Siete años de prisión para cuatro mossos por una detención violenta durante el toque de queda en Barcelona

Tribunales
Siete años de prisión para cuatro mossos por una detención violenta durante el toque de queda en Barcelona

El tribunal recrimina a los cuatro agentes “desproporción” en su actuación y que falsearan un atestado










La polémica detención de un joven por parte de una patrulla de Mossos d'Esquadra, en 2020


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La polémica detención de un joven por parte de una patrulla de Mossos d'Esquadra, en 2020 /


J. G. Albalat
Barcelona 29 ABR 2024 14:46 Actualizada 29 ABR 2024 15:16
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La Audiencia de Barcelona ha condenado a siete años de prisión, multas e inhabilitación para cuatro mossos d'Esquadra por la detención violenta de un joven chileno, Ignacio Andrés. F. C., en el barrio del Raval el 13 de noviembre de 2020, cuando todavía se aplicaban restricciones por la esa época en el 2020 de la que yo le hablo del el bichito. El tribunal de la Sección Séptima imputa a los agentes delitos de lesiones, contra la integridad jovenlandesal, detención ilegal y falsedad documental, al haberse inventado un atestado policial para justificar un arresto. En el caso de que se confirme la sentencia, los agentes deberían ingresar en la guandoca.

El caso ocurrió a las once y media de la noche del 13 de noviembre de 2020. Ignacio se dirigía con unos amigos a casa de otros conocidos. En aquella época todavía se aplicaba el toque de queda. "Nos paró una patrulla y nos dijo que no podíamos caminar por la calle. Le dijimos que íbamos a casa de un amigo y que perdonaran. Dejaron que siguiéramos", explicó Ignacio durante el juicio. Al cabo de unos minutos, en la calle Nou de Dulce, en el barrio del Raval, los agentes acusados dieron el alto. El grupo pensó que la señal no iba dirigida a ellos y continuaron caminando. Sin embargo, los mossos se les acercaron y los pusieron contra la persiana de una tienda.


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Mientras la patrulla verificaba los documentos del grupo, Ignacio se dirigió a uno de los agentes y le trasladó que acababan de robar a un amigo y le recriminó que era más importante que la policía se dedicara a perseguir a los ladrones. A continuación, un cabo del cuerpo, visiblemente molesto por el comentario, se encaró con él y, por sorpresa, le propinó un golpe en la cara con las dos manos, según se ha podido apreciar en los vídeos que grabó una vecina. Ese mismo agente arrastró a la fuerza al joven hasta la mitad de la calzada, le hizo la zancadilla y logró tirarlo al suelo, provocándole un golpe en la cabeza. "Ayuda, ayuda, ayudadme", gritó, desesperadamente, el denunciante.

Inmovilizado

Ante los gritos de Ignacio, los otros tres mossos imputados acudieron en apoyo del cabo y, "sin motivo justificado para ello", según la fiscalía, colaboraron en conjunto con la acción emprendida contra el joven, "sin efectuar objeción alguna". De esta manera, mantuvieron durante varios minutos al denunciante inmovilizado en el suelo. Los agentes le sujetaron las piernas, lo esposaron y lo introdujeron en un vehículo policial. Como consecuencia de los golpes, Ignacio sufrió varias lesiones y un cuadro postraumático.


La fiscalía y la acusación, ejercida por abogadas del colectivo Iridia de defensa de los derechos humanos, sostienen que, una vez en las dependencias policiales y "con el fin de justificar la privación de libertad" de Ignacio, los agentes acusados redactaron un atestado policial imputando al joven un delito de atentado y sabiendo "lo incierto de las afirmaciones recogidas". En ese informe, los Mossos recogieron que Ignacio había propinado una patada y había hecho intento propinar un cabezazo a un policía. La Audiencia recrimina a los cuatro agentes la “desproporción” en su actuación y que falsearan un atestado.

Menos mal que está vez había una cámara grabando.

Propongo nombrar candidata a la vecina del móvil como mujer candidata al panteón de mujeres ilustres de burbuja.