*_* Рокоссовский
Madmaxista
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Señor Prigozhin @Zhukov esta hablando cosa de usted, le acusa de oportunista, frustrado, aficionado, carente de capacidad militar, dice que usted solo existe para hacer trabajo sucio, dice que no es hábil, dice que es un llorón que solo se queja.
Desprecia la vida de sus soldados osea es "Preferible que mueran" osea "Peones sacrificables" (dice también lo mismo de los Chechenos) antes que "Vidas de rusos jóvenes" mueran - Osea "Usarlo solo fue un plan" y ahora que cumplió su propósito "Sera desechado"
Señor Prigozgin recomiendo que le aplique a Zurullov su justicia Wagneriana la cual sabemos todos como es.
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Prigozhin es un aficionado, un ex-presidiario y empresario con ínfulas de estratega. Se podría comparar con Wallenstein, en su aspecto de empresario o contratista militar salvo que no es un general.
Está «cercano al trono» y es alguien influyente y poderoso, más que Kadirov que es un virrey en Chechenia pero no más que eso. No creo que Prigozhin sea un patriota, si no un oportunista que ha aprovechado un nicho. La compañía Wagner no es un ejército privado en competición con el ejército, obviamente está integrada en la organización, logística y planes del ejército, aunque tengan más libertad táctica. Es un experimento que ha salido bien pero Prigozhin busca la gloria personal y quizá aprovechar la guerra para impulsar su carrera política, o más preciso sería decir los objetivos de su facción, es uno de los «duros» o «halcones» de la casta oligarca y política rusa.
Prigozhin se queja de que le están racaneando las municiones y por eso sus combatientes sufren más pérdidas. Strelkov le tiene envidia porque al contrario que él, que es una vieja gloria arrinconada, Prigozhin tiene mando de tropas e influencia política, pero la envidia no quita para que Strelkov tenga razón en sus mordaces críticas sobre la falta de capacidad militar de Prigozhin, que se cree un general cuando no lo es. Strelkov tampoco es militar profesional pero tiene más experiencia, y no haría mal papel en un ejército regular, aunque quizá no esté capacitado para mandar más fuerzas que un general de división
Prigozhin es un quejica y ventila sus frustraciones contra sus superiores al menos teóricos: el ministro de defensa Shoigu y el jefe del estado mayor Gerasimov. Esto puede ser admisible en Strelkov que es un comentarista civil, y tiene motivos personales y justificados para criticar todo y a todos, pero no lo es para un subordinado. Las críticas a Shoigu son válidas, después de todo es un mariscal de opereta, es un civil, un político, no un oficial de carrera. Lo que yo encuentro injustificadas son las críticas a Gerasimov, al que se le presupone competencia. Probablemente haya cometido errores y también tiene responsabilidad en los reveses, aunque creo que si sigue en el cargo es porque en verdad la culpa la tiene Vladimir pilinguin y el resto de la cúpula del Kremlin con las limitaciones y vacilaciones que han perjudicado la estrategia, y los errores tácticos de los generales subordinados. No veo motivos para criticarle sin saber qué hizo o hace exactamente. A Shoigu sí que le cabe responsabilidad y culpa por muchos fallos de organización, equipamiento y corrupción, pero como es leal a pilinguin mantiene el puesto hasta ahora. Pero ha quedado muy tocado políticamente.
Que Prigozhin pueda verter estos exabruptos contra la cúpula militar se debe a que goza del favor de pilinguin y que su unidad de voluntarios y convictos ha logrado éxitos ofensivos en un período de reveses.
No creo que los generales rusos con Gerasimov a la cabeza sean tan mezquinos de sabotear los esfuerzos de Wagner, negándoles suministros, sencillamente los Wagneristas son peones en el ajedrez militar. Los Wagner hacen el trabajo sucio, un ataque con objetivos limitados en la guerra de posiciones, y ya han cumplido de sobra su cometido. Que queden algunos reductos en Bakhmut por conquistar ya no tiene importancia militar. La ciudad nunca la tuvo salvo para los ucranianos como fortaleza para retardar el avance ruso hacia Slavyansk todo lo posible, la idea estratégica rusa, ante la falta de medios y tropas para una operación ofensiva durante el invierno, era seguir con la guerra de posiciones y atraer a las fuerzas ucranianas a una batalla de desgaste.
