Discolo
Madmaxista
Asi es , pero hay que leer muy atento la noticia para deducir que vivian 7 personas en 28 m2
en la barceloneta, no hace tanto fueron los inspectores politicos de la colau casa por casa como en el nazismo para buscar turistas y si encontraban a uno le metian 90.000 eur de multa al propietario, Pero claro toda la ralea que hay metida alli viviendo de trapichear de robar no pasa nada miraremos para otro lado.
En un reportaje que vi hace poco estavan los vecinos quemadisimos por la delinquencia la suciedad y la degradacion del barrio. Y que al vecino de toda la vida lo jodian con prohibiciones (montar aire acondicionado obligandole a desmontarlo)
Pero bueno los vecinos la votaron pues que disfruten
Arremolinados en una de las esquinas de la Barceloneta, amigos y compatriotas de los tres hombres fallecidos en el incendio de la pasada madrugada en los bajos en los que vivían lamentaban la tragedia y se mostraban unos a otros las fotos de las víctimas. Sarfraz Ahmad, Abu Sayfa y Mazar Saleem, de cuarenta años el primero y veinteañeros los otros dos, murieron atrapados por las llamas en un local de 28 metros cuadrados, un quart de casa de los que abundan en la Barceloneta y en el que apenas había espacio para una litera en la habitación y colchones repartidos en el comedor. Vivían hacinados siete hombres y pagaban entre 700 y 800 euros al mes, un precio habitual en este barrio. La electricidad estaba pinchada directamente de la calle.
El fuego empezó poco antes de las seis de la madrugada y en menos de seis minutos que se hicieron eternos para los vecinos llegó la primera dotación de los Bomberos de Barcelona, cuando ya estaban Guardia Urbana y Mossos d’Esquadra. Los restos del incendio evidenciaron sin margen de duda el relato de lo sucedido. El cuadro eléctrico estaba en la entrada del local, conectado directamente a la cometida de la calle. Esa conexión fraudulenta es sobre todo peligrosa porque la electricidad entra en la casa directamente sin filtros, ni protección, y salta por el aumento de la tensión o sobrecarga, como pasó allí.
El fuego se declaró en los bajos de un edificio de la Barceloneta (Mayka Navarro) FALTA DE SEGURIDAD
Una sobrecarga en la instalación eléctrica, conectada a la calle, origen del fuego
Las víctimas trabajaban en lo que podían, vendían latas o sombrillas en las playas, incluso alguno se atrevió el verano pasado con los mojitos, y al menos uno de los fallecidos conducía un bicitaxi. El caso es que había varias baterías de estos vehículos bajo en el cuadro eléctrico de la entrada, y otras tantas se estaban cargando en varios enchufes de debajo de la litera de la habitación.
Cuando empezó el incendio tres de los siete hombres lograron salir con heridas leves y con tan mala fortuna que tras ellos se cerró la reja que protegía la puerta. Un compatriota trató de ayudar a los cuatro que sabían que continuaban en el interior. Se cubrió el brazo con un trapo y reventó el vidrio de una ventana, también cubierta con una reja. El oxígeno avivó el fuego. La entrada repentina de aire al pequeño habitáculo cerrado avivó de sobremanera unas llamas que habían empezado en la entrada y que dejó sin opción de salida a los cuatro hombres. Esa acción desafortunada de la rotura del vidrio y la inmediata llamarada fue confundido por algunos testigos como el lanzamiento de un objeto incendiario.
Una ambulancia ha trasladado al herido grave al hospital Vall d'Hebron (Mayka Navarro) LA SOBRECARGA
Las víctimas tenían varias baterías de bicitaxis cargando al mismo tiempo
En medio de los gritos y la angustia, los conocidos intentaban acercarse a la reja para abrirla. Pero no eran capaces de moverla, ni desde fuera, ni desde dentro el cuarto hombre que más se acercó a la entrada. Con las altas temperaturas los cierres se habían dilatado y era imposible manipularla.
Los bomberos la arrancaron nada más llegar y aún pudieron rescatar con vida a uno de los cuatro hombres, con quemaduras por todo el cuerpo. Los sanitarios del Servei d’Emergències Mèdiques (SEM) evacuaron al herido grave hasta la Vall d’Hebron y su estado es crítico. Los otros tres pakistaníes que habían logrado salir primero fueron conducidos hasta el hospital del Mar, con quemaduras leves.
