pacientes, y con una farmacia cercana, desde la Incolora han reorientado los donativos para destinarlos a posibilitar el acceso gratuito a los medicamentos de aquellos vecinos que no pueden costear el tratamiento que les ha prescrito un facultativo.
“La duración de la campaña”, apunta Cuenca, “variará en función de los recursos económicos que seamos capaces de conseguir, o hasta que los poderes públicos asuman sus responsabilidades”.
El catálogo de carencias que la esa época en el 2020 de la que yo le hablo ha agravado no deja de aumentar, pero las soluciones de las asociaciones vecinales siguen trabajando denodadamente a la espera de que las administraciones también distribuyan una banderilla eficaz contra la esa época en el 2020 de la que yo le hablo de la pobreza y la exclusión social.