Tomar completamente las ruinas de Bakhmut habría sido interesante para la jovenlandesal, pero la conquista de la ciudad era un objetivo personal de Prigozhin, que evidencia sus cortas miras. Es un buen organizador y un líder de hombres, sin duda su experiencia carcelaria le ha servido para el reclutamiento en las cárceles, pero no es un estratega, sólo un agitador con ínfulas de general.
Las críticas de Prigozhin son infundadas. Se arroga méritos que no son suyos. No reconoce que el ejército ha apoyado de sobras a los Wagner ni el mérito de las unidades regulares que han cubrido sus flancos y apoyado su operación.
La misión de la compañía Wagner en Artemovsk ha terminado ya. En realidad deberían haberlo dejado hace tiempo, pero la búsqueda de gloria de Prigozhin le ha llevado insistir en ataques cuando ya le habían avisado de que no recibiría más apoyo. Strelkov acierta al comentar ácidamente que si Prigozhin fuera más hábil y no se empeñara en asaltos frontales a posiciones fortificadas que los grupos de asalto Wagner sólo pueden tomar con un derroche de bombardeos, no tendría que llorar la pérdida de tantos hombres.
Sencillamente las prioridades han cambiado, y agotadas las posibilidades ofensivas de las fuerzas Wagner en el frente, ya era hora de su relevo y reorganización.
La crítica emotiva de Prigozhin a Shoigu y Gerasimov de que son insensibles a las pérdidas de los Wagner es no diría que injusta… si no equivocada. Visto fríamente, con realismo y desde el punto de vista del mando supremo, los Wagneristas son peones sacrificables. Gerasimov y el resto de los generales rusos tienen el mandato de pilinguin de ahorrar vidas militares propias, y también, en la medida de lo posible de civiles ucranianos. Rusia no puede permitirse que mueran sus jóvenes, por razones demográficas y políticas. Desde el punto de vista militar, son más valiosas las vidas de los soldados profesionales del ejército regular, y preferible que mueran otros en su lugar, como los voluntarios de las milicias BARS, los chechenos, y por supuesto, los presidiarios de Wagner. Es una pena que entre los caídos de la compañía Wagner también se encuentren voluntarios patrióticos que se alistan en ella por ser una fuerza de choque y la fin de los «soldados viejos» los suboficiales veteranos que encuadran a los convictos, pero en el gran esquema de las cosas, es preferible sacrificar a la infantería de los Wagner que sólo sirven para la guerra de posiciones a perder soldados regulares necesarios para una guerra de maniobras.
Siendo cínicos, el desahogo de Prigozhin puede que sea una forma de justificarse ante sus soldados por las pérdidas y echarle la culpa a otros, puede que sea sincero y realmente se sienta identificado con sus hombres, porque como estuvo en la guandoca de joven, sienta la solidaridad de grupo de los presidiarios y los proscritos, si es que tal cosa existe.
Para terminar, Prigozhin y los Wagner, Kadirov y sus chechenos, son formaciones de infantería ligera, son comparsas, y ahora comienza la función principal.
Es una decepción no haber logrado la captura de las últimas posiciones en Bakhmut antes del 9 de Mayo, igual que la de los últimos bloques de Maryinka, pero qué se le va a hacer, no terminaron de caer del todo porque el mando ucraniano se empeñó en conservarlas a toda costa y no paró de enviar refuerzos. Una posición resiste mientras en ella permanezcan defensores resueltos a defenderla. Le han hecho el juego al mando ruso, por razones de prestigio y para ganar tiempo han perdido decenas de miles de bajas y centenares de tanques, blindados, cañones y demás material.
Strelkov y otros comentaristas han criticado la batalla de Bakhmut y demás ataques en la guerra de posiciones como un segundo Verdún, criticando la insistencia del mando ruso en golpearse la cabeza contra un muro.
En mi opinión personal, y basada en mi estudio de la Primera Guerra Mundial, creo que el mando ruso no es menso ni carente de imaginación, y hace si no lo correcto, al menos lo único que puede hacerse en las circunstancias. Mientras se instruye a los movilizados y se prepara el ejército para la ruptura del frente y la vuelta a la guerra de maniobra, ya que hay un instrumento disponible, como la compañía Wagner, hay que usarla para la tarea que fue concebida.
