Gente que disfruta manipulando. Así es mi ex-novio. Le he visto hacerlo, y le he visto hacérmelo a mi y aún así no le he podido parar. Tocho va, pero necesito que alguien me aconseje.
Nos conocimos con 14 años y yo me enamoré de él, hasta las trancas. Íbamos los dos en el mismo grupo de amigos del instituto (grupo que acabó destrozado en pocos años por sus "juegos"). Hasta los 22 años no hizo otra cosa que reírse de mí. Él jugaba a ser mi mejor amigo, y a que no se daba cuenta de que yo estaba loca por él; pasaba un montón de tiempo conmigo, siempre como amigos, negándose de plano a reconocer que había o podía haber algo entre nosotros. Hablábamos, yo le contaba de todo, toda mi vida, conoció todos mis secretos y vulnerabilidades; él siempre escuchaba, pero cuando hablaba era de coña, nunca en serio. Se traía a sus novias al grupo y se mostraba muy cariñoso con ellas; yo pensaba que lo hacía porque no sabía lo que yo sentía. Y era justo al revés.
A veces, por la noche, nos íbamos los dos a andar por la calle, sin ninguna prisa y sin buscar nada, solo hablar y andar. Esos son los recuerdos más felices de mi adolescencia, cuando lo tenía solo para mí. Yo soñaba todas las noches que él me decía que me quería, que salíamos juntos, que era mío, que se me declaraba de mil maneras, o que yo tenía valor para declararme a él. Nunca lo hice. Nunca tuve novio, hasta los 22 años que empecé a salir con él; yo solo tenía ojos para él, era mi mundo. Pasé por depresiones, tenía etapas donde no quería salir de casa, estaba triste... él lo sabía. Todo el tiempo, lo sabía. Era lo que él quería. Cuando yo estaba un tiempo sin querer salir para no verlo, él venía a mi casa, todo miel: "te echamos en falta", "se nota que no estás", "te necesitamos", "parece que te estés escondiendo de algo"... y conseguía que yo volviera. Siempre. Era mirarlo a los ojos, y le daba cualquier cosa que quisiera o pidiera.
Siempre ha conseguido lo que quería de mí. Yo, petulante, pensé durante muchos años que él no tenía ni idea. A los 22 años, soltera, cada vez más deprimida y casi sin amigas, porque durante años me peleé con mucha gente por defenderlo a él, me lo llevé a la casa de mis padres en la playa para limpiarla, y pasar un fin de semana con los amigos. Él y yo fuimos el día antes a limpiar, y esa noche nos acostamos. Me dijo que llevaba tiempo pensando en mi pero que no se había "atrevido" a decirme nada por miedo a que algo saliera mal y dejáramos de ser amigos. Todo mentira, pero a mi me derritió. Sabía exactamente lo que necesitaba oír.
Los primeros meses de novios... para mí fue como ir puesta de coca las 24 horas del día. Era total y absolutamente feliz. Estábamos juntos como en todos los millones de sueños que yo había tenido. Pero no tardé en darme cuenta de que era un manipulador de cosa y un tóxico. Manipulaba a todas las personas con las que entraba en contacto. A veces incluso me contaba a mí las estrategias que iba a seguir para que X persona hiciera tal cosa. Y yo no tardé en darme cuenta de que muchas de esas estrategias las había usado conmigo durante AÑOS. AÑOS. Se me había estado trabajando a conciencia. pero aún sabiéndolo no podía negarle nada durante mucho tiempo.
A los 26 años tuve una pelea tremenda con mi progenitora por su culpa, y le dije que le dejaba. No podía ser que me peleara con los míos por él. Había visto como era, y lo quería lejos. Él interpretó su papel, jugando a pasivo-agresivo y ni me insistió. Sabía de sobras que era cuestión de tiempo. Yo era (y soy) adicta a sus cosas. Él es capaz de hacerte sentir como quiera... te puede hacer sentir pena, compasión, culpabilidad. Se montaba unos dramas y unos teatros de película para hacer sentirte como él quería, para que estuviera confundida y sin saber por donde me daba el aire. Usaba a nuestros amigos comunes y hasta a mis familiares para que yo me sintiera culpable, tenía y tiene, mil maneras de hacerte sentir lo que él quiera.
