pacomer
Será en Octubre
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FUENTE: Acratas
Después de tomarnos el pelo a todos los que no pertenecemos a los cuadros oligárquicos y patronales de este bendito país, amagando con la idea de hacer una más necesaria que nunca huelga general, los CCOOs y las UGTS han decidido desactivarla alegando ahora que no ven razones suficientes para ello.
La táctica de estos psicofantes, que abandonaron en su día el mono laboral por la sinecura de la mullida oficina de un sindicato estatal, no tiene que sorprender a todos los que llevan padecido esta lacra desde aquella malhada tras*ición. Saben que una huelga general en los tiempos que corren, desbordaría lo estrictamente laboral, e iría a dar de lleno en toda la línea de flotación del Régimen Partitocrático que rige en España desde la fin del dictador.
La crisis económica, como muy bien ha intuido Julio Anguita, es sobre todo política y jovenlandesal, con su fruto, la corrupción, extendida desde el poder a cada una de las facetas sociales y económicas del país. Sin la partitocracia habría sido imposible el mamoneo de los ayuntamientos con la especulación del suelo, el descontrol del poder absoluto de las cúpulas de los partidos políticos que han pactado con las mafias bancarias, inmobiliarias, las del Este y del Oeste y todas las que se han puesto a tiro, al margen de los votantes, para financiar sus partidos y alimentar el afán crematístico que preside todas las decisiones políticas en esta España de la II Restauración Borbónica. Es en definitiva, el final de un modelo económico inagurado por aquel PSOE de Boyer y Solchaga, que prescindió de la industria y la productividad real para sustituirlas por la especulación financiera e inmobiliaria, unciendo así el destino de la Monarquía y su aparato estatal de partidos, sindicatos y patronal a la nueva economía del pelotazo: España es el país del mundo donde uno se puede hacer rico en el menor tiempo posible, glosaba un leibniziano Solchaga.
Y estos sindicatos estatales, lo saben, claro que lo saben como que son parte integrante de este sistema partitocrático que se desmorona desde su interior por sus propias contradicciones, y al que tratan de apuntalar cual barco con las primera brechas en su casco, oponiéndose si es necesario a la suerte de los obreros que están dejando de serlo para engrosar las filas de la famélica legión, alimentada estos días, no por ellos, sino por los comedores de la Iglesia, manda carallo!! mientras otros les miccionan en digitales orinales. Yendo en contra de los obreros que van a perder su trabajos tratándo de quitarles su última arma, el de la huelga. En fin, yendo de la mano como siempre han hecho, con partidos y patronal, para juntos defender a la Monarquía, cual Wotan taciturno sentado en su trono del Walhalla con la leña a sus pies a punto de ser prendida por el Loge del tumulto y el motín en el que se convertirá España.
Como sucesores del SINDICATO VERTICAL franquista, los actuales sindicalistas estatales, que vienen de esas mismas filas de falangistas reconvertidos a sociatas y pseudocomunistoides de última hora, no tienen entre sus objetivos mejorar las condiciones de los trabajadores y protegerlos de las leyes abusivas paridas por un parlamento que no representa a nadie, claro que ya lo sabiamos tan gilis no somos, verdad?. Su fin es pactar todo lo pactable con los gobiernos y patronales de siempre -lo hicieron aquellos otros más honorables durante la dictadura de Primo de Rivera- para mantenerse subidos todos juntos al machito y no tener que pegar palo al agua, se vive muy bien de la berza estatal sin estar sometidos a las ordenes de los trabajadores que dicen representar. Sí, sí, vulgarotes son, pero en esta cínica y desmemoriada Espana juancarlista no vayamos a pedirle peras al olmo, que los sindicatos se guien por altos y noble fines, no cuadra en un ambiente, donde, cual selección natural, los oportunistas e inmorales, los orates y charlatanes son los que promocionan hasta las más altas posiciones.
Sólo la Democracia, con el control efectivo de votantes y trabajadores sobre sus representantes, elegidos y financiados con tras*parencia fuera del Estado, puede erradicar para siempre del seno del pueblo este podredumbre infecciosa que se ha convertido en una dictadura encubierta financiada con los impuestos de todos para estar cada vez más esclavizados. No nos podemos resignar, o traemos una democracia con división de poderes y representatividad estrecha, o estos tíos acaban con el futuro de varias generaciones. Hoy más que nunca, la alternativa a un gobierno y sistema, despóticos, tiránicos e insufribles para un pueblo adicto a su propia dignidad, es en palabras de aquellos, SÍ auténticos padres de la Constitución América, la rebelión, la rebelión donde más les duele: en la abstención electoral y la objección fiscal. Y a partir de ahí convocar un referéndum para traer una República Constitucional. La única forma de que veamos el día en que los sindicalistas de hoy tengan que currar porque dependan para mantener la silla de sus logros y méritos juzgados por su jefes los trabajadores y no por la piara insaciable y corrupta de los enquistados hoy en el Estado.