La fatalidad
La temperatura dilató la cerradura de la reja de la puerta e impidió que se pudiera abrir
La extinción fue rápida, escasos minutos que tras sin fuego y tras la marcha del humo evidenció la tragedia. Mazar, Abu y Sarfraz estaban muertos. Dos en la habitación y el tercero en medio del comedor.
Tras evacuarlos al exterior a la espera de la llegada de la comitiva judicial, accedieron al local primero los técnicos de los bomberos que constataron que el bajo no había sufrido daños estructurales y que el resto del edificio se encontraba en condiciones para el regreso del resto de vecinos desalojados. El local estaba completamente aislado del resto del bloque y eso favoreció que no hubiera expansión de humo ni afectación al resto de viviendas.
Despliegue de los bomberos en la zona del incendio en la Barceloneta (Mayka Navarro) La imprudencia
Un compatriota rompió un vidrio desde la calle, y la entrada de oxígeno avivó el fuego
Tras los bomberos accedieron los mossos de la policía científica que enfundados en sus monos blancos recogieron los indicios de cómo habían empezado el fuego y cómo había evolucionado, reconstruyendo la secuencia de la tragedia. Unas diligencias de investigación a las que darán forma los policías del grupo de homicidios que, además de corroborar in situ la secuencia de los hechos, recogieron a mano y a pie de calle los primeros relatos de los testigos del incendio.
Hasta esa esquina llena de dolor de la Barceloneta se trasladaron también mossos de seguridad ciudadana e investigación de la comisaría de Ciutat Vella y el jefe de Barcelona, mandos de la Guardia Urbana, también de los bomberos, el responsable territorial del SEM y el teniente de alcalde de seguridad, Albert Batlle, que confirmó con preocupación que el hacinamiento en ese local había convertido el pequeño espacio en una “bomba”.
Uno de los fallecidos había logrado documentación para residir en España hacía muy poco y dos estaban empadronados en la vivienda. Safraz, el mayor, único casado y con tres hijos en Pakistán, había hablado como todas las madrugadas desde que se fue de su país con su mujer apenas quince minutos antes de que empezara el incendio. Como siempre al terminar la conversación le dijo “te quiero” y que los echaba muchísimo de menos.
Una sobrecarga eléctrica provocó el incendio de la Barceloneta en el que fallecieron tres personas
en la barceloneta, no hace tanto fueron los inspectores politicos de la colau casa por casa como en el nazismo para buscar turistas y si encontraban a uno le metian 90.000 eur de multa al propietario, Pero claro toda la ralea que hay metida alli viviendo de trapichear de robar no pasa nada miraremos para otro lado.
En un reportaje que vi hace poco estavan los vecinos quemadisimos por la delinquencia la suciedad y la degradacion del barrio. Y que al vecino de toda la vida lo jodian con prohibiciones (montar aire acondicionado obligandole a desmontarlo)
Pero bueno los vecinos la votaron pues que disfruten
Arremolinados en una de las esquinas de la Barceloneta, amigos y compatriotas de los tres hombres fallecidos en el incendio de la pasada madrugada en los bajos en los que vivían lamentaban la tragedia y se mostraban unos a otros las fotos de las víctimas. Sarfraz Ahmad, Abu Sayfa y Mazar Saleem, de cuarenta años el primero y veinteañeros los otros dos, murieron atrapados por las llamas en un local de 28 metros cuadrados, un quart de casa de los que abundan en la Barceloneta y en el que apenas había espacio para una litera en la habitación y colchones repartidos en el comedor. Vivían hacinados siete hombres y pagaban entre 700 y 800 euros al mes, un precio habitual en este barrio. La electricidad estaba pinchada directamente de la calle.
El fuego empezó poco antes de las seis de la madrugada y en menos de seis minutos que se hicieron eternos para los vecinos llegó la primera dotación de los Bomberos de Barcelona, cuando ya estaban Guardia Urbana y Mossos d’Esquadra. Los restos del incendio evidenciaron sin margen de duda el relato de lo sucedido. El cuadro eléctrico estaba en la entrada del local, conectado directamente a la cometida de la calle. Esa conexión fraudulenta es sobre todo peligrosa porque la electricidad entra en la casa directamente sin filtros, ni protección, y salta por el aumento de la tensión o sobrecarga, como pasó allí.