Total. A los 5 meses de dejarlo, después de haber perdido un montón de kilos, amigas y autoestima, me lo encontré "por casualidad" (JA) y lo vi tan deprimido y hecho polvo (sin afeitar, ropa hecha cosa...) que me dio pena y me senté con él a hablar. Después de 3 horas en una cafetería le dije que estaba dispuesta a volver sin cambiaban ciertas cosas. Él se plegó a todo lo que yo le dije, no me puso ni una pega. Sabía que iba a hacer lo que le diera la gana.
Igual que la primera vez, los primeros meses fueron de estar drojada; estar otra vez con él me hacía sentir feliz, estábamos juntos todo el rato y siempre bien. Lo que sí cambió es que al principio, él fingió cambiar. No me contaba sus planes y movidas y me aseguraba que ya no las tenía, que había cambiado. Yo me lo creí. Esto duró meses. Enseguida volvió a contarme otra vez sus movimientos para manipular. Sin verguenza y sin sentirse culpable, y sobre todo sin miedo: yo le había dicho que si volvía a las andadas lo dejaba, y él me lo echaba todo a la cara SABIENDO que yo no lo iba a dejar.
Estuvimos así hasta los 30 años. Nos fuimos a vivir un año juntos, luego él hizo una muy subida de peso (manipuló a su amigo de toda la vida para jorobar su matrimonio) todo contándome todo lo que iba a hacer y los pasos que iba a dar. ¿Sabéis que hice? Cogí mis cosas cuando él se fue a trabajar, y me fui del piso CON MIEDO. Porque sabía que si intentaba irme delante de él, él me convencería 100% de no irme.
Volví a vivir con mis padres y como la anterior vez que rompimos, él me dejó en paz. Nunca insistió, ni hizo ningún intento de verme o arreglar las cosas. Conseguí cambiar de amigos, me junté con gente de mi trabajo y conseguí olvidarme un poco. He tenido bastantes secuelas (desconfío y soy MUY paranoica sobre las intenciones de los demás... cosas de haber vivido años de relación tóxica). Pero en general, lo voy superando. En enero del año pasado empecé a salir con un chico de mi trabajo, unos años más joven que yo, guapete y sobre todo, mucho mejor persona.
Por lo visto, en cuanto mi ex se enteró de que salgo con otro, se puso en marcha. "Casualmente" (JA-JA) se hizo amigo del novio de una amiga mía, de mi nuevo grupo de amistades del trabajo. Ahora cada fin de semana cuando salgo a tomar algo con mis amigos, al cine, a cenar... él viene. Hacía meses que no lo veía, ha perdido kilos y ha cogido algo de musculatura, está más bronceado y más... sutil. Cuando teníamos 17-20 años le veías y tenía pintas de cabrón. Ahora parece un tío más suave, más calmado. Todo de derechasda.
Al principio yo fingía que ni le conocía. Le estreché la mano una vez (él me fue a dar dos besos, yo me negué) y cuando me tengo que juntar, ni le hablo, ni le miro... pero la verdad es que sí que le miro. Desde hace semanas me llama y me pide de quedar para hablar. No con una frecuencia asfixiante o preocupante, pero sí insiste. Y va a seguir insistiendo.
He rechazado todas sus llamadas hasta hoy. Sé que si me siento a hablar con él a solas me va a liar, voy a hacer todo cuanto él quiera. Ha tenido DÉCADAS para programarme, sabe cómo manipularme.
Y os pregunto, ¿una persona así, puede cambiar?
Yo ahora estoy con mi chico, y estamos bien, no quiero dejarlo, pero no me engaño: si mi ex consigue volver acercarse lo bastante, basta con que me lo pìda para irme con él. No quiero hacerlo. Y me sigo diciendo "no va a cambiar". Pero también fantaseo, "¿y si puedo cambiarlo?". Si pudiera cambiarlo, aunque fuera un poco, todo sería perfecto.
