M. Priede
Será en Octubre
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Veo que aun quedan en el foro algunos que todavía presumen de que nos dan de comer; y la inmensa mayoría de los españoletes les ríe la gracia. Para que no se les olvide:
García Domínguez:
"Lo que más me molesta -dice ahí un hijo de Arana- es el empeño que ponen en querer ser tu amigo. Quita p'allá, hombre".
Tiene razón: al hispanistaní le pones delante de las narices lo que le cuesta mantener a esta superraza cuya cultura "nunca pasó del ordeño de vacas", que decía Borges, y te responden que más caro sale el PP.
programa eitb españoles - Buscar con Google
García Domínguez:
Uno pensaba que lo había visto todo, naves de guerra ardiendo más allá de Orión; rayos C resplandecer en la oscuridad, cerca de la puerta de Tanhauser; Martín Villa ejerciendo de referente de la izquierda desde su puesto de mando en Prisa. Pero aún le faltaba lo en verdad asombroso: un diputado general de Vizcaya impartiendo magisterio de honradez tributaria y probidad contable al Gobierno de España. Y para general chanza, un lehendakari López haciéndole los coros. La astuta dictando seminarios de deontología a las gallinas. Los autores materiales e intelectuales de la mayor estafa a la Hacienda Pública desde Recaredo y Wamba a esta parte, dando lecciones de jovenlandesalina cívica al prójimo.
Que no cosa distinta es el cupo: un hurto tan alevoso como indecente al resto del país. Un alzamiento de bienes en toda regla. Y semejante cuadrilla de robaperas tiene la audacia de elevar la voz para señalar la trabajo manual en el ojo ajeno. Se ve que no les resulta suficiente con ejercer el derecho de pernada fiscal sobre España. También necesitan recrearse en la suerte, al modo de los toreros ante el morlaco ya entregado que rinde la cerviz presto al descabello. Un artificio medievalizante, el cupo, que no conlleva privilegio alguno con respecto al régimen común establecido en la Lofca. De ahí que solo la sistemática falsificación de las cifras permita que continúe en cartel esa obscena comedia de costumbres, el eterno tocomocho euskaldún.
Burdo engaño contable que, huelga decirlo, exige del preceptivo chantaje al Ejecutivo de turno para que el timo de la estampita foral resulte eficaz. Bernie Madoff erró al elegir oficio y pasaporte. Su destino natural hubiera sido emplearse de consejero de Hacienda en Vitoria. Recuérdese la célebre "Y" vasca, el tramo del AVE llamado a recorrer las tres provincias. Licitaron las obras. Abonaron sin rechistar su importe. Y, acto seguido, restaron el total de la factura –tres mil millones– a la cantidad que ese año les correspondía pagar al Ministerio de Hacienda. Atraco a las tres. Mikel Buesa lo ha cuantificado: si el País Vasco y Navarra dejasen de saquear impunemente al erario, cada contribuyente español podría ahorrarse un uno por ciento en el IRPF. Y todavía peroran de ética.
José García Domínguez - El tocomocho fiscal - Libre Mercado
Euskadi nos roba
Urkullu, el Judas del PNV que expatrió en el guano al mesías Ibarretxe a cambio de una habitación con vistas en Ajuria Enea, ha bendecido la pascua abertzale con algunas verbosidades salidas de tono. Carnaza retórica para los de la boina en el día del santo patrón. En el Aberri Eguna toca tirar la cabra desde el campanario. Exigencias del guión. Aunque a Urkullu, que sabe más por viejo apparatchik que por diablo, le pasa como a las cataratas del Niágara cuando se congelan en invierno: llama mucho más la atención por sus ocasionales silencios que por sus estruendosos ruidos. Y Urkullu permanece significativamente callado desde que dio comienzo la bullanga catalana. Algo le debe de oler a podrido, y no precisamente en Dinamarca. El lehendakari, que no tiene un pelo de orate, intuye que cuando termine el pasacalles del derecho a decidir alguien pondrá encima de la mesa el asunto del cupo.
Y Urkullu no juega con las cosas de comer. De ahí su inopinada prudencia. Porque no será cierto el mantra rastrero de que España roba a Cataluña. Pero que Euskadi estafa al resto del país desde hace siete lustros, eso resulta ser una verdad más grande que la catedral de Burgos. Euskadi sí nos roba. Y de modo descarado, además. Ponderando todo lo ponderable –niños, viejos, dispersión de la población–, es tan sabido como callado que el País Vasco y Navarra nos usurpan una financiación por habitante muy superior a la de cualquier comunidad de las de régimen común. Asunto, por cierto, al que en absoluto resulta ajeno el berrinche levantisco de los catalanistas.
Al cabo, los micronacionalistas catalanes también son humanos. ¿Cómo no entenderlos, al menos en parte, cuando dos de los territorios más ricos del país no solo no aportan nada, ni un céntimo, a la Hacienda común, sino que ni tan siquiera pagan lo que les correspondería por disfrutar de los servicios que les provee el Estado? Que Valencia, Murcia, Castilla-La Mancha y Canarias estén financiando hoy al País Vasco resulta una extravagancia hacendística tan escandalosa que únicamente las pistolas humeantes de ETA la pueden explicar. Y vaya si la explican. Por desgracia, el nacionalismo no es enfermedad que se cure viajando. Pero algo ayudaría a calmar sus síntomas más virulentos el acabar de una vez con agravios comparativos tan obscenos como el del régimen foral vasco-navarro. Urkullu lo sabe. Por eso sus mutismos.