Desprecia la vida de sus soldados osea es "Preferible que mueran" osea "Peones sacrificables" (dice también lo mismo de los Chechenos) antes que "Vidas de rusos jóvenes" mueran - Osea "Usarlo solo fue un plan" y ahora que cumplió su propósito "Sera desechado"
Señor Prigozgin recomiendo que le aplique a Zurullov su justicia Wagneriana la cual sabemos todos como es.
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Prigozhin es un aficionado, un ex-presidiario y empresario con ínfulas de estratega. Se podría comparar con Wallenstein, en su aspecto de empresario o contratista militar salvo que no es un general.
Está «cercano al trono» y es alguien influyente y poderoso, más que Kadirov que es un virrey en Chechenia pero no más que eso. No creo que Prigozhin sea un patriota, si no un oportunista que ha aprovechado un nicho. La compañía Wagner no es un ejército privado en competición con el ejército, obviamente está integrada en la organización, logística y planes del ejército, aunque tengan más libertad táctica. Es un experimento que ha salido bien pero Prigozhin busca la gloria personal y quizá aprovechar la guerra para impulsar su carrera política, o más preciso sería decir los objetivos de su facción, es uno de los «duros» o «halcones» de la casta oligarca y política rusa.
Prigozhin se queja de que le están racaneando las municiones y por eso sus combatientes sufren más pérdidas. Strelkov le tiene envidia porque al contrario que él, que es una vieja gloria arrinconada, Prigozhin tiene mando de tropas e influencia política, pero la envidia no quita para que Strelkov tenga razón en sus mordaces críticas sobre la falta de capacidad militar de Prigozhin, que se cree un general cuando no lo es. Strelkov tampoco es militar profesional pero tiene más experiencia, y no haría mal papel en un ejército regular, aunque quizá no esté capacitado para mandar más fuerzas que un general de división
Prigozhin es un quejica y ventila sus frustraciones contra sus superiores al menos teóricos: el ministro de defensa Shoigu y el jefe del estado mayor Gerasimov. Esto puede ser admisible en Strelkov que es un comentarista civil, y tiene motivos personales y justificados para criticar todo y a todos, pero no lo es para un subordinado. Las críticas a Shoigu son válidas, después de todo es un mariscal de opereta, es un civil, un político, no un oficial de carrera. Lo que yo encuentro injustificadas son las críticas a Gerasimov, al que se le presupone competencia. Probablemente haya cometido errores y también tiene responsabilidad en los reveses, aunque creo que si sigue en el cargo es porque en verdad la culpa la tiene Vladimir pilinguin y el resto de la cúpula del Kremlin con las limitaciones y vacilaciones que han perjudicado la estrategia, y los errores tácticos de los generales subordinados. No veo motivos para criticarle sin saber qué hizo o hace exactamente. A Shoigu sí que le cabe responsabilidad y culpa por muchos fallos de organización, equipamiento y corrupción, pero como es leal a pilinguin mantiene el puesto hasta ahora. Pero ha quedado muy tocado políticamente.
Que Prigozhin pueda verter estos exabruptos contra la cúpula militar se debe a que goza del favor de pilinguin y que su unidad de voluntarios y convictos ha logrado éxitos ofensivos en un período de reveses.
No creo que los generales rusos con Gerasimov a la cabeza sean tan mezquinos de sabotear los esfuerzos de Wagner, negándoles suministros, sencillamente los Wagneristas son peones en el ajedrez militar. Los Wagner hacen el trabajo sucio, un ataque con objetivos limitados en la guerra de posiciones, y ya han cumplido de sobra su cometido. Que queden algunos reductos en Bakhmut por conquistar ya no tiene importancia militar. La ciudad nunca la tuvo salvo para los ucranianos como fortaleza para retardar el avance ruso hacia Slavyansk todo lo posible, la idea estratégica rusa, ante la falta de medios y tropas para una operación ofensiva durante el invierno, era seguir con la guerra de posiciones y atraer a las fuerzas ucranianas a una batalla de desgaste.
