Cuak Cuak
Pato foril
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Es un síndrome muy común en España cuyo nombre he tenido que inventarme porque la psicología moderna está gobernada por charos que no pasan del "síndrome postvacacional" (el único síndrome que esas lerdas pueden asociar con el verano). Pero evidentemente, hay más:
El síndrome del verano infravivido por canícula mediterránea con amnesia retroactiva (de ahora en adelante, SVICMAR), es un trastorno típicamente español (aunque supongo que también de otros países mediterráneos) que consiste en un olvido recurrente año tras año de que las semanas de la canícula (temporada más calurosa del año, es decir, julio y agosto) son una fruta cosa en España donde el verano no puede hacer más que infravivirse; esto es, sudar como un pollo cagándote en todo en un estado disminuido de consciencia, sin ganas de nada, deseando que pase el calor de una fruta vez.
El SVICMAR tiene un poderoso componente de amnesia retroactiva: cada año, sobre estas fechas del mes de mayo, cuando la temperatura de finales de primavera es perfecta para vivir, nos autoengañamos creyendo que todo el verano será igual, olvidando el infierno canicular del año anterior. Ahora mismo, a poco más de 20 grados centígrados, apetece hacer de todo: ir a la playa, estudiar idiomas, escribir un libro, conocer a gente, echarse novia/o, amar como un descosido, etc. De ahí que las revistas se llenen de artículos sobre la presunta idoneidad del verano para hacer todas estas cosas: "El verano, gran momento para aprender una nueva habilidad". "El verano, gran momento para practicar deporte al aire libre". "El verano, gran momento para tener sesso". Y mis huevones 33.
Parece como si en el mes de mayo, toda España estuviera convencida de que el verano español es como el del norte de Europa: 20 graditos y todo el mundo empezando nuevos proyectos aprovechando el buen tiempo.
Claro, luego viene lo que ya sabemos: a partir de mediados de junio, cuando empiezan los 35 grados a la sombra, entramos en una especie de letargo que nos convierte en zombies hasta mediados de septiembre. Y eso es básicamente el verano español para la clase media-baja (90% de la sociedad), un infierno sudoríparo donde no eres ni persona. Yo personalmente pierdo de vista incluso la noción de mis propias aspiraciones, progreso en la vida, etc. Y supongo que vosotros tres cuartos de lo mismo.
Pero nada, ahora estamos en mayo, en fase de amnesia retroactiva del SVICMAR, autoengañándonos un año más y diciéndonos que este año sí, voy a aprovechar el veranito para hacer esto y lo otro... :XX:
El síndrome del verano infravivido por canícula mediterránea con amnesia retroactiva (de ahora en adelante, SVICMAR), es un trastorno típicamente español (aunque supongo que también de otros países mediterráneos) que consiste en un olvido recurrente año tras año de que las semanas de la canícula (temporada más calurosa del año, es decir, julio y agosto) son una fruta cosa en España donde el verano no puede hacer más que infravivirse; esto es, sudar como un pollo cagándote en todo en un estado disminuido de consciencia, sin ganas de nada, deseando que pase el calor de una fruta vez.
El SVICMAR tiene un poderoso componente de amnesia retroactiva: cada año, sobre estas fechas del mes de mayo, cuando la temperatura de finales de primavera es perfecta para vivir, nos autoengañamos creyendo que todo el verano será igual, olvidando el infierno canicular del año anterior. Ahora mismo, a poco más de 20 grados centígrados, apetece hacer de todo: ir a la playa, estudiar idiomas, escribir un libro, conocer a gente, echarse novia/o, amar como un descosido, etc. De ahí que las revistas se llenen de artículos sobre la presunta idoneidad del verano para hacer todas estas cosas: "El verano, gran momento para aprender una nueva habilidad". "El verano, gran momento para practicar deporte al aire libre". "El verano, gran momento para tener sesso". Y mis huevones 33.
Parece como si en el mes de mayo, toda España estuviera convencida de que el verano español es como el del norte de Europa: 20 graditos y todo el mundo empezando nuevos proyectos aprovechando el buen tiempo.
Claro, luego viene lo que ya sabemos: a partir de mediados de junio, cuando empiezan los 35 grados a la sombra, entramos en una especie de letargo que nos convierte en zombies hasta mediados de septiembre. Y eso es básicamente el verano español para la clase media-baja (90% de la sociedad), un infierno sudoríparo donde no eres ni persona. Yo personalmente pierdo de vista incluso la noción de mis propias aspiraciones, progreso en la vida, etc. Y supongo que vosotros tres cuartos de lo mismo.
Pero nada, ahora estamos en mayo, en fase de amnesia retroactiva del SVICMAR, autoengañándonos un año más y diciéndonos que este año sí, voy a aprovechar el veranito para hacer esto y lo otro... :XX:
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