Una sobrecarga en la instalación eléctrica, conectada a la calle, origen del fuego
Las víctimas trabajaban en lo que podían, vendían latas o sombrillas en las playas, incluso alguno se atrevió el verano pasado con los mojitos, y al menos uno de los fallecidos conducía un bicitaxi. El caso es que había varias baterías de estos vehículos bajo en el cuadro eléctrico de la entrada, y otras tantas se estaban cargando en varios enchufes de debajo de la litera de la habitación.
Cuando empezó el incendio tres de los siete hombres lograron salir con heridas leves y con tan mala fortuna que tras ellos se cerró la reja que protegía la puerta. Un compatriota trató de ayudar a los cuatro que sabían que continuaban en el interior. Se cubrió el brazo con un trapo y reventó el vidrio de una ventana, también cubierta con una reja. El oxígeno avivó el fuego. La entrada repentina de aire al pequeño habitáculo cerrado avivó de sobremanera unas llamas que habían empezado en la entrada y que dejó sin opción de salida a los cuatro hombres. Esa acción desafortunada de la rotura del vidrio y la inmediata llamarada fue confundido por algunos testigos como el lanzamiento de un objeto incendiario.
Las víctimas tenían varias baterías de bicitaxis cargando al mismo tiempo
En medio de los gritos y la angustia, los conocidos intentaban acercarse a la reja para abrirla. Pero no eran capaces de moverla, ni desde fuera, ni desde dentro el cuarto hombre que más se acercó a la entrada. Con las altas temperaturas los cierres se habían dilatado y era imposible manipularla.
Los bomberos la arrancaron nada más llegar y aún pudieron rescatar con vida a uno de los cuatro hombres, con quemaduras por todo el cuerpo. Los sanitarios del Servei d’Emergències Mèdiques (SEM) evacuaron al herido grave hasta la Vall d’Hebron y su estado es crítico. Los otros tres pakistaníes que habían logrado salir primero fueron conducidos hasta el hospital del Mar, con quemaduras leves.
La fatalidad
La temperatura dilató la cerradura de la reja de la puerta e impidió que se pudiera abrir
La extinción fue rápida, escasos minutos que tras sin fuego y tras la marcha del humo evidenció la tragedia. Mazar, Abu y Sarfraz estaban muertos. Dos en la habitación y el tercero en medio del comedor.
Tras evacuarlos al exterior a la espera de la llegada de la comitiva judicial, accedieron al local primero los técnicos de los bomberos que constataron que el bajo no había sufrido daños estructurales y que el resto del edificio se encontraba en condiciones para el regreso del resto de vecinos desalojados. El local estaba completamente aislado del resto del bloque y eso favoreció que no hubiera expansión de humo ni afectación al resto de viviendas.
Un compatriota rompió un vidrio desde la calle, y la entrada de oxígeno avivó el fuego
Tras los bomberos accedieron los mossos de la policía científica que enfundados en sus monos blancos recogieron los indicios de cómo habían empezado el fuego y cómo había evolucionado, reconstruyendo la secuencia de la tragedia. Unas diligencias de investigación a las que darán forma los policías del grupo de homicidios que, además de corroborar in situ la secuencia de los hechos, recogieron a mano y a pie de calle los primeros relatos de los testigos del incendio.
Hasta esa esquina llena de dolor de la Barceloneta se trasladaron también mossos de seguridad ciudadana e investigación de la comisaría de Ciutat Vella y el jefe de Barcelona, mandos de la Guardia Urbana, también de los bomberos, el responsable territorial del SEM y el teniente de alcalde de seguridad, Albert Batlle, que confirmó con preocupación que el hacinamiento en ese local había convertido el pequeño espacio en una “bomba”.
Uno de los fallecidos había logrado documentación para residir en España hacía muy poco y dos estaban empadronados en la vivienda. Safraz, el mayor, único casado y con tres hijos en Pakistán, había hablado como todas las madrugadas desde que se fue de su país con su mujer apenas quince minutos antes de que empezara el incendio. Como siempre al terminar la conversación le dijo “te quiero” y que los echaba muchísimo de menos.
Una sobrecarga eléctrica provocó el incendio de la Barceloneta en el que fallecieron tres personas