José García Domínguez - Euskadi nos roba - Libertad Digital
Para cobrar los 426 euros hay que tener 55 años; en el País Vasco 23, y se cobran 612 ó 939
Que no cosa distinta es el cupo: un hurto tan alevoso como indecente al resto del país. Un alzamiento de bienes en toda regla. Y semejante cuadrilla de robaperas tiene la audacia de elevar la voz para señalar la trabajo manual en el ojo ajeno. Se ve que no les resulta suficiente con ejercer el derecho de pernada fiscal sobre España. También necesitan recrearse en la suerte, al modo de los toreros ante el morlaco ya entregado que rinde la cerviz presto al descabello. Un artificio medievalizante, el cupo, que no conlleva privilegio alguno con respecto al régimen común establecido en la Lofca. De ahí que solo la sistemática falsificación de las cifras permita que continúe en cartel esa obscena comedia de costumbres, el eterno tocomocho euskaldún.
Burdo engaño contable que, huelga decirlo, exige del preceptivo chantaje al Ejecutivo de turno para que el timo de la estampita foral resulte eficaz. Bernie Madoff erró al elegir oficio y pasaporte. Su destino natural hubiera sido emplearse de consejero de Hacienda en Vitoria. Recuérdese la célebre "Y" vasca, el tramo del AVE llamado a recorrer las tres provincias. Licitaron las obras. Abonaron sin rechistar su importe. Y, acto seguido, restaron el total de la factura –tres mil millones– a la cantidad que ese año les correspondía pagar al Ministerio de Hacienda. Atraco a las tres. Mikel Buesa lo ha cuantificado: si el País Vasco y Navarra dejasen de saquear impunemente al erario, cada contribuyente español podría ahorrarse un uno por ciento en el IRPF. Y todavía peroran de ética.
José García Domínguez - El tocomocho fiscal - Libre Mercado
Euskadi nos roba
Urkullu, el Judas del PNV que expatrió en el guano al mesías Ibarretxe a cambio de una habitación con vistas en Ajuria Enea, ha bendecido la pascua abertzale con algunas verbosidades salidas de tono. Carnaza retórica para los de la boina en el día del santo patrón. En el Aberri Eguna toca tirar la cabra desde el campanario. Exigencias del guión. Aunque a Urkullu, que sabe más por viejo apparatchik que por diablo, le pasa como a las cataratas del Niágara cuando se congelan en invierno: llama mucho más la atención por sus ocasionales silencios que por sus estruendosos ruidos. Y Urkullu permanece significativamente callado desde que dio comienzo la bullanga catalana. Algo le debe de oler a podrido, y no precisamente en Dinamarca. El lehendakari, que no tiene un pelo de orate, intuye que cuando termine el pasacalles del derecho a decidir alguien pondrá encima de la mesa el asunto del cupo.
Y Urkullu no juega con las cosas de comer. De ahí su inopinada prudencia. Porque no será cierto el mantra rastrero de que España roba a Cataluña. Pero que Euskadi estafa al resto del país desde hace siete lustros, eso resulta ser una verdad más grande que la catedral de Burgos. Euskadi sí nos roba. Y de modo descarado, además. Ponderando todo lo ponderable –niños, viejos, dispersión de la población–, es tan sabido como callado que el País Vasco y Navarra nos usurpan una financiación por habitante muy superior a la de cualquier comunidad de las de régimen común. Asunto, por cierto, al que en absoluto resulta ajeno el berrinche levantisco de los catalanistas.
Al cabo, los micronacionalistas catalanes también son humanos. ¿Cómo no entenderlos, al menos en parte, cuando dos de los territorios más ricos del país no solo no aportan nada, ni un céntimo, a la Hacienda común, sino que ni tan siquiera pagan lo que les correspondería por disfrutar de los servicios que les provee el Estado? Que Valencia, Murcia, Castilla-La Mancha y Canarias estén financiando hoy al País Vasco resulta una extravagancia hacendística tan escandalosa que únicamente las pistolas humeantes de ETA la pueden explicar. Y vaya si la explican. Por desgracia, el nacionalismo no es enfermedad que se cure viajando. Pero algo ayudaría a calmar sus síntomas más virulentos el acabar de una vez con agravios comparativos tan obscenos como el del régimen foral vasco-navarro. Urkullu lo sabe. Por eso sus mutismos.
José García Domínguez - Euskadi nos roba - Libertad Digital
Para cobrar los 426 euros hay que tener 55 años; en el País Vasco 23, y se cobran 612 ó 939
"Lo que más me molesta -dice ahí un hijo de Arana- es el empeño que ponen en querer ser tu amigo. Quita p'allá, hombre".
Tiene razón: al hispanistaní le pones delante de las narices lo que le cuesta mantener a esta superraza cuya cultura "nunca pasó del ordeño de vacas", que decía Borges, y te responden que más caro sale el PP.
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