Tomar completamente las ruinas de Bakhmut habría sido interesante para la jovenlandesal, pero la conquista de la ciudad era un objetivo personal de Prigozhin, que evidencia sus cortas miras. Es un buen organizador y un líder de hombres, sin duda su experiencia carcelaria le ha servido para el reclutamiento en las cárceles, pero no es un estratega, sólo un agitador con ínfulas de general.
Las críticas de Prigozhin son infundadas. Se arroga méritos que no son suyos. No reconoce que el ejército ha apoyado de sobras a los Wagner ni el mérito de las unidades regulares que han cubrido sus flancos y apoyado su operación.
La misión de la compañía Wagner en Artemovsk ha terminado ya. En realidad deberían haberlo dejado hace tiempo, pero la búsqueda de gloria de Prigozhin le ha llevado insistir en ataques cuando ya le habían avisado de que no recibiría más apoyo. Strelkov acierta al comentar ácidamente que si Prigozhin fuera más hábil y no se empeñara en asaltos frontales a posiciones fortificadas que los grupos de asalto Wagner sólo pueden tomar con un derroche de bombardeos, no tendría que llorar la pérdida de tantos hombres.
Sencillamente las prioridades han cambiado, y agotadas las posibilidades ofensivas de las fuerzas Wagner en el frente, ya era hora de su relevo y reorganización.
La crítica emotiva de Prigozhin a Shoigu y Gerasimov de que son insensibles a las pérdidas de los Wagner es no diría que injusta… si no equivocada. Visto fríamente, con realismo y desde el punto de vista del mando supremo, los Wagneristas son peones sacrificables. Gerasimov y el resto de los generales rusos tienen el mandato de pilinguin de ahorrar vidas militares propias, y también, en la medida de lo posible de civiles ucranianos. Rusia no puede permitirse que mueran sus jóvenes, por razones demográficas y políticas. Desde el punto de vista militar, son más valiosas las vidas de los soldados profesionales del ejército regular, y preferible que mueran otros en su lugar, como los voluntarios de las milicias BARS, los chechenos, y por supuesto, los presidiarios de Wagner. Es una pena que entre los caídos de la compañía Wagner también se encuentren voluntarios patrióticos que se alistan en ella por ser una fuerza de choque y la fin de los «soldados viejos» los suboficiales veteranos que encuadran a los convictos, pero en el gran esquema de las cosas, es preferible sacrificar a la infantería de los Wagner que sólo sirven para la guerra de posiciones a perder soldados regulares necesarios para una guerra de maniobras.
Siendo cínicos, el desahogo de Prigozhin puede que sea una forma de justificarse ante sus soldados por las pérdidas y echarle la culpa a otros, puede que sea sincero y realmente se sienta identificado con sus hombres, porque como estuvo en la guandoca de joven, sienta la solidaridad de grupo de los presidiarios y los proscritos, si es que tal cosa existe.
Para terminar, Prigozhin y los Wagner, Kadirov y sus chechenos, son formaciones de infantería ligera, son comparsas, y ahora comienza la función principal.
Es una decepción no haber logrado la captura de las últimas posiciones en Bakhmut antes del 9 de Mayo, igual que la de los últimos bloques de Maryinka, pero qué se le va a hacer, no terminaron de caer del todo porque el mando ucraniano se empeñó en conservarlas a toda costa y no paró de enviar refuerzos. Una posición resiste mientras en ella permanezcan defensores resueltos a defenderla. Le han hecho el juego al mando ruso, por razones de prestigio y para ganar tiempo han perdido decenas de miles de bajas y centenares de tanques, blindados, cañones y demás material.
Strelkov y otros comentaristas han criticado la batalla de Bakhmut y demás ataques en la guerra de posiciones como un segundo Verdún, criticando la insistencia del mando ruso en golpearse la cabeza contra un muro.
En mi opinión personal, y basada en mi estudio de la Primera Guerra Mundial, creo que el mando ruso no es menso ni carente de imaginación, y hace si no lo correcto, al menos lo único que puede hacerse en las circunstancias. Mientras se instruye a los movilizados y se prepara el ejército para la ruptura del frente y la vuelta a la guerra de maniobra, ya que hay un instrumento disponible, como la compañía Wagner, hay que usarla para la tarea que fue concebida.