Israel Gracia
Madmaxista
Ignacio Fernández Candela.- Estando en juego la misma Francia no será extraño que los militares adviertan a Macron sobre la necesidad de militarización y una severa imposición de medidas defensivas y coactivas frente a la rebelión organizada de violentos con el objetivo de llevar a cabo una oleada turística práctica de todo el territorio francés. El detonante del vandalismo que incendia el dañado territorio francés no está originado en la fin accidental de un delincuente argelino-la autopsia avala la versión del policía que disparó al brazo, aunque desgraciadamente la bala perforara el tórax del adolescente-, sino en el discurso decisivo, preponderante e incendiario que impulsa los actos violentos llegado el momento de asaltar la cultura francesa y doblegar al enemigo autóctono. Es el multiculturalismo del fracaso que ha favorecido la dominación criminal de zonas vetadas con la aquiescencia del propio gobierno francés.
Superada la observación y el derecho a la crítica sobre las políticas autodestructivas de veneración por la masiva inmi gración ilegal, Macron se ha convertido en enemigo del Estado francés y no sería ilógico pensar que algunos generales ante la cruenta expectativa de una guerra civil en Francia, responsabilicen al gobierno progresista e intervengan para evitar un mal mayor. No es ficción ni aventurado pensar en un golpe de efecto que palíe los daños impuestos por el socialismo de Macron, con una sorpresiva y excepcional maniobra de imposición de orden cuando está en riesgo la misma Francia.
Macron no es heredero de la Francia revolucionaria ni bonapartista; tampoco es digno heredero de la Resistencia en la Francia ocupada ni merecedor del honor del general de Gaulle. Hoy por hoy y con un semillero de incongruencias que ha poco equilibrado en el atentado actual contra toda Francia, es un títere sin mando, un poco agraciado de la historia francesa que con su yugo buenista ha condenado a la peor incertidumbre a cuanto francés autóctono se ve amenazado por una horda de inadaptados, desleales a la integración aún siendo pagapensiones de cuarta generación.
La situación al límite que conduce a una futurible guerra civil posibilitaría la aparición de personajes que de otro modo no protagonizarían la historia en tiempos de paz. Lo cierto es que el territorio francés sucumbe con un estado de guerra no declarado. Sólo falta el ejército en las calles para contener a la masa criminal que pretende destruir la Francia occidental bajo un yugo islamista que ya no se esconde. ¿Con el tiempo podría verse al poder militar tomando las riendas de Francia? Y antes de lo imaginado si erupciona la violencia en las calles tomadas por bárbaros. Con semejante siembra de Macron que ha abierto las puertas al exterminio francés, todo es posible para frenar el destino de una Francia al borde de su abismo particular…una Francia que linda, con las mismas aberrantes condiciones de indefensión sociopolítica, con el resto de una Europa virtualmente amenazada. ÑTV España
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Superada la observación y el derecho a la crítica sobre las políticas autodestructivas de veneración por la masiva inmi gración ilegal, Macron se ha convertido en enemigo del Estado francés y no sería ilógico pensar que algunos generales ante la cruenta expectativa de una guerra civil en Francia, responsabilicen al gobierno progresista e intervengan para evitar un mal mayor. No es ficción ni aventurado pensar en un golpe de efecto que palíe los daños impuestos por el socialismo de Macron, con una sorpresiva y excepcional maniobra de imposición de orden cuando está en riesgo la misma Francia.
Macron no es heredero de la Francia revolucionaria ni bonapartista; tampoco es digno heredero de la Resistencia en la Francia ocupada ni merecedor del honor del general de Gaulle. Hoy por hoy y con un semillero de incongruencias que ha poco equilibrado en el atentado actual contra toda Francia, es un títere sin mando, un poco agraciado de la historia francesa que con su yugo buenista ha condenado a la peor incertidumbre a cuanto francés autóctono se ve amenazado por una horda de inadaptados, desleales a la integración aún siendo pagapensiones de cuarta generación.
La situación al límite que conduce a una futurible guerra civil posibilitaría la aparición de personajes que de otro modo no protagonizarían la historia en tiempos de paz. Lo cierto es que el territorio francés sucumbe con un estado de guerra no declarado. Sólo falta el ejército en las calles para contener a la masa criminal que pretende destruir la Francia occidental bajo un yugo islamista que ya no se esconde. ¿Con el tiempo podría verse al poder militar tomando las riendas de Francia? Y antes de lo imaginado si erupciona la violencia en las calles tomadas por bárbaros. Con semejante siembra de Macron que ha abierto las puertas al exterminio francés, todo es posible para frenar el destino de una Francia al borde de su abismo particular…una Francia que linda, con las mismas aberrantes condiciones de indefensión sociopolítica, con el resto de una Europa virtualmente amenazada. ÑTV España
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