Leyendo un texto de Norberto Elias sobre el “Proceso de la Civilización” me he encontrado con la pormenorizada descripción de algunas costumbres cotidianas de las sociedades europeas medievales.
Me ha resultado muy interesante y casi desopilante leerlas al ponerlas en el contexto de nuestros hábitos en el siglo XXI.
El concepto de “civilité” que se desarrolla en la obra observa su nacimiento aproximadamente en el segundo cuarto del siglo XVI y puntualmente, a partir de una obra de Erasmo de Roterdam “De civilitate morum puerilium” que tuvo enorme éxito y divulgación, sin duda porque trataba de temas que estaban de moda en esa época, y tanto fue su éxito que se implantó como catecismo y libro escolar, donde se enseñaban las reglas básicas para el comportamiento social de las personas que pretendian ser “bien educadas”; todo lo que se escribió sobre el tema durante los siguientes trescientos años, tomaron como base, este trabajo inicial de Erasmo.
Consideren que lo que se describe puede resultar chocante y hasta poco agradable para nosotros, pero era lo indicado y recomendado para esas personas en ese momento histórico, por lo cual es perfecto para analizar el dinamismo del cambio que sufren las civilizaciones en la evolución de sus costumbres.
Trascribiré algunos textos muy curiosos:
"Escupir es poco agradable pero hay algo peor y es tragarse lo que se iba a escupir.
La decencia exige que si es necesario escupir hay que hacerlo en un pañuelo, en lo posible, diferente del pañuelo de resfriado, por aquello de no mezclar los humores.
Después de escupir en el pañuelo es preciso doblarlo de inmediato sin mirarlo y meterlo en el bolsillo. Deberá hacerse lo posible por no reiterar la maniobra mas de dos o tres veces, pero si estuviera obligado, más vale tirar el pañuelo que meterse en el bolsillo una bolsa llena de gargajos.
Nunca hay que escupir sobre los pisos encerados, en las ropas propias y menos en la ajenas. Cuando uno vea un esputo en el suelo es preciso taparlo de inmediato con el pie.
Si se observa una escupida en una ropa ajena hay que mirar para otro lado, no es educado advertir al perjudicado, en todo caso se avisará a un criado para que se lo quite, incluso puede quitarlo uno mismo con gran recato y disimulo, teniendo cuidado de no tocar alguna parte pudenda del sujeto escupido, que puede no explicarse el toqueteo del comedido y hasta dudar de su honestidad
Resulta indecente estar hurgándose incesantemente la nariz con el dedo y todavia es más insoportable llevarse a la boca lo recien extraido de ella.
También es una cosa sucia sonarse los mocos con la mano, o refregárselos con la manga o secárselos en la ropa. Muy contrario a la decencia es sonarse con dos dedos, tirar los mocos al suelo y limpiarse en la ropa propia, que hacerlo con la ajena ya es casi delito.
Hay gente muy ordinaria que se tapa una ventana de la nariz y soplando con fuerza por la otra lanzan las mucosidades por doquier salpicando a propios y extraños.Los mocos se deben limpiar con un pañuelo en forma disimulada y sin hacer ruido.
Es preciso sacar el pañuelo rapidamente, sonarse y guardarlo tratando de pasar desapercibido, que no hay cosa más asquerosa que ostentar un pañuelo lleno de cosas verdosas."
De Les Regles de la Bienseance et de la Civilite- deLa Salle
Me ha resultado muy interesante y casi desopilante leerlas al ponerlas en el contexto de nuestros hábitos en el siglo XXI.
El concepto de “civilité” que se desarrolla en la obra observa su nacimiento aproximadamente en el segundo cuarto del siglo XVI y puntualmente, a partir de una obra de Erasmo de Roterdam “De civilitate morum puerilium” que tuvo enorme éxito y divulgación, sin duda porque trataba de temas que estaban de moda en esa época, y tanto fue su éxito que se implantó como catecismo y libro escolar, donde se enseñaban las reglas básicas para el comportamiento social de las personas que pretendian ser “bien educadas”; todo lo que se escribió sobre el tema durante los siguientes trescientos años, tomaron como base, este trabajo inicial de Erasmo.
Consideren que lo que se describe puede resultar chocante y hasta poco agradable para nosotros, pero era lo indicado y recomendado para esas personas en ese momento histórico, por lo cual es perfecto para analizar el dinamismo del cambio que sufren las civilizaciones en la evolución de sus costumbres.
Trascribiré algunos textos muy curiosos:
"Escupir es poco agradable pero hay algo peor y es tragarse lo que se iba a escupir.
La decencia exige que si es necesario escupir hay que hacerlo en un pañuelo, en lo posible, diferente del pañuelo de resfriado, por aquello de no mezclar los humores.
Después de escupir en el pañuelo es preciso doblarlo de inmediato sin mirarlo y meterlo en el bolsillo. Deberá hacerse lo posible por no reiterar la maniobra mas de dos o tres veces, pero si estuviera obligado, más vale tirar el pañuelo que meterse en el bolsillo una bolsa llena de gargajos.
Nunca hay que escupir sobre los pisos encerados, en las ropas propias y menos en la ajenas. Cuando uno vea un esputo en el suelo es preciso taparlo de inmediato con el pie.
Si se observa una escupida en una ropa ajena hay que mirar para otro lado, no es educado advertir al perjudicado, en todo caso se avisará a un criado para que se lo quite, incluso puede quitarlo uno mismo con gran recato y disimulo, teniendo cuidado de no tocar alguna parte pudenda del sujeto escupido, que puede no explicarse el toqueteo del comedido y hasta dudar de su honestidad
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Resulta indecente estar hurgándose incesantemente la nariz con el dedo y todavia es más insoportable llevarse a la boca lo recien extraido de ella.
También es una cosa sucia sonarse los mocos con la mano, o refregárselos con la manga o secárselos en la ropa. Muy contrario a la decencia es sonarse con dos dedos, tirar los mocos al suelo y limpiarse en la ropa propia, que hacerlo con la ajena ya es casi delito.
Hay gente muy ordinaria que se tapa una ventana de la nariz y soplando con fuerza por la otra lanzan las mucosidades por doquier salpicando a propios y extraños.Los mocos se deben limpiar con un pañuelo en forma disimulada y sin hacer ruido.
Es preciso sacar el pañuelo rapidamente, sonarse y guardarlo tratando de pasar desapercibido, que no hay cosa más asquerosa que ostentar un pañuelo lleno de cosas verdosas."
De Les Regles de la Bienseance et de la Civilite- deLa Salle