No sé que hacer. ¿Consejos?
Nos conocimos con 14 años y yo me enamoré de él, hasta las trancas. Íbamos los dos en el mismo grupo de amigos del instituto (grupo que acabó destrozado en pocos años por sus "juegos"). Hasta los 22 años no hizo otra cosa que reírse de mí. Él jugaba a ser mi mejor amigo, y a que no se daba cuenta de que yo estaba loca por él; pasaba un montón de tiempo conmigo, siempre como amigos, negándose de plano a reconocer que había o podía haber algo entre nosotros. Hablábamos, yo le contaba de todo, toda mi vida, conoció todos mis secretos y vulnerabilidades; él siempre escuchaba, pero cuando hablaba era de coña, nunca en serio. Se traía a sus novias al grupo y se mostraba muy cariñoso con ellas; yo pensaba que lo hacía porque no sabía lo que yo sentía. Y era justo al revés.
A veces, por la noche, nos íbamos los dos a andar por la calle, sin ninguna prisa y sin buscar nada, solo hablar y andar. Esos son los recuerdos más felices de mi adolescencia, cuando lo tenía solo para mí. Yo soñaba todas las noches que él me decía que me quería, que salíamos juntos, que era mío, que se me declaraba de mil maneras, o que yo tenía valor para declararme a él. Nunca lo hice. Nunca tuve novio, hasta los 22 años que empecé a salir con él; yo solo tenía ojos para él, era mi mundo. Pasé por depresiones, tenía etapas donde no quería salir de casa, estaba triste... él lo sabía. Todo el tiempo, lo sabía. Era lo que él quería. Cuando yo estaba un tiempo sin querer salir para no verlo, él venía a mi casa, todo miel: "te echamos en falta", "se nota que no estás", "te necesitamos", "parece que te estés escondiendo de algo"... y conseguía que yo volviera. Siempre. Era mirarlo a los ojos, y le daba cualquier cosa que quisiera o pidiera.
Siempre ha conseguido lo que quería de mí. Yo, petulante, pensé durante muchos años que él no tenía ni idea. A los 22 años, soltera, cada vez más deprimida y casi sin amigas, porque durante años me peleé con mucha gente por defenderlo a él, me lo llevé a la casa de mis padres en la playa para limpiarla, y pasar un fin de semana con los amigos. Él y yo fuimos el día antes a limpiar, y esa noche nos acostamos. Me dijo que llevaba tiempo pensando en mi pero que no se había "atrevido" a decirme nada por miedo a que algo saliera mal y dejáramos de ser amigos. Todo mentira, pero a mi me derritió. Sabía exactamente lo que necesitaba oír.
Los primeros meses de novios... para mí fue como ir puesta de coca las 24 horas del día. Era total y absolutamente feliz. Estábamos juntos como en todos los millones de sueños que yo había tenido. Pero no tardé en darme cuenta de que era un manipulador de cosa y un tóxico. Manipulaba a todas las personas con las que entraba en contacto. A veces incluso me contaba a mí las estrategias que iba a seguir para que X persona hiciera tal cosa. Y yo no tardé en darme cuenta de que muchas de esas estrategias las había usado conmigo durante AÑOS. AÑOS. Se me había estado trabajando a conciencia. pero aún sabiéndolo no podía negarle nada durante mucho tiempo.
A los 26 años tuve una pelea tremenda con mi progenitora por su culpa, y le dije que le dejaba. No podía ser que me peleara con los míos por él. Había visto como era, y lo quería lejos. Él interpretó su papel, jugando a pasivo-agresivo y ni me insistió. Sabía de sobras que era cuestión de tiempo. Yo era (y soy) adicta a sus cosas. Él es capaz de hacerte sentir como quiera... te puede hacer sentir pena, compasión, culpabilidad. Se montaba unos dramas y unos teatros de película para hacer sentirte como él quería, para que estuviera confundida y sin saber por donde me daba el aire. Usaba a nuestros amigos comunes y hasta a mis familiares para que yo me sintiera culpable, tenía y tiene, mil maneras de hacerte sentir lo que él quiera.
Total. A los 5 meses de dejarlo, después de haber perdido un montón de kilos, amigas y autoestima, me lo encontré "por casualidad" (JA) y lo vi tan deprimido y hecho polvo (sin afeitar, ropa hecha cosa...) que me dio pena y me senté con él a hablar. Después de 3 horas en una cafetería le dije que estaba dispuesta a volver sin cambiaban ciertas cosas. Él se plegó a todo lo que yo le dije, no me puso ni una pega. Sabía que iba a hacer lo que le diera la gana.
Igual que la primera vez, los primeros meses fueron de estar drojada; estar otra vez con él me hacía sentir feliz, estábamos juntos todo el rato y siempre bien. Lo que sí cambió es que al principio, él fingió cambiar. No me contaba sus planes y movidas y me aseguraba que ya no las tenía, que había cambiado. Yo me lo creí. Esto duró meses. Enseguida volvió a contarme otra vez sus movimientos para manipular. Sin verguenza y sin sentirse culpable, y sobre todo sin miedo: yo le había dicho que si volvía a las andadas lo dejaba, y él me lo echaba todo a la cara SABIENDO que yo no lo iba a dejar.
Estuvimos así hasta los 30 años. Nos fuimos a vivir un año juntos, luego él hizo una muy subida de peso (manipuló a su amigo de toda la vida para jorobar su matrimonio) todo contándome todo lo que iba a hacer y los pasos que iba a dar. ¿Sabéis que hice? Cogí mis cosas cuando él se fue a trabajar, y me fui del piso CON MIEDO. Porque sabía que si intentaba irme delante de él, él me convencería 100% de no irme.
Volví a vivir con mis padres y como la anterior vez que rompimos, él me dejó en paz. Nunca insistió, ni hizo ningún intento de verme o arreglar las cosas. Conseguí cambiar de amigos, me junté con gente de mi trabajo y conseguí olvidarme un poco. He tenido bastantes secuelas (desconfío y soy MUY paranoica sobre las intenciones de los demás... cosas de haber vivido años de relación tóxica). Pero en general, lo voy superando. En enero del año pasado empecé a salir con un chico de mi trabajo, unos años más joven que yo, guapete y sobre todo, mucho mejor persona.
Por lo visto, en cuanto mi ex se enteró de que salgo con otro, se puso en marcha. "Casualmente" (JA-JA) se hizo amigo del novio de una amiga mía, de mi nuevo grupo de amistades del trabajo. Ahora cada fin de semana cuando salgo a tomar algo con mis amigos, al cine, a cenar... él viene. Hacía meses que no lo veía, ha perdido kilos y ha cogido algo de musculatura, está más bronceado y más... sutil. Cuando teníamos 17-20 años le veías y tenía pintas de cabrón. Ahora parece un tío más suave, más calmado. Todo de derechasda.
Al principio yo fingía que ni le conocía. Le estreché la mano una vez (él me fue a dar dos besos, yo me negué) y cuando me tengo que juntar, ni le hablo, ni le miro... pero la verdad es que sí que le miro. Desde hace semanas me llama y me pide de quedar para hablar. No con una frecuencia asfixiante o preocupante, pero sí insiste. Y va a seguir insistiendo.
He rechazado todas sus llamadas hasta hoy. Sé que si me siento a hablar con él a solas me va a liar, voy a hacer todo cuanto él quiera. Ha tenido DÉCADAS para programarme, sabe cómo manipularme.
Y os pregunto, ¿una persona así, puede cambiar?
Yo ahora estoy con mi chico, y estamos bien, no quiero dejarlo, pero no me engaño: si mi ex consigue volver acercarse lo bastante, basta con que me lo pìda para irme con él. No quiero hacerlo. Y me sigo diciendo "no va a cambiar". Pero también fantaseo, "¿y si puedo cambiarlo?". Si pudiera cambiarlo, aunque fuera un poco, todo sería perfecto.
No sé que hacer. ¿Consejos?