Ya he perdido mi virginidad petando un ojo ciego shortenooo y me ha encantao, la verdad. Culito durito, prieto y relleno de miel. Un bizcochito. Me encanta que sea mi efebo. Tiene una mente muy sucia y quiere que alguien bueno mande y la cerdee. Un tío que lo trate como a una tía juca. Le pone muchísimo que yo tenga 40, que esté fuertote y que tenga cero pluma y barbita. Realmente lo ha gozado. Cuando no está caliente lo trato como a un colega. Le encanta eso.
Después de esta experiencia sino se me pone una shortenaaaa que esté toooo buenorra muy a tiroooo, creo que en los próximos años mis relaciones van a ser con chicos jovencitos porque no hay tonalidad y me ponen lo mismo o más que una chica. Además he descubierto que la chupo bastante bien. He tenido buenas maestras. Y eso es mucho poder. Me encanta comer platanos a veinteañeros y hacer con ellos lo que yo quiera. Es así.
Las chicas funcionan por la honra, el erotismo orbita en torno a perderla. Un shortenoo puede tener la mente bastante sucia y si respetas ciertas cosas -escuchar- puedes llevar a la realidad fantasías muy lechonas apenas echa andar la relación. No sé, es bastante morboso y estoy muy contento con ese paso. Creo que es de las decisiones más inteligentes que he tomado en mi vida. El reloj biológico de las tías y la propia cultura hacen que se acorte la vida sensual de los hombres de una forma dramática. Por un lado unas exigencias absurdas en cuanto a condiciones mínimas, por otro muchísimo interés material y ya para rematar en España una asimetría legal intolerable. Ni que decir tienen de las ventajas de todo lo lgtb.
En las tías promedio hay un periodo de vida sensual que va de los 18 a los 27 o así. A partir de ahí empieza la telenovela de la procreación, el reloj aprieta y todo se va a la fruta cosa. Pocas, poquísimas, sólo las que NO quieren procrear aguantan hasta que les dura el cuerpo, como mucho hasta los 35 y ya todo es perder.
Obviamente en los tíos no todo es de tonalidad de rosa, llega la vejez, en la vida todo es perder, pero con 40 tienes aún muchas cartas.
Después de esta experiencia sino se me pone una shortenaaaa que esté toooo buenorra muy a tiroooo, creo que en los próximos años mis relaciones van a ser con chicos jovencitos porque no hay tonalidad y me ponen lo mismo o más que una chica. Además he descubierto que la chupo bastante bien. He tenido buenas maestras. Y eso es mucho poder. Me encanta comer platanos a veinteañeros y hacer con ellos lo que yo quiera. Es así.
Las chicas funcionan por la honra, el erotismo orbita en torno a perderla. Un shortenoo puede tener la mente bastante sucia y si respetas ciertas cosas -escuchar- puedes llevar a la realidad fantasías muy lechonas apenas echa andar la relación. No sé, es bastante morboso y estoy muy contento con ese paso. Creo que es de las decisiones más inteligentes que he tomado en mi vida. El reloj biológico de las tías y la propia cultura hacen que se acorte la vida sensual de los hombres de una forma dramática. Por un lado unas exigencias absurdas en cuanto a condiciones mínimas, por otro muchísimo interés material y ya para rematar en España una asimetría legal intolerable. Ni que decir tienen de las ventajas de todo lo lgtb.
En las tías promedio hay un periodo de vida sensual que va de los 18 a los 27 o así. A partir de ahí empieza la telenovela de la procreación, el reloj aprieta y todo se va a la fruta cosa. Pocas, poquísimas, sólo las que NO quieren procrear aguantan hasta que les dura el cuerpo, como mucho hasta los 35 y ya todo es perder.
Obviamente en los tíos no todo es de tonalidad de rosa, llega la vejez, en la vida todo es perder, pero con 40 tienes aún muchas